El Empirismo de Hume: Fundamentos y Críticas a la Metafísica

El empirismo es una corriente inglesa que tiene como principales representantes a Locke, Berkeley y Descartes. Hume es propiamente de la Ilustración. Los principales supuestos del empirismo son los siguientes:

  • Fundamento del conocimiento: En primer lugar, defienden que el fundamento de nuestro conocimiento no es la razón, sino los sentidos. Afirman que la mente es un recipiente vacío y se llena mediante la experiencia.
  • Ideas innatas: Niega la existencia de las ideas innatas o contenidos mentales previos a la experiencia, ya que todo conocimiento procede de la experiencia.
  • Modelo científico: El modelo científico a seguir no son las matemáticas, sino la física.
  • Psicología y lógica: Desaparece la distinción entre psicología y lógica. La mente solo tiene una dimensión psicológica, es decir, unos elementos, mecanismos y leyes.

En su teoría del conocimiento, Hume analiza los elementos, mecanismos y leyes que intervienen en el conocimiento humano. El método que utiliza es la introspección. Se trata de un método poco fiable científicamente porque el observador y el objeto observado son el mismo.

Elementos del Conocimiento

  • Percepción: Hume denomina percepción a todo lo que se encuentra en la mente. Esta tiene dos clases de percepción: impresiones e ideas. Las impresiones proceden de las sensaciones externas o internas. La diferencia entre ambas es que las impresiones son más fuertes, mientras que las ideas son representaciones debilitadas.
  • Mecanismos: Todas las ideas proceden de las impresiones. Todas las impresiones proceden de las ideas; las impresiones complejas se forman por asociación de impresiones simples. Así mismo, las ideas complejas se forman por la asociación de las ideas simples. La asociación es el mecanismo básico de la mente, por esta razón a la antropología de Hume se la denomina asociacionista. Es una especie de atomismo psicológico.
  • Leyes: Las ideas se asocian en la mente de muchas maneras, pero según Hume, hay distintos tipos de leyes por las que las ideas se conectan de un modo natural. Lo compara con la ley de gravitación universal de Newton. Hay tres leyes:
    • Ley de semejanza: Ideas semejantes tienden a atraerse entre sí en la mente. En nuestro discurso psicológico normal, lo igual se atrae entre sí. El contraste es una variante de la ley de semejanza.
    • Ley de contigüidad: Ideas que están próximas en el espacio y en el tiempo tienden a conectarse en el discurso psicológico normal.
    • Ley de causalidad: Asociamos en la mente los efectos físicos, morales e instrumentales a las causas que lo preceden.

El entendimiento humano opera con las impresiones e ideas para, además de construir el discurso psicológico normal, construir conocimientos teóricos y científicos. Hay dos tipos:

Conocimiento por Relaciones de Ideas

Se construyen uniendo entre sí ideas que guardan una relación de coherencia y consistencia interna. Su criterio de verdad es la demostración y esa verdad es la única independiente de la experiencia. Si una proposición es verdadera, su negación es contradictoria. En este tipo de conocimientos se incluyen las ciencias formales.

Conocimientos sobre Hechos

Se construyen a partir de los hechos empíricos; su criterio de verdad es la comprobación. La negación de una proposición no es contradictoria. Su verdad no depende de relaciones internas, sino de hechos externos. Este tipo de hechos es el que conforma las ciencias empíricas.

Hay un primer tipo de conocimiento que pretende ser válido aunque no lo es: la metafísica. El problema de la metafísica es que mezcla los dos tipos de conocimientos anteriores. Opera con ideas especulativas y con proposiciones que considera necesariamente verdaderas. Tal mezcla no tiene validez para la mente humana: o bien conocemos relaciones de ideas o bien cuestiones de hechos, no algo a caballo entre ambas.

