Renacimiento: Arte, Arquitectura y Escultura

Es el “renacer” de las formas y del espíritu del arte clásico (Grecia y Roma) tras el paréntesis de casi un milenio de “oscuridad”. El ser humano vuelve a ser eje y medida de todas las cosas; la nueva visión del mundo se fundamenta en la razón, en clara oposición con la precedente basada en la Fe. El arte se ve sacudido por los estudios sobre perspectiva y anatomía; por el descubrimiento de nuevas tierras (Colón, Vasco de Gama, Magallanes…) y el acceso a nuevas culturas; por el descubrimiento de Copérnico, que demuestra que es la Tierra la que se mueve alrededor del Sol, de manera que ésta deja de ser el centro del universo. El Renacimiento significa, sobre todo, el despertar del individuo, un nuevo hombre al que nada parece imposible, y del artista, que deja de ser un simple artesano para convertirse en un intelectual. Irrumpen en escena artistas geniales. Además de pintores, escultores y arquitectos, aparecen los genios universales: Alberti, Leonