Movimientos Literarios Clave en la Poesía Española del Siglo XX

Las Vanguardias en la Literatura Española del Siglo XX

Definición y Rasgos Comunes de las Vanguardias

En el campo del arte y de la cultura, el primer tercio del siglo XX es particularmente fértil. Se produce una verdadera explosión creativa de cuya diversidad da sobrada idea la multitud de movimientos estéticos que se suceden y solapan en pocos años. Son los llamados Vanguardias o ismos: Expresionismo, Futurismo, Cubismo, Dadaísmo, Ultraísmo, Creacionismo, Surrealismo, entre otros.

Las diversas corrientes vanguardistas se caracterizan por su afán experimental y su voluntad rupturista con respecto al arte anterior. Representan el punto más radical de una serie de actitudes rebeldes anteriores como el Romanticismo, el Simbolismo y el Decadentismo. No forman un sistema coherente y cerrado; antes al contrario, son muy diversos y, a veces, contradictorios entre sí, pues frecuentemente un ismo vanguardista viene a enfrentarse al anterior.

Es rasgo general de las vanguardias, por tanto, la voluntad de desarrollar un arte nuevo, así como su hostilidad hacia la tradición (incluso la más inmediata) y la negación de todo valor al pasado artístico. Los vanguardistas son provocadores: desprecian al gran público y a la burguesía, a quienes buscan escandalizar con sus actitudes insolentes y agresivas, su provocación y en la acción gratuita.

Las diversas Vanguardias suelen darse a conocer en las revistas literarias mediante proclamas y manifiestos en los que acostumbran a atacar lo que consideran el arte oficial y afirman sus nuevas propuestas estéticas. Estos manifiestos, además de impugnar la tradición cultural, dejan traslucir frecuentemente la idea de que la revolución estética forma parte de un cambio más profundo de carácter moral y social. El enfrentamiento con el pasado y las formas artísticas pretéritas es inseparable del momento de crisis general que vive la sociedad occidental.

Para explicar esta nueva concepción del arte, es necesario acudir a José Ortega y Gasset y a su ensayo más importante sobre el particular: La deshumanización del arte (1925). En él, Ortega y Gasset realiza un análisis sociológico del arte de vanguardia. En su opinión, el arte nuevo es un arte hermético, solo accesible a minorías escogidas, intelectual (“el placer estético tiene que ser un placer inteligente”), antirromántico y antirrealista.

Además de las características ya citadas, las vanguardias reunieron otras que tuvieron profunda repercusión en el arte y la literatura:

  • Irracionalismo: El deseo de que la poesía se sustentara en sí misma potenció el culto por la imagen, que permitía establecer relaciones entre seres y objetos que no se dan lógicamente.
  • Afán de originalidad: Las vanguardias buscaron la belleza en lo diferente u original. Los artistas defendieron su individualismo y rechazaron la masificación de la sociedad. El resultado fue un arte minoritario, destinado a un selecto grupo de “entendidos”. En poesía, esta actitud condujo al hermetismo del texto, solo accesible para una élite, y a un rechazo de la tradición literaria en lo que respecta a géneros, temas y formas.
  • Experimentación estética: Los movimientos de vanguardia llevaron al límite el afán de experimentación, que ya había caracterizado al Modernismo. El desarrollo de la pintura en aquellos años atrajo a los poetas de vanguardia, quienes llegaron a concebir el poema como objeto visual. Cobraron así importancia la distribución en el espacio de las palabras y frases, los espacios en blanco, la tipografía… El deseo de experimentación es también observable en algunas propuestas de abolición de los signos de puntuación. En la búsqueda de nuevas formas poéticas, triunfó el uso del verso libre, ideal para transmitir las asociaciones libres, es decir, aquellas que no obedecen a ninguna causalidad consciente.

Los Vanguardismos en España: Creacionismo y Ultraísmo

Ramón Gómez de la Serna y el Ramonismo

Los ecos de las diversas vanguardias llegaron pronto a España, aunque hasta tardíamente no se desarrollaría una vanguardia específicamente española. Ya en 1909, Ramón Gómez de la Serna, el gran propagador de esta literatura, publicó en la revista Prometeo el ensayo El concepto de la nueva literatura y tradujo el manifiesto futurista de Marinetti.

Aunque en sus obras hay numerosas coincidencias con las distintas vanguardias europeas, su marcado individualismo y su sentido del humor le llevaron a fundar su propio “ismo”, el Ramonismo, integrado por un solo miembro. En todos los géneros rompe las ataduras con la literatura anterior, principalmente con el Modernismo y el Realismo, practicando un arte novedoso en el que juega con la realidad y la fantasía, con lo inverosímil e incongruente, las estructuras, la sintaxis…

Su obra siempre es antisentimental, antirrealista, formalista y experimental. Su pesimismo le lleva a concebir el mundo como un territorio caótico en el que el artista debe imponer orden mediante una literatura en libertad, deshumanizada y humorística que muestre nuevas formas de ver la fragmentaria realidad, que cosifique a los personajes y humanice las cosas, que invente asociaciones insólitas… De esta manera, todo lo que muestra Gómez de la Serna parece recién inventado: un mundo distinto del habitual.

En su obra abarca y mezcla todos los géneros e inventa alguno más: poesía, narrativa, teatro, biografía, periodismo, ensayo, etc. Escribió novelas como El hombre perdido. En algunas de ellas, el argumento no es más que una excusa para jugar con el lenguaje y la fantasía. Sus biografías están llenas de fantasía, como Goya o Valle-Inclán, y la divertida autobiografía Automoribundia. Especialmente interesante es su teatro experimental con dramas como Los medios seres.

Las Greguerías: Ingenio y Fragmentación

El “ismo más metáfora” revela una concepción del arte como juego, propia de las vanguardias. Las greguerías son textos breves en los que, partiendo de objetos o circunstancias cotidianas, se ofrecen asociaciones que no responden a la lógica de la realidad y que producen un efecto sorpresa. Son frases cortas humorísticas que no ofrecen complicaciones sintácticas y que reflejan la gran capacidad imaginativa del autor. Con las greguerías se expresa una visión fragmentaria de la realidad: transmiten sensaciones, pinceladas, ideas, juicios, enunciados a modo de sentencias.

Con la excepción de la obra literaria y divulgativa de Ramón Gómez de la Serna, las Vanguardias en España fueron poco productivas hasta la llegada de los jóvenes del 27. Puede decirse que en España hubo excelentes obras vanguardistas pero muy pocos “ismos” completamente originales, sino una vanguardia ecléctica que recogía elementos de otras, como el Ultraísmo, o bien la traslación a España de alguna extranjera, como el Creacionismo.

El Ultraísmo: Ruptura y Experimentación

Además de ello, por supuesto, los ultraístas eliminan la anécdota y todo sentimentalismo. El poeta recurrirá fundamentalmente a la imagen, pero no al modo tradicional como alusión a un referente real, sino en ilógica asociación que rompa con lo esperable y verosímil, para establecer entre las dos realidades una relación arbitraria que el poeta crea de la nada.

Autores ultraístas fueron Jorge Luis Borges o Guillermo de Torre, quien publicó un famoso libro de caligramas y otros poemas, Hélices, y el primer estudio sobre los “ismos” hecho en España: Literaturas europeas de vanguardia. La vida del Ultraísmo fue efímera, y a mediados de la década de los 20 se le consideraba extinguido. Su principal aportación, más que sus frutos literarios concretos, fue la definitiva aclimatación de las ideas vanguardistas en la literatura española.

Corrientes Poéticas Post-Vanguardistas y la Generación del 27

La Recuperación de la Tradición Clásica y Popular

El dominio ejercido por los códigos vanguardistas generó un cansancio en la serie literaria, lo que se manifestó en la recuperación de la tradición popular y de formas métricas como el villancico y el romance. Por lo que respecta a la poesía de Pedro Salinas, su etapa amorosa de madurez cuenta con dos libros básicos, encuadrados en la recuperación de la tradición clásica: tanto La voz a ti debida (de corte garcilasista) como Razón de amor (de tradición cancioneril culta).

La recuperación de la poesía romanceril, religiosa y del soneto clásico fue también llevada a cabo, en su segunda etapa, por un Gerardo Diego empeñado ahora en una poética de la claridad, como se observa en sus obras Versos humanos y Versos divinos.

El Surrealismo: Revolución y Exploración del Inconsciente

El Surrealismo es, sin duda, la revolución más importante surgida en literatura y en arte, representando un cambio radical en la concepción del papel del arte y del trabajo del artista. Surgió de algunos componentes del grupo Dadá, una vez cumplida la etapa de negación absoluta, y también de algunos cubistas. Su fundador fue André Breton en Francia, quien redactó el Primer Manifiesto Surrealista en 1924. Lo acompañaron figuras como Louis Aragon y Paul Éluard.

Influidos por las teorías de Freud, la meta de los surrealistas fue la búsqueda de la verdadera realidad mediante la exploración del inconsciente, que aflora cuando la razón no controla los instintos, como sucede en los sueños. Los surrealistas pretendían una revolución total del ser humano, buscando expresar la suprarrealidad, es decir, el funcionamiento real del pensamiento sin el control de la razón, la moral o la estética. Para ello, utilizaron imágenes oníricas o visionarias nacidas del inconsciente, a veces expresadas mediante símbolos y asociaciones de imágenes.

Permanencia del Surrealismo en la Poesía Española

Menos efímero que el resto de las vanguardias, el Surrealismo aseguró su permanencia en la posterior poesía europea, hasta determinar buena parte de la poesía experimental española de los años 60 y 70. El Surrealismo entronca con dos actitudes básicas del Romanticismo: la necesidad de interpretar la metarrealidad oculta tras lo aparente y la consideración del poeta como guía de multitudes.

De todos los poetas del Veintisiete, Vicente Aleixandre es el que mantiene una obra más unitaria, en cuanto seguidor casi constante del código surrealista. En Espadas como labios, Aleixandre alcanza la mayor personalización de las técnicas surrealistas y del versolibrismo. La pérdida de conexiones lógicas y la afluencia de símbolos e imágenes subjetivas y herméticas se encaminan al desciframiento del sentido oculto del mundo.

La Poesía Neorromántica: Sentimiento y Depuración

El adjetivo “neorromántico” se ha aplicado a la lírica que aspiró a expresar vivencias intensas y hondamente sentidas. En rigor, poco tiene que ver con lo romántico. Es una poesía esencializadora, depurada, a veces intelectual, que recorre los vericuetos de la pasión sin aspavientos ni gesticulaciones, con una visión concreta pero trascendente.

Formal y conceptualmente, este neorromanticismo lírico es heredero de la poesía pura, cuyo instrumental pone al servicio de la expresión del sentimiento. El neorromanticismo se situaba en una línea frecuentada por algunos de los líricos españoles más representativos de los siglos XIX y XX, sobre todo Juan Ramón Jiménez. Destacan, en esta vertiente, Luis Cernuda con Donde habite el olvido, donde se advierte un amor desdichado del poeta que supuso la entrega de Cernuda al más puro romanticismo de poetas como Hölderlin, Shelley o Keats; y, sobre todo, Pedro Salinas con La voz a ti debida y Razón de amor.