Críticas de Hume a la Metafísica

Por otra parte, cabe destacar que la filosofía de Hume supone un desmantelamiento sistemático de los principales conceptos metafísicos del racionalismo, desde los supuestos teóricos de su propio pensamiento. Tales principios son:

Crítica al Principio de Causalidad

Hume afirma que el principio de causalidad no es un concepto basado en relaciones de ideas como las verdades en matemáticas, ya que el efecto solo se conoce mediante la experiencia. Por tanto, el principio de causalidad es una cuestión de hecho. Una cuestión de hecho solo es válida en el plano del conocimiento si tenemos impresiones de la misma, es decir, que pueda ser observada. El concepto de causalidad lo percibimos racionalmente, pero no soporta un análisis empírico. Cuando observamos sucesiones de hechos, en ningún caso tenemos impresiones de algo parecido que sea la causalidad. A continuación, Hume se pregunta de dónde procede el concepto de causalidad y afirma que se trata de un concepto construido por nuestra mente, a partir de la creencia de que las conexiones entre hechos que se han observado regularmente continuarán produciéndose del mismo modo. Para ello intervienen en su construcción: imaginación, memoria y entendimiento.

Crítica al Concepto Metafísico de Sustancia

La metafísica tradicional había utilizado el concepto de sustancia como aquello que existe por sí mismo y que soporta los accidentes de un objeto. Hume critica este concepto diciendo que solo tenemos impresiones de cualidades y propiedades particulares, es decir, los objetos no son otra cosa que un conjunto de cualidades o propiedades empíricas.

Crítica del Concepto Metafísico de la Identidad Personal

Este concepto antropológico fue utilizado anteriormente como alma, pensamiento o yo pienso. En todos los casos se suponía metafísicamente que existe un soporte último de todas nuestras vivencias. Hume critica esta concepción y dice que de lo único que tenemos impresiones es de vivencias, es decir, la identidad personal. La identidad personal es un concepto metafísico que tiene su origen en el fundamento de la memoria; lo único que hay son conjuntos de impresiones.

Crítica al Concepto Metafísico de Dios

La metafísica tradicional pretendía conocer la existencia de Dios mediante demostraciones, todas ellas se basaban en el principio de causalidad. Pero este es un concepto metafísico sin validez en el plano del conocimiento, por tanto, tales demostraciones no tienen validez. Es evidente, además, que no tenemos impresiones de Dios en sentido empírico; en todo caso, la idea metafísica de Dios puede traducirse empíricamente a la asociación de determinadas impresiones internas, como el miedo a la muerte o el deseo de inmortalidad.

Crítica al Concepto de Realidad Exterior

Hume afirma que el concepto de causalidad no es válido tampoco entre las impresiones de realidad exterior, ya que lo que entendemos por realidad en sentido empírico es siempre realidad mental o psicológica.

La teoría del conocimiento racionalista era dogmática y suponía que la razón podía conocer la verdad de modo absoluto. La posición de Hume era escéptica: en primer lugar, afirma que el conocimiento nunca puede salir del ámbito psicológico de las impresiones, por tanto, no podemos conocer lo que sea la realidad en sí misma. Por otra parte, dice que no existe la verdad en términos dogmáticos, ya que solo podemos conocer a través de nuestra mente, es decir, mecanismos, facultades y leyes de la mente humana.

Ética de Hume

Por último, cabe destacar que la ética de Hume es empirista. Los hechos no incorporan valores; por tanto, las valoraciones morales no dependen de los objetos, sino del sujeto. Hasta ahora, todas las teorías eran racionalistas. Hume se pregunta si el fundamento último de las acciones morales es la razón y sostiene una posición contraria al intelectualismo denominada emotivismo. Hume no excluye a la razón de las valoraciones morales, ya que analiza, investiga, reflexiona y expone, pero el fundamento último de las valoraciones morales que orientan nuestra acción no es la razón, sino los sentimientos. Lo que quiere decir Hume realmente es que, aunque razón y sentimientos morales intervienen por este orden en las decisiones morales, actúan de forma autónoma: la razón reflexiona y el sentimiento decide. La moral de Hume no se fundamenta exclusivamente en la razón, sino en el entramado de sentimientos con que está dotada la naturaleza humana, de ahí que esta teoría se la denomine emotivismo ético.