Alienación en Marx y sus Tipos
A pesar de que para Marx el trabajo sea un elemento esencial en la vida del ser humano, ya que es a través del cual se realiza y entra en relación con los otros hombres y con la naturaleza, en la sociedad capitalista, el hombre no se autorrealiza sino que se aliena. Así, el trabajador asalariado vende su fuerza de trabajo, su tiempo y a sí mismo a cambio de un salario, de manera que pierde su libertad, se separa de sí mismo y se convierte en un esclavo del sistema de producción.
En este sentido, la alienación del trabajador se produce en relación a cuatro elementos:
- Respecto al producto: el trabajador lo vende a cambio de un salario, y por tanto, el producto que él ha elaborado será propiedad de otro; el amo capitalista.
- En cuanto al trabajo: este es un trabajo forzado, no libre, por lo que el hombre no se realiza y se siente infeliz. Solo llega a ser libre y feliz fuera del trabajo, cuando realiza sus funciones biológicas.
- En cuanto al hombre: este se ve reducido a una pieza más de la maquinaria productiva, una mercancía que se vende.
- En relación con los demás hombres: cada uno trabaja por su propio interés, de forma que las relaciones humanas giran en torno al intercambio de mercancías y los hombres se tratan entre ellos como medios para un fin económico.
La alienación existe porque existe la propiedad privada de los medios de producción. La solución propuesta por Marx es abolir la propiedad privada (comunismo).
Por último, aunque la alienación más destacada es la económica, existen también la religiosa, política y la ideológica.
- La alienación religiosa se manifiesta cuando el creyente busca un paraíso ficticio en el más allá con tal de huir de la miseria del mundo real (Marx afirmó: “la religión es el opio del pueblo”).
- La alienación política sucede cuando el Estado, servidor de los intereses de la burguesía, se establece como un poder absoluto y extraño que controla la vida de los individuos.
- Finalmente, la alienación ideológica se refiere a la situación en la que las ideas dominantes de una sociedad son siempre las de la clase dominante y sirven como justificación del sistema económico.
El Materialismo Histórico de Marx
Marx desarrolló una teoría social que expresa las leyes de la historia y de la sociedad, y que pudiera inspirar una revolución: el materialismo histórico. Siguiendo la tradición dialéctica hegeliana, esta teoría concibe la historia como un proceso en constante movimiento, transformación y desarrollo. En este sentido, el motor de la evolución histórica es la lucha de clases; el enfrentamiento constante entre los opresores y los oprimidos (amo y esclavo, señor y siervo, obrero y capitalista). “La historia de todas las sociedades que han existido hasta ahora es la historia de la lucha de clases”, afirmaron Marx y Engels, quienes entienden que el materialismo histórico es una teoría ‘científica’ sobre la formación y desarrollo de las sociedades.
Así, la base para la explicación de cualquier fenómeno histórico reside en la estructura económica de la sociedad, que determina o condiciona la superestructura (conjunto de ideas jurídicas, políticas, morales, religiosas, artísticas, etc., de una sociedad). Simplificando, esto significa que, según Marx, la economía es el factor determinante de la sociedad, o que la historia, la política y la sociedad solo pueden explicarse satisfactoriamente desde la economía.
En este sentido, la estructura económica (infraestructura) es la base de la sociedad, y está formada tanto por las fuerzas productivas (fuerzas de trabajo y medios de producción) como por las relaciones de producción (conjunto de relaciones que se establecen entre los hombres en el proceso de producción, que en el sistema capitalista, derivan en una distribución desigual de las clases sociales). Sobre la base de la estructura económica de una sociedad se levanta la superestructura, que es el conjunto de ideas, creencias, instituciones y normas que configuran una sociedad y suelen responder a los intereses de la clase dominante. Es decir, que la sociedad y sus ideas son un reflejo de la estructura económica.
De esta forma, mientras Hegel considera que lo que cambia la historia son las ideas (idealismo, donde la superestructura produce el cambio de la infraestructura, es decir, la materia), Marx considera que lo que cambia la historia es la materia; la lucha entre los intereses de los diferentes grupos sociales (materialismo, donde la infraestructura controla la superestructura).
Comparación Política: Platón vs. Marx
La primera diferencia fundamental entre Marx y Platón es que Marx era un filósofo materialista y Platón fue un filósofo idealista.
Por un lado, Platón entiende que el hombre es esencialmente alma, por lo que proyecta toda su filosofía en un mundo ‘imaginario’ desde el punto de vista marxista. Marx, por su parte, entiende que el hombre es esencialmente trabajo, aunque este puede alienar al hombre a causa de la propiedad privada, la cual provoca una sociedad de clases. En este aspecto, Platón es partidario de una sociedad de clases, aunque la que él propone no está delimitada por la propiedad, sino por la sabiduría de cada estamento.
En cuanto a la organización política de la sociedad, Platón establece una jerarquía de regímenes políticos en la que la democracia es el peor de los regímenes, pues el pueblo (que para Platón es inculto) ocupa el poder, generando solo caos. Por su parte, Marx considera que es el pueblo el que debe tomar el poder, para cambiar así la sociedad en la que vive. Para Marx, el pueblo debe estar educado, no debe ser un pueblo inculto fácil de manejar, al contrario de lo que piensa Platón, quien reserva la educación para los gobernantes y el ejército, considerando que el pueblo no necesita ser instruido.
Para Marx, esta educación hará que el pueblo tome conciencia de clase y se alce contra la clase opresora, llegando al poder para cambiar la estructura de la sociedad y alcanzar el sistema político que él propone: el comunismo, una sociedad sin clases en la que el Estado se hace innecesario (teoría de la emancipación). En este aspecto, Platón considera que el hombre no será libre cuando cambie la estructura de la sociedad, sino cuando consiga ser virtuoso en aquello que le corresponde (sabiduría, valor o templanza) y llegue al mundo de las ideas. Es decir, Platón se inspira y aspira a un mundo ideal, no material, alegando que en él se alcanzará la felicidad y la libertad. Esto es lo que Marx critica de la religión y algunas filosofías, entendiendo que estas alienan al hombre porque lo dividen entre un mundo falso y la realidad.
Sin embargo, comparten una serie de características. Así, tanto Platón como Marx ponen el bien común por encima del bien individual; la sociedad por encima del individuo. Asimismo, comparten la vinculación filosofía-política; el objetivo de la filosofía tanto de Platón como de Marx es político: la justicia social.