La evolución de la literatura española: desde el modernismo hasta la posguerra

Modernismo

El modernismo fue una corriente literaria surgida a finales del siglo XIX en Hispanoamérica. Su máximo exponente fue Rubén Darío. El modernismo tuvo su máxima expresión en la poesía, aunque también se encontró en la narrativa y el teatro. El contexto histórico estuvo marcado por la crisis del 98 y la pérdida de las posesiones de Ultramar en 1898. Las características del modernismo son: el deseo de perfección formal, la brillantez sensorial y musicalidad, el uso frecuente de figuras literarias, el rechazo a la mediocridad y la búsqueda de un arte aristocrático y revolucionario, y la huida del mundo real hacia lugares exóticos y épocas lejanas.

Temas del modernismo

  • Erotismo
  • Crimen
  • Vida nocturna
  • Maldurismo
  • Aislamiento social

Influencias del modernismo

  • Simbolismo
  • Parnasianismo
  • Decadentismo

Poesía modernista

Rubén Darío fue el máximo representante de la poesía modernista. Su renovación de la poesía en lengua española ha sido esencial para la literatura castellana del siglo XX. El culto a la belleza mediante la creación de un mundo exótico, poblado de cisnes, hadas o seres mitológicos, predomina en sus libros.

Obras de Rubén Darío

  • Azul (1888)
  • Prosas profanas (1896)
  • Cantos de vida y esperanza (1905)

Precursores del modernismo en Hispanoamérica

  • Manuel Gutiérrez Nájera
  • Julián del Casal

Modernismo en España

En España, los escritores del modernismo se centraron en la tradición y realidad de su propio país.

Autores del modernismo en España

  • Antonio Machado
  • Manuel Machado
  • Juan Ramón Jiménez

Prosa modernista

El máximo representante de la prosa modernista fue Ramón del Valle Inclán. Alcanzó el éxito con sus Cuatro sonatas (1902-1905), donde destaca la riqueza sensorial y rítmica de su prosa.

Teatro modernista

El teatro modernista, escrito en verso, fue cultivado por los poetas Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina.

Generación del 98

La generación del 98 está formada por intelectuales y políticos, entre ellos, Unamuno, Pío Baroja, Azorín, Valle-Inclán y Machado. Ante la situación de decadencia política, económica y social que atravesaba España a finales del siglo XIX, todos estos autores comparten la necesidad de encontrar los valores que permitan renovar la sociedad española. Por otra parte, estos autores tratan de difundir en el país las corrientes ideológicas irracionalistas y las tendencias de renovación estética del fin de siglo. Los principales géneros cultivados fueron la novela, poesía y teatro.

Características de la novela de la generación del 98

  • Asimilación de recursos retóricos de la poesía para conseguir mayor lirismo
  • Fusión de diversos géneros literarios
  • Predominio del bildungsroman o novela de aprendizaje
  • Identificación del yo narrativo con el mundo narrado
  • Supresión de argumentos cerrados y tratamiento del tiempo según el mundo interior del personaje
  • Paso de los diálogos realistas y la anécdota cotidiana a las reflexiones del protagonista

Autores de la generación del 98

  • Miguel de Unamuno
  • Pío Baroja
  • Azorín
  • Ramón María del Valle-Inclán
  • Antonio Machado

Las vanguardias y novecentismo

Entre los años 1914 y 1918, Europa se vio sacudida por la Primera Guerra Mundial. Al terminar esta guerra surgen una serie de movimientos que intentan renovar el arte, estos son conocidos como las vanguardias, las cuales influenciaron enormemente en la literatura. Se llama novecentismo o generación del 14 a un grupo de intelectuales, filósofos, historiadores y científicos que de un modo u otro giraron en torno a la labor filosófica, periodística y editorial de Don José y Ortega Gasset.

Características del novecentismo

  • Sólida formación académica
  • Tolerancia y partidarios del reformismo burgués
  • Europeístas
  • Atentos a las novedades artísticas, científicas y literarias
  • Interesados por los movimientos de vanguardia
  • Reniego del irracionalismo
  • Búsqueda de la pureza estética y cultivo de la literatura culta

Ensayo novecentista

El ensayo novecentista fue cultivado para expresar dos cuestiones fundamentales: por un lado el tema de España y por otra parte, la visión del arte, la literatura y la sociedad coetáneos.

Autores del ensayo novecentista

  • José Ortega y Gasset
  • Eugenio D’ors
  • Gregorio Marañón
  • Manuel Azaña

Novela novecentista

Los autores que destacan en la novela novecentista innovan en la búsqueda de nuevas técnicas narrativas que doten a la novela de un carácter más lírico e intelectual.

Autores de la novela novecentista

  • Gabriel Miró
  • Ramón Pérez de Ayala

Poesía de la generación del 14

En la poesía de la generación del 14 destacó Juan Ramón Jiménez.

Las vanguardias

Las vanguardias eran una serie de movimientos artísticos y literarios que tenían intención de provocar una renovación radical en la cultura de tono realista y tendencia burguesa. Las que tuvieron clara repercusión en letras españolas fueron el futurismo, el dadaísmo, el cubismo, el ultraísmo, el creacionismo, el surrealismo y el expresionismo.


Las características de estas eran el rechazo al sentimentalismo, la crítica a la tradición literaria, la atención a lo novedoso e instantáneo, el interés por lo fragmentario, incoherente e irracional, la mirada objetiva y sin prejuicios sobre el mundo, el carácter efímero y deshumanización y desafío de la moral burguesa. El principal impulsor de estas fue Ramón Gómez de la serna y una de sus obras fue ‘’el torero caracho’’

Generación del 27 es el nombre que recibió el grupo de artistas de vanguardias quienes expresaron una actitud de expresionismo. A principios del siglo XX, España vivió un desarrollo económico y cultural que quedó plasmado en las artes plásticas, ciencia, música, o en la literatura.
Se dio el auge de la Institución libre de enseñanza que defendía los valores de una educación laica, libre, universal y activa. Promovió la creación de la Residencia de Estudiantes, por la que pasaron todos los escritores de la generación del 27.
Este grupo de poetas introdujo una renovación del lenguaje poético que destaca por la fusión de influencias vanguardistas y poesía tradicional, además alcanzan una poesía pura además del uso abundante de imágenes. Los autores gozaron de una excelente formación académica e intelectual y trataron temas universales relacionados con la ciudad, la naturaleza y la creación poética.
Esta generación fue distinguida por Luis Cernuda en diferentes etapas:
La primera etapa, que perduró hasta 1927, se escribe bajo la huella vanguardista, becqueriana y modernista. Está marcada por la presencia de la poesía pura.
La segunda etapa, hasta la guerra civil, se da la rehumanización de la poesía por la influencia de Neruda y el surrealismo. En esta etapa los autores inician proyectos comunes como la revista “Cruz y Raya” o “La Gaceta Literaria”.
En la tercera etapa, tras la guerra civil, los poetas muestran angustia ante el desastre y nostalgia de la patria perdida expresando así rebeldía e inconformismo.


l madrileño Pedro Salinas ha quedado como el gran poeta del amor en nuestra poesía contemporánea. Sus obra más destacadas son: “La voz de ti”, con gran carga conceptual, “Razón de amor” o “Largo lamento”. Este autor plasma una poesía reflexiva, muy elaborada y cargada de emociones donde el argumento principal es el amor humano.
Jorge Guillén, poeta riguroso, representa la encarnación de la poesía pura y condensa en su obra sus sentimientos desde la experiencia. Tres de sus grandes obras son Cántico, Clamor y Homenaje
Gerardo Diego cultiva poesía de vanguardia y clásica, se caracteriza por la variedad, experimentación y espiritualidad que vemos en “Manual de espumas” , “Imagen” o “Alondra de verdad”.
Vicente Aleixandre, en su etapa inicial, evoluciona hacia obras plenamente surrealistas con pasión amorosa como “Espadas como labios” o “La destrucción del amor”, en su madurez creadora, en la que desaparece el surrealismo, abre su mundo personal y comprensivo en obras como “Historia del corazón”
Uno de los autores más célebres del grupo fue Federico García Lorca. Este tiene carácter popular y tradicional con elementos vanguardistas. Entre sus libros brilla “Romancero Gitano”, inspirado en la poesía castellana. Durante su estancia en EEUU, publica otra de sus grandes obras, “Poeta en Nueva York” donde manifiesta la influencia de la estética surrealista y describe un mundo angustiado y sociedad esclava. En su obra dramática los temas principales son frustración, amor imposible y la muerte, además, la mujer era protagonista. Lorca escribió tambien obras teatrales como “La casa de Bernarda Alba”, “Yerma” o “Bodas de Sangre”.


Para finalizar encontramos a otros poetas como Concha Méndez, neopopular, de quien destacamos su mujer libro, “Sombras y Sueños”.
                    