La Poesía Social: Compromiso y Realidad

Acorde con la conflictividad político-social de la II República, la deshumanización vanguardista desembocó en la rehumanización civil, política y social. Adviene ahora el tercer impulso hispanoamericano para la renovación de la lengua poética española del siglo XX, desde el Modernismo y el Surrealismo: Pablo Neruda y César Vallejo llegan a España y a una poesía comprometida cuyo tema político llama a las puertas de los maduros poetas del Veintisiete y de otros más jóvenes que iniciaban entonces sus obras.

A través de la revista que funda y codirige con Altalaguirre, Caballo Verde para la Poesía, Neruda reclama la necesidad de una poesía “impura” y de urgencia que dé cuenta de los hechos sociales, que se oponga al auge del fascismo europeo y que tome partido por las clases desfavorecidas. Prados, Miguel Hernández y Alberti pronto se sitúan en esa línea de urgencia reclamada por Neruda.

Militante del PCE, la poesía político-civil de Rafael Alberti se encuentra en El poeta en la calle. El compromiso político de Emilio Prados se hace poesía en No podréis, Llanto en la sangre y Destino fiel, que agrupa sus poemas de la guerra, por lo general romances, y cuyo libro principal es Cancionero menor para los combatientes.

La Generación del 27: Etapas de Federico García Lorca

Primera Etapa: Andalucismo y Neopopularismo

Obras representativas: Romancero Gitano, Poema del Cante Jondo, Canciones.

  • Andalucismo: Profunda conexión con la cultura y el folclore andaluz.
  • Destino Trágico: Personajes oprimidos marcados por la frustración, la muerte o la desolación existencial.
  • Mitificación del Pueblo Gitano: Idealización y simbolización de la figura gitana.
  • Neopopularismo: Recuperación de formas métricas populares (arte menor, asonancia, romance), uso de diálogo, repeticiones, comienzo in medias res y elementos narrativos.
  • Fusión de lo Popular y lo Culto: Romances de corte tradicional en los que se manifiesta el mito de la Andalucía gitana, combinados con metáforas audaces e influjo vanguardista.
  • Símbolos recurrentes: Luna, la sangre, el agua, el caballo, el pozo, las flores, colores, metales, etc.

Segunda Etapa: Nueva York y la Deshumanización

Obra representativa: Poeta en Nueva York.

  • Deshumanización: Crítica implacable de la gran ciudad y de la sociedad capitalista.
  • Dialéctica: Tensión entre la naturaleza y la civilización.
  • Denuncia Social: Crítica a la sociedad industrial y sus injusticias, mostrando solidaridad con los grupos marginados (como los afroamericanos).
  • Proyección Íntima: El ambiente urbano y cruel sirve como telón de fondo para la proyección de sus propios conflictos íntimos.
  • Formalmente: Técnicas emparentadas con el Surrealismo, libertad métrica y uso del verso libre.
  • Musicalidad: Lograda a través de repeticiones, paralelismos y anáforas.
  • Hermetismo: Caracterizado por la sucesión de metáforas visionarias o surrealistas y asociaciones de palabras por relaciones connotativas o sugerencias irracionales.

La Poesía de Posguerra: Exilio y Continuidad

Tras la Guerra Civil, el grupo de la Generación del 27 se disgrega trágicamente. García Lorca fue asesinado en 1936 y Miguel Hernández murió en la cárcel en 1942. Otros se quedaron en España, desarraigados en un exilio interior que los llevó a posturas existenciales de tono angustiado y solidario, como Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. La mayoría marchó al exilio exterior, donde continuaron su labor creativa, alimentada por la nostalgia de su país.

Una segunda fase de la lírica contemporánea se abre en un contexto cultural y político radicalmente diferente, que hace cambiar las actitudes personales y renueva los temas y los tonos de la poesía, pero que no impide la continuidad de una tradición que es sustancialmente la misma que operaba antes del conflicto. Esta segunda fase, en efecto, va a discurrir por las mismas trayectorias de la primera, si bien trazando un orden inverso: en los comienzos está el segundo garcilasismo, continuación estilística de la recuperación de la tradición culta evidenciada en la preguerra.