Poesía española desde 1939 hasta la actualidad

POESIA ESPAÑOLA DE 1939 HASTA NUESTROS DÍAS.

Al comenzar la guerra civil la poesía se encontraba en un momento de gran esplendor, riqueza y creatividad. Al terminar el conflicto, el panorama es desolador, con el país dividido entre la España del interior y la del exilio. Fuera siguen publicando poetas como Juan Ramón Jiménez, El otro costado, Cermuda, Vivirsin. catar vixiendo., Salinas, El contemplado, Guillén, Clamor o Rafael Albeni, Retornos de lo vivo lejano. En el interior distinguimos varias tendencias:

1.- Posguerra: años 40.

Siguiendo la clasificación de Dámaso Alonso distinguimos dos líneas: la poesía arraigada y la desarraigada. En la primera se inscribe un grupo que ofrece una imagen armónica del mundo. Es una poesía épica, triunfalista, es religiosa, de factura formal y clasicista. Escriben en revistas como Escorial. Toman a Gracilaso como modelo. Se agarran a la tierra, la familia y Dios. Destacan Luis Rosales, con La casa encendida Leopoldo Panero, Escrito a cada instante. Dionisio Ridruejo, Sonetos a la piedra, y José García Nieto, Tú y yo sobre la tierra, entre otros.

La otra línea que sobresale es la poesía desarraigada caracterizada por visualizar el mundo como un caos y la poesía el medio para encontrar el orden y la serenidad. Cultivan una poesía de tono trágico, son existencialistas. Destacan Dámaso Alonso, con Hilos de la ira, y Vicente Aleixandre, con Sombra del paraíso. Ambos inician el proceso de rehumanización de la poesía. Otros autores importantes son Carlos Bousoño, Gabriel Celaya, José Hierro y Blas de Otero que publicará Angel fieramente humano, como antesala de la poesía social.

Otras tendencias son el postismo y postsurrealismo, que suponen una vuelta a las vanguardias europeas, y el grupo Cántico, heredero del 27, caracterizado por promover una poesía intimista.

2.- Poesía social: años 50.

Sirve de instrumento para reflejar y transformar la sociedad. Los temas son España, solidaridad, anhelo de libertad, la injusticia social. Se rechaza el esteticismo y el lenguaje es sencillo, cercano al narrativo. Destacan sobre los demás Blas de Otero, con Pido la paz y la palabra, y Gabriel Celaya, con Cantos Iberos.

3.- Años 60, generación de los 50

La poesía es un medio de conocimiento de la realidad, de transitar del yo social al yo poético e íntimo. Es una poesía de la experiencia, con un tono cálido y cordial. Predomina un tono reflexivo o meditativo, un estilo conversacional, un lenguaje coloquial y son frecuentes el uso de la ironía y la intertextualidad. Los temas son la familia, la infancia, el amor, la amistad…Destacan Áspero mundo, de Ángel Gonzalez, Las personas del verbo, de J. Gil de Biedma, La memoria y los signos, de J. A. Valente, Conjuros, de Claudio Rodríguez, además de José Agustín Goytisolo, Caballero Bonald o Carlos Barral.

4.- En los años 70

Comienza la renovación de mano de los novísimos: Fundamentalmente Guillermo Camero, Pere Gimferrer (Arde el mar), y Leopoldo María Panero (Poemas del manicomio de Mondragón). Se trata de una nueva vanguardia, despreocupada por las formas tradicionales, de talante provocador y voluntad rupturista. Se trata de un arte minoritario que se caracteriza por el rechazo del realismo social, la integración de influencias exteriores como cine, publicidad, televisión, literatura anglosajona, surrealismo o poesía de vanguardia. Presentan un estilo selecto y un contenido culturalista con referencias artísticas, mitológicas e históricas.

5. La poesía desde la década de los ochenta

Abarca muchas las tendencias que coexisten en el panorama de la lírica. Los postnovísimos continúan el trabajo iniciado en la década anterior. Prestan especial atención a los aspectos formales y a cuestiones procedentes de la tradición artística y la cultura de masas. Es característico en ellos la deuda con la poesía de los autores del 27, a quienes consideran modelos a imitar por el equilibrio entre tradición e innovación. El erotismo desde una perspectiva femenina y la libertad en la expresión de los sentimientos más íntimos son sus principales temas. Ana Rossetti es la principal valedora de esta lírica sensualista. También ha tenido gran impacto en estos últimos años la poesía del silencio de Jaime Siles o Andrés Sánchez Robayna, en poemas breves, condensados y alejados de todo exceso verbal. El objetivo es sugerir emociones intangibles, imposibles de dar a conocer en su plenitud.

6. Primeros años del siglo XXI

La poesía de la conciencia ha vuelto a recuperar las cuestiones sociales en la lírica española. Poetas como Antonio Orihuela o Jorge Riechmann muestran en sus versos la disconformidad con la vida contemporánea mediante un lenguaje sencillo y directo, con fuerte presencia del habla coloquial. El objetivo de esta tendencia es remover la conciencia adormecida del hombre contemporáneo. Pero la tendencia que más acogida ha tenido en la lírica actual es, sin duda, la poesía de la experiencia, en la que se inscriben algunos de los principales poetas de nuestro tiempo: Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, Jon Juaristi, Carlos Marzal, Miguel d’Ors. Son poetas que se interesan especialmente por los hechos cotidianos y la vida en la gran ciudad.

LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1975 A FINALES DEL SIGLO XX. TENDENCIAS AUTORES Y OBRAS MÁS DESTACADAS.

A partir de la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, empieza a desarrollarse un ambiente de libertad que favorecerá el conocimiento de la literatura europea en España y de la literatura española en el extranjero lo que influirá en la creación literaria en general y particularmente en la narrativa por otra parte, con la desaparición de la censura se irán publicando novelas hasta entonces prohibidas y se recuperará la obra de autores exiliados. Es complejo establecer propósitos comunes en los novelistas de las dos últimas décadas del siglo XX. De manera general, se puede observar un alejamiento del experimentalismo y una vuelta al interés por la trama, por recuperar el denominado “placer de contar”. En esta línea destaca Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Savolta (1975), en la que utilizando mezcla de estilos (pastiche) y diferentes puntos de vista narrativos, se relata una historia de intriga y de amor.

Se destacan como principales líneas narrativas del último tercio del siglo XX las siguientes:

La novela lírica

Que centra su interés en un mundo más sugerente con personajes-símbolo y tendencia al lenguaje poético. Es la característica esencial de Paco Umbral en Mortal y rosa o de la narrativa de Julio LLamazares en La lluvia amarilla. Aquí también podemos incluir las novelas de Javier Marías como Mañana en la batalla piensa en mí o Todas las almas.

Novela histórica

Ambientada en el pasado, lejano como el caso de El maestro de esgrima, de Pérez Reverte, o Soldados de Salamina de Javier Cercas, de 2002

Novela de intriga

Que mezcla esquemas policíacos con aspectos políticos e históricos. Las novelas sobre el detective Carvalho o Galíndez convierten a Manuel Vázquez Montalbán en el escritor más representativo, aunque no el único, ya que de algunos elementos de este género también se han servido Eduardo Mendoza en La ciudad de los prodigios o Muñoz Molina en El inviemo en Lisboa.

Novela de enfoque realista

Que surge tras el experimentalismo de los años 60. Muchos autores vuelven al Realismo pero desde una perspectiva abierta que incluye, por ejemplo, el realismo carnavalesco de Luis Mateo Diez en La fuente de la edad o el realismo imaginario de Luis Landero en Juegos de la edad tardía.

Novela culturalista, que en los últimos años ha aparecido de la mano de una serie de autores jóvenes que narran desde posturas bastante eruditas o analizan aspectos de la cultura occidental. Es el caso de Juan Manuel de Prada en Las máscaras del héroe o La tempestad.

