Recorrido Histórico de la Literatura Moderna: Del Romanticismo al Teatro del Absurdo

El Teatro del Siglo XX: Compromiso y Existencialismo

Panorama general. Durante el siglo XX, conviven dos líneas de desarrollo del género dramático: un teatro comprometido con la realidad, reflejo de inquietudes sociales o políticas; y un teatro no realista, de carácter simbólico, cauce de expresión de los conflictos existenciales. Sin embargo, en algunos casos, el teatro comprometido no se ajusta al canon del realismo y existen obras de difícil adscripción. Un rasgo característico del teatro de los últimos decenios es la importancia que cobran los elementos no verbales de la representación.

El Teatro de Fin de Siglo

Las primeras tentativas de superación del realismo y del naturalismo del teatro del siglo XIX son:

  • El teatro simbolista de Oscar Wilde (Salomé) o Maeterlinck (Peleas y Melisenda).
  • El teatro de Alfred Jarry (Ubú rey), antecedente del teatro del absurdo.
  • Luigi Pirandello y sus Seis personajes en busca de autor, obra en la que reflexiona sobre la inexistencia de una verdad única y la necesidad humana de creer en un dios.

El Teatro del Absurdo

Las obras de la corriente teatral dominante en la escena europea durante los años cincuenta y sesenta son alegorías de la condición humana y reflejan una visión del mundo pesimista y escéptica, cuyo trasfondo filosófico es el existencialismo ateo de Sartre y Camus.

Los temas recurrentes en esta tendencia son:

  • La falta de una justificación última que dé sentido a la vida.
  • La pérdida de identidad del ser humano.
  • La inutilidad del lenguaje, que condena a los hombres a la incomunicación.

Entre sus mecanismos dramáticos característicos destacan:

  • La inexistencia de una intriga o acción única (episodios inconexos).
  • La ausencia de coherencia psicológica en los personajes.
  • La reducción del lenguaje a una sucesión de sonidos o enunciados sin sentido.

Autores Clave del Teatro del Absurdo

Eugène Ionesco

Es el iniciador del teatro del absurdo con La cantante calva, una conversación disparatada y trivial de dos parejas burguesas. Es autor, además, de Las sillas, sobre la imposibilidad de la comunicación; y Rinoceronte, sobre la amenaza que se cierne sobre el individuo en los Estados totalitarios o en la sociedad contemporánea.

Samuel Beckett

Su pieza más representativa es Esperando a Godot, obra maestra del teatro del absurdo. En ella, Vladimir y Estragón esperan en balde a Godot mientras tratan de llenar el vacío de su existencia.

El Teatro Existencialista

Representado por Jean-Paul Sartre (A puerta cerrada, Las moscas) y Albert Camus (El malentendido, Calígula). Recogen temas e inquietudes del teatro del absurdo, pero lo plasman en obras formalmente convencionales.

Bertolt Brecht y el Teatro Épico

Brecht es el máximo exponente del teatro de compromiso, medio de denuncia de las desigualdades sociales y la opresión política. Intenta evitar la identificación emocional, que anularía el juicio crítico del espectador, por medio de mecanismos de extrañamiento:

  • El empleo de un narrador.
  • Carteles.
  • Escenarios no ilusionistas.
  • Fragmentación en escenas autónomas.

Las principales obras de Brecht son La ópera de tres centavos, Terror y miseria del III Reich, la fábula El alma buena de Se-Chuan; y las piezas de ambientación histórica Vida de Galileo y Madre Coraje y sus hijos.

El Realismo Norteamericano

En el teatro realista destacan tres grandes autores estadounidenses:

  • Eugene O’Neill. Su obra más influyente es Largo viaje hacia la noche, una descarnada disección de las relaciones familiares. En este drama, el autor hace un viaje simbólico hacia la toma de conciencia de un fracaso vital.
  • Tennessee Williams. En sus obras (Un tranvía llamado deseo, La gata sobre el tejado de zinc caliente), indaga en los conflictos familiares a través de personajes atormentados, vencidos por el rencor, la culpa o la insatisfacción.
  • Arthur Miller. Frente al psicologismo de los anteriores, sus dramas (Las brujas de Salem, Panorama desde el puente) presentan una acusada dimensión social y política.

