El Teatro Español Anterior a 1936
El teatro a comienzos del siglo XX muestra un vacío literario irrelevante para la cultura europea. El teatro estaba segmentado y se resistía a las nuevas tendencias que se desarrollaban en Europa durante esta época. Aunque algunos autores como Valle-Inclán o Unamuno se adelantaron con un teatro innovador, no tuvieron éxito inmediato. El gusto del público se inclinaba por las obras de Arniches y Benavente, representantes del teatro comercial.
El Teatro Tradicional y Comercial
Dentro del teatro tradicional, encontramos:
- Un teatro poético, escrito en verso sobre temas históricos y exaltando valores de la nobleza.
- Un teatro cómico con el sainete y la comedia costumbrista, que logró fama con los sainetes madrileños.
A su vez, se consolida el teatro de Benavente, un teatro realista y comedido. Comedido porque se caracteriza por la ausencia de conflictos graves y por ejercer una crítica a los vicios y defectos de la burguesía. La excepción a estas comedias se encuentra en su obra Los intereses creados.
El Teatro Innovador
De los autores que más intentaron introducir un teatro innovador en España, destaca el noventayochista Unamuno, que utilizó el método de conocimiento por medio de dramas esquemáticos. También Azorín presenta innovaciones con un teatro antirrealista y sin conflictos. Pero las figuras clave del teatro innovador son Valle-Inclán y García Lorca.
Valle-Inclán y el Esperpento
Valle-Inclán es la máxima figura del teatro español del siglo XX. Para él, el teatro es un espectáculo total. Expresa su desprecio ante la sociedad contemporánea mediante la evasión artificiosa o con el sarcasmo satírico. El esperpento es una visión ridícula, deformada de la realidad que le sirve como reflejo de la época que le tocó vivir. Su obra cumbre fue Luces de Bohemia, que nos cuenta las últimas horas de un poeta pobre y ciego.
El Teatro Durante la Segunda República y Federico García Lorca
Cuando llegó la Segunda República en 1931, se apostó por el teatro como medio para ofrecer cultura al pueblo con iniciativas como “La barraca” de Federico García Lorca. También se desarrolló el teatro vanguardista de autores como Pedro Salinas y Rafael Alberti.
El teatro de Lorca es el más importante de su generación. Lorca primero crea un teatro de tipo poético, para continuar por la etapa vanguardista y terminar con las grandes tragedias de la última etapa (como intento de unir lo estético y lo popular), caracterizadas por el sentido social, el ansia de libertad, de justicia y de realización personal.
El Teatro Español Posterior a 1939
El Teatro en la Posguerra (Años 40)
Tras la Guerra Civil, el teatro se convirtió en un teatro de propaganda. Fueron años duros donde los escritores tenían dos opciones: el exilio o adaptarse a un país en división cultural, represión y censura. En el género teatral, este panorama se vio agravado por la falta de dramaturgos renovadores como Lorca y Valle-Inclán, ya fallecidos.
El teatro, que unos años antes había sido el espectáculo más preciado por el público, desarrolló en la posguerra unas tendencias similares a las de la novela y la poesía.
Durante los años 40, el teatro presenta escaso interés cultural. Se desarrollan dos vertientes:
- Teatro de evasión: donde lo más destacado es la comedia burguesa y un teatro ideológico.
- Teatro humorístico: salvo el de Miguel Mihura, no gustó a la burguesía, que se veía criticada en él.
El Teatro de Protesta y Denuncia (Años 50 y 60)
En los años 50, aparece un teatro existencial, de “protesta y denuncia“, que aborda los problemas de la sociedad española. Surgirán dos posturas:
- El posibilismo, defendido por Antonio Buero Vallejo, dispuesto a atenuar la crítica o insinuarla a través del simbolismo para superar la censura.
- El imposibilismo, defendido por Alfonso Sastre, un teatro sin tapujos, agitador de conciencias y transformador de la dura realidad.
A mediados de los 50 y en los 60, surgió el teatro social-realista, con temas sobre la injusticia social, la explotación y las precarias condiciones de vida de los trabajadores.
El Experimentalismo (Años 70)
Los años 70 vienen marcados por el experimentalismo. Se define por su oposición al realismo, lo que le genera muchas dificultades para ser representado. Sus características incluyen:
- Se basa en la escenografía, en técnicas audiovisuales, por encima del propio texto literario.
- La acción se distribuye en fragmentos que no constituyen una historia.
- Los personajes tienen carácter simbólico.
A finales de la década surgen grupos teatrales independientes que rechazan el teatro comercial y estrenan en locales alternativos. El espectáculo, la luz, la danza, el gesto o la música priman sobre el texto, que suele ser de creación colectiva, a partir del cual realizan diversas improvisaciones.
El Teatro en la Democracia (Años 80 y 90)
Con la llegada de la democracia, el teatro se vuelca en la representación de autores prohibidos hasta entonces y recibe un importante respaldo oficial: se crean instituciones como el Centro Dramático Nacional o la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Aparte de la labor teatral de estas instituciones, en los 80 se advierte una tendencia al neorrealismo, es decir, que se abordan temas de actualidad. Aparece así un nuevo costumbrismo, esta vez de tono irónico.
Desde los 90 se aprecian varias tendencias:
- Un teatro de marcado signo intelectual y reflexivo.
- Un teatro más narrativo.
- Un teatro vanguardista.