Introducción al Espacio Rural y la Actividad Agraria en España
Las actividades agrarias, básicamente agricultura y ganadería, han sido fundamentales en las sociedades tradicionales. Sin embargo, gracias al desarrollo socioeconómico registrado en nuestro país a partir de la década de 1960 y consolidado con nuestro ingreso en la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986, las actividades agrarias se han convertido en un sector productivo que representa menos del 5% del PIB y de la población activa. Esto no implica que hayan perdido importancia económica y social, ya que estas actividades son la base de la industria agroalimentaria, una de las principales exportaciones del país y ocupan la mayor parte de su espacio geográfico.
En este tema vamos a analizar los condicionantes, tanto físicos como humanos, de la actividad agraria, los principales usos y aprovechamientos agrarios, la influencia de la Política Agraria Común (PAC) europea y los nuevos usos y funciones del espacio rural.
Condicionantes de la Actividad Agraria en España
Definición de Espacio Agrario y Rural
Antes de comenzar el desarrollo del tema, es necesario delimitar conceptualmente el espacio agrario y el rural. El espacio agrario son las áreas geográficas acondicionadas por el ser humano para la producción agrícola, ganadera o forestal. Pero no es lo mismo espacio agrario que el espacio rural.
El espacio rural es el campo, lo que no es urbano o ciudad. El espacio rural es más amplio que el espacio agrario, porque en el campo, además de agricultura, ganadería y explotación forestal, podemos encontrar urbanizaciones, industrias o turismo rural.
La actividad agraria es la realizada por el hombre para obtener productos de la tierra, ya sea a través de la agricultura, la ganadería o la explotación forestal. Los factores físicos que condicionan los espacios agrarios españoles siguen influyendo a pesar de los progresos técnicos que permiten mejorar el medio natural para un aprovechamiento agrario más favorable. Son los siguientes:
Factores Físicos
El Relieve
El relieve facilita o dificulta la práctica agrícola, por lo que se observa una estrecha relación entre el mapa de aprovechamientos agrarios y el mapa de relieve.
- Altitud: Modifica las condiciones de humedad y temperatura. En España, solo el 11% de la superficie se encuentra a menos de 200 metros de altitud; una gran proporción corresponde a la Meseta, cuya elevación sobre el nivel del mar acentúa la continentalidad y sus efectos agrarios.
- Pendientes y Desniveles: Afectan a la formación y estabilidad de los suelos, a las condiciones y formas de laboreo, a la vulnerabilidad ante la erosión, a la circulación del agua y a las posibilidades de mecanización de las faenas agrícolas. Es crucial añadir la importancia del relieve y del roquedo en el origen y evolución de los suelos, que son el soporte y la base de nutrición de los cultivos y aprovechamientos agrarios.
El Clima
Condiciona los tipos de paisajes agrarios. Está presente a través de las temperaturas, precipitaciones y demás elementos climáticos (vientos, nubosidad, etc.). El régimen climático de influencia más intensa es el mediterráneo. Su larga sequía estival y elevadas temperaturas exigen una fuerte adaptación de plantas y cultivos, lo que ha tenido como consecuencia la adopción de la trilogía de cultivos mediterráneos (cereales, vid y olivo) y la implantación del regadío para contrarrestar los efectos de la aridez estival. Los climas españoles, sobre todo el mediterráneo, presentan gran irregularidad interanual, siendo frecuentes las heladas, las olas de calor y las sequías, que influyen negativamente sobre la agricultura y la ganadería.
Los Suelos
Los suelos condicionan la agricultura de manera profunda debido a su distinta naturaleza, estructura, composición y ubicación. Esta diversidad de factores justifica que los paisajes agrarios no puedan explicarse sin recurrir al mapa de suelos.
La Vegetación Natural
En ocasiones, la vegetación natural se ha eliminado para lograr la total ocupación agrícola; otras veces se conserva con grandes rasgos de pureza, constituyendo la base de los aprovechamientos forestales. En algunos casos, se ha conservado el sustrato herbáceo (no el arbóreo) para ser aprovechado por la ganadería; o se opta por un aprovechamiento conjunto e integrado de suelo, pastos y arbolado, dando lugar a paisajes de dehesa.
Factores Humanos
Los factores humanos son los responsables de la ordenación y usos del espacio agrario, así como de la expresión de las condiciones sociales, económicas, técnicas, políticas, etc. El espacio agrario también refleja la influencia de factores históricos sobre los que se ha formado y su pervivencia en las estructuras agrarias. Dentro de los factores humanos, podemos distinguir entre socioeconómicos y políticos.
Factores Socioeconómicos
Los principales factores socioeconómicos son la población agraria, la estructura de la propiedad y las técnicas y sistemas agrarios.
- Población Agraria: El medio rural español se caracteriza por su despoblamiento y el envejecimiento de la población. Además, la diversificación sectorial de la población activa rural, ya no centrada exclusivamente en las actividades agrarias, ha provocado un aumento de la agricultura a tiempo parcial. En cualquier caso, cada vez hay una mayor preparación y profesionalización por parte de los agricultores, al menos en el sector más modernizado, competitivo y dirigido al mercado, mientras que aún se mantiene en algunas zonas una agricultura prácticamente de subsistencia a cargo de población envejecida que tiende a desaparecer.
- Estructura de la Propiedad: España presenta grandes contrastes, diferenciándose entre un norte minifundista y un sur latifundista. Las razones de estos contrastes son históricas y económicas. En cuanto a las históricas, la lentitud del proceso de Reconquista en el norte de España hizo que se fueran asentando pequeños y medianos campesinos en las tierras arrebatadas a los musulmanes, mientras que la rapidez con que se desarrolló el proceso en el sur peninsular hizo que los reyes concedieran amplios lotes de tierras a la Iglesia, la nobleza, las Órdenes Militares y los municipios, como un medio de controlar el territorio ante la falta de campesinos suficientes que asentar. Junto a esta razón histórica, existe una económica. El clima oceánico del norte, con temperaturas suaves y precipitaciones abundantes y regulares, determina una elevada productividad que hace económicamente sostenible a la pequeña y mediana propiedad. Esta situación se replica en las zonas de regadío del sur de España y la costa mediterránea. Sin embargo, la baja productividad de la agricultura de secano mediterránea determina que solo la gran propiedad sea económicamente sostenible. Dentro de la estructura de la propiedad, también hay que considerar el régimen de tenencia. Actualmente predomina el régimen directo, en el que el propio propietario gestiona la explotación. Sin embargo, aún es bastante frecuente el régimen indirecto, tradicionalmente predominante, en el que el propietario cede la explotación de la tierra a otra persona a cambio de una renta (arrendamiento) o de parte de la cosecha (aparcería).
- Técnicas y Sistemas Agrarios: Se han producido grandes transformaciones en las últimas décadas, aumentando la extensión del regadío, la mecanización, el uso de productos fitosanitarios y fertilizantes, y el desarrollo de nuevas técnicas como los cultivos en enarenado, hidropónicos y bajo plástico.
Factores Políticos
Dentro de los factores políticos, destaca el intervencionismo del Estado en las actividades agrarias, muy intenso durante el franquismo, a través de organismos como el Servicio Nacional del Trigo, el Instituto Nacional de Colonización y el Servicio Nacional de Concentración Parcelaria. El proceso de Transición a la Democracia hizo desaparecer los restos aún existentes de este intervencionismo, que ya se había atenuado a partir de 1959. Sin embargo, el acceso a la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986 hizo que la agricultura española se viera profundamente determinada por la Política Agraria Común (PAC), que analizaremos más adelante.
Usos y Aprovechamientos Agrarios en España
Los principales aprovechamientos agrarios son la agricultura, que supone el 56% de la Producción Final Agraria (PFA); la ganadería, que aporta el 40% de la PFA; y la explotación forestal, que solo aporta el 4%. Sin embargo, estos porcentajes ocultan importantes contrastes regionales. Así, en las zonas de clima oceánico (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco) y el entorno de las grandes áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, predomina la ganadería en la PFA debido a la abundancia de pastos naturales en las primeras zonas y a la fuerte demanda de productos cárnicos en las segundas. En las zonas de suelos pobres de las penillanuras occidentales (desde León a Extremadura), en el entorno de Madrid y su conexión con Cataluña (Ávila, Soria, Toledo, Guadalajara y Aragón) y en las Islas Baleares, se produce un equilibrio entre agricultura y ganadería. En el resto de España, hay un claro predominio de los usos agrícolas.
La superficie agraria española es de 50,5 millones de hectáreas, distribuidas en tierras de cultivo, actividad ganadera y forestal:
Las Tierras Cultivadas
Las tierras cultivadas se encuentran en tres grandes conjuntos agrícolas: las cuencas interiores de la Meseta, las depresiones exteriores y el litoral mediterráneo. Las dos submesetas tienen un intenso uso agrario (cuenca del Duero – Submeseta Norte – y el área de La Mancha – Submeseta Sur). Las depresiones del Ebro y del Guadalquivir son de gran aptitud agrícola, siendo la tierra bética la que presenta mejores suelos y mayores porcentajes de superficie labrada. Las zonas del litoral mediterráneo se caracterizan por la intensidad del laboreo sobre una estrecha franja que presenta su mayor extensión en el golfo de Valencia. En los espacios de aprovechamiento agrícola, destacan las zonas de regadío, que son hoy los principales soportes económicos de la agricultura española. Junto a ellos, destacan los espacios ocupados por cultivos forzados (enarenados, bajo plásticos) y subtropicales, modelo de aprovechamiento de las potencialidades que ofrece el clima y un claro exponente del dinamismo de la agricultura española.
Los Cereales
Cultivos herbáceos destinados a la alimentación humana, la elaboración de piensos compuestos y la obtención de biocombustibles. Su área de cultivo son los secanos del interior peninsular en rotación con barbecho o leguminosas. Las excepciones son el maíz y el arroz, muy exigentes en agua, que se localizan en zonas húmedas y encharcadas. La superficie cerealista tiende a reducirse, pero la producción aumenta gracias a la mejora del rendimiento.
Las Leguminosas
Cultivos herbáceos destinados al consumo humano en verde o en seco, o a la alimentación del ganado. Su área de cultivo coincide prácticamente con la de los cereales, con los que rotan, pues constituyen un cultivo de descanso o semibarbecho. La producción se ha incrementado gracias a los programas europeos que fomentan las rotaciones de cultivos. España es la principal productora de garbanzos y lentejas de la UE.
La Vid
Cultivo arbustivo de secano que produce uvas destinadas al consumo en fresco y, sobre todo, a la elaboración de vino. Su área productora principal es Castilla-La Mancha. Además, existen otras con un buen mercado como La Rioja, etc. La superficie de viñedo ocupaba hasta fechas recientes áreas marginales poco aptas para otros cultivos, por lo que los rendimientos eran bajos. Actualmente ha incrementado, aunque existen fluctuaciones anuales debido a las condiciones climatológicas. El vino exportado arroja una balanza positiva, aunque se enfrenta a la competencia de la cerveza y bebidas sin alcohol.
El Olivo
Es un cultivo arbóreo de secano, muy resistente a la sequía estival, que destina parte de su cosecha a la aceituna de mesa y el resto a la obtención de aceite. La superficie y la producción de aceite de oliva y de aceituna de mesa ocupan el primer lugar mundial. Su aumento ha sido debido a las mejoras técnicas; aunque varía mucho de unos años a otros, dado que el aceite de oliva se exporta, ocupando España el primer lugar mundial; aunque se enfrenta a la competencia de aceites más baratos, lo que se trata de paliar fomentando las variedades de alta calidad, como el aceite de oliva virgen.
Cultivos Hortofrutícolas
Se destinan al consumo en fresco o a la industria conservera. Las áreas de cultivo de hortalizas, al aire libre o en invernaderos, se encuentran en áreas litorales del Mediterráneo y en las proximidades de los centros de consumo urbano. Los frutales se localizan en las áreas litorales y en los valles regados del interior peninsular. Tradicionalmente, la producción era para autoconsumo, pero creció con el aumento del nivel de vida. En la actualidad, España es el primer exportador de frutas y hortalizas de la UE.
Cultivos Industriales
Se destinan a la transformación industrial. Los más destacados son el girasol, la remolacha, el algodón, el tabaco y el lúpulo. Su área productora principal son los secanos de Andalucía y Castilla y León para el girasol; los regadíos de la mitad septentrional para la remolacha y el lúpulo; y los regadíos de la mitad meridional para el algodón y el tabaco. La producción se encuentra relacionada con la industria, que a menudo proporcionan las semillas.
Cultivos Forrajeros
Se destinan a la alimentación animal en fresco o en seco tras su deshidratación natural o industrial. En España se utilizan en las rotaciones de cultivos por su contribución a la recuperación del suelo. Su área de cultivo se concentra en los secanos de la mitad septentrional de la Península, por su clima húmedo y en regadíos extensivos. La superficie y la producción han crecido desde 1950, paralelamente al incremento de la ganadería y la demanda de productos para su alimentación.
La Actividad Ganadera
La Estructura Ganadera
La ganadería tradicional se basaba en la coexistencia de distintas especies ganaderas en el mismo ámbito, integradas por razas autóctonas con un elevado grado de rusticidad, técnicas atrasadas y sistemas extensivos de bajo rendimiento. La actual incluye explotaciones productivistas que tienden a la especialización e intensificación para lograr producción abundante y su venta en el mercado; y explotaciones posproductivas, que optan por la diversificación y extensificación de productos de calidad.
- La ganadería tiende a especializarse en la producción de carne o leche. Ha supuesto la sustitución de las razas nacionales por extranjeras seleccionadas y la desaparición de algunas razas autóctonas. No obstante, se observa una reciente recuperación de las razas autóctonas.
- La tecnificación se ha incrementado con el empleo de ordeñadoras mecánicas y el estudio científico de la alimentación del ganado, unido al incremento del tamaño de las explotaciones y del número de cabezas por explotación, lo que ha elevado los rendimientos.
- La ganadería intensiva ha ganado peso respecto a la extensiva:
- La ganadería extensiva depende del medio físico y se alimenta de prados y pastizales naturales. Se localiza en la España húmeda, en los pastos de las penillanuras y en los rastrojos de la España seca. Suele ir asociada a razas autóctonas y a técnicas tradicionales y una elevada dependencia de las subvenciones comunitarias.
- La ganadería intensiva está desvinculada del medio físico al encontrarse estabulada y alimentarse total o parcialmente con piensos. Se ubica cerca de los centros de consumo urbano, en el nordeste y en el litoral mediterráneo peninsular. Suelen ir asociadas a razas extranjeras seleccionadas, técnicas modernas y una elevada dependencia de los caros piensos y de la industria transformadora.
La Productividad Ganadera
Predomina en Galicia, Asturias, Cantabria, Cataluña y Aragón. Desde 1960, la ganadería ha incrementado su participación en la Producción Final Agraria, impulsada por la tecnificación.
Ganadería Bovina
Productores de leche y carne. La localización del bovino de carne extensivo se encuentra en las dehesas de las penillanuras occidentales y del bovino de carne intensivo, cerca de las ciudades, próximas al mercado. El bovino de leche extensivo se localiza en el norte peninsular y el de leche intensivo cerca de las ciudades. La producción de carne bovina tiende a decrecer, debido al cambio de hábitos alimentarios y a la competencia de las carnes más baratas del cerdo y aves.
Ganadería Ovina y Caprina
Se destinan principalmente a la producción de carne, leche, lana y cuero. La localización del ovino extensivo se sitúa en el interior peninsular y en las zonas de montaña. El ovino intensivo (cebo de corderos y ordeño) se está incrementando, aunque tiene todavía escasa significación. Su producción total disminuye por la reducción de animales en el sistema extensivo. En cambio, la leche de cabra y oveja se ve favorecida por la alta demanda.
Ganadería Porcina
Se destina en parte al consumo en fresco y en parte a la elaboración de embutidos. La localización del porcino extensivo, basado en las razas autóctonas de alta calidad, se encuentra en las dehesas occidentales, mientras que el porcino intensivo predomina en Cataluña y Murcia. Se basa en las razas foráneas de cerdo blanco y adopta el sistema de integración. Debido a las normas de bienestar animal, algunos cerdos han pasado del extensivo al intensivo. La producción sitúa a España como el segundo productor de la UE y se exporta en gran parte; el precio presenta fuertes oscilaciones.
Ganadería Avícola
Producción de huevos y de carne. La localización de la avícola de puesta intensiva se concentra en centros de consumo, como en ambas Castillas, mientras que la avícola de puesta alternativa está integrada por pequeñas explotaciones. La avícola de carne intensiva adopta el sistema de integración y se centra en la costa mediterránea y Galicia. La producción de huevos ha disminuido por el descenso de la avícola de puesta (ajuste a la oferta y demanda) y por el cierre de las explotaciones, lo que permite exportar. Mientras que la carne de ave se concentra en el pollo y se encuentra estable. España es el segundo productor de la UE.
La Actividad Forestal
La superficie forestal de España es de 19 millones de hectáreas. Las especies maderables principales son frondosas y coníferas. El destino principal de la madera es el aserrío para las industrias de la construcción y la trituración; se explota la resina para disolventes y los corchos, fomentando otros aprovechamientos forestales. Las áreas madereras principales son Galicia y Asturias. También destacan en coníferas las provincias de Segovia y Soria; y en frondosas, León, Cantabria y Huelva. La producción ha aumentado por la expansión de especies de crecimiento rápido, pero esto es insuficiente, por lo que se requiere importar de zonas frías y tropicales. España es el segundo productor mundial. La PAC y el plan forestal español fomentan las repoblaciones y la dedicación forestal de las tierras excedentarias de la agricultura, para incrementar la producción de madera y fomentar otros usos del bosque, para proteger el suelo y la absorción de CO2.
Influencia de la Política Agraria Común (PAC)
Desde la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1986, la política agraria española ha estado profundamente marcada por la Política Agraria Común (PAC).
La Primera PAC
Se creó en 1962, en una situación marcada por la posguerra mundial, en la que las actividades agrarias quedaron paralizadas y no había abastecimiento de alimentos. Su objetivo era incrementar la producción de alimentos para garantizar el autoabastecimiento y conseguir precios justos para los consumidores y agricultores. Los resultados de la primera PAC se manifestaron en 1980: se logró el autoabastecimiento europeo de alimentos, a costa de la creación de excedentes y problemas medioambientales.
España y la PAC
España entró en las Comunidades Europeas en 1986, cuando los problemas de la PAC eran ya manifiestos. La adopción de la PAC supuso la reorientación de las importaciones; la subida de los precios hasta su equiparación con los comunitarios; la adopción del sistema de cuotas que afectó sobre todo a la zona cantábrica y a las zonas cerealistas o de viñedo del interior; y la recepción de cuantiosas ayudas que contribuyeron a la modernización y elevaron las rentas y el nivel de vida de los agricultores.
Las Reformas y la PAC Actual
Para hacer frente a los problemas generados por la PAC, desde 1990 han sucedido diversas reformas, basadas en un nuevo modelo posproductivista, cuyo objetivo es la sostenibilidad, combinando la competitividad con el cuidado medioambiental. En la actualidad, la reforma de la PAC de 2013 pretende hacer frente a los nuevos retos agrarios. Así, sus objetivos son tres: garantizar la seguridad alimentaria, conseguir una agricultura sostenible y contribuir al desarrollo territorial de las regiones agrarias, creando empleo y diversificando su economía. Las medidas para alcanzar estos objetivos se estructuran en dos pilares:
Primer Pilar de la PAC (FEAGA)
El primer pilar de la PAC financia los pagos de mercado y las ayudas directas a través del Fondo Europeo Agrícola de Garantía (FEAGA).
- Pagos de Mercado: Financian las intervenciones y las restituciones. Por presión internacional, su objetivo se ha limitado a los momentos de crisis, buscando sustituirlos por pagos sin repercusión directa en el mercado, como la promoción de productos europeos o el uso de sistemas ecológicos.
- Ayudas Directas a los Agricultores: Sustituyen a las antiguas ayudas a la producción. Se justifican por la necesidad de garantizar rentas adecuadas y estables ante la inestabilidad de los mercados mundiales y la competencia de países con costes más bajos. Esta ayuda consiste en un pago básico por hectárea, igual para todos los agricultores de un estado, región o comarca. A este se unen otros dos pagos obligatorios: uno para la instalación de jóvenes agricultores y otro ecológico. Además, los Estados miembros pueden añadir dos pagos voluntarios por tener toda o parte de las explotaciones en zonas con limitaciones naturales, o por tener toda o parte en ciertos sectores considerados prioritarios por razones económicas o sociales.
Segundo Pilar de la PAC (FEADER)
El segundo pilar de la PAC financia el desarrollo rural a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER). Sus ayudas se dirigen a la mejora de la competitividad a través del conocimiento y la innovación; el cuidado del medio ambiente y del paisaje rural; y la mejora del nivel de vida y del empleo.
Nuevos Usos y Funciones del Espacio Rural
El campo español ha sufrido fuertes transformaciones debido a varios factores: el éxodo migratorio, la mecanización del campo, la ampliación del regadío y la aparición de una nueva sociedad rural. Actualmente, el espacio rural español ha tomado una orientación productiva, rompiendo los vínculos entre agricultura, ganadería y explotación forestal y dando lugar a una gran disociación entre el mundo rural y el urbano, además de la influencia de las políticas comunitarias como factor de modernización del campo.
Todos los cambios expuestos anteriormente han alterado el concepto y el uso del espacio rural, apreciándose que la influencia urbana ha atenuado el contraste campo-ciudad al superponerse sobre un mismo espacio diversos usos del suelo, especialmente en las áreas periurbanas.
- Si hace años el espacio rural tenía una función meramente productiva, hoy ha adquirido un valor de uso, acogiendo segundas viviendas de residentes urbanos, industrias, talleres, naves de almacenamiento, etc., que están al servicio de necesidades urbanas. También acoge usos relacionados con el ocio, como el turismo rural o de naturaleza, siendo un claro ejemplo las áreas protegidas.
- El espacio rural es hoy multifuncional y polivalente debido a las nuevas demandas y perspectivas de futuro que se ofrecen al mundo rural en las sociedades desarrolladas. Por ello, el mundo rural acusa la presión del mundo moderno (vías de comunicación, etc.) y hace necesario adoptar prácticas agrarias que favorezcan la preservación del entorno y la conservación de la naturaleza. También se hace necesario diversificar la economía, propiciar nuevos usos y actividades que generen empleos duraderos fuera del sector agrario y desarrollar programas integrados de desarrollo rural sobre la base del potencial endógeno. Las políticas europeas procuran mantener a la población en su ámbito, apoyar a las sociedades locales y conservar el medio natural y el patrimonio cultural como una baza para la generación de ingresos externos, como los que aporta el turismo.