Fuera de Estados Unidos sobresalen el británico John Osborne, cuya obra Mirando hacia atrás con ira es el punto de partida del teatro de los Jóvenes Airados; y el teatro neorrealista italiano de Eduardo de Filippo.

El Romanticismo: Idealismo, Sentimiento y Rebeldía

Contexto Histórico y Orígenes

El Romanticismo es un movimiento artístico y literario que surgió a fines del siglo XVIII en Inglaterra y Alemania, coincidiendo con la Revolución francesa, la Restauración, las oleadas revolucionarias o la incipiente Revolución industrial. En él conviven dos tendencias: liberal y conservadora.

El Sturm und Drang

El Romanticismo tuvo su preludio en el Sturm und Drang alemán, corriente literaria que reaccionó contra la Ilustración otorgando mayor importancia a los sentimientos. Su principal representante es Goethe.

La Cosmovisión Romántica

Los principales rasgos que definen el ideario romántico son:

  • El idealismo y el culto al yo.
  • El irracionalismo.
  • La inclinación al nihilismo o bien a una exaltación religiosa panteísta o cristiana.
  • El desacuerdo con el mundo, que surge del choque entre el ideal y la realidad (entre naturaleza y civilización), o del rechazo a una sociedad conservadora. Se manifiesta en el deseo de evasión, la rebeldía e incluso el suicidio.

La Poesía Romántica

En la lírica del periodo están presentes temas como:

  • La angustia existencial por el anhelo irrealizable del ideal.
  • El desengaño amoroso.
  • La amada muerta en plena juventud.
  • La poesía como único modo de dar sentido a la vida.
  • La naturaleza virgen o indómita, con la que el poeta ansía fundirse.

Se produce además una revitalización de la poesía narrativa, consecuencia del interés por el folclore, protagonizada por personajes rebeldes o marginales (Caín, don Juan…).

La Lírica Europea

Lírica Inglesa

Se distinguen dos grupos, cuyas intensas vidas, entrelazadas por la amistad, encarnan el espíritu romántico:

  • Los Poetas de los Lagos: William Wordsworth (La abadía de Tintern, El preludio) y Samuel Taylor Coleridge (La balada del viejo marinero, Kubla Khan).
  • Los Poetas Satánicos: Lord Byron (Don Juan), Percy B. Shelley y John Keats (Oda a una urna griega).
Lírica Alemana

Destacan Schiller (Oda a la alegría, Los dioses de Grecia), Hölderlin (Archipiélago, Pan y vino), Novalis (Himnos a la noche) y Heine (Intermezzo, con poemas breves de temática amorosa que influirán en Bécquer).

Lírica Italiana: Leopardi

El autor más representativo es Giacomo Leopardi, autor de 41 Cantos que son expresión depurada del pesimismo romántico; en ellos, el yo poético es un ser solitario y desengañado, que sufre por un amor nunca correspondido.

Lírica Francesa: Nerval

En Francia, junto con Lamartine, Alfred de Vigny, Alfred de Musset o Théophile Gautier, destaca Gérard de Nerval, autor de una colección de doce sonetos titulada Las quimeras.

La Narrativa Romántica

Los principales subgéneros cultivados son los siguientes:

  • Novela histórica. Recreación verosímil del pasado relacionada con el deseo de evasión de la realidad. Títulos significativos: Ivanhoe, de Walter Scott; Los novios, de Alessandro Manzoni, y Notre Dame de París, de Víctor Hugo.
  • Narrativa fantástica y de terror. Refleja el irracionalismo propio del Romanticismo: El castillo de Otranto, de Walpole; El vampiro, de Polidori; Frankenstein, de Mary Shelley; las narraciones de E. T. A. Hoffmann; y los cuentos de Irving y Poe.
  • Novela de aprendizaje y novela epistolar. En la novela de aprendizaje sobresalen Las aventuras de Wilhelm Meister, de Goethe, y Enrique de Ofterdingen, de Novalis. La novela epistolar cuenta con uno de los títulos paradigmáticos del Romanticismo: Las penas del joven Werther, de Goethe. En este subgénero destacan también Últimas cartas de Jacopo Ortis, de Ugo Foscolo, o Hiperión, de Hölderlin.

El Drama Romántico

En su reacción contra el teatro clásico francés, se caracteriza por la predilección por el drama histórico, con personajes que luchan contra la opresión y experimentan un amor puro que acaba trágicamente. El ansia de libertad se traduce en la ruptura de la regla de las tres unidades. Algunos títulos significativos son Fausto, de Goethe; Guillermo Tell, de Schiller; y Hernani, de Víctor Hugo.

La Renovación de la Narrativa en el Siglo XX

Características de la Narrativa Moderna

Los cambios en los ámbitos político, social, económico y científico del siglo XX ponen en cuestión la antigua manera de narrar. Se abandona el modelo realista y se inicia un proceso de renovación formal cuyos principales rasgos son:

  • El subjetivismo.
  • El predominio de la primera persona.
  • La multiplicación de las voces narrativas y los puntos de vista.
  • La pérdida de importancia de la acción.
  • El uso del monólogo interior.
  • El desorden cronológico.
  • La exigencia de un lector activo.

Novela Lírica y Novela Intelectual

En el primer tercio del siglo, se produce una aproximación de la novela a otros géneros:

  • La lírica, en autores como Hermann Hesse, Hermann Broch o Virginia Woolf (Las olas, La señora Dalloway).
  • El ensayo (El hombre sin atributos, de Robert Musil; La montaña mágica, de Thomas Mann).

Obras Fundamentales de la Vanguardia Narrativa

Ulises, de James Joyce

Ulises certifica la disolución total del modelo realista. Narra un día en la vida de Leopold Bloom, que deambula por la ciudad de Dublín, en un paralelismo paródico con personajes y episodios de la Odisea; sin embargo, el elemento principal es el lenguaje: las interminables enumeraciones, los ejercicios de estilo, las rimas internas, la transcripción de conversaciones simultáneas o el monólogo interior.

En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust

Esta obra reconstruye la vida del narrador hasta el despertar de su vocación como escritor. Sus principales ejes temáticos son el tiempo —y cómo determinadas experiencias sensoriales y la escritura permiten recuperarlo—, y el amor, especialmente los celos. El narrador realiza constantes digresiones, con un estilo muy elaborado.

Franz Kafka

Su identidad compleja (checo, judío y germanohablante), la conflictiva relación con su padre, la disociación entre una vida gris y la pasión por escribir, y su personalidad atormentada influyen en su obra, de carácter simbólico o alegórico (La metamorfosis, El proceso y El castillo).

La Generación Perdida

Se trata de un grupo de escritores norteamericanos que participaron en la Gran Guerra y fijaron su residencia en Europa. Comparten el antimilitarismo y la actitud crítica hacia la sociedad norteamericana, en obras como El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald; Manhattan Transfer, de John Dos Passos; o El ruido y la furia, de William Faulkner. A excepción de Fitzgerald y Ernest Hemingway, se caracterizan también por el uso de técnicas experimentales.

La Novela y la Segunda Guerra Mundial

Son numerosos los autores que indagan en el origen y desarrollo de los totalitarismos europeos y reflejan en sus obras las repercusiones de la guerra (Irene Némirovsky, Giorgio Bassani, Elsa Morante, Boris Pasternak, Norman Mailer, Günter Grass, Heinrich Böll…). El Holocausto es objeto de atención en las obras de Primo Levi, Imre Kertész o Jorge Semprún.

La Narrativa desde 1945

Realismos

Algunos autores pretenden representar de modo fiel la realidad, como reacción contra la novela experimental. Destacan el realismo sucio norteamericano (Charles Bukowski, Raymond Carver o Richard Ford) y el neorrealismo italiano (Vasco Pratolini, Cesare Pavese).

Experimentalismos

Autores como Samuel Beckett, Lawrence Durrell, George Perec o Vladimir Nabokov se sitúan en la estela de los grandes renovadores del siglo XX. En las últimas décadas destacan tres prácticas narrativas experimentales:

  • La fusión de géneros.
  • La metaficción.
  • La autoficción.

Novela Existencialista

Refleja la cosmovisión existencialista según la cual el ser humano ha sido arrojado a una vida sin objeto, marcada por el tedio y por la incomunicación. Destacan Jean-Paul Sartre (La náusea), Albert Camus (La peste) y Simone de Beauvoir (Los mandarines).

Novela Alegórica

Cultivada por José Saramago, William Golding, Julien Gracq, Dino Buzzati o Italo Calvino, entronca con la obra de Kafka.

