La Narrativa Española de Posguerra: Del Tremendismo a la Experimentación
Los Años 40: Realismo Tremendista
Los años 40 están marcados por las consecuencias del conflicto. Conviven por entonces diversas tendencias: a las notas triunfalistas, el deseo de evasión o el retorno al formalismo clásico, pronto surge una literatura inquietante y cargada de angustia, presente en la poesía desarraigada de Blas de Otero o Gabriel Celaya. En esta última línea predomina el enfoque existencial, que suele ser producto de las posguerras, así como una incipiente preocupación social.
La época está marcada por cierta desorientación y por la búsqueda de cauces por los que pueda transcurrir una literatura acorde con el momento que se vive. Se “secuestran” las obras sociales de preguerra y se desconocen las obras de los exiliados.
A pesar de las dificultades propias del momento, el género narrativo se desarrolla paulatinamente de la mano de escritores notables como Miguel Delibes, Camilo José Cela, Carmen Laforet, Ana María Matute, entre otros. Se fomentan los concursos literarios (como el Premio Nadal).
Una de las primeras líneas originales de esta década fue el llamado tremendismo, inaugurado por Camilo José Cela con su novela La familia de Pascual Duarte. Cela ofrece una agria visión de los aspectos más míseros y brutales de la realidad (también presente en La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes).
Los Años 50: Realismo Social
“Hacia 1951 la literatura española dio un giro y empezó a marchar por la senda del realismo objetivo”. 1951 es el año de publicación de La colmena, segunda obra de Cela, con la que se inicia un decenio marcado por la estética del realismo social. Siguen publicando autores de la época anterior (Delibes escribe El camino).
Surge una generación de narradores. El objetivo de estos novelistas es ofrecer el testimonio de la realidad española desde una conciencia ética y cívica. Pretenden que la palabra sirva de estímulo para el cambio social (la literatura se concibe como un arma política); por ello, la mayoría opta por moderar la denuncia para que llegue al mayor número de lectores.
El relato trata de reflejar de modo objetivo la realidad. El narrador se limita a presentar escenas, personajes y hechos como si fuera una cámara cinematográfica. A esta forma de narrar se la denomina objetivismo. A esta tendencia pertenecen Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos, Rafael Sánchez Ferlosio, Ana María Matute o Carmen Martín Gaite.
Se han señalado diversos precedentes de la narrativa objetivista: el neorrealismo italiano, algunos escritores americanos de la llamada Generación Perdida y el nouveau roman francés. Los críticos han hablado del influjo de Galdós y Baroja, y la admiración que despierta Antonio Machado.
El grado máximo de la técnica objetivista será el conductismo: el narrador se limitará a registrar la pura conducta externa de individuos o grupos y a recoger sus palabras, sin comentarios ni interpretaciones. Un ejemplo es El Jarama, de Rafael Sánchez Ferlosio.
Ciertos autores optan por una crítica más directa como José Manuel Caballero Bonald, Juan García Hortelano, Juan Goytisolo, Luis Goytisolo, Alfonso Grosso, entre otros. La técnica empleada en sus obras ha sido denominada realismo crítico, que consiste en la denuncia de las desigualdades y las injusticias, a través de su explicación y análisis.
En estos autores es decisiva la influencia de los novelistas norteamericanos de la Generación Perdida.
La Generación Perdida: Influencia en la Literatura Española
Una de las generaciones que más influyó en nuestra literatura de posguerra es, sin duda, la denominada Generación Perdida norteamericana. Son narradores que no creen en el sistema de valores anteriores a la Primera Guerra Mundial y, por ello, se encuentran desarraigados en su propia nación.
Autores Destacados de la Narrativa de Posguerra
Camilo José Cela (1916-2002)
Ingresó en la RAE. Recibió el Premio Nacional de Literatura, el Premio Príncipe de Asturias, el Premio Nobel de Literatura y el Premio Cervantes.
Miguel Delibes (1920-2010)
Obtuvo el Premio Nadal con La sombra del ciprés es alargada, el Premio Nacional de Literatura con Diario de un cazador, el Premio Cervantes y el Premio Príncipe de Asturias. Ingresó en la RAE.
Ana María Matute (1926-2014)
Galardonada con el Premio Nadal por Los Abel, el Premio Café Gijón por Fiesta al noroeste, el Premio Planeta por Pequeño Teatro, el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Literatura por Los hijos muertos, el Premio Nadal por Primera Memoria, el Premio Fastenrath de la RAE por Los soldados lloran de noche, el Premio Lazarillo de Literatura Infantil por El polizón de Ulises, y el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por Solo un pie descalzo. Publicó uno de sus mayores éxitos, Olvidado rey Gudú. En 2008 salió a la luz su novela Paraíso inhabitado.
Rafael Sánchez Ferlosio (1927-2019)
Recibió el Premio Nadal con El Jarama y el Premio Cervantes.
La Poesía Española de Posguerra
Ángel González (1925-2008)
Galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y miembro de la RAE.
El Teatro Español de Posguerra
Teatro Triunfante
El teatro triunfante propone una clara continuidad con las formas y los temas. Los autores que conciben el espectáculo teatral son Jacinto Benavente, Joaquín Calvo Sotelo, entre otros. La alta comedia benaventina no trata de innovar ni presenta una disposición a la ruptura. Los autores de esta tendencia realizan un teatro histórico y triunfalista, en el que se intenta recuperar las glorias del pasado Imperio Español.
Además de la alta comedia, se muestra una clara tendencia al teatro de humor. Los representantes más destacados son Jardiel Poncela y Miguel Mihura.
Generación Realista: Teatro de Denuncia y Protesta
Esta generación engloba una serie de autores que se inician sobre los años cincuenta, tras las huellas de Buero o Sastre. Los temas que tratan son las injusticias sociales. Su lenguaje es violento, incluso desafiante, directo, sin eufemismos, claramente opuesto al lenguaje altisonante y neutro del teatro “oficial”.
Otros Autores Relevantes en la Narrativa
Juan Goytisolo (1931-2017)
Recibió el Premio Nacional de Literatura.
Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999)
Galardonado con el Premio Nacional de Literatura, el Premio Príncipe de Asturias y el Premio Cervantes.
Marco Histórico y Evolución Literaria (Años 60 en adelante)
Los años sesenta representan el comienzo de cambios sustanciales en la vida social, económica y cultural de España. Al desarrollo económico se une el incremento de contactos con el exterior y cierta flexibilidad en el control de la censura.
En 1975, la muerte del general Franco supone el final de la dictadura y la restauración de la democracia. La delicada situación política, encabezada por el rey Juan Carlos I y secundada por políticos como Adolfo Suárez, Felipe González, entre otros, dio paso a un periodo de transición ejemplar que ha sido reconocido como modelo en otros muchos países.
La literatura en lengua española se abre nuevamente al mundo y conecta con el vertiginoso cambio que está provocando la sociedad de la información. El ocio se ha convertido en un factor propicio para fomentar todo tipo de consumismo; la literatura compite con numerosas formas de entretenimiento y aún es capaz de generar un gran número de publicaciones anuales, con autores como Eduardo Mendoza, Rosa Montero, entre otros.
La Narrativa: Novela Experimental y Superación del Realismo
Se considera 1962 la fecha de inicio de esta nueva etapa de la narrativa española, con la publicación de Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos, y La ciudad y los perros, de Mario Vargas Llosa. Las nuevas formas se imponen hacia 1966-1967, y se da fin al realismo social.
El cambio se vio impulsado con la incorporación de figuras consagradas de la Generación del 36 (Camilo José Cela o Miguel Delibes) y de la década de los cincuenta (Juan Goytisolo). La renovación de la creación novelística se fundamenta en los siguientes factores:
- Los lectores se sienten cansados de la novela social, centrada en los aspectos críticos y desinteresada en la forma.
- El desengaño de la función social de la novela conduce a una revalorización de los aspectos formales y a la recuperación de la imaginación y del subjetivismo, lo que favorece los elementos líricos.
- La irrupción de la novela hispanoamericana y el conocimiento de la obra de los autores exiliados contribuyen al florecimiento de esta nueva etapa.
En este periodo se habla de novela experimental, concepto que afecta a tres aspectos de la composición de la novela:
- Relieve de la estructura formal.
- Indagación de la estructura de la conciencia personal.
- Exploración de la estructura del contexto social.
Este nuevo concepto de novela, basado en lo que se ha denominado deconstrucción, implica también transformaciones en: acción, personajes, punto de vista, estructura, diálogos, descripciones.
Últimas Generaciones de Poetas (Desde los Años 70)
Desde los años 70 se advierte una mayor variedad en la lírica española. Aparecen nuevas tendencias:
- Experimentalismo: basado en la utilización de antiguas técnicas vanguardistas (collages, poemas visuales…).
- Culturalismo: influencia del mundo clásico grecolatino o la Edad Media.
- Poetas metalingüísticos: la también llamada poesía del silencio o minimalista, entronca con la poesía pura.
- Poesía de la conciencia: son poetas que pretenden sacudir la conciencia; la poesía se concibe como acción social y hasta política.
- Surrealismo: en los ochenta podemos destacar una línea de recuperación del surrealismo (Ana Rossetti).
- Poesía de la experiencia: es la tendencia poética más característica de los últimos años. Se produce una recuperación de la generación del medio siglo y una revisión de la tradición literaria previa. Se observa una tendencia a la recuperación de ciertas formas métricas combinadas con el uso de un lenguaje perteneciente al mundo de lo cotidiano. Se aprecian elementos irónicos. En cuanto a los temas, destacan los urbanos. Se aprecia un lenguaje muy elaborado y elegante. Autores: Luis García Montero, Andrés Trapiello, Vicente Gallego, entre otros.