Novela urbana

Donde autores jóvenes tratan en sus obras sobre problemas de la juventud urbana con una estética cercana a la contracultura; es el caso de José Ángel Mañas en Historias del Kronen, Lucía Etxebarría en Amor, curiosidad, prozac y dudas o Luis Antonio de Villena con la crónica de La Movida madrileña en Madrid ha muerto. En suma, lo que caracteriza a la novela de las últimas décadas del siglo XX es el eclecticismo ya que acoge prácticamente todas las modalidades, temas y discursos, así como la individualidad.

En las dos primeras décadas del siglo XXI

Ha crecido espectacularmente el número de publicaciones a causa de la gran cantidad de premios literarios que existen actualmente y del boom editorial. De hecho, el mercado impone su peso a la literatura, de manera que se comienza a publicar con la finalidad de vender una gran cantidad de obras de escaso valor literario. El término inglés best seller se asienta entre nuestros autores y cabe hablar de una novela comercial de fácil lectura y rápido olvido, como suelen ser las novelas históricas, románticas, policiacas o las novelas fantásticas orientadas al público juvenil. Además de esa vuelta al interés por la historia contada y de la enorme proliferación de títulos, otras características de esta época son el incremento del número de escritoras. Es el caso de Almudena Grandes – El corazón helado, 2007-, Dulce Chacón, Elvira Lindo o Rosa Montero, algunas con obra publicada en el siglo XX. Por otra parte, la vinculación entre la labor literaria y la periodística o el gusto creciente por el relato corto e incluso del microrrelato es una realidad. Otros aspectos significativos de la novela española en los últimos años son la consolidación del individualismo y el eclecticismo. Cada autor emprende un camino personal con la pretensión de diferenciarse al máximo de sus contemporáneos, lo cual puede hablar de desorientación estética. Los autores se acogen prácticamente a todas las tendencias, modalidades, discursos, temas, experiencias y preocupaciones personales.

Soldados de Salamina es la cuarta novela del escritor Javier Cercas, publicada en 2001. Su familia cercana era falangista, por lo que no es extraño constatar su interés en la historia de la guerra civil española. Sus puntos de vista ante esta son muy críticos pero tratan de capturar ambas ópticas, la de los fascistas y la de los republicanos. Escrita en primera persona, es una novela testimonio y presenta su carácter de historia y ficción a la vez, estilo denominado en español como «Facción» («Facto» (hecho) sFicoi*delta*as ). El tiempo histórico abarca desde el final de la Guerra Civil mientras que la acción se desenvuelve en real, los años anteriores a su publicación. El espacio es la provincia de Gerona, la capital y las zonas rurales cercanas donde se desarrollaron los hechos sobre los que el autor, narrador y personaje protagonista decide investigar. También el sur de Francia donde Cercas buscará al personaje de Miralles. Técnicamente no es un narración lineal ni tiene un final cerrado, sin embargo, su lenguaje es claro y sencillo. En medio de esta simplicidad es interesante constatar que Cercas une en esta obra, no muy extensa, reflexión, sensibilidad, homenaje a los héroes, metaliteratura e Historia. Es definitivamente una obra valiosa, reconocida internacionalmente y traducida a más de treinta idiomas.

El título de la novela nos remite a Heródoto, quien contaba la historia de las Guerras Médicas, siendo en la segunda de ellas donde se incluye la batalla de Salamina. Muchas de sus fuentes eran orales, y Heródoto era consciente de la poca fiabilidad de esos informes, dado que muchas veces se contradecían. La historia de la batalla se escribió cincuenta años más tarde de suceder los hechos. Cercas escribe, con recursos similares, sobre el episodio del fallido fusilamiento de Sánchez Mazas en el santuario de Santa María del Collell, en la provincia de Gerona, sesenta años más tarde. Pero Soldados de Salamina no nos habla de la batalla naval de Salamina. Nos habla, y mucho, de la Guerra Civil española, por lo cual es fácil dejarse tentar por la impresión de que ese es el tema central del libro, cuando no lo es. Y no lo es por muchas razones. Una de ellas es que este no es un libro de Historia ni tampoco lo que se llama historia novelada. Se trataría más bien de una novela histórica, es decir aquella donde los hechos y la ficción se mezclan, predominando lo real sobre lo imaginario.

