La Ética Aristotélica y sus Principios Filosóficos

La Ética Aristotélica

En la ética se analiza e investiga cómo se debe comportar el ser humano. Los animales
orientan su comportamiento según el instinto natural, sus acciones vienen determinadas por
su naturaleza. Que el hombre es el único ser racional que tiene inteligencia y se plantea
cómo tiene que ser su conducta para alcanzar el fin propio de su especie.
La respuesta dada por Aristóteles es la de la teoría de la felicidad, la virtud y la del hombre
como animal social.

La Felicidad

En su Ética a Nicómaco dice Aristóteles que cada actividad tiende a un fin que es su bien. Y como las actividades que realizan los hombres son muy variadas y persiguen fines muy diversos, es preciso jerarquizar éstos, siendo la cuestión más importante saber cuál es el fin último del hombre, cuál es su bien supremo.

La Sociedad: La Política

La política supone la culminación de la ética porque el ser humano solamente puede tener una vida digna y desarrollar sus potencias en el seno de una sociedad. La política, según Aristóteles, es superior a la ética porque la comunidad es superior al individuo. “Procurar el bien a una persona es algo deseable, pero es más hermoso y divino conseguirlo para una ciudad” (Ética a Nicómaco)

El Hombre como Ser Social

Aristóteles piensa que el hombre no puede desarrollarse viviendo aislado. No es un ser solitario; necesita de los demás; sólo en comunidad satisface sus necesidades. El hombre es por naturaleza un ser social; ni es un animal ni un dios.

Tomás de Aquino (1225-1274)

Para Tomás de Aquino, la teología es la ciencia suprema. Como las demás, la teología parte de principios evidentes que no necesita demostrar: los artículos de la fe. Pero, la teología también utiliza principios filosóficos, aunque lo hace como ayuda, dado que únicamente las Sagradas Escrituras proporcionan argumentos apropiados y definitivos. En todo caso, la razón natural se puede poner al servicio de la fe. La relación entre la fe y la razón. El punto de partida de Tomás de Aquino fue Aristóteles. Piensa que el conocimiento racional parte de los sentidos: nuestra razón no puede conocer lo que no se nos ofrece a través de los sentidos. Por el contrario, la fe cristiana proporciona conocimiento más allá de los sentidos, se basa en la revelación divina, dada gratuitamente al ser humano (pero no viene a suprimir la razón, sino a perfeccionarla). No deben entrar en conflicto entre sí. Tomás defendió la existencia de una única verdad, si bien hay una parte que es propia de la fe (ejemplo, la Santísima Trinidad), otra que es característica de la razón (ejemplo, las leyes del movimiento) y una tercera que engloba verdades a las que podemos acceder tanto desde la fe como desde la razón: los preámbulos de la fe: El mundo es creado, el alma es inmortal y Dios existe. Existen porque es conveniente que ciertas verdades accesibles por la razón lo sean también a través de la fe, ya que muchos hombres no podrían llegar a ellas sin la fe. Fe y razón nos llevan a dos campos de saber distintos: la fe, a la teología, y la razón, a la filosofía. Pero hay armonía entre ambas porque la verdad no puede ser más que una. Aunque como fuentes de conocimiento, fe y razón son autónomas, la razón presta ayuda a la fe (la teología se presenta como ciencia y toma de la razón sus procedimientos, su ordenación y sus argumentos dialécticos) y la fe también ayuda a la razón (si una teoría filosófica contradice algún dogma, debemos considerar falsa tal teoría, pues las verdades reveladas son indudables). podemos decir que la razón está subordinada a la fe. La demostración de la existencia de Dios. Para Tomás de Aquino, debe ser posible demostrar racionalmente la existencia de Dios. Para ello propuso sus cinco vías para demostrar la existencia de Dios desde la experiencia sensible, único punto de partida válido para el conocimiento. Parte del mundo sensible, y de los efectos conocidos por los sentidos asciende hasta la causa. Tienen el esquema siguiente: 1) Parten de un hecho de la experiencia (TODO SE MUEVE). 2) Aplican el principio de causalidad (TODO ES MOVIDO POR ALGO). 3) Niegan la posibilidad de ir al infinito en la serie de causas. 4) Concluyen en una primera causa, que es Dios (EL PRIMER MOTOR). Las cinco vías son: la del movimiento (todo se mueve, el Primer Motor es Dios), la de la causalidad (todo tiene una causa, la primera causa es Dios), la de la contingencia (los seres sensibles no son necesarios, Dios es necesario), la de los grados de perfección (los seres humanos son imperfectos, Dios es perfecto) y la del orden del mundo (Dios es la inteligencia que ordena el mundo). Ética y Política. Tomás de Aquino, tomó de Aristóteles dos ideas: la visión finalista (teleológica) de la naturaleza humana y la afirmación de que el fin último del ser humano es la felicidad. Dios creó el mundo y los seres racionales de acuerdo con su ley eterna, ley que expresa el orden del universo. Esta ley eterna regula el comportamiento de los seres no libres (a través de las leyes físicas) y el de los seres humanos libres (a través de la ley moral que respeta la libertad: la ley natural). Esta ley natural se manifiesta en inclinaciones que la razón capta como buenas (suponen la prescripción de ciertas normas).

Agustín de Hipona (354-430)

La relación entre la fe y la razón. Agustín no trazó fronteras entre la fe y la razón, pensó que ambas tienen como fin la comprensión de la verdad cristiana, la única verdad absoluta. En el objetivo de comprender la verdad cristiana, la razón y la fe colaboran. La fe nos lleva a la verdad revelada, la autoridad de las Sagradas Escrituras nos proporciona los contenidos del conocimiento, los cuales, después, la razón debe esforzarse en hacer comprensibles. La razón no puede conducirnos, por sí sola, a la sabiduría. El ser humano necesita de la fe para alcanzar la contemplación de lo eterno e inmutable. La sabiduría consiste en dicha contemplación. Así pues, razón y fe participan conjuntamente en la búsqueda de la verdad, que nos lleva a la sabiduría y, con ella, a la felicidad.

Maquiavelo

1. Reseña biográfica. Nicolás Maquiavelo nació en Florencia el 3 de marzo de 1469. En 1498 ocupó el cargo de canciller de la Segunda Cancillería, entidad que se ocupaba de las relaciones exteriores de Florencia. En el ejercicio de sus funciones hubo de realizar diversas gestiones diplomáticas tanto dentro de la Península Itálica como en Francia o Alemania. 2. Ideas fundamentales de su pensamiento. Para poder hacer realidad sus proyectos o cumplir sus deseos, el hombre debe enfrentarse a la realidad que le afecta, a su circunstancia. Esta circunstancia es superior a su control y a su voluntad, ya que tiene su propia dinámica o concatenación causal, y puede ser determinada por infinitos factores de la más variada índole. En general, los fenómenos naturales y las relaciones sociales suelen seguir su propio curso sin que el hombre pueda modificarlos. Por ello, si una persona quiere triunfar o conseguir cumplir sus objetivos o deseos, debe someterse a dicha realidad y actuar de acuerdo con ella. Es decir, el hombre experimenta la circunstancia en que vive como necessità. La necessità impone un determinado curso a la acción del hombre y su éxito depende de la fortuna, que puede ser favorable o desfavorable. Y para poder influir en mayor o menor medida sobre la fortuna, ha de tener virtù. 3. El Príncipe. Espejo de príncipes. El objetivo del libro es proponer al príncipe las reglas que le han de ayudar a conseguir el éxito, esto es, el logro del honor y la gloria por medio de la buena gobernación de sus dominios. Para conseguir el éxito es necesario que el príncipe tenga la fortuna de su parte. Y para ello, el príncipe debe ser virtuoso. En este punto, Maquiavelo se separa de la tradición filosófica-política, ya que mientras los demás autores citados entienden la virtud como un conjunto de valores morales, él confiere un nuevo sentido al concepto, separándose de la moral. El príncipe debe guiar sus acciones y decisiones por el principio del éxito, sin tener en cuenta consideraciones morales respecto a los medios. “El fin justifica los medios”. “En las acciones de todos los hombres y especialmente de los príncipes… se atiende al resultado. Trate, pues un príncipe de vencer y conservar su Estado, y los medios siempre serán juzgados honrosos y ensalzados por todos”. Maquiavelo considera más seguro ser temido que amado, si es necesario renunciar a alguna de las dos vías. Cree que el príncipe debe conseguir la adhesión del pueblo, aunque considera que el amor o la lealtad de los súbditos no son suficientes para mantener el poder, ya que la naturaleza humana no es “noble”. Por ello, es necesario el temor, pero no el odio. Un príncipe no puede sostenerse si es odiado por el pueblo.

La Moral Provisional

Descartes adopta una moral provisional mientras se encuentra sumida en la duda metódica y que consiste en 3 reglas básicas de conducta: 1.Obedecer a las leyes y costumbres del propio país, considerando la religión tradicional y siguiendo las opiniones más moderadas. 2.Consciente en ser la más firme y resuelta  en el obrar y seguir con constancia y satisfacción la opción que se haya elegido. 3Tratar de superarse a sí mismo más que a la fortuna y esforzarse por cambiar los propios pensamientos y no tanto por intentar cambiar el orden del mundo. Por lo tanto la prudencia (que entendemos necesaria en aquella época, si se quería investigar sin incurrir en una condenación eclesiástica) Junto con la decisión y la superación  de uno mismo son las tres reglas básicas de la moral cartesiana. LA LIBERTAD Y LAS PASIONES. Descartes nos dice que la relación entre cuerpo y alma se asemeja a un combate entre las pasiones o apetitos naturales que son propias del cuerpo y la razón o la voluntad  que son propias del alma. Tres son las preguntas que tratara de responder descartes para solucionar este conflicto entre cuerpo y alma 1.¿Qué son y cuál es la causa de las pasiones? Las pasiones son percepciones, sentimientos o emociones que se dan en nosotros y que afectan al alma y que cuyo origen está fuera de ella. El origen de las pasiones es el cuerpo y son causadas por las fuerzas vitales de este. A demás las pasiones se caracterizan por ser involuntarias ya que no dependen del alma racional, sino que se impone a ellas. También las pasiones son irracionales ya que no son acordes con los dictados de la razón, de ahí que la voluntad tenga que hacer un esfuerzo para someterlas a su control. 2.¿Cómo influyen las pasiones en el alma? Influyen en la exigencia de ser satisfechas inmediatamente. 3¿Cómo responde el alma frente a las pasiones? Para Descartes las pasiones no son ni buenas ni malas en si mis mismas, sino que dependen del uso que hagamos de ella. Por lo tanto, según el debemos aprender a gobernarlas. En este punto Descartes sigue las enseñanzas de los estoicos, según las cuales, hay que estar por encima de la violencia de las pasiones para alcanzar la paz y el equilibrio interior. En esta lucha del alma por controlar o gobernar las pasiones es donde interviene la libertad. Ya sabemos que la libertad solo puede residir en el alma porque al no ser materia extensa no está sometida a las leyes del mecanicismo. La libertad es una de las características de la voluntad humana que es una facultad del alma, y es ella la que nos puede llevar al acierto o el error, al bien o al mal, según la utilicemos.  La libertad consiste básicamente en la capacidad de elegir entre diversas opciones que se nos presentan. La libertad no consiste en la indiferencia ya que esta es producto de la ignorancia, por lo tanto, solo cuando el entendimiento tiene ideas claras y distintas sobre lo verdadero y lo falso, lo bueno y lo malo, la voluntad puede escoger con plena voluntad  En conclusión: la ética cartesiana desemboco en la decisión de entregarse a la racionalidad ya que para él la libertad consiste en que el entendimiento guía a la voluntad. Esta es la idea central de la ética cartesiana.