 Luis Cernuda muestra su inconformismo social con versos sobre desoladas reflexiones del deseo, amor, sociedad… Todo esto se puede observar en su obra “Los placeres prohibidos”. Rafael Alberti presenta una obra poética de gran variedad en la que destaca “Marinero en tierra”, un libro de poesía neopopular, y su obra realista “Sobre los ángeles”
Por último, en la narrativa y en el ensayo destacan Rosa Chacel, con obras como “Memorias de Leticia Valle” o “La Sinrazón”; Ramón J.Sender con “Siete domingos rojos” o “Crónica del alba”; y el autor Max Aub con su gran serie de novelas titulada “El laberinto mágico”.
En definitiva, la Generación del 27 constituye una época de esplendor poético para la literatura española no solo por el carácter renovador, si no por las reflexiones y vivencias personales que los poetas plasmaron. Fue una época de cambio, renovación y esplendor de nuestra literatura universal que acabó con la disolución del grupo, siguiendo cada autor su propio camino.


LA NOVELA
El triunfo del régimen franquista por el 1939 tuvo, entre otras muchas consecuencias, la ruptura con la tradición
cultural de carácter liberal progresista y el aislamiento del resto de Europa, lo que también censuró a muchos autores de la época. Además, muchos escritores tuvieron que exiliarse durante la Guerra Civil, lo que influyó decisivamente en nuestra narrativa. Obviamente, la novela no podía menos que sufrir las consecuencias. Los novelistas españoles reciben una serie de influencias exteriores de gran relevancia como la asimilación de las nuevas técnicas narrativas o los narradores hispanoamericanos del llamado Boom.
En los años 40, primera etapa de la posguerra, destacó la simplicidad de formas narrativas empleadas en tres de las novelas más innovadoras de estos tiempos: La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela, novela en la que aparece ya su visión negativa de los seres humanos y clave representante del tremendismo; Nada, escrita por la jovencísima Carmen Laforet, donde cuenta el choque entre el idealismo de una joven estudiante universitaria y el asfixiante mundo burgués que le produce una gran angustia; y La sombra del ciprés es alargada, primera novela de Miguel Delibes, dominada por la angustia existencial y la obsesión por la muerte, aunque ese tono amargo pronto deja paso a una actitud crítica y a un compromiso moral con los débiles. Otro autor de estos años es el gallego Gonzalo Torrente Ballester que no logró buenas críticas con su primera novela Javier Mariño, aunque sí lo hizo en la década siguiente con la trilogía Los gozos y las sombras.


La gran novedad literaria de los años cincuenta es la aparición de jóvenes escritores que han vivido la guerra siendo niños y que comienzan a mostrar una visión crítica de ésta y del mundo de sus padres. Además, el realismo social destacó por el uso de un narrador oculto para lograr el mayor grado de objetividad; un protagonista colectivo y ausencia de análisis psicológico de los personajes; estilo sencillo; y tiempo y espacio concentrados.Entre estos autores destacó Camilo José Cela, con La colmena, un ejemplo de novela colectiva propia de esta época que buscaba retratar el Madrid de la posguerra, y Miguel Delibes, que destacó por la descripción del mundo rural castellano, con obras como El camino o Las ratas.
Otros novelistas destacados fueron: Jesús Fernández Santos con su obra Los bravos, una novela de protagonismo colectivo ambientada en un pequeño pueblo leonés carcomido por la violencia; Rafael Sanchéz Ferlosio que se dio a conocer tras publicar Industrias y andanzas de Alfanhuí y El Jarama, quizás la novela más representativa del realismo social; Carmen Martín Gaite que publicó Entre visillos, donde denunciaba precisamente la difícil y opresiva situación de las mujeres en una capital de provincias como Salamanca; Ana María Matute con obras como Los Abel; Ignacio Aldecoa, autor de numerosos y excelentes cuentos y novelas como El Fulgor y la sangre; José Manuel Caballero Bonald, autor de dos de las novelas más representativas del realismo social: Dos días de septiembre, ambientada en la vendimia jerezana, y Ágata ojo de gato, compleja historia de una saga familiar ambientada en Doñana; y Juan Benet con novelas complejas como Volverás a Región.


En esta época destaca: Luis Martin Santos con Tiempo de silencio, el primer fruto plenamente logrado de esta renovación; Juan Goytisolo con Señas de identidad, novela clave para la superación del realismo social; Juan Marsé, el cual se burla sarcásticamente de la novela social al contraponer las pretensiones revolucionarias de una burguesía comprometida con novelas como Últimas tardes con Teresa; Manuel Vázquez Montalbán, al cual la novela policiaca le debe su actual prestigio gracias a obras como Asesinato en el comité central; Miguel Espinosa con la compleja alegoría Escuela de mandarines; Francisco Umbral, autor de Las ninfas o Las giganteas; o Alfonso Grosso, que escribió La giralda. En esta época también se debe señalar de nuevo a Camilo J. Cela con sus obras San Camilo y Oficio de tinieblas; Miguel Delibes con Cinco horas con Mario Vázquez; Martín Gaite con Retahílas; y Torrente Ballester con La saga-fuga de J. B.
A partir de 1975 siguieron destacando varios autores como Eduardo Mendoza, que se inició con La verdad sobre el caso Savolta, Perez Reverte con El club Dumas, o Muñoz Molina con Beatus ille.
En conclusión, la narrativa desde 1939 hasta 1975 trajo consigo muchos autores y obras que forman la historia de la literatura española. Durante esta época prevalece la reivindicación y los aspectos formales.


