Aristóteles: Problemas de la realidad, la moral, el ser humano y la sociedad

Problema de la realidad

Aristóteles, discípulo de Platón, propone una filosofía realista, rechazando el dualismo ontológico. Según él, la única realidad existente se encuentra en los individuos particulares del mundo sensible, perceptible por los sentidos. No existe ningún mundo inteligible formado por Ideas. Una de las primeras distinciones que realiza Aristóteles es la diferencia entre sustancia y accidentes. La sustancia es aquello que existe en sí mismo y no en otro, mientras que los accidentes son los atributos o modificaciones de la sustancia, es decir, lo que existe en otros. Utiliza el término de categoría para explicar las distintas maneras en las que los accidentes pueden calificar a las sustancias. Aunque creía que la auténtica realidad está compuesta por los individuos particulares que nos rodean, también admitía que cada individuo tiene una esencia que lo define. Para entender a qué se refiere con esencia, hay que distinguir materia y forma. La materia es aquello de lo cual está hecho algo, mientras que la forma es la manera en la que esta materia está organizada. Esta teoría, que afirma que la esencia se compone de materia y forma, se llama hilemorfismo. Para Aristóteles, la esencia consiste en la forma, ya que esta hace que algo sea lo que es y no otra cosa distinta. Sin embargo, para explicar lo que las cosas verdaderamente son, identificó cuatro principios fundamentales, las causas.



La cosmología

El modelo cosmológico de Aristóteles considera que el universo es geocéntrico y heterogéneo, eterno en el tiempo y limitado en el espacio. Por una parte, está el mundo sublunar, un espacio imperfecto y cambiante, en el que las cosas están compuestas de los cuatro elementos de Empédocles. Cada uno de estos tiende a ocupar su lugar natural. Así, la tierra se sitúa debajo del agua, que a su vez está situada debajo del aire y finalmente por debajo del fuego, el elemento más sutil. Por otra parte, se encuentra el mundo supra lunar, que es perfecto, eterno, inmutable y divino. Este está compuesto por un quinto elemento llamado éter. Según Aristóteles, el universo entero se mueve impulsado por un primer motor, un ser divino consistente en actividad pura, que mueve cuanto existe sin ser movido por nadie. Como este motor es pura forma, el resto del universo se mueve porque aspira a imitar la perfección y la belleza de este motor inmóvil.



Problema de la moral

El concepto central de la ética aristotélica es el de la eudemonía. La eudemonía o felicidad es el fin último de las conductas humanas, la razón final que explica todo acto. La ética aristotélica, por tanto, es teleológica. La felicidad es la vida completa, realizada. Del mismo modo que todo lo existente en la naturaleza tiende a un fin, el fin del ser humano es alcanzar la perfección, llevar al acto todas las potencialidades humanas. Aristóteles considera que la eudemonía es la vida a la que aspira todo ser humano y la razón última por la que se realizan todos los actos. Tiene las siguientes características: es una forma de actuar y vivir que consiste en el cultivo de las virtudes, no es por tanto un estado que se pretenda alcanzar. Aristóteles consideraba que estas circunstancias son un requisito para que una persona pueda ser feliz, ya que difícilmente una persona que viva en la pobreza puede ser feliz. Por tanto, la eudemonía depende de dos tipos de factores, los externos (dependientes del azar y circunstancias) y los internos (dependientes del cultivo de las virtudes de nuestro carácter e intelecto).



Problema del ser humano

Para Aristóteles, el ser humano es el animal con logos, puesto que esa es la característica esencial que nos distingue del resto de seres vivos. Además, el dominio de la palabra es lo que nos convierte en seres morales, porque gracias a ella podemos apreciar lo bueno y lo justo, esto asimismo está relacionado con nuestra sociabilidad natural. De acuerdo con su teoría hilemórfica, Aristóteles cree que un ser humano está compuesto de materia (cuerpo) y forma (alma). De acuerdo con Aristóteles, cuerpo y alma forman una unión sustancial inseparable, ya que el cuerpo es aquello de lo que estamos hechos y el alma es la configuración que adopta esta materia para hacer de nosotros lo que somos. La materia está asociada a la potencia, mientras que la forma está ligada al acto. En el caso del ser humano, el alma es aquello que determina la estructura de nuestro cuerpo y que nos permite estar vivos y razonar. El alma está relacionada con nuestra actividad vital e intelectual, y puede aplicarse a otros seres vivos, sin embargo, no todos los seres vivos son iguales, por lo que se distinguen tres funciones de alma: vegetativa, sensitiva y racional. Esta visión del alma tiene una consecuencia, si el alma está asociada al funcionamiento de un ser vivo, cuando este muere, el alma deja de existir.



Problema de la sociedad

En la filosofía aristotélica, la política y la ética forman una unión inseparable. Esto se debe a que Aristóteles creía que el ser humano es social por naturaleza, ya que hay que recordar que para Aristóteles la característica fundamental del ser humano es el logos, porque nos permite desarrollar nuestra sociabilidad natural. Por lo tanto, vivir con otras personas forma parte de nuestra condición humana, ya que no somos autosuficientes, sino que necesitamos integrarnos en la sociedad para sobrevivir. Al comparar los distintos sistemas de gobierno, Aristóteles concluyó que todos ellos se pueden agrupar en dos grupos: aquellos que son justos y buscan el bien común, y aquellos que son injustos y solo buscan un bien particular para beneficiar a aquellos que tienen el poder. A su vez, los sistemas políticos justos se pueden dividir en tres modalidades, dependiendo de cuántas personas controlen el poder: monarquía, aristocracia y democracia.