La poesía en la España de Franco y la transición

Tras vencer en la Guerra Civil (1936-1939), Franco se erige caudillo. Años 40, aislamiento internacional por el rechazo a una dictadura que, aparentando neutralidad, apoya a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial; pobreza y represión política. La década de los 50 supone el fin del aislamiento. En los 60, gran desarrollo económico pero faltan libertades, el contacto con otras democracias alentará la oposición a un régimen que se debilita hasta la muerte de Franco en 1975.

POESÍA DEL EXILIO

Las obras de los exiliados no llegan a España por la censura. Antes de morir en la cárcel, Miguel Hernández escribe Cancionero y romancero de ausencias, palabra dolorida por la guerra y la separación familiar. Juan Ramón Jiménez continúa con su etapa de poesía “intelectual” buscando la belleza, la eternidad, a Dios, etc. El resto de poetas escriben sobre el dolor y la injusticia de los grandes conflictos mundiales como Guillén en Clamor o Salinas en El contemplado, Alberti se muestra comprometido ideológicamente en Retornos de lo vivo lejano y Cernuda en Desolación de la quimera expresa su amargura y recuerdos en el exilio. León Felipe estuvo al margen de grupos y generaciones pero fue portavoz de los españoles emigrados: Español del éxodo y del llanto, añoranza de la patria lejana, protesta enérgica ante la injusticia y la derrota.

HASTA LOS AÑOS 50

Poesía arraigada Influenciada por Garcilaso y los poetas del Renacimiento; temas: el amor, la religión, el paisaje, la familia, el paso del tiempo, la muerte, Dios, el sentido imperial del estado. Poesía hecha por y para los vencedores de la guerra Métrica tradicional, el soneto es su estrofa preferida. Revistas poéticas que recogieron este tipo de poesía fueron Escorial y Garcilaso. Dionisio Ridruejo, Leopoldo Panero y Luis Rosales: La casa encendida, vivencias y recuerdos con un lenguaje directo e imágenes surrealistas.

Poesía desarraigada Surge como contraposición al garcilasismo. Los poetas desarraigados publican en la revista Espadaña, fundada por Eugenio de Nora y Victoriano Crémer. Poesía de tonos más humanos, refleja las inquietudes y las circunstancias de la terrible posguerra, presenta el mundo como un caos y una angustia, conecta con el existencialismo. Comienza esta tendencia con dos obras de escritores del 27: Hijos de la ira de Dámaso Alonso, obra desgarrada de carácter existencial con alusiones a la desastrosa situación existente, lenguaje crispado con palabras que no tienen nada que ver con el preciosismo garcilasista; y Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre, dolor por el paraíso perdido y por la humanidad alejada de su destino. La métrica utilizada es el versículo que, en muchos casos, se aproxima a la prosa.

DE LOS AÑOS 50 A LOS 70

A mediados de los 50, en pleno auge de la poesía social, surge un grupo de poetas a los que la crítica llama “Generación de los 50” o “Segunda generación de posguerra”, aunque su poesía marca los años 60. La forman Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral y José Manuel Caballero Bonald. Aunque no se incluyan en ella, escriben también Antonio Gamoneda, Francisco Brines, Claudio Rodríguez, Ángel Crespo, José Agustín Goytisolo y José Ángel Valente. Características: a) Posición crítica ante la realidad. b) Tono menos dramático que el de la poesía social. c) Preocupación por un lenguaje más cuidado, aunque habitualmente sobrio. d) Vuelta al intimismo, a lo subjetivo. e) Presencia, a veces, del humor, de la ironía o del escepticismo.

Ángel González combina la denuncia irónica con la poesía íntima y desilusionada: Áspero mundo. Gil de Biedma: Las personas del verbo, poesía selecta, irónica y sarcástica. Francisco Brines: Ensayo de una despedida: Poesía completa, poesía pura a partir de un lenguaje sencillo, de ritmo clásico y construcción elaborada. Claudio Rodríguez: Don de la ebriedad, versos densos y de gran sensibilidad. Antonio Gamoneda, poeta existencial del sufrimiento, la soledad y la muerte. Los Novísimos, llamados “culturalistas” por los aspectos culturales de su poesía, se alejan de lo social y caminan hacia la renovación formal. Se inspiran en los medios de comunicación, cine, deporte, etc. Algunos: Guillermo Carnero y Pere Gimferrer: La muerte en Beverly Hills. Otros de los 70: Antonio Colinas y Luis Alberto Cuenca. Poesía femenina. Gloria Fuertes: Que estás en la tierra, ternura y compromiso.

A PARTIR DEL 75

Escritores consagrados  y los Novísimos con sus tendencias experimentales. En los 80, la corriente dominante es la poesía de la experiencia: asuntos cotidianos, ámbito urbano, interés por lo biográfico e intimista, claridad y sobriedad; entre otros: Luis García Montero, Jon Juaristi, Ana Rossetti, etc. Otras corrientes: Neosurrealismo, Neopurismo, poesía trascendente (de valor simbólico) y poesía clasicista