Rafael Sánchez. Mazas, miembro fundador de la Falange se salva de morir en un fusilamiento colectivo que los republicanos llevan a cabo hacia el final de la guerra civil española, cuando las tropas franquistas los obligaban a retirarse. Al escapar Sanchez Mazas, un soldado republicano puede delatarlo aunque le perdona la vida, estos parecen ser los conductores de la obra: la vida de Sánchez Maras y la pregunta de por qué ese soldado real no lo mató. La novela de Cercas se enfoca en la figura de un hombre celebre y poderoso del régimen franquista elevado entonces a la categoría de héroe. Lo presenta, sin embargo, como la antítesis de la heroicidad, destruyendo la imagen que de él se había creado. El héroe aparece, pero por el lado republicano, en la figura de Miralles, un simple soldado que parece ser representante simbólico del deseo de poner punto final a la guerra, de la necesidad de paz, de bondad, de compasión.

Otro tema de interés, es el hecho de que el autor, aparezca  como protagonista y narrador de esta historia. Como mucho de lo escrito en este libro, tanto escritor  como personaje-se parecen sin llegar a ser la misma persona. 

El protagonista-periodista narrará el proceso de creación de esta obra, desde su concepción inicial hasta el momento en que la da por concluida. La novela resultará una vez más que en lo que se narra a veces será cierto y otras no como se puede observar en el cansancio que muestra Cercas  y el cómo ejercía en aquel momento de catedrático en Gerona. Además tendrá algunos encuentros con Roberto Bolaño hacia el final de la obra este famoso escritor chileno que fue amigo de cercas reconoció la zona en la época en que mazas escribió de la muerte de .La  narrativa de Cercas toca temas de profunda importancia para los españoles pero observa los hechos desde nuevos angulos lo cual invita al lector a reflexionar sobre el concepto de verdad


La tipologia del texto, expositivo-argumentativo, implica que un emisor en →autor del texto intenta convencer a un receptor múltiple, heterogéneo e ignoto. Ello se concreta en la aparición de verbos y pronombres en primera persona, en caso del emisor (Poned ejemplos de verbos, pronombres, determinantes, etc) y la de segundas personas del singular o plural en el supuesto del receptor (Enumerad un par de ejemplos recogidos de verbos, pronombres, etc).Las funciones del lenguaje predominantes, por tanto, serán la función expresiva, centrada en el emisor, y la apelativa, asociada al receptor, como subrayan los ejemplos referidos anteriormente a los respectivos elementos de la comunicación. No podemos dejar de mencionar que la propia naturaleza del texto expositivo-argumentativo ya implica la intención de convencer y el predominio de las funciones expresiva y apelativa, asociadas a emisor y receptor, son la constatación de dicha afirmación. También subrayan el carácter argumentativo del texto el predominio de oraciones subordinadas adverbiales (Ejemplos de causales, consecutivas, finales, etc) propias de la argumentación.

En cuanto a los niveles de la lengua, predomina el culto (Señala ejemplos de tecnicismos u otros términos de uso poco común) aunque aparecen palaras del nivel coloquial (Ejemplos). El registro es formal predominando la terminología del campo semántico de… (Poned el tema del texto)

Desde el punto de vista estilístico, la función sobresaliente es la poética o estética, propia de todo texto literario. No podemos dejar de constatar que el ensayo es un género literario perfectamente consolidado (…y el artículo – si es un artículo- un subgénero del ensayo) Lo comprobamos por la presencia de figuras literarias como… (Enumeraciones, metáforas, personificaciones, hipérboles, ironías, etc. Las figuras que detectéis).

Por último, hay que recalcar que se trata de un texto coherente pues cuenta con la unidad que le da el propio  recogido en el apartado la de esta pregunta, y que está perfectamente cohesionado. La cohesión la percibimos en la presencia de nexos extraoraciones  y otros elementos cohesivos como pronombres, desinencias verbales, proformas, sinónimos, anáfora catáfora  etc ). También las palabras referidas al campo semántico de (Poned el tema del texto) cotribuyen a dicha cohesión. Todo esto hace que el texto conteste a las carateristicas de un texto expositivo argumentativo