Fundamentos y Crítica de los Valores Occidentales

La cultura occidental está sostenida en unas normas morales, religiosas y políticas que dan sentido y orden a la vida. Sin embargo, son síntomas de una degeneración vital que pone límites a lo más auténtico y propio del ser humano.

Crítica de la Moral Occidental

Naturalización de la Moral

Para determinar el bien y el mal está la voluntad de poder. Lo bueno será lo que favorece la vida, la salud, el fortalecimiento, y lo malo será lo que la degenera, la enferme y la haga decaer. Los juicios morales son síntomas de salud y, según la potencia de vida, tendremos una moral u otra. Se produce una naturalización de la moral: existen valores naturales. Las morales desnaturalizan la moral al oponer moral y vida, por lo que hay que recuperar la naturalidad perdida y el valor de sus instintos naturales. Es una ética natural, producto de la vida, de los instintos y no de la razón. Tiene que ver con la salud.

Moral de Señores y Esclavos

Hay dos tipos de moral: la de señores, la de los fuertes. Lo bueno es todo cuanto eleva al individuo. Crean sus valores sin tener en cuenta a los otros. Satisfacen sus deseos y tensan sus pasiones hasta el límite. La moral de los esclavos es la moral de los débiles. La vida es demasiado dura como para dirigirla y su felicidad está en paraísos racionales o sobrenaturales que destruyen las pasiones. Resentidos y llenos de rabia, crean su moral por venganza y odio ante los valores fuertes. Sin embargo, ninguno es mejor. Los juicios de valor no son verdaderos, solo indican síntomas. Ambos generan la moral que les conviene, pero ninguno es culpable ni responsable. Cada centro de fuerza impone su perspectiva particular y valora el mundo de acuerdo con sus intereses vitales.

Transmutación de los Valores

Lo bueno es lo noble y aristocrático en el sentido superior, en mérito a los demás. Lo malo es lo vulgar, plebeyo, simple. Estas denominaciones han sido creadas por los nobles, los señores que tienen una voluntad capaz de valorar y afirmar sus experiencias vitales. Los seres incapaces de determinar su bien y mal realizan un motín cuyo efecto es la transmutación de los valores. Los insignificantes son los buenos y los superiores los malos; es el paso de la moral de los señores a la moral de los esclavos.

El Surgimiento de la Moral Occidental

La moral y la cultura son propias del ser humano occidental. El mundo pasa a ser gobernado por normas y prohibiciones rigurosas. Se elimina la oportunidad de crear valores propios, de ser amo y señor de la propia vida. La moral es una carga que nos impide desarrollar una voluntad de poder fuerte. El “bueno” es negación de uno mismo: bondad, indulgencia, benevolencia; un esclavo que obedece unas normas que matan la capacidad de afirmar la vida. Occidente ha hecho de la debilidad virtud.

Nacimiento de una Cultura del Resentimiento

Actúan desde el resentimiento, el odio y la envidia hacia los dominantes que tienen una voluntad de poder fuerte. Los débiles son victoriosos debido a su carácter gregario que les permite luchar unidos. Los señores son seres solitarios y el rebaño comparte el mundo moral que impone a los demás. El triunfo es introducir culpabilidad en su conciencia, un sentimiento de vergüenza por su felicidad.

Errores de la Moral Occidental

La moral occidental es una moral de esclavos, pues lucha contra los valores de la vida y reprime al ser humano fuerte, sensual e independiente. Los errores son:

  • Dogmatismo moral: Interpreta los valores morales como universales, objetivos y absolutos, eliminando así su carácter condicionado y el hecho de que sean una posibilidad más de valorar el mundo.
  • Antivitalismo de las normas morales: Van en contra de las tendencias de la vida, renunciando a lo vital.
  • Intelectualismo: El conocimiento es el medio para alcanzar la virtud y la felicidad. El sabio que primacía su parte racional y reprime lo pasional es ese modelo ideal de humano.

Crítica al Cristianismo y otras Religiones

El cristianismo es donde la moral de los esclavos se manifiesta de forma clara en Occidente. Es la religión de los débiles, de los insatisfechos, de los oprimidos. Su ideal es el autosacrificio, la castidad, la humildad, la compasión, la sumisión; son los valores propios de una humanidad débil y decadente. Los cristianos son seres resentidos que pretenden aniquilar a los seres superiores, generando en su mente sentimientos de culpa, remordimiento y pecado para que se avergüencen de su superioridad.

Los Enemigos del Alma

El resentimiento y el odio se manifiestan en los tres enemigos del alma:

  • El odio a este mundo: La Tierra es una terrible morada y el mundo un valle de lágrimas. La vida en la Tierra es un tránsito hacia la otra vida, y el más allá es algo deseable y apetecible, pero solo alcanzable al precio de renunciar a vivir con plenitud.
  • Odio a la vida: Para el cristianismo, lo virtuoso es reprimir la vitalidad, los instintos y las pasiones. Los sentimientos de placer como el orgullo o el erotismo se convierten en pecado.
  • Odio al cuerpo: Se presenta como algo devaluado, impuro, poseedor de instintos, sospechoso de pecado.

La religión cristiana y su moral representan una renuncia y desprecio a la vida. Ser creyente es un síntoma de decadencia y debilidad de la voluntad de poder. Para Nietzsche, no hay necesidad de Dios; solo lo necesitan aquellos que no pueden soportar la existencia, pues las religiones ofrecen identificaciones tranquilizadoras, huyendo de los enfrentamientos con la tragedia y miserias del mundo.

Crítica a la Democracia

Nietzsche sostiene que los valores democráticos son un cristianismo secularizado. Defiende reglas morales universales y crea nuevos ídolos que reemplazan al viejo Dios. Sigue siendo una moral de débiles en la que disminuye lo del cuerpo y aumenta lo de la “superioridad” (entendida como negación de lo vital).

Nietzsche dirige a la democracia dos críticas definidas:

  • Crítica a la igualdad: La igualdad es contraria al deseo de marcar diferencias que sigue la voluntad de poder fuerte. Lejos de ser un valor universal, es solo un interés particular de los inferiores. Los superiores no tienen ningún interés en ser iguales; disfrutan siendo diferentes. La igualdad es un refugio de la mediocridad.
  • Crítica a la dignidad: La dignidad y la libertad no se dan, se conquistan. Solo quien es merecedor de dignidad, quien está a la altura de las circunstancias y no es siervo que obedece, tiene derecho a mantenerla.

En definitiva, la democracia impide que las grandes personalidades incrementen la vida. Pues lo importante no es la felicidad y el avance del mayor número, sino el triunfo de la vida.