René Descartes: Contexto Histórico, Filosófico y Metodológico de su Pensamiento

Contexto Cultural del Pensamiento Cartesiano

El carácter ilusorio de la vida y la presencia amenazante de la muerte, como consecuencia de la experiencia tan dramática de la vida, serán ideas recogidas por el Barroco. Calderón de la Barca, con su obra teatral La vida es sueño, juega con esa visión de la vida que influirá en el proceso de duda cartesiana.

También se vive una profunda crisis religiosa. A raíz del conflicto bélico (la Guerra de los Treinta Años), la autoridad del Papa en la interpretación de la Biblia desaparece. La Reforma Luterana había valorado el papel de la razón individual: es el propio cristiano quien, mediante la gracia de Dios, interpreta la Biblia. Así, uno de los pilares de la estructura medieval, la autoridad del Papa y la unidad religiosa, pierde peso y lo gana la autonomía de la razón. No obstante, el resultado de esta guerra no hace sino acentuar la pérdida de autoridad de la fe católica, ya iniciada por el nominalismo, el Humanismo y la Revolución Científica.

La física y la astronomía habían estado dominadas por la autoridad de Aristóteles y Ptolomeo. Ambos constituían el otro referente que guiaba a la razón en la investigación científica. Los trabajos de Copérnico, Kepler, Galileo y Huygens provocaron una revolución científica que generó la caída del modelo geocéntrico y una nueva concepción heliocéntrica. Pero más importante que el cambio de modelo fue que la revolución científica acabó con la autoridad de Aristóteles y de la Biblia en cuestiones también científicas. El resultado fue la reacción de la Iglesia mediante la condena a Galileo y la inclusión de las obras de Copérnico en el catálogo de obras prohibidas.

Nuevamente, ahora que Aristóteles había dejado de ser una referencia externa para la razón, la necesidad de un método para decidir cuándo estamos frente a una verdad se hacía inevitable. Pero la publicación de esa propuesta metodológica, precisamente por la actitud defensiva de la Iglesia, debía ser muy cauta (de ahí el anonimato) y donde su dominio fuera menor (por eso en Holanda).

No solo el desarrollo físico y astronómico, sino también los descubrimientos geográficos, náuticos, bélicos, etc., fueron posibles por la matematización de las ciencias. Los trabajos de Isaac Beeckman, Golius, Faulhaber y los del propio Descartes mejoraron el saber matemático. Las matemáticas eran las únicas ciencias que proponían demostraciones indudables, y cuando lo matemático se aplicaba a otras ciencias, se producía un inmediato desarrollo. Por ello, el método cartesiano será deudor no de las matemáticas, sino de «lo matemático», de lo que hace que las matemáticas alcancen su certeza. Descartes espera así éxitos semejantes.

Contexto Filosófico

La filosofía escolástica había desarrollado un enfoque teocéntrico de lo existente. Toda reflexión comenzaba afirmando la existencia de Dios (así empieza la Suma de Teología). El hombre y el mundo son sus consecuencias. La afirmación del valor del hombre y de su dignidad durante el Humanismo y su expresión artística en el Renacimiento provocaron la crisis de esa visión para dar lugar a una antropocéntrica: el hombre pasa al lugar central y se convierte en el arranque de cualquier reflexión posible. Sin esta influencia, el proyecto cartesiano de un método que guíe al hombre en su solitaria búsqueda de certezas sin contar con Dios, carece de sentido.

El nominalismo de Ockham criticó la relación tomista entre razón y fe. Según Tomás de Aquino, la fe era el criterio extrínseco de verdad para la razón, de modo que los contenidos de fe no podían ser contradichos por la razón que, por tanto, perdía su autonomía. Guillermo de Ockham defendió una absoluta separación entre razón y fe: los contenidos de la fe son completamente distintos a los de la razón, porque esta no puede llegar al conocimiento de Dios. Por tanto, la razón pierde como referencia a la fe y recupera su autonomía.

El Discurso del método no tiene ningún sentido si no se supone esa autonomía de la razón no solo respecto a la autoridad eclesial sino también respecto a las creencias religiosas personales. La crisis y pérdida de referentes trajo el escepticismo que en la Francia de la época tenía sólidos representantes como Michel de Montaigne (del que en la Segunda parte del Discurso aparecen expresiones literales), Pierre Charron o Francisco Sánchez. Por eso la estrategia cartesiana empezará por vencer el escepticismo con sus propias armas, transformando la duda escéptica en duda metódica.

Propuestas Metodológicas Contemporáneas

Sin referentes no racionales, con lo matemático como modelo y frente al escepticismo, Descartes afronta un proyecto metodológico que le permita superar la crisis, acompañando así a otros autores que asumen la misma intención.

El método que Francis Bacon propone en el Novum Organum pretende conseguir una inducción correcta para llegar a establecer una afirmación universal y, por tanto, siempre válida. Al científico le interesa conocer las propiedades físicas de los cuerpos que se expresan en leyes, y el método para elaborarlas es la realización, mediante la anotación de las observaciones de un fenómeno, de tres tablas: de presencia, de ausencia y de grados. Sin embargo, este método se aleja del cartesiano ya que desconoce la importancia tanto de las matemáticas para formular leyes como de la formulación de hipótesis.

El método resolutivo-compositivo de Galileo permite expresar los fenómenos observados en lenguaje matemático. Galileo defiende que la naturaleza está «escrita» con lenguaje matemático (está «matematizada»), por lo que su conocimiento solo será posible descifrando sus relaciones matemáticas y expresándolas en fórmulas. Para llegar a esas fórmulas propone tres pasos:

  • Resolución (análisis de los datos)
  • Composición (formulación de una hipótesis)
  • Resolución experimental

El mundo físico de Descartes también será un mundo matematizado.

Estas propuestas metodológicas se consolidaron en el siglo XVII en dos sistemas filosóficos contrapuestos, el racionalismo y el empirismo, que configuran la Modernidad. Coinciden en que:

  1. El sujeto es el centro y el fin de toda actividad y quien decide sobre la verdad o falsedad de cualquier enunciado.
  2. Comienzan por un análisis del conocimiento para determinar su alcance.

Pero mientras el racionalismo pone el criterio de verdad en la autonomía de la razón y construye el conocimiento deductivamente a partir de unos principios innatos, independientes de la experiencia sensible, el empirismo parte de la experiencia y, por inducción, llega a hipótesis explicativas de los fenómenos.

Sobre el Discurso del Método

Este fragmento pertenece al Discurso del método, que era un prólogo de su obra científica Dióptrica, Meteoros y Geométrica. Publicada en 1637 en La Haya, Holanda, fue escrito en francés de manera anónima y es una autobiografía intelectual.