Otros Subgéneros Narrativos

Mantienen su vigencia el relato policiaco, la novela histórica o la ciencia ficción, que han sido cultivados por autores como George Orwell, Marguerite Yourcenar o Umberto Eco.

El Espíritu de Fin de Siglo y el Simbolismo

Características del Clima Espiritual de Fin de Siglo

En las últimas décadas del siglo XIX y la primera del XX, se extiende un clima espiritual caracterizado por el cuestionamiento de los valores de la sociedad burguesa. Sus características son las siguientes:

  1. Sentimiento antiburgués. El rechazo del mundo burgués y el desdén hacia su vulgaridad se traducen en la aparición de dos nuevos tipos sociales: el bohemio, artista inadaptado de comportamiento amoral y autodestructivo, y el dandi, que se distingue por su extremo refinamiento.
  2. Esteticismo. La búsqueda de la belleza como un fin en sí misma se contrapone al sentido práctico de la sociedad burguesa. El arte se convierte en refugio frente al prosaísmo de la realidad.
  3. Irracionalismo y antipositivismo. Ambos se reflejan en las doctrinas vitalistas de Schopenhauer y su concepto de voluntad; en Nietzsche y su crítica radical a los valores occidentales; en Bergson y su defensa de la intuición; y en el auge de las doctrinas ocultistas y panteístas.
  4. Hastío. La imposibilidad de dar un sentido a la vida genera un sentimiento de tedio; este vacío existencial se combate con el culto al placer y al erotismo.
  5. Deseo de evasión. Las obras se sitúan en geografías remotas o imaginarias, y renace el gusto por la mitología, los cuentos de hadas, el pasado legendario o los ambientes lujosos.

El escapismo y el esteticismo son rasgos definitorios de dos tendencias características de Fin de Siglo: el parnasianismo, en la poesía, y el prerrafaelismo, en la pintura. Con el espíritu de Fin de Siglo se vinculan diversos movimientos artísticos y literarios, entre ellos el decadentismo. Esta actitud estética y vital se concreta en la complacencia en la descomposición social, la atracción por la crueldad y la inmoralidad, y la exquisitez y el artificio como defensa frente al mundo.

Baudelaire y Las flores del mal

Este poemario del francés Charles Baudelaire (1821 – 1867) es considerado el punto de partida de la poesía moderna. En él encontramos los temas característicos del simbolismo: el tedio, la búsqueda del ideal, la ciudad como expresión del mundo deshumanizado, el anhelo de evasión o la mujer como encarnación de la sensualidad. El poeta es capaz de percibir el sentido oculto tras la realidad y expresarlo por medio de símbolos.

Los Poetas Simbolistas Franceses

El simbolismo alcanza su plenitud con los poetas Paul Verlaine, Arthur Rimbaud y Stéphane Mallarmé. En sus obras se aprecia la deuda con Baudelaire y, además, la búsqueda de efectos sonoros, el empleo del verso libre y una lengua poética apartada de la cotidiana.

Otros Poetas Simbolistas

Destacan:

  • El irlandés William Butler Yeats, que utiliza elementos de la mitología y el folclore de su país.
  • El francés Paul Valéry (El cementerio marino), que cultiva la poesía pura, caracterizada por la hondura metafísica y la desnudez formal.
  • El alemán Rainer María Rilke (Elegías de Duino), que trata de dotar de sentido la realidad sensible por medio de la palabra poética.
  • El griego Konstantin Kavafis, quien en su obra combate la melancolía por medio de la memoria, la sensualidad y la belleza.

La Narrativa de Fin de Siglo

La reacción contra la novela realista y su reflejo de la vida de la sociedad burguesa se plasma en distintas corrientes:

  1. Novela decadentista. Se caracteriza por el refinamiento aristocrático, la fascinación por la belleza o la complacencia en la depravación y la enfermedad. Su principal representante es el irlandés Oscar Wilde (El retrato de Dorian Gray).
  2. Novela de aventuras. Expresa el deseo de evasión de una realidad rutinaria. Puede narrar aventuras marinas, o estar ambientada en lugares exóticos o en espacios imaginarios. Los autores más importantes son Robert Louis Stevenson, Emilio Salgari, Joseph Conrad, Rudyard Kipling y Jules Verne.
  3. Novela de ciencia ficción. Fruto de la fascinación o la desconfianza hacia los descubrimientos y avances científicos, es cultivada por Jules Verne, Arthur Conan Doyle o H. G. Wells.

