El Cuento: Orígenes, Evolución y Maestros del Siglo XIX
Definición y Tipos de Cuento
El cuento es uno de los géneros narrativos más antiguos. En su origen, era literatura de transmisión oral. Actualmente, la palabra se emplea para aludir a dos tipos de narración que tienen en común su brevedad:
- El cuento folclórico o tradicional: Una narración breve de hechos imaginarios y poco verosímiles, protagonizada por personajes arquetípicos (hadas, duendes, elfos, gigantes, brujas, etc.) y con un argumento sencillo. Su transmisión oral provoca múltiples variantes del mismo.
- El cuento literario: Firmado por un autor y difundido por escrito en una sola versión.
Historia y Evolución del Cuento
Los cuentos más antiguos aparecen en Egipto en torno al año 2000 a.C. A pesar de que los autores griegos y romanos también escribieron cuentos (Esopo, Ovidio y Apuleyo), los principales focos de las historias que, durante la Edad Media, se difundieron por toda Europa fueron Oriente Medio, con Las mil y una noches, o la India con el Panchatantra. Cuentistas europeos destacados durante la Edad Media fueron Don Juan Manuel, Giovanni Boccaccio con El Decamerón y Geoffrey Chaucer.
En los siglos XVI y XVII, destaca el francés Charles Perrault, quien escribió una colección de cuentos donde se incluyen relatos como Caperucita Roja o La Cenicienta.
El Cuento en el Siglo XIX: Consolidación y Características
La segunda mitad del siglo XIX viene condicionada por grandes transformaciones económicas, políticas y sociales. La aparición del Realismo coincide cronológicamente con el incremento de la población urbana a causa de la industrialización, con la eclosión del proletariado y, sobre todo, con el apogeo de la burguesía como clase dominante durante el siglo XIX.
Igualmente, desde el punto de vista teórico, la literatura de esta época recoge las doctrinas filosóficas, políticas y científicas del momento, como el positivismo de Comte o las doctrinas marxistas que propugnan la abolición de la sociedad burguesa y la urgencia de implantar el socialismo. Por otro lado, la ciencia consigue avances espectaculares: Charles Darwin formula la teoría de la evolución y Gregor Mendel expone las leyes de la herencia.
Es en este momento cuando el cuento literario contemporáneo se consolida definitivamente, añadiendo una temática nueva relacionada con la sociedad, unos diálogos y descripciones de sencillez y síntesis prodigiosas, así como una gran intensidad en la acción. En esta segunda mitad del siglo, el cuento adquiere plena vigencia y popularidad, y a finales del siglo parece haberse desembarazado de sus significados primigenios para situarse en un plano semejante al de la novela, de la que viene a ser como un apunte.
Se identifica el relato breve con diversas corrientes y autores:
- Historia de sabor popular: como Alphonse Daudet.
- Fantasía: con autores como Robert Louis Stevenson.
- Poesía imaginativa para niños: como Oscar Wilde y Lewis Carroll.
- Relatos de ciencia ficción: de Julio Verne.
- Relatos policíacos: de Edgar Allan Poe y Arthur Conan Doyle.
- Relatos de corte realista y naturalista: de autores como Gustave Flaubert, Charles Dickens, Guy de Maupassant, Fiódor Dostoievski, León Tolstói, Antón Chéjov, Leopoldo Alas «Clarín» o Emilia Pardo Bazán.
Las características generales del cuento del siglo XIX son:
- La sencillez lingüística.
- La facilidad de comprensión.
- La concreción narrativa (tendencia a la brevedad y a la unidad de tiempo, espacio y acción).
- Los personajes son escasamente complejos y con poca evolución en su personalidad.
- El argumento suele concentrarse en algún elemento dominante que provoca un efecto único.
Se suele utilizar el narrador en tercera persona. El tiempo se plantea linealmente; sin embargo, puede verse alterado por analepsis y prolepsis. El espacio suele ser un lugar conocido por el autor y se describe con rasgos que contribuyen a la creación del ambiente, centrándose en algunos detalles minuciosos. Y, por último, no tiene intención didáctica.
Edgar Allan Poe: El Maestro del Relato Breve
Pero, sin lugar a dudas, uno de los más grandes escritores de cuentos es Edgar Allan Poe. Cultivó la poesía, la narrativa, el periodismo y el ensayo. Dejó una espléndida producción creativa y una lúcida obra teórica que anticipan algunas de las tendencias literarias posteriores, como el simbolismo poético, la novela policíaca o el relato de terror.
Dentro de la producción literaria de Edgar Allan Poe destacan los poemas, como El cuervo, y los cuentos, donde el autor bucea sobre los aspectos más oscuros del alma humana: la crueldad, la venganza, el alcohol, el miedo. En el volumen titulado Cuentos de lo grotesco (1840) aparecieron algunos de sus cuentos de terror más conocidos: Ligeia, El corazón delator, El gato negro, La caída de la casa Usher.
Poe también escribió relatos policíacos protagonizados por Auguste Dupin, probablemente el primer detective de la moderna novela policíaca. Los títulos son Los crímenes de la calle Morgue, La carta robada y El misterio de Marie Rogêt.
Otros Cuentistas Europeos Destacados del Siglo XIX
- Inglaterra: Oscar Wilde. Fue poeta, novelista y cuentista. Se halla a mitad de camino entre lo realista y lo decadente.
- Rusia: Nikolái Gógol, el iniciador del realismo ruso, escribió relatos cortos como Veladas en un caserío junto a Dikanka, llenos de vida y desenfado, expresados en el rico lenguaje del campesino.
