El Franquismo en España: Creación, Fundamentos y Evolución (1939-1975)
El 1 de abril de 1939 finalizó la Guerra Civil española, iniciada tras la sublevación militar de julio de 1936, poniendo fin definitivamente al proceso democratizador que había intentado llevar a cabo la II República. Quedó instaurado un nuevo régimen político que ha pasado a denominarse “Franquismo”, puesto que el término se toma a partir del nombre del vencedor de la contienda, Francisco Franco. Con él se inauguró una etapa política fundamentada en una dictadura que perduró hasta su muerte en 1975. Entre 1939 y 1975 se desarrollaron dos grandes etapas:
- La primera, hasta 1959, caracterizada por el esfuerzo de crear y consolidar un Estado autoritario, apoyado en la autarquía económica.
- La segunda, hasta 1975, en la que se inició un cierto aperturismo político apoyado en el desarrollismo económico.
Fundamentos Ideológicos del Franquismo
En los primeros años, el sistema político se perfiló como autoritario y personalista y, por tanto, el régimen se definió como una dictadura, dirigida por el general Franco. Sus rasgos más significativos fueron un feroz anticomunismo, complementado con la supresión de partidos políticos, sindicatos y estatutos de autonomía, y contrario a las libertades políticas. Se exaltaba la unidad de la Patria, la tradición (Reconquista, Imperio), y se prestaba especial preponderancia al estamento militar. El Franquismo asumió rasgos fascistas en la importancia que concedía a los símbolos, uniformes, veneración al “Caudillo” o el recurso a la violencia y represión hacia cualquier sospechoso. Con la derrota del nazismo y el fascismo tras la IIGM, algunos elementos externos, como el saludo fascista, fueron atenuados. Finalmente, la Iglesia legitimó desde el principio el régimen de Franco y fue recompensada con el control de la educación y la sociedad, que quedó impregnada de una estricta moral católica, en lo que se conoce como nacional-catolicismo. Convertida en un verdadero centro de poder, desde ella emanaba la intolerancia y la censura más férrea sobre la sociedad española.
Los católicos se organizaron en torno a la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei, del cual surgió toda la generación de tecnócratas que gobernaron España en la década de los 60 y que fueron los diseñadores del desarrollismo económico.
Desde el punto de vista político, la dictadura se basó en la prohibición de partidos y en la brutal represión. Desde 1937 se estableció el partido único, la Falange Española Tradicionalista de las JONS, que se denominó Movimiento Nacional. Bajo la subordinación del Caudillo, hubo lo que se conoce como familias políticas:
- Los falangistas, integrados en el partido, controlaron la vida social y económica del país a través de instituciones como el Frente de Juventudes, la Sección Femenina o la Organización Sindical.
- El Ejército, verdadera columna vertebral del régimen, contó con tres ministerios y estuvo supeditado a la personalidad de Franco.
- Muchos monárquicos colaboraron con la dictadura, pese a que Franco se negó a ceder la Jefatura de Estado a D. Juan de Borbón.
Franco evitó que algún grupo se destacara y equilibró las fuerzas con el fin de mantener su poder omnímodo.
Los soportes sociales del Franquismo se sustentaron sobre la oligarquía terrateniente y financiera, y las clases medias rurales del Norte y Castilla. La clase media urbana y los trabajadores que no respaldaron el régimen se encontraban en un estado de desmoralización y represión tal que impidió desarrollar una oposición al régimen.
Apoyos Económicos hasta 1959: La Autarquía
La economía del país, al finalizar la guerra, estaba destruida y desarticulada, según el bajísimo nivel que presentaba la producción agraria e industrial, el grado de deterioro de la red de transportes y la carencia de fondos de oro y divisas para llevar a cabo la reconstrucción. De manera que España había retrocedido al siglo XIX, lo que significó una verdadera hecatombe. Como consecuencia inmediata, en la posguerra dominó el hambre y el racionamiento.
La tarea del nuevo régimen era emprender un proceso de recuperación económica, que enfocó adoptando la fórmula de la autarquía. Consiste en la idea de que un país debe producir dentro de sus fronteras lo necesario para su desarrollo, de modo que se suprimía el intercambio exterior. En España, la etapa de autarquía económica se extendió entre 1939 y 1951, siguiendo las directrices marcadas por el Estado de intervencionismo o dirigismo económico, y debido a dos circunstancias: la realidad de una Europa en guerra y el aislamiento al que España estuvo confinada por parte de las democracias o por regímenes políticos comunistas; solo mantuvo relaciones en este período con Portugal y la Argentina de Perón. En 1950, la Organización de Naciones Unidas (ONU) anuló la condena a la que el régimen dictatorial de Franco había estado sometido, lo que puso fin al período autárquico.
Las medidas básicas de autarquía que había utilizado el Estado fueron dos:
- Reguló los intercambios, reduciendo drásticamente las importaciones, salvo las imprescindibles como los combustibles. Ello acarreó un encarecimiento de los productos dado el desabastecimiento al que dio lugar. Para paliar el efecto, la Administración controló los productos de primera necesidad, obligando al productor a venderlos con precios tasados y, a su vez, vendiendo la Administración al consumidor con precios fijos. Esta actuación favoreció un floreciente mercado negro y un incremento de los precios en el mismo.
- Pronto se apreció que la economía no superaría la situación de crisis sin una industria mínimamente productiva, por lo cual el Estado, inspirado en el modelo italiano, fundó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941. A través de él, se financiaron proyectos de carácter militar, se absorbieron industrias con pérdidas al convertirse el Estado en empresa subsidiaria, y se potenció la creación de empresas públicas, sobre todo en el sector industrial de bienes de equipo: astilleros y siderometalurgia. Fue la edad de oro de Iberia, Endesa, SEAT, etc. Como complemento, se nacionalizaron los ferrocarriles a través de RENFE.
Las consecuencias de la política autárquica fueron que la economía no solo experimentó un estancamiento, sino que sufrió una recesión que la condenaba a niveles del siglo anterior, sin posibilidad de competencia, con un mercado interior sin capacidad adquisitiva, al que le resultaba casi imposible adquirir bienes y materias primas para la industria. Los españoles empeoraron sus condiciones de vida, bajaron los salarios reales y, a la vez, ascendieron los precios.
A fines de la década, quedaba patente el fracaso de la autarquía y el régimen se vio obligado a intentar la recuperación económica a través del inicio de un tímido aperturismo, el “desarrollismo económico”, que actuó como detonante de los cambios sociales que modernizaron al país y facilitó el progresivo desmantelamiento del régimen.
Evolución Política y Contexto Internacional
El objetivo de Franco fue crear un Estado autoritario, nacionalista y católico en el que él disfrutaría de la máxima autoridad con carácter vitalicio. Contaría con el apoyo total del Ejército y su labor se apoyaba en la defensa de la religión y un feroz anticomunismo.
Legislación Fundamental del Franquismo
A pesar de que Franco concentró todos los poderes, se fueron aprobando Leyes Orgánicas conocidas como Leyes Fundamentales del Movimiento:
- En 1938, el Fuero del Trabajo establecía un sindicato único controlado por Falange (“sindicalismo vertical”).
- La Ley Constitutiva de las Cortes, en 1942, implantaba una “democracia orgánica”, no representativa, en la que se elegía a los procuradores por un sufragio indirecto en unas elecciones amañadas.
- El Fuero de los Españoles, de 1945, recogía una ficticia declaración de derechos y deberes.
- La Ley de Sucesión y la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958).
La Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 legitimó la represión del Estado llevada a cabo en la posguerra; campos de concentración, junto a miles de ejecuciones, extendieron un clima de terror generalizado.
Política Exterior y Reconocimiento Internacional
En cuanto a política exterior, Franco mostró su apoyo a la Alemania nazi y la Italia fascista, sus aliados en la Guerra Civil, si bien durante la IIGM no intervino como beligerante. A partir de 1943, las derrotas del Eje motivaron un viraje de España hacia la neutralidad y, tras la guerra, el régimen franquista fue condenado por la ONU, lo que implicó un aislamiento internacional, además del bloqueo diplomático y económico.
Posteriormente, a lo largo de la Guerra Fría, el anticomunismo norteamericano encontró en Franco un aliado que, a partir de los pactos de 1953, convirtieron al país en satélite estadounidense, proporcionando las bases militares de Torrejón de Ardoz, Rota o Zaragoza, a cambio de la integración económica y militar de España en el bloque occidental. En 1955, la admisión de España en la ONU compensaba los objetivos del régimen por el reconocimiento internacional del mismo y por la posibilidad de integrarse en otras organizaciones, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.
El Exilio Republicano Español
La dura represión ejercida por el régimen de Franco determinó el exilio de muchos españoles, entre los que figuraba un importante grupo de intelectuales. El destino fue hacia Latinoamérica y, especialmente, a México. Entre 1939 y 1942, México acogió unos 25.000 refugiados españoles, siendo presidente Lázaro Cárdenas del Río. Destacan, entre otros, los escritores Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o Rafael Alberti; historiadores como Claudio Sánchez Albornoz o Américo Castro; y filósofos como Ferrater Mora y María Zambrano.