La poesía en España desde el fin de la Guerra Civil hasta la actualidad

El fin de la Guerra Civil y sus consecuencias

Provocaron unas circunstancias histórico-sociales que han sido determinantes de distintas orientaciones artísticas y literarias.

Hay que destacar la figura de Miguel Hernández, pertenece a la generación de garcilasistas, pero se vincula a la generación del 27 ya que cultiva algunas tendencias importantes del grupo. Obras destacadas: “Perito en lunas”, “El rayo que no cesa” y “Cancionero y romancero de ausencias”.

Los poetas que tuvieron que exiliarse al final de la guerra siguieron caminos diversos, en las producciones de todos ellos sobresale el tema de España. Destacan Emilio Prados, Manuel Altolaguirre, León Felipe.

Década de los cuarenta

  • En estos años prosperó una poesía arraigada o neoclásica de exaltación nacionalista y de evasión. Algunos de sus autores: Luis Rosales, Leopoldo Pañero, Luis Vivanco, Dionisio Ridurejo. Publicaron en las revistas Garcilaso y Escorial y cultivaron formas clásicas como el soneto.
  • La poesía desarraigada o existencial expresó la angustia vital del ser humano. Sus autores se dieron a conocer en la revista Espadaña y usaban el versículo y un lenguaje desgarrado y violento. Autores: Eugenio de Nora, Victoriano Crémer, Damasco Alonso, Vicente Aleixandre.
  • Aparecieron también nuevas propuestas del vanguardismo. Vanguardista fue la corriente del postismo, que revindicaba una poesía imaginativa y el grupo Cántico, que con Pablo García Baena se caracterizaba por su refinamiento formal y el vitalismo del tema amoroso.

Década de los cincuenta

En esta década triunfó la poesía social o de testimonio, erigida en arma ideológica y de denuncia de las injusticias ante el silencio impuesto por el poder. Se caracterizó por su preocupación por la vida colectiva y una tendencia al prosaísmo por lo que su estilo era directo, sencillo y coloquial. Autores: Gabriel Celaya, Blas de Otero, José Hierro.

Década de los sesenta

El llamado grupo de los cincuenta tenía como la generación anterior una profunda preocupación existencial o social, pero defendió la idea de la poesía como acto de conocimiento frente a la noción de poesía como acto de comunicación. Evolucionaron a una poesía centrada en lo individual y subjetivo con una mayor elaboración artística del lenguaje literario, lleno de humor, ironía y manteniendo el lenguaje coloquial. Algunos de sus temas principales son el paso del tiempo, la metapoesía, el amor y el erotismo o a la amistad. Autores: Ángel González, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez.

El final del franquismo y el inicio de la democracia supusieron el final de la censura, la vuelta de los poetas exiliados como Alberti y la incorporación plena de España al bloque occidental, pero no transformaron las condiciones de difusión del género poético, que siguió reducido a un público culto y minoritario. Durante esta época se han dado múltiples tendencias poéticas, entre las que destacamos las siguientes:

  1. La poesía culturalista (años 70): Poetas agrupados en torno a la antología de José María Castellet Nueve novísimos poetas españoles como Pere Gimferrer, Martínez Sarrión, Félix de Azúa que reaccionan contra el realismo. Otros autores del grupo fueron Manuel Vázquez Montalbán, José María Álvarez, Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Ana María Moix, Leopoldo María Panero. Entre los rasgos más destacados de estos autores están su vasto bagaje intelectual, la influencia que sobre ellos ejercen los medios de comunicación y sus constantes referencias a la sociedad de consumo. Formalmente destacan por la tendencia a la experimentación lingüística, una gran riqueza léxica, las imágenes irracionales, las enumeraciones caóticas, la intertextualidad y los aspectos visuales de los poemas figurativos. Además, en algunos poemas hay una presencia destacable de elementos narrativos y descriptivos.
  2. La poesía de la experiencia (años 80 y 90): La estética dominante es la poesía de la experiencia. Algunas características principales son la insistencia en las experiencias personales, de las cuales surgen las reflexiones del mundo, predominio del monólogo y el carácter narrativo más que lírico; estética verosímil y realista con presencia de temas ciudadanos y cotidianos. Usan un léxico propio de la cultura urbana y recuperan la métrica tradicional. Entre sus cultivadores a Luis García Montero, Felipe Benítez Reyes, Carlos Marzal, Luis Alberto de Cuenca, Jon Juaristi, Miguel d’Ors. Progresivamente, esta tendencia se fue manifestando en favor de un compromiso social del poeta frente a lo que consideran un mundo injusto e insolidario con el sufrimiento ajeno.
  3. La poesía neovanguardista o poesía del silencio: Se extiende la estética de la posmodernidad que asume los presupuestos artísticos transgresores de las vanguardias de inicios del siglo XX, pero sin manifestar la carga política anti-burguesa que las caracterizaba. Se trata de una poesía minimalista o de poemas breves en los que se elimina la anécdota y lo circunstancial. Es una poesía reflexiva, filosófica, de raíz intelectual. En ella se depura el lenguaje hasta alcanzar lo esencial. En es la búsqueda de la “poesía pura”. Esta tendencia, iniciada por Jaime Siles, cuenta con autores como Andrés Sánchez Robayna, Clara Janés. Otros poetas desarrollan por su parte elementos neosurrealistas como Blanca Andreu.