Panorama de la Literatura Española: Realismo, Naturalismo, Novecentismo y Generación del 98

Realismo y Naturalismo en la Literatura Española

El realismo y el naturalismo son dos corrientes literarias unidas por su visión objetiva de la realidad.

El Realismo: Etapas y Autores Fundamentales

La novela realista se dividió en dos etapas:

  1. Prerrealismo: Predominaba el gusto por lo pintoresco y lo costumbrista.
  2. Realismo: Caracterizado por la búsqueda de la objetividad, el empleo del diálogo con intención verista, la introducción de descripciones detalladas y el interés por los temas contemporáneos.

Autores Destacados del Prerrealismo

  • Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero), con La Gaviota.
  • Pedro Antonio de Alarcón, autor de El sombrero de tres picos.

Autores Clave del Realismo

Entre sus principales autores se encuentran:

  • José María de Pereda, con Peñas arriba.
  • Juan Valera, con Pepita Jiménez.
  • Benito Pérez Galdós, quien dividió su producción novelística en cuatro etapas:
Etapas Novelísticas de Benito Pérez Galdós
  1. Episodios Nacionales: Relató la historia de España a través de 46 novelas.
  2. Novelas de Tesis: Planteó conflictos éticos o filosóficos en los que las ideas conservadoras se contraponen a los principios liberales. La más destacada es La Fontana de Oro (1870), obra con la que se inició el realismo.
  3. Novelas Españolas Contemporáneas: Reflejó la sociedad de su época, defendió las ideas liberales y criticó las desigualdades sociales, destacando Fortunata y Jacinta y La desheredada.
  4. Novelas Idealistas: Desarrolló conflictos de tipo moral, como en Misericordia.

También sobresalió Leopoldo Alas “Clarín”, cuya narrativa muestra influencia del naturalismo, con obras como La Regenta (que refleja la lucha de clases) y diversos relatos breves.

El Naturalismo: Características y Representantes

El naturalismo, iniciado por Émile Zola, llegó a España gracias a Emilia Pardo Bazán. Se caracterizaba por el interés en la dimensión fisiológica y biológica de los personajes, así como por el análisis de las condiciones de vida de las clases más desfavorecidas.

Emilia Pardo Bazán y Los pazos de Ulloa

Su máxima representante fue Emilia Pardo Bazán con Los pazos de Ulloa, una novela que comienza con la llegada del joven sacerdote Julián Álvarez al servicio del marqués don Pedro Moscoso. Allí, Julián no tarda en descubrir la decadencia del lugar y las violentas costumbres de su dueño. La obra aborda temas como la violencia, el caciquismo y la oposición entre civilización y barbarie, y está narrada por una voz omnisciente.

También destacó Vicente Blasco Ibáñez, con Cañas y barro.

El Teatro Realista y la Poesía

En el teatro realista se produjo una importante renovación, ya que se abandonó la declamación exagerada y se buscó una interpretación más natural. Destacaron:

  • Antón Chéjov, con La gaviota.
  • Henrik Ibsen, con Casa de muñecas.

Predominaron dos subgéneros:

  1. Alta Comedia: De trama sentimental y final feliz, cultivada por autores como Manuel Cañamaque y Baus, con Un drama nuevo, y José Echegaray, con La duda.
  2. Teatro Social: En el que sobresalieron Joaquín Dicenta, con Juan José, y Benito Pérez Galdós, con La loca de la casa.

La poesía perdió protagonismo y se limitó a dos líneas principales:

  • Poesía Antirromántica y Prosaica: Que parodiaba los tópicos del romanticismo y tuvo como máximo representante a Ramón de Campoamor, con Doloras.
  • Poesía Filosófica: Que reflexionaba sobre cuestiones sociales o éticas, representada por Gaspar Núñez de Arce, con Gritos de combate.

El Novecentismo (Generación de 1914)

El Novecentismo comenzó cuando José Ortega y Gasset, su principal ideólogo, publicó Meditaciones del Quijote. Este movimiento se caracteriza por el afán de innovación, el racionalismo, el europeísmo, el intelectualismo, el elitismo y el clasicismo.

