Movimientos de Vanguardia y la Generación del 27 en la Literatura Española

Las Vanguardias Literarias: Ruptura y Renovación Estética

Las vanguardias (del francés avant-garde, ‘en primera línea’) se consolidan en la segunda década del siglo XX y significan una verdadera ruptura con la literatura anterior. Son movimientos artísticos que se oponen a la estética vigente y que proponen, en manifiestos, su nueva concepción del arte. Estos ismos se suceden a un ritmo muy rápido: expresionismo, futurismo, cubismo, dadaísmo, surrealismo, etc.

Futurismo (1909)

Con Marinetti. Es absolutamente antirromántico y exalta la civilización mecánica y la técnica.

  • Temas como la máquina, el cine, la electricidad, el deporte.
  • El estilo busca el dinamismo y la rapidez verbal, rompiendo en ocasiones con la sintaxis para “dejar las palabras en libertad”.

Dadaísmo (1916)

Con Tristan Tzara. Recibe su nombre de un balbuceo infantil (“da-da”).

  • Este movimiento es la rebeldía pura.
  • Propugna liberar la fantasía de cada individuo, superar todas las inhibiciones y recurrir a un lenguaje incoherente.
  • El dadaísmo preparará el camino al surrealismo.

Cubismo (1913)

Con Apollinaire.

  • Propone fragmentar la realidad mediante composiciones libres.
  • Usa otros artificios como el collage.
  • Juega con la tipografía (tamaño de las letras, su disposición en el papel) formando imágenes visuales o caligramas.

Creacionismo (1916)

Con Vicente Huidobro. Movimiento hispánico que quiere “hacer un arte que no imite ni traduzca la realidad”.

  • El poema será creación absoluta, no imitación (“hacer un poema como la naturaleza hace un árbol”).
  • El poeta cultivará el “juego de azar de las palabras”.
  • Seguirán a Huidobro Juan Larrea (luego surrealista) y, sobre todo, Gerardo Diego.

Surrealismo (1924)

Con André Breton. Marca una crisis del arte puro y deshumanizado. Lo humano, lo social y lo político penetran de nuevo en la literatura.

  • Siguiendo a Freud y Marx, defienden liberar a la persona de los impulsos del subconsciente, de las normas sociales y de la represión ejercida por la burguesía.
  • Pretenden alcanzar una superrealidad (de ahí el nombre: sur réalité), la verdad oculta en lo más hondo de nuestras conciencias.
  • Liberación total del lenguaje (escritura automática, collage, reseña de los sueños, metáforas insólitas, imágenes oníricas).

Ultraísmo (1918)

Con Guillermo de Torre. Movimiento español efímero que recogió elementos futuristas y cubistas.

  • Su nombre indica la voluntad de ir más allá del novecentismo imperante.
  • Temas maquinistas y deportivos.
  • Busca imágenes nuevas y recurre a composiciones tipográficas como los caligramas y poemas visuales.

El Grupo Poético del 27

En torno a los años 20, surge un grupo de jóvenes poetas vinculados a las vanguardias. Algunos de ellos participan en el homenaje a Luis de Góngora celebrado en Sevilla en 1927, fecha que les dará nombre. Casi todos proceden de una clase media, liberal y culta, con una sólida formación universitaria, y están unidos por una estrecha amistad (algunos llegan a convivir en la Residencia de Estudiantes en Madrid).

Además, colaboran en las mismas revistas (Revista de Occidente, Verso y Prosa, Carmen, Lola, Litoral) y en diversos proyectos republicanos de difusión cultural como el grupo de teatro La Barraca.

Miembros y ‘Las Sin Sombrero’

Entre sus miembros, destacan Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Vicente Aleixandre, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados.

Los estudios actuales incorporan a esta nómina otros integrantes (sin distinción de géneros) injustamente olvidadas por la crítica, “las sin sombrero”: Concha Méndez, Ernestina de Champourcin, Josefina de la Torre, Rosa Chacel y Carmen Conde.

Características Comunes: La Tendencia al Equilibrio

Como característica común a todo el grupo destaca cierta tendencia al equilibrio:

  • Entre la tradición y la innovación: Asimilan los movimientos de vanguardia y la literatura extranjera, pero aprecian a los poetas clásicos. Junto a Bécquer, Rubén Darío, Juan Ramón o Antonio Machado, admiran a Manrique, Góngora, Garcilaso, Fray Luis, San Juan, Lope o Quevedo.
  • Entre lo culto y lo popular: Alberti cultiva el soneto en Cal y canto y la poesía neopopular en Marinero en tierra; Lorca, por su parte, escribe tanto los Sonetos del amor oscuro como el Romancero gitano.
  • Entre una poesía pura y deshumanizada y una poesía humanizada: Por influjo de Juan Ramón y de las vanguardias, y en la estela de Bécquer, la poesía popular y el surrealismo. Esto se observa en los poemas de Pedro Salinas, que cantan al amor, pero sin sentimentalismo, de forma conceptual (del yo al tú); en la obra de Jorge Guillén (de Cántico a Clamor), o en cómo se combinan ambos polos en la poesía de Gerardo Diego o Ernestina de Champourcin (poesía vanguardista y de tono religioso).
  • Entre lo universal y lo español: El andalucismo lorquiano de Poema del cante jondo y la universalidad de su Poeta en Nueva York son una clara muestra de ello.

Etapas del Vanguardismo en España

En España, el vanguardismo atraviesa tres etapas:

  1. 1. De 1908 a 1918: Se producen los primeros acercamientos a las vanguardias, sobre todo de la mano del novecentista Ramón Gómez de la Serna y sus greguerías, textos brevísimos, a menudo chistes, que esconden un juego o metáfora original. Él mismo las definió como “humorismo más metáfora”.
  2. 2. De 1918 a 1927: Dominan el panorama el creacionismo y el ultraísmo.
  3. 3. De 1927 a 1930: Con la influencia del surrealismo se produce la rehumanización de la poesía. A partir de 1930 las vanguardias comienzan su declive ante las urgencias políticas del momento.

Evolución Conjunta del Grupo del 27

En la evolución conjunta del grupo, se señalan tres etapas (aunque no se dan igual en todos los poetas):

1. Primera Etapa (Hasta 1927)

Los poetas reciben influencias muy diversas:

  • Lírica tradicional: Se percibe el amor por la lírica tradicional, presente en la poesía neopopular de los primeros libros de Alberti (Marinero en tierra), García Lorca (Romancero gitano) o Concha Méndez (Canciones de mar y tierra).
  • Poesía Pura y Vanguardias: Es palpable el magisterio de Juan Ramón y su poesía pura, que se refuerza con el influjo de las vanguardias: creacionismo en Gerardo Diego (Imagen, Fábula de Equis y Zeda) o ultraísmo en Lucía Sánchez Saornil.
  • Perfección Formal: El ansia de perfección formal y su admiración por los clásicos los llevan a cultivar las estrofas tradicionales (estancias en Égloga, elegía, oda, de Luis Cernuda; décimas y sonetos en Cántico, de Guillén).

Se trata, pues, de una poesía que, aunque parezca deshumanizada y hermética, no lo es del todo por la influencia de Bécquer y su amor por la lírica popular.

2. Segunda Etapa (De 1927 hasta 1936)

Etapa de plenitud del grupo. Su poesía se rehumaniza como consecuencia de la situación política y social de España y por la irrupción del surrealismo, especialmente en autores como Cernuda (Los placeres prohibidos, Donde habite el olvido) y Aleixandre (Espadas como labios, La destrucción o el amor), pero también en Lorca (Poeta en Nueva York, Sonetos del amor oscuro) y Alberti (Sobre los ángeles).

La liberación de la palabra, del verso (usan versos libres y versículos) y de la imagen les permite expresar los más hondos sentimientos humanos:

  • El amor (La voz a ti debida, Razón de amor, de Salinas).
  • El ansia de plenitud (Cántico).
  • Las frustraciones (Marzo incompleto, de Josefina de la Torre).
  • Las inquietudes existenciales o sociales (El poeta en la calle, de Alberti).

La revista más representativa de la etapa es Caballo Verde para la Poesía. Los textos “La aurora”, de Federico García Lorca, y “Espera”, de Ernestina de Champourcín, de la actividad 16, se encuadran en esta segunda etapa.

3. Tercera Etapa (Después de la Guerra Civil)

Tras la contienda, el grupo se rompe: Lorca ha sido asesinado y la mayoría se exilia (quedan en España, por diversos motivos, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Josefina de la Torre y Carmen Conde). Cada poeta sigue su rumbo, pero nunca abandona el cultivo de una poesía humana.

Poesía del Exilio

Entre los exiliados, está presente en los primeros años el tema de la guerra y la rabia contra los vencedores. Después llegarán la nostalgia por la patria perdida y el deseo de regresar. En esta poesía del exilio, destaca Clamor, de Guillén; Retornos de lo vivo lejano, de Alberti; y buena parte de los poemas de Luis Cernuda (cuya obra completa se reunió bajo el título de La Realidad y el Deseo).

Poesía en España

En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, existencial (Hijos de la ira, de Alonso; Sombra del paraíso, de Aleixandre; Mujer sin Edén, de Carmen Conde) o esperanzado (Alondra de verdad, de Gerardo Diego).