TEATRO 1939-1975
Tras la guerra civil, la situacion del teatro español se vio muy agravado, pues dicha situacion tuvo como consecuencia’’ la desaparición’’ de dramaturgos muy importantes: Valle iclan murio, el asesinato de Federico García Lorca, ademas muchos dramaturgos y autores tuvieron que exiliarse a otros paises.
Los autores que permanecieron en España, debido a la situación tras la guerra civil, impulsaron distintos tipos de teatro: el teatro comercial, de humor, realista, vanguardista y experimental. En cuanto al teatro al teatro comercial cabe destacar a Jose Maria Pemán y su obra ‘’cuando las cortes de cadiz’’ en lineas generales, este teatro busco el entretenimiento a través de una ligera crítica de costumbres que no molesta ni al espectador ni a la censura, otras obras fueron ‘’el divino impaciente’’ y ‘’la viudita naviera’’.
EL teatro comercial, en lineas generales, mantiene la estética dramática tratada hasta entonces será el teatro de humo cabe destacar la figura de Enrique Jardiel Poncela quien introduce en sus obras una nueva concepción del humor, entre sus obras más destacadas se encuentran ‘’cuatro corazones con freno y marcha atrás’’ , ‘’Eloísa está debajo de un almendro’’ y ‘’Angelina’’. La tendencia renovadora iniciada por Jardiel Poncela la continua Miguel Mihura, quien está relacionado con el teatro absurdo europeo; las publicaciones que destacan fueron ‘’tres sombreros de copa’’, ‘’Maribel y la extraña familia’’ y ‘’ Ninette y un señor de murcia’’.


Al margen del teatro de humor, se introduce en España una nueva tendencia teatral, el realismo. Los autores que cultivaron este teatro se caracterizan por su pretensión y por llevar a los escenarios los problemas existenciales y sociales del individuo, para hacer al espectador tomar conciencia y reflexionar críticamente. Dichos autores fueron Alfonso Sastre, algunas de sus obras son ‘’escuadra hacia la muerte’’, ‘’la taberna fantástica’’ y ‘’la sangre y la ceniza’’; y Antonio Buero Vallejo, quien cultivó tanto el drama social y existencial, él escribió ‘’historia de una escalera’’, ‘’el tragaluz’’, y ‘’el concierto de San Ovidio’’, entre otros muchos.
A finales de los años 50, un grupo de poetas conocido como ‘’el grupo realista’’, se propuso causar tendencia renovadora de la manifestación realista iniciada por Alfonso Sastre y Buero Vallejo. Entre los autores de este grupo encontramos a Rodriguez Mendez cuyas obras son ‘’ los inocentes de la Moncloa’’ y ‘’flor de otoño’’; a Carlos Muñiz con su obra ‘’el grillo’’; y también a Laura Olmo con títulos como ‘’la pechuga de la sardina’’, ‘’la camisa’’ y ‘’la condecoración’’. Es especialmente importante la figura de Antonio Gala durante esta época, quien debido a su tono poético, no puede ser considerado como un miembro más del grupo realista; de sus obras destacan ‘’los verdes campos del edén’’, aunque otras de sus obras son ‘’los bellos durmientes’’, ‘’café cantante’’ y ‘’anillos para una dama’’.Por último, a finales de los 60 se desarrolla en España una corriente teatral vanguardista, que busca una renovación de las formas de la expresión dramática cabe destacar de esta corriente a francisco Nieva, con las obras ‘’pelo de tormenta’’ y ‘’la carroza de plomo candante’’ y a José María Bellido con su obra ‘’fútbol’’.


Bellido con su obra ‘’fútbol’’.

 CONCLUSIÓN
En definitiva, la evolución teatral a lo largo de la dictadura franquista se dio conformo a que la situación social, de censura y política iba avanzando tímidamente en España. Gran parte del teatro contemporáneo se lo debemos a innovadores como Buero Vallejo, Alfonso Sastre o Francisco Nieva. Con el fin de la dictadura y la transición española, comenzó una etapa donde el teatro pierde su tono reivindicativo, se abandonó el teatro histórico y la farsa de tono expresionista, es decir, los dos vehículos que habían servido para la reivindicación y denuncia mientras vivía el dictador. A pesar de todos los elementos que lo caracterizan, el teatro ha dejado de ser el espectáculo por excelencia y sufre la competencia de otras ofertas de entretenimiento.