Evolución política de la democracia española

Los gobiernos democráticos (1979-2000)

INTRODUCCIÓN
Tras los primeros años de la Transición y a pesar de las dificultades de la crisis económica, del terrorismo y de las heridas no cerradas de la Guerra Civil, el sistema democrático español se irá consolidando con la Constitución de 1978 y superará los intentos de alterarlo (golpe de Estado de 1981). En 1982, ganará las elecciones con mayoría absoluta muy amplia el PSOE de Felipe González, partido que había perdido la Guerra Civil, mientras que se hundía UCD. A partir de entonces, se alternarán democráticamente las dos fuerzas políticas mayoritarias (PSOE y AP–luego PP), se registrará un fuerte crecimiento económico y tendrá lugar una modernización social que ha convertido a España en uno de los principales países de la Unión Europea.

EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA

El segundo gobierno de Adolfo Suárez (1979-1981)
Tras la aprobación de la Constitución de 1978, Suárez convocó nuevas elecciones para marzo de 1979, en las que vuelve a ganar UCD por mayoría, seguida cada vez más de cerca por el PSOE y un aumento de la abstención (cierto desencanto y terrorismo). En abril de 1979, tuvieron lugar las aplazadas elecciones municipales en las que ganó UCD, con ascenso de PSOE que había pactado con el PCE (consiguen las alcaldías de Madrid y Barcelona).
Suárez acordó el Estatuto de Autonomía del País Vasco con Carlos Garaicoechea (Presidente del PNV, partido hegemónico, aunque con ascenso de Herri Batasuna), encajando el territorio como una nacionalidad dentro del Estado y del ámbito de la Constitución, aunque quedaban pendientes temas como la integración de Navarra o la Hacienda autónoma. También el 25 de octubre de 1979 fue aprobado el Estatuto de Cataluña; en tanto que el Estatuto de Galicia no se refrendó hasta finales de 1980. Por su parte, en Andalucía quedó bloqueado el referéndum hasta que el Gobierno, desautorizado, rectificó y aceptó la vía del artículo 151. El resto de regiones accederá, progresivamente, a la autonomía por el artículo 143, no sin divisiones internas en UCD y recelos de País Vasco y Cataluña (“café para todos”).
A pesar de la firma de un acuerdo marco entre patronales y sindicatos para mejorar la estabilidad económica a comienzos de 1979, las condiciones de vida de los trabajadores empeoraron. La actividad reformista se ampliará con la aprobación del Estatuto de los Trabajadores en 1980 (regulación de derechos laborales). Se llevará a cabo el desarrollo legislativo constitucional, adaptando las normas legales al nuevo marco político: reforma del Código Civil, Ley Orgánica de Libertad Religiosa, reforma fiscal, etc.
La actividad terrorista aumentó en estos años. ETA no aceptaba la Constitución ni el Estatuto Vasco y aumentó el número de atentados. También creció la actividad del GRAPO. Por otro lado, los grupos de extrema derecha (Batallón Vasco Español) no dejaron de actuar, tras la matanza de Atocha. El aparato policial apenas había sido reformado y era difícil de controlar.
Suárez debió de hacer frente al crecimiento de la inestabilidad interna y de las críticas en la UCD y el fracaso relativo en las primeras elecciones municipales democráticas de abril de 1979 y en las autonómicas de Cataluña y el País Vasco de marzo de 1980. A ello se unirá el descontento social por los problemas derivados de la crisis económica y de las políticas de ajuste y el descontento militar por los atentados de la ETA y el GRAPO. Por último, el PSOE lleva a cabo una dura oposición, presentando una moción de censura en mayo de 1980 que, pese a fracasar, erosiona mucho al gobierno. El proyecto de ley de divorcio reavivó la crisis en el partido (democristianos). Frente a todo lo anterior, Adolfo Suárez dimite como presidente del gobierno y de la UCD en enero de 1981 en un discurso televisado en el que parecía darse a entender que la democracia estaba en peligro.

El gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo (1981-1982)
Cuando el Congreso elegía como sucesor a Leopoldo Calvo Sotelo (propuesto por UCD y ministro en los Gobiernos de Suárez) se produjo el intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981. El golpe, dirigido por Antonio Tejero, teniente coronel de la Guardia Civil, y Milans del Bosch, capitán general de Valencia, consistió en la ocupación del Congreso de los Diputados por el primero y en la declaración del Estado de excepción y sacando las tropas a las calles valencianas el segundo. Su objetivo era volver a establecer un régimen de dictadura militar que acabara con la democracia, pero fracasó por la falta de apoyos sociales y la actitud del rey que, tras mantener conversaciones con los jefes militares, desautorizó el intento golpista haciendo valer su papel como máximo dirigente del Ejército. Se produjeron manifestaciones masivas a favor de la democracia y Tejero, Milans del Bosch y Armada fueron condenados tras el juicio (entre otros).
Durante su corto mandato, Calvo Sotelo procuró recuperar la normalidad democrática y, de acuerdo con PSOE, restringió el desarrollo autonómico frente a las críticas en País Vasco y Cataluña. Finalmente, se aprobó la LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico). Tuvo que afrontar los problemas derivados de la muerte de unas mil personas por la ingestión de aceite de colza adulterado y por la muerte de tres jóvenes en Almería, detenidos por la Guardia Civil tras confundirlos con miembros de ETA. En medio de la desintegración del partido (abandono de dirigentes, incluido Suárez que fundará un nuevo partido: Centro Democrático y Social –CDS‒), Calvo Sotelo solicitó, con la oposición de la izquierda, el ingreso en la OTAN en 1982, y prosiguió la política reformista con la aprobación de la Ley del Divorcio en 1981.
En 1982, la situación de UCD se degradó aún más y Calvo Sotelo adelantó las elecciones y en octubre la victoria correspondió al PSOE de Felipe González con mayoría absoluta, seguido de A. Popular (AP), desapareciendo prácticamente UCD. En estos años, se había producido un aumento de la urbanización con crecimiento de delincuencia y paro. También se modernizó la sociedad (más protagonismo de la mujer, incorporación de nuevos modos de vida, pérdida de valores tradicionales, mayor secularización, cambios educativos y culturales, mayor protagonismo y diversidad de la prensa y resurgimiento de las culturas locales y regionales). Además, se abrirán las negociaciones para la entrada de España en la CEE y se producirá un apoyo europeo a la democracia española tras el intento de golpe de Estado.

Los gobiernos de Felipe González (1982-1996)
En las elecciones de octubre de 1982 el PSOE gana las elecciones por mayoría absoluta (tras haber ganado en Andalucía) con 202 diputados, alcanzando la presidencia del gobierno su líder, Felipe González Márquez. Llegaba al poder una nueva generación (41 años de media), con Alfonso Guerra como vicepresidente. Por su parte, Alianza Popular obtuvo 106 escaños, mientras que CDS, PCE apenas obtenían representación. En País Vasco (PNV) y Cataluña (CIU) los nacionalistas obtenían buenos resultados. El PSOE, que había abandonado conceptos del marxismo ortodoxo como la “lucha de clases” y, en cambio, adoptaba términos como “modernización” o “vertebración de España”, revalidará mayorías en las posteriores elecciones de 1986 y 1989. Todo ello permitió adaptar las instituciones y el Código Penal a las circunstancias de la nueva sociedad y se llevó a cabo una política exterior de signo europeísta. El Gobierno promete sanear la Administración, una política socialdemócrata, un referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN y la creación de cientos de miles de empleos. Se emprenderán reformas cuyas prioridades eran la lucha contra la crisis económica, la consolidación definitiva de la democracia y el avance hacia el Estado de Bienestar (Ley General de Sanidad de 1986, pensiones no contributivas en 1990).

La lucha contra la crisis económica (inflación, déficit público, deuda exterior, paro. -Ministros Boyer y Solchaga-) exigió una dura política de ajuste, aplicándose programas de promoción de empleo, planes de jubilación anticipada o flexibilización del mercado de trabajo y se llevó a cabo con instrumentos como la reconversión bancaria (expropiación de Rumasa, intervención en Banca Catalana), el control de la inflación (medidas de saneamiento económico, bajada precio de petróleo y caída del dólar) y la reconversión industrial (cierre de empresas siderúrgicas, navales…obsoletas), contestada esta última con una fuerte conflictividad social (Huelga General de diciembre de 1988; UGT con su secretario general Nicolás Redondo y en unidad de acción con CC.OO. exigirá una mayor equidad en el reparto de beneficios y protestará contra los contratos temporales del Plan de Empleo Juvenil).

En 1984, se había aprobado el Plan de Empleo Rural (PER) para Andalucía y Extremadura. Apenas hubo nacionalizaciones; por el contrario se iniciará la privatización de empresas del INI y en 1992, se convocará una nueva huelga general. Se sigue consolidando la democracia al completarse el mapa autonómico y ampliar las competencias autonómicas mediante la Ley de Proceso Autonómico de 1983. Se emprenderá una reforma del Ejército (Narcís Serra) con una reorganización política y militar de los tres ejércitos, fortalecimiento del Ministerio de Defensa, nuevo régimen disciplinario, supresión del Consejo de Justicia Militar, supremacía del poder civil y el rey Juan Carlos I como factor moderador, para acabar con el peligro del golpismo. Frente al terrorismo de ETA, se opta por ofrecer la reinserción para algunos de sus miembros y por el consenso de todas las fuerzas políticas democráticas vascas (Pacto de Ajuria Enea de 1988). En 1989, el Gobierno inició conversaciones con ETA en Argel.

Se extiende el Estado de Bienestar a través de la reforma educativa (reforma universitaria en 1983, LODE en 1984, ampliación de la escolarización obligatoria a los 14 años en 1985 y a los 16 con la LOGSE en 1990), no exenta del resurgimiento del movimiento estudiantil con demandas de gratuidad de la Enseñanza Media y el aumento de becas y la ampliación de los sistemas de protección social (universalización de la asistencia médica gratuita, pensiones no contributivas, aumento de la prestación por desempleo), despenalización del aborto (conflicto con la Iglesia).