El Realismo y el Naturalismo en el Siglo XIX

Contexto Histórico y Cultural

La novela realista, que se desarrolla en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX, pretende ofrecer un retrato fiel del mundo social de su tiempo. El auge de este movimiento literario se relaciona con la consagración de la burguesía como clase hegemónica. Los autores reflejarán la sociedad burguesa en sus novelas, que serán leídas mayoritariamente por lectores pertenecientes a las clases medias.

Características de la Novela Realista

Sus principales rasgos son:

  • La verosimilitud, con argumentos creíbles y descripciones prolijas de ambientes y personajes, basadas en la documentación y la observación.
  • La ambientación contemporánea.
  • Los personajes cotidianos y antiheroicos.
  • El predominio del narrador omnisciente, pretendidamente objetivo, pero que revela una visión crítica de la sociedad.
  • El estilo antirretórico, con un lenguaje claro y sobrio.

El Naturalismo

Los autores naturalistas pretendieron llevar a la novela el método de la ciencia experimental. En sus relatos se expresa una concepción determinista de la existencia, según la cual la vida humana está regida por la herencia genética y el entorno social.

La novela naturalista se caracteriza por la presencia de personajes arquetípicos, el reflejo de las clases sociales más desfavorecidas, un profundo pesimismo y el empleo de léxico científico. Su principal representante es el francés Émile Zola (Germinal, Nana, Les Rougon-Macquart…).

La Novela Realista en Europa

Francia

Sus principales cultivadores son:

  • Stendhal, autor de Rojo y negro.
  • Honoré de Balzac, que en La comedia humana ofrece una completa visión socio-histórica de una Francia en tránsito hacia el capitalismo.
  • Gustave Flaubert, quien en Madame Bovary, su obra maestra, aborda los temas del adulterio y la insatisfacción vital a través del personaje protagonista, Emma, que termina suicidándose. La producción novelística de Flaubert (La educación sentimental, Bouvard y Pécuchet) destaca por la obsesión por el arte, la búsqueda de la perfección formal y el rechazo de la mentalidad burguesa.

Inglaterra

La figura fundamental del Realismo británico es Charles Dickens, cuyas obras (David Copperfield, Oliver Twist, Grandes esperanzas…) se caracterizan por el protagonismo otorgado a la infancia y su dimensión social. Otras figuras destacadas son las hermanas Brontë: Charlotte (Jane Eyre) y Emily (Cumbres borrascosas), y George Eliot (Middlemarch).

Rusia

La obra de Fiódor Dostoievski (El idiota, Los hermanos Karamazov, Crimen y castigo) se caracteriza por la construcción de personajes atormentados, la importancia de los conflictos existenciales y religiosos, y la obsesión por el tema de la culpabilidad. Lev Tolstói trata el tema del adulterio en Anna Karenina y la influencia del contexto histórico en las vidas de los individuos en Guerra y paz.

El Cuento Realista

Entre los autores que cultivaron el cuento, destacan especialmente:

  • Guy de Maupassant, heredero de Flaubert en su retrato de la pequeña burguesía de provincias. Sus relatos se dividen en dos grupos: realistas (Bola de Sebo) y fantásticos o de terror (El Horla).
  • Antón Chéjov refleja, por su parte, la sociedad rusa de finales del XIX mostrando las vidas cotidianas de personajes corrientes, hacia los que dirige una mirada compasiva y teñida de humor (La dama del perrito, Vanka, Muerte de un funcionario).

El Teatro Realista

La base del teatro realista es el deseo de reflejar los conflictos contemporáneos y el mundo interior de los personajes.

  • El noruego Henrik Ibsen (Casa de muñecas, Un enemigo del pueblo) inicia la renovación teatral primando la indagación del mundo interior de los personajes. Su crítica de la sociedad burguesa atiende a la defensa de la verdad y la necesidad de forjarse un proyecto personal.
  • Como dramaturgo, Chéjov se caracteriza también por la ambientación burguesa en la que se desarrolla la existencia de sus personajes, que sueñan con una vida distinta, lejos de la rutina y el tedio diario (La gaviota, Tío Vania, Las tres hermanas).