La Restauración Borbónica en España (1875-1902)
1. El Sistema de la Restauración: Fundamentos y Características
Introducción al Periodo de la Restauración
En 1875 se produjo la restauración de la monarquía borbónica en España, tras el pronunciamiento del general Martínez Campos. Antonio Cánovas del Castillo preparó la llegada del rey Alfonso XII, y para asegurar su aceptación, combinó tres factores clave:
- El deseo de pacificación del país.
- El reconocimiento internacional del príncipe Alfonso.
- La aceptación de la monarquía como forma de gobierno estable.
El 1 de diciembre de 1874, Cánovas hizo firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst, sentando las bases de su regreso al trono.
1.1. Fundamentos Políticos del Sistema Canovista
Después del pronunciamiento de Sagunto, se buscó establecer una nueva dirección política. Cánovas formó un gabinete de regencia y nombró a Alfonso XII rey de España. Los fundamentos políticos del sistema canovista fueron:
- Defensa del orden social.
- Defensa de la monarquía borbónica.
- Identificación de la república con la anarquía y la subversión.
- Unidad de la patria.
- Mantenimiento de las colonias.
- Síntesis entre lo viejo y lo nuevo, basada en una “Constitución interna”. Cánovas sostenía que esta Constitución interna estaba constituida por principios políticos esenciales como la libertad, la propiedad, la monarquía borbónica y el gobierno del rey y las Cortes.
- Posibilismo: la política se adaptaba a la realidad y a las circunstancias.
- Civilismo frente a militarismo, buscando alejar al ejército de la intervención política.
- Pacto entre las principales fuerzas políticas.
- Cánovas, enemigo de las posturas inflexibles, proponía acuerdos y consensos.
Los grupos políticos se acercaron al partido Alfonsino, en concreto, hombres de negocios y élites. El objetivo principal del partido era el asentamiento de la monarquía, el afianzamiento de la doctrina liberal y el equilibrio entre orden y libertad. El ejército había sido el detonante del cambio al llevar a cabo el pronunciamiento que instauró la monarquía. Sin embargo, el sistema no integró a los carlistas ni a los republicanos.
1.2. Política Exterior e Interior
El primer objetivo del gobierno de la Restauración fue la pacificación del país, ya que persistían la Guerra de Cuba y la Guerra Carlista. La Tercera Guerra Carlista concluyó con la rendición de la zona carlista catalana. El fin de esta guerra permitió enviar más soldados a Cuba, entre ellos el general Martínez Campos. El conflicto cubano terminó con la Paz de Zanjón en 1878.
1.3. La Constitución de 1876
La Constitución de 1876 fue el documento jurídico fundamental del periodo y la de mayor longevidad en la historia de España hasta la actualidad. Para su elaboración, se reunió una asamblea de notables. Sus características principales fueron:
- Soberanía compartida: entre el Rey y las Cortes.
- Sistema bicameral: compuesto por el Senado y el Congreso de los Diputados.
- Carácter centralista: con un fuerte control del poder central sobre las provincias.
- Derechos y deberes: reconocía derechos individuales, aunque con restricciones en la libertad de imprenta y expresión.
- Confesionalismo católico: la religión católica era la oficial del Estado, aunque se permitía cierta tolerancia privada de otros cultos.
1.4. Los Partidos Políticos del Turno
El sistema de la Restauración se basó en la alternancia de dos grandes partidos políticos: el Partido Conservador y el Partido Liberal. Ambos se turnaron en el poder entre 1875 y 1898. Estos dos partidos tenían en común ser partidos de élites y no de masas, representando a minorías influyentes. Sus principales diferencias programáticas eran:
- Partido Conservador (liderado por Cánovas):
- Sufragio censitario (restringido).
- Exclusividad de la religión católica.
- Restricciones a la libertad de cátedra.
- Censura en la prensa.
- Proteccionismo económico.
- Partido Liberal (liderado por Sagasta):
- Sufragio universal masculino.
- Libertad de cultos.
- Mayor libertad de cátedra y prensa.
- Libre cambio (en teoría, aunque con matices).
1.5. Funcionamiento del Sistema: El Turnismo y el Caciquismo
La alternancia política de los dos partidos se regulaba mediante el ejercicio pacífico del sufragio, buscando alejar la tentación de un golpe de Estado. Este sistema se denominó turnismo: cada partido debía respetar la gestión gubernamental del otro y la unidad del sistema. Sin embargo, en la práctica, este proceso se manipulaba mediante el encasillado (acuerdo previo sobre los resultados electorales) y el control de las elecciones a través de los gobernadores civiles.
Cada partido se aseguraba la manipulación de los resultados. Cuando se convocaban las elecciones, se movilizaban los “clientes” (votantes controlados por influencias locales) para obtener el máximo número de votos. Estas prácticas fraudulentas recibieron el nombre de pucherazo, y quienes las llevaban a cabo eran conocidos como caciques, figuras locales con gran poder e influencia.
2. Evolución del Sistema de la Restauración
2.1. El Reinado de Alfonso XII (1875-1885)
- Gobiernos Conservadores (1875-1881): Esta etapa, conocida como la “dictadura de Cánovas”, acentuó la política de restricción de libertades: se limitó el número de electores, se regularon las libertades de reunión y asociación, y se promulgó una ley de imprenta que consideraba delito cualquier crítica a la monarquía.
- Gobiernos Liberales (1881-1884): La etapa liberal comenzó con Práxedes Mateo Sagasta. Sus primeras disposiciones fueron consecuentes con su ideario liberal, incluyendo la autorización de los republicanos.
- Último Gobierno del Reinado de Alfonso XII (1884-1885): En enero de 1884, el rey optó por llamar nuevamente a Cánovas.
2.2. La Regencia de María Cristina (1885-1902)
Alfonso XII murió en 1885, y su segunda esposa, María Cristina de Habsburgo-Lorena, se hizo cargo de la regencia. Cánovas y Sagasta firmaron el Pacto del Pardo, en el que se comprometían a sostener la regencia y facilitar el relevo pacífico en el gobierno, garantizando la estabilidad del sistema.
- El “Parlamento Largo” de Sagasta (1886-1890): La llamada al poder llegó en un buen momento para los liberales. Este periodo se caracterizó por la consolidación del partido y la aplicación de un amplio programa liberal mediante la aprobación de importantes leyes: la Ley de Asociaciones, la Ley del Jurado, la Ley Electoral (que introdujo el sufragio universal masculino en 1890) y el Código Civil de 1889.
- El Giro de los Conservadores (1890-1892): En esta etapa, bajo gobiernos conservadores, se aplicó el sufragio universal y se adoptó un giro proteccionista en la economía.
- La Difícil Unidad de los Liberales (1892-1895): El gabinete formado por Sagasta fue llamado “de notables”. Este gobierno hizo frente a la Guerra de Melilla. La aplicación del programa demostró la heterogeneidad del Partido Liberal.
3. La Oposición al Sistema de la Restauración
3.1. Carlistas y Republicanos
- Carlistas: Después de la derrota del carlismo en la Tercera Guerra Carlista, muchos de sus combatientes partieron al exilio, con dirección a Francia. El movimiento perdió fuerza militar, pero mantuvo cierta presencia política.
- Republicanos: El republicanismo se convirtió en una fuerza activa en la vida política española, aunque su rasgo más característico fue la división interna. A pesar de las dificultades, en 1890, con la introducción del sufragio universal, mejoraron sus resultados electorales.
3.2. La Oposición del Regionalismo y el Nacionalismo
Durante este periodo, surgieron movimientos que reivindicaban los derechos históricos y la identidad cultural de diversas regiones, evolucionando hacia nacionalismos.
- El Nacionalismo Catalán: La primera conciencia regionalista-nacionalista se expresó con el desarrollo de un movimiento intelectual y cultural conocido como la Renaixença. En esta época, destacó Valentín Almirall, quien fundó el Centre Català.
- El Nacionalismo Vasco: Nació más tarde que el catalán, pero evolucionó más rápidamente. El pensamiento de Sabino Arana, fundador del PNV, evolucionó desde un independentismo radical hasta una postura más pragmática de integración autónoma en el Estado español.
- Otros Regionalismos: Fueron más débiles y tardíos, como el gallego, el andaluz y el valenciano.
3.3. La Oposición del Movimiento Obrero
Hasta finales del siglo XIX, los trabajadores estuvieron desmovilizados o con una organización incipiente. El movimiento obrero se dividió en dos grandes corrientes ideológicas:
- Anarquismo: Con fuerte arraigo en Cataluña y Andalucía, defendía la acción directa y la abolición del Estado. Los anarquistas fueron duramente reprimidos por las autoridades.
- Socialismo: Liderado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado por Pablo Iglesias, y su sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT). Abogaba por la vía política y parlamentaria para lograr mejoras sociales y laborales.
Conclusión
Se puede decir que el sistema de la Restauración, ideado por Antonio Cánovas del Castillo, fue un periodo de relativa estabilidad en la política española del siglo XIX. Durante este tiempo, predominaron los gobiernos conservadores y la Constitución de 1876 fue la más duradera de todas. Sin embargo, a pesar de su aparente solidez, el sistema cayó finalmente debido a sus propias contradicciones internas, como el fraude electoral, la exclusión de amplios sectores de la población y la incapacidad de integrar las nuevas fuerzas políticas y sociales.