Al terminar la Guerra Civil, el teatro español había perdido a los autores más innovadores de la época inmediatamente anterior, como Valle-Inclán, Lorca o Unamuno. Otros muchos estaban en el exilio: Max Aub, Alberti y Alejandro Casona, cuyas obras a partir del 36 no serían conocidas hasta muchos años después por el público español.
Mientras en los escenarios europeos se representaban obras muy novedosas, como el teatro épico colectivo de Bertolt Brecht o el “teatro del absurdo” de Eugène Sigue leyendo