- Francia: Guy de Maupassant. Discípulo de Flaubert y asiduo de los círculos cercanos a Zola, Maupassant es uno de los grandes narradores del naturalismo francés.
Movimientos Literarios de Finales del Siglo XIX y Principios del XX
Contexto Histórico y Cultural: Fin del Siglo XIX e Inicio del XX
El final del siglo XIX y el comienzo del XX están marcados por las tensiones latentes entre las nuevas potencias. La supremacía de Gran Bretaña se ve amenazada por otras potencias europeas, como Alemania.
Por otra parte, la consolidación de los Estados Unidos tras la Guerra de Secesión y la occidentalización de Japón, colocan a estos países en posición de competir por el liderazgo del mundo. Todo esto desembocará en la Primera Guerra Mundial.
La Literatura Moderna: Nuevos Paradigmas Estéticos
A finales del XIX surgió lo que podría denominarse literatura moderna, es decir, un cambio radical en los planteamientos estéticos que habían servido de guía para la literatura de los siglos anteriores. Se propondrán nuevas formas de expresión. Iniciadores de la modernidad en la poesía son Charles Baudelaire con Las flores del mal y Walt Whitman con Hojas de hierba.
En el último tercio del siglo XIX surgen una serie de tendencias que comparten unas características comunes: oposición al sentimentalismo romántico, rechazo de la sociedad burguesa, afán de rebeldía individual y social y concepción no utilitaria del arte y de la literatura: se busca la belleza en sí misma, frente a la llamada «poesía útil», comprometida con una causa.
Los principales movimientos literarios son el Simbolismo, el Decadentismo y el Parnasianismo.
Principales Movimientos Literarios
El Parnasianismo
Este movimiento se desarrolla entre 1861 y 1876. Esta corriente evoluciona a partir del Romanticismo más tardío, al que reprocha sus excesos. Por otra parte, también se opone al Realismo y al Naturalismo por no entender su manera tan cruda de exponer la realidad. Frente a esto, se propone la preocupación por la forma y el «arte por el arte», dejando al margen el compromiso social o político. Por eso, se busca la perfección formal en el poema.
Se compone de un grupo de poetas franceses (Banville, Ménard o Coppée) que se reunieron en torno al escritor Leconte de Lisle (principal representante del movimiento).
El Simbolismo
Nace en Francia con el Manifiesto simbolista de Moréas en 1886 como reacción a la estética precedente. Tiene como precursor a Baudelaire y sus principales representantes son Verlaine, Rimbaud y Mallarmé. La modernidad de los poetas simbolistas consiste en el modo en que buscan nuevas formas de conocimiento a través de la intuición. Por ello, se le da especial importancia a las imágenes para llegar a las sensaciones a través de ellas. En este sentido, se entiende el empleo del símbolo, o técnica de aludir a realidades complejas (la muerte, la soledad, el tiempo) mediante evocaciones de objetos, ideas o sensaciones. La temática simbolista se vincula con el ocultismo y el misterio, por lo que el poeta busca la intuición y la revelación. Su estilo se caracteriza por el empleo del verso libre.
El Decadentismo
El término tiene su origen en un verso de Verlaine: «Yo soy el imperio al fin de la decadencia». Es una corriente poética que surge del Simbolismo, pero se caracteriza por el refinamiento y la melancolía. Sus representantes más llamativos son el inglés Oscar Wilde, como máximo exponente del dandismo, y el italiano Gabriele D’Annunzio. Además, se cuentan dramaturgos como Maurice Maeterlinck y novelistas como Thomas Mann. Ellos se ven como seres elegidos pero perdidos en un mundo que no los entiende; por ello, se hunden en la melancolía y en un pesimismo enfermizo. Se busca la evasión de la realidad a través del exotismo, los lugares y tiempos remotos. En sus obras dejan sentir admiración por la fase de decadencia de las antiguas culturas, como Alejandría.
Charles Baudelaire: Pionero de la Poesía Moderna
Charles Baudelaire (1821-1867) es, sin duda, el poeta más importante de este período, a pesar de que en su momento fue un incomprendido, pues rompió con todas las convenciones establecidas. Entre los elementos de su biografía que determinaron su obra en mayor medida destacan su formación católica y sus viajes a lugares exóticos. Sus influencias más importantes fueron Théophile Gautier, Joseph de Maistre (de quien dijo que le había enseñado a pensar) y, en particular, Edgar Allan Poe, a quien tradujo extensamente.
Su aportación fundamental fue la publicación de Las flores del mal en 1857. El poema, dividido en seis partes según los temas tratados, supone en más de un sentido el inicio de la modernidad poética. El libro supone una celebración del mal, un acercamiento al satanismo. Muestra el tema del spleen, el aburrimiento, para expresar la situación del poeta en un mundo que lo margina. La base del conocimiento son los sentidos y el espíritu frente a la razón. Destaca el concepto de correspondencia o concepción del mundo como dualidad de fuerzas materiales y espirituales. El amor es extremo, ya que exalta a la amada como objeto de culto.
Su originalidad le sitúa al margen de las escuelas literarias dominantes en su época, gracias a la búsqueda de la depuración del sentido poético, del misterio de los conflictos íntimos de una expresión poética cargada de significaciones múltiples y llena de infinitas sugerencias. En particular, rompe la diferencia entre la poesía y la prosa con sus Pequeños poemas en prosa, verdadera revolución en las formas líricas que ni siquiera Verlaine ni Rimbaud supieron valorar.