Mejorarán las relaciones de España con los países europeos y España ingresará en la CEE, junto con Portugal, el 1 de enero de 1986. Se suavizaron las relaciones con Gran Bretaña (apertura de la verja de Gibraltar) y con Francia (más colaboración antiterrorista). En contra de su actuación anterior, el Gobierno y el PSOE apoyaron la permanencia de España en la OTAN en el referéndum de 1986, criticada por la recién creada Izquierda Unida. Aumentaron las misiones españolas en el extranjero.

Tras las elecciones de 1986, con nuevo triunfo del PSOE, la inversión extranjera mejoró la economía. La nueva Coalición Democrática (CD), sustituta de AP, repitió resultados, mientras el PNV se escindía y subía Herri Batasuna. En el País Vasco, se formó un Gobierno PSOE-PNV.

En las nuevas elecciones de 1989, volvió a ganar el PSOE, aunque su desgaste fue en aumento. El nuevo PP con José María Aznar repitió resultados de las anteriores e Izquierda Unida, con Julio Anguita, mejoró resultados. Problemas como el tráfico de influencias, la Ley de Seguridad Ciudadana y el fenómeno de la corrupción socavaron el prestigio de los partidos. En 1991 dimitió Alfonso Guerra como vicepresidente del Gobierno, a la vez que se destapaba el caso Filesa (financiación fraudulenta del PSOE).

La intervención (testimonial) de España en la primera Guerra del Golfo (1991), activó el movimiento pacifista y la protesta contra el servicio militar obligatorio.

La celebración del quinto centenario del descubrimiento de América supuso una mejora en la infraestructura de comunicaciones (autopistas, autovías, AVE) y la celebración en 1992 de la Exposición Universal de Sevilla y de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Además, Madrid será Capital Cultural de Europa.

En las elecciones de 1993 en ambiente de gran agresividad y de debates televisados, el PSOE pierde la mayoría absoluta ante el aumento destacado del PP dirigido por Aznar. Felipe González solicitará el apoyo de nacionalistas vascos y catalanes, frente a la unidad de la izquierda. Ello fue debido a las siguientes causas: crisis económica internacional a partir de 1992, enfrentamientos internos entre “guerristas” y renovadores y casos de corrupción (Roldán, Guerra, Mario Conde, GAL, etc.). Todos estos factores explican la victoria electoral del PP en las elecciones de marzo 1996.

El primer gobierno de José María Aznar (1996-2000)
El PP había ganado las elecciones europeas de 1994 y las municipales y autonómicas del año siguiente. Obtuvo la victoria en las elecciones de 1996 sin mayoría absoluta y durante la primera legislatura tuvo que gobernar con el apoyo de las formaciones nacionalistas (CIU, PNV, Coalición Canaria), a los que tuvo que hacer concesiones y lo que le obligó a mantener una orientación centrista.

En política interior, destaca el problema del terrorismo de ETA. Después de una primera etapa de entendimiento con el PNV, el secuestro y asesinato en 1997 de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua, provoca un endurecimiento de la política antiterrorista del Gobierno, a pesar de ello se renueva el Concierto Económico Vasco. El Pacto de Ajuria Enea se rompe y el PP opta por acuerdos con PSOE y los nacionalistas vascos por el acercamiento a la izquierda abertzale (Pacto de Lizarra de 1998, tras la que se anuncia una tregua de ETA).

Por su parte, Joaquín Almunia sustituye a Felipe González al frente del PSOE en 1997. Aznar firmó un acuerdo con los sindicatos para asegurar el poder adquisitivo de las pensiones. Gracias a la bonanza económica internacional, el PP consigue reducir las tasas de paro, seguir mejorando las infraestructuras y alcanzar los criterios de convergencia en 1999 para su entrada en el euro (reducción del déficit público y de la inflación). Se consigue el descenso de los tipos de interés, mayor concentración financiera, privatización de empresas públicas, reducir la tasa de paro, basándose en el desarrollo de los servicios, inversiones exteriores y el mercado inmobiliario.

En las elecciones del 2000

el PP consigue vencer por mayoría absoluta gracias a la
buena coyuntura económica y a la falta de un liderazgo claramente asentado en el
PSOE, que sigue inmerso en problemas internos. En el PSOE y en IU, tomarán el
control Rodríguez Zapatero y Gaspar Llamazares, respectivamente.
CONCLUSIONES
En estos 20 años se consolida la democracia en España, tras el peligro golpista. España
formará parte del mundo occidental con la entrada en la OTAN y en la CEE,
celebración de Expo 92 y Olimpiadas de Barcelona. El cambio económico será difícil y
traumático. La sociedad española se modernizará y las libertades irán en aumento en
una España estructurada en 17 autonomías y dos ciudades autónomas, bajo el amparo de
la Constitución de 1978. En el aspecto político, destacará la presencia casi continua del
PSOE en el Gobierno en un claro bipartidismo con el PP (antes AP y CD), que ganará
las elecciones de 1996. Si bien finalizará el peligro golpista, no ocurrirá lo mismo con el
terrorismo de ETA.