El Ensayo Novecentista: José Ortega y Gasset

En el ensayo destacó José Ortega y Gasset, cuya obra aborda tres grandes temas:

  1. La Razón Vital y la Existencia: Afirma que la vida solo puede comprenderse desde las circunstancias del yo, que deben analizarse con la razón (ejemplo: El espectador).
  2. El Arte: Defendido como un arte deshumanizado que evita lo sentimental y busca la belleza pura, independiente de la realidad (ejemplo: La deshumanización del arte).
  3. España: Propone modernizar el país y critica los particularismos que han frenado su progreso (ejemplos: Meditación del Quijote y España invertebrada).

Otros Ensayistas Relevantes

También destacó Eugenio d’Ors, que cultivó la glosa, un artículo breve y reflexivo, y defendió la importancia de la razón, el clasicismo y el espíritu de modernidad. Entre sus obras más relevantes están Tres horas en el Museo del Prado y Nuevo glosario. Otros ensayistas de la época fueron:

  • Manuel Azaña
  • Salvador de Madariaga (De Galdós a Lorca)
  • Gregorio Marañón (El Conde-Duque de Olivares)
  • Claudio Sánchez-Albornoz (En torno a los orígenes del feudalismo)
  • Américo Castro (La realidad histórica de España)

La Novela Novecentista

La novela novecentista se caracteriza por el cuidado del lenguaje, la minuciosidad estilística y el predominio de la reflexión sobre la acción.

Gabriel Miró

Destacó Gabriel Miró. Su primera etapa trata temas como el erotismo, el amor o la enfermedad, con una prosa lírica y final trágico (ejemplo: Las cerezas del cementerio). En su etapa novecentista escribió Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, que forman la “novela de Oleza”, donde aborda el paso del tiempo y los cambios sociales con un estilo fragmentario, crítico y estético.

Ramón Pérez de Ayala

También sobresalió Ramón Pérez de Ayala, marcado por las digresiones y la experimentación formal. Su obra pasa por una etapa autobiográfica (influida por el realismo y el naturalismo), una etapa de transición (con novelas más líricas) y una etapa de los grandes temas, donde emplea técnicas como el perspectivismo o el análisis del subconsciente. Su novela más destacada es Belarmino y Apolonio.

La Poesía Novecentista: Juan Ramón Jiménez

En poesía sobresalió Juan Ramón Jiménez, cuya trayectoria se divide en tres etapas:

  1. Etapa Sensitiva (1898-1915): Mantiene influencias modernistas.
  2. Etapa Intelectual (1916-1936): Se caracteriza por la desnudez expresiva, el verso libre y la reflexión trascendental; destacan Diario de un poeta recién casado y Poesía.
  3. Etapa Suficiente (1937-1958): Gira en torno a la muerte, la eternidad y la depuración del lenguaje, con obras como Espacio y Dios deseando y deseante.

Además, Juan Ramón Jiménez empleó una ortografía propia, suprimiendo grafías que consideraba innecesarias.

Comentario Crítico: El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza

El misterio de la cripta embrujada, publicada en 1979, combina el género policiaco con el humor propio de la literatura de la Transición, una etapa marcada por la recuperación de la libertad creativa tras el franquismo. En ese contexto histórico, Mendoza apuesta por renovar los géneros tradicionales mediante la parodia y la ironía, rasgos característicos de la narrativa española del momento. La novela refleja, además, la ruptura con modelos anteriores y la intención crítica hacia distintos ámbitos sociales.

Argumento y Recursos Narrativos

La historia presenta una investigación policial en la que un protagonista anónimo, marginal y obligado a colaborar con la policía, intenta resolver la desaparición de una alumna. El argumento, aunque sencillo, permite reconocer:

  • La parodia del género detectivesco.
  • La figura del loco-cuerdo, heredera del Quijote.
  • La crítica a la alta sociedad y a ciertos sectores religiosos, tratados con un tono grotesco.

La intertextualidad con el Lazarillo, visible en la capacidad del narrador para sobrevivir a situaciones adversas, refuerza la dimensión satírica de la obra. El uso de humor escatológico diferencia claramente esta novela de la policiaca tradicional.

Relevancia y Conclusión

Mendoza emplea el humor como vehículo de crítica social, lo que mantiene vigente la obra y demuestra la habilidad del autor para unir reflexión y entretenimiento. Fue un libro relevante para su época porque renovó el género policíaco en España y abrió nuevas posibilidades narrativas en un momento de cambio. En conjunto, se trata de una novela ingeniosa y eficaz como sátira.

Modernismo y Generación del 98

Contexto Histórico: El Desastre del 98

La insurrección de Cuba provocó la pérdida de las últimas colonias españolas: Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam, hecho conocido como el Desastre del 98, a partir del cual surgieron los intentos regeneracionistas.

El Modernismo

El modernismo, influido por el simbolismo, el parnasianismo y el decadentismo, buscó renovar el lenguaje poético. Se caracterizó por:

  • La búsqueda de musicalidad y belleza formal.
  • El gusto por lo exótico y lo sensorial.
  • La evasión en el tiempo y el espacio.

Rubén Darío: Máximo Exponente

Su máximo representante fue Rubén Darío, autor de:

  • Azul (1888): Obra influida por el parnasianismo.
  • Prosas profanas: De estilo recargado y temas amorosos y eróticos.
  • Cantos de la vida y esperanza: Con tono más sobrio y humano, donde reflexiona sobre el paso del tiempo.

Otros Poetas Modernistas

En poesía también destacó Antonio Machado, con Soledades. Galerías. Otros poemas, donde hace de la poesía un diálogo interior y trata temas como el tiempo, el sueño, el amor, la muerte y la experiencia personal. Otros poetas importantes fueron Manuel Machado, autor de Alma y El mal poema, y Juan Ramón Jiménez, cuya obra se divide en tres etapas: sensitiva (de tono sentimental, ejemplo: Elegías), intelectual y suficiente (más depurada, ejemplo: La soledad sonora).

La Generación del 98

La Generación del 98 comenzó con el Manifiesto de los tres, firmado por Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y José Martínez Ruiz (Azorín). Los autores de este grupo se centraron en España, el paisaje castellano y la reflexión existencial, renovando el lenguaje literario con un estilo sobrio, natural y ensayístico, donde predominan las ideas sobre la acción.

Poesía del 98

En la poesía del 98 sobresalió Antonio Machado con Campos de Castilla, donde el paisaje se convierte en símbolo moral. Destacan poemas como La tierra de Alvargonzález, que recrea el mito de Caín, y Proverbios y cantares, marcados por la pérdida de Leonor.

La Novela Noventayochista

Coexistieron dos tendencias:

  • Realista y Naturalista: Con Vicente Blasco Ibáñez (Cañas y barro) y Concha Espina (La esfinge maragata).
  • Erótica: Representada por Felipe Trigo (Las ingenuas).

Estas novelas se caracterizan por la experimentación narrativa, el juego con el punto de vista y el tratamiento del tiempo.

Miguel de Unamuno y la Nivola

Miguel de Unamuno defendió una escritura lírica e introspectiva y creó la nivola, género caracterizado por la brevedad, la ausencia de fábula y el uso del diálogo. Entre sus obras destacan:

  • Niebla (1914), de carácter metaliterario.
  • Abel Sánchez, sobre el mito de Caín y Abel.
  • La tía Tula, que trata la maternidad y las presiones sociales.
  • San Manuel Bueno, mártir, sobre el problema de la fe.
Pío Baroja

Pío Baroja se caracteriza por su acción dinámica, pesimismo existencial y estilo sobrio. Sus principales obras son Camino de perfección, La lucha por la vida —que retrata la marginalidad social— y El árbol de la ciencia (1911), donde contrapone la acción y la reflexión.

También destacaron José Martínez Ruiz (Azorín), con La voluntad, y Ramón María del Valle-Inclán, con las Sonatas y El ruedo ibérico.

El Teatro de Principios del Siglo XX

El teatro de principios del siglo XX se dividió en teatro comercial y teatro renovador.

Teatro Comercial

Sobresalieron:

  • Jacinto Benavente, con Los intereses creados.
  • Carlos Arniches, con La señorita de Trevélez (tragedia grotesca).
  • Pedro Muñoz Seca, con La venganza de don Mendo (astracán).

Teatro Renovador

Destacó Miguel de Unamuno (El otro), el teatro surrealista (Lo invisible), el teatro poético con Eduardo Marquina (Las hijas del Cid) y Francisco Villaespesa (El alcázar de las perlas), y el teatro de Jacinto Grau (Los tres locos del mundo).

Ramón María del Valle-Inclán

Valle-Inclán cultivó todos los géneros teatrales:

  • Simbolista (El marqués de Bradomín).
  • Tragedia (Divinas palabras).
  • Farsa (La marquesa Rosalinda).
  • Esperpento (Luces de Bohemia).
  • Teatro breve (Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte).