La Dialéctica y la Teoría de la Reminiscencia en Platón

Dialéctica

DIALÉCTICA: La dialéctica es un método. Consiste en el diálogo, la capacidad de dar y recibir explicaciones de las cosas. Es un método de investigación que desarrolla la mayéutica socrática, combinación de síntesis y análisis, o un camino de ascenso y descenso.

Síntesis

Síntesis: el alma asciende a la multiplicidad de las cosas del mundo sensible a la idea de que son copias y una vez ahí va escalando de una idea a otra hasta llegar a la idea de Bien. Solo cuando esto ocurre hemos llegado a saber de verdad lo que es una cosa.

Este proceso de síntesis consiste en dar definiciones, clasificarlas y sistematizarlas atendiendo al criterio de la universalidad. Se llega a la definición universal “viendo” la esencia de las cosas, no abstrayendo lo común que hay en ellos. Es más, en el mejor de los casos el conocimiento sensible es sólo estímulo para que la razón recuerde lo ya conocido. Conocer no es abstraer sino recordar.

El análisis nos permite descender desde una definición universal a definiciones más particulares. Se trata de mostrar o extraer todo lo que incluye un concepto universal y que no tiene porqué estar explícito.

El método dialéctico se apoya en un proceso mental que Platón llama nóesis o intuición, es una “visión con los ojos del alma”. Consiste en la aprehensión directa de las ideas. Es preciso inteligir su esencia (dar un salto mental con el que vemos la idea). La chispa que produce la intelección de una idea es la reminiscencia.

Mundo Inteligible

MUNDO INTELIGIBLE: A este mundo no se puede acceder con el uso de los sentidos sino que se llega a él gracias al uso de la parte más excelente del alma, que para Platón es la razón. El Mundo Inteligible es la auténtica realidad, tiene para este autor un carácter religioso y consecuencias en el campo de la epistemología, la ética y la política. En el mito de la caverna la metáfora del Mundo Inteligible es el mundo exterior al que accede el prisionero cuando pierde las cadenas y sale de la caverna.

Platón establece una jerarquía en las entidades que pueblan este mundo: situándose por encima de todas las Ideas encontramos la Idea de Bien, que en ciertos textos parece identificar con Dios. Después la Idea de Belleza y la Idea de Justicia; tras estas, Ideas fundamentales como la de Unidad, Multiplicidad, Ser y No Ser; a continuación las Ideas matemáticas; finalmente, el resto de Ideas. Aunque la lógica que le lleva a Platón a postularla existencia de este mundo le tendría que obligar a admitir tantas Ideas como términos universales existan, su punto de vista está influido por consideraciones valorativas y así, en el diálogo “Parménides”, se niega a aceptar que puedan existir Ideas que correspondan a realidades con connotaciones negativas o referidas a realidades con escaso valor: Idea de pelo, de uña…,admitiendo tan sólo las Ideas matemáticas y las que tienen una connotación estético-moral.

El mundo sensible o mundo visible, es el conjunto de todo aquello que se muestra a los sentidos, fundamentalmente cosas físicas.

Las características de este mundo son su carácter temporal, espacial, cambiante y corruptible. Nuestro cuerpo se incluye en el Mundo Sensible. Del Mundo Sensible no cabe la ciencia sino la mera opinión. En el mito de la caverna, la metáfora del Mundo Sensible es el mundo del interior de la caverna.

Las cosas del Mundo Sensible tienen ser en la medida en que participa no imitan del mundo eterno de las Ideas. Este Mundo ha sido “fabricado” (que no creado) por el Demiurgo a partir de la modificación y transformación que ejerce sobre la materia informe tomando como modelo el Mundo Inteligible.

Teoría de la Reminiscencia

TEORÍA DE LA REMINISCENCIA: Concepción platónica según la cual conocer es recordar. En el diálogo “Menón”, y con ocasión del estudio de la virtud, Platón presenta la teoría de la reminiscencia ―o anamnesia―. Esta teoría se resume en la idea de que conocer es recordar. Seguramente Platón no defendía este punto de vista respecto de los conocimientos particulares como los relativos a hechos concretos (por ejemplo, el conocimiento perceptivo del tipo “mi mesa es negra”) sino respecto de los conocimientos estrictos dotados de universalidad y necesidad, conocimientos como los matemáticos y los que pueda descubrir la dialéctica.

Platón consideró que estos conocimientos tan excelentes no pueden explicarse a partir de la experiencia meramente empírica o perceptiva y defendió una peculiar visión innatista: cuando conocemos una verdad de este tipo en realidad no estamos aprendiendo algo nuevo sino que nuestra alma recuerda una verdad a la que tuvo acceso antes de encarnarse y vivir en este mundo material, nuestra alma recuerda algo que conoció cuando vivía en el mundo de las Ideas. Brevemente: la teoría de la reminiscencia defiende la extraña tesis de que el alma vive sin el cuerpo en el mundo de las Ideas, percibe las distintas Ideas y sus relaciones, se encarna, olvida dicho conocimiento, y, gracias a la intervención de un maestro, consigue rememorar ese conocimiento olvidado.

La teoría de la reminiscencia es el complemento de la teoría socrática del conocimiento y de la enseñanza: enseñar no es introducir un conocimiento en la mente de un sujeto sino incitar al alumno a que descubra en su interior una verdad.

Opinión

OPINIÓN: En un famoso pasaje de la República llamado “el pasaje de la línea” Platón distingue dos formas generales de conocimiento: la opinión y la ciencia. Esto no es una novedad pues tal distinción se hallaba ya en Parménides. La opinión o doxa es el conocimiento sensible de las cosas de este mundo (el mundo visible) y está sujeta a falsedad y error. La ciencia o episteme solo se ocupa del mundo de las Ideas (o mundo inteligible) y sus enunciados nos conducen siempre a la verdad. Platón distingue dos grados de conocimiento en la opinión: Primero, la conjetura o eikasia que se ocupa de las imágenes del mundo: quizá la literatura, la historia y las bellas artes. Lo que todos deben aprender. Segundo, la creencia o pistis, el estudio de las cosas naturales: la física.

Idea del Bien

IDEA DEL BIEN: Platón considera a las ideas entes reales, verdadera esencia de las cosa, auténtica realidad eterna e inmutable.

Sin embargo, todas no son iguales, algunas tienen mayor importancia que otras. Según esta importancia se clasifican en:

•Ideíllas: son aquellas ideas relativas, que expresan una verdad “a medias”.

•Ideas: corresponden a conceptos, cosas concretas (Idea de “niño”, “fuente”, “mesa”) Estas ideas dan consistencia, pues participan en cierto modo del Mundo de las Ideas, al ser realidades que no cambian y, por tanto, no se ven trucadas por el mundo de los sentidos.

•IDEAS: Supremas realidades, indefinibles y que se sitúan por encima del Ser. Estas ideas son tres: Idea de Bien, Justicia y Belleza. Sin embargo, la Idea del Bien abarca a todas las demás. En la posesión de estas tres ideas se encuentra la Sabiduría. Ocupa la cúspide de la pirámide, por lo que todas las demás dependen de ella y se sitúa más allá del Ser.

En la República Platón compara la idea del Bien con el Sol puesto que del mismo modo que el astro es el origen de la vida en el mundo visible, la Idea del Bien ilumina y da el ser a las demás Ideas en el mundo inteligible. Hace que todo sea visible y comprensible Aquellos que llegan al conocimiento del bien llegarán a ser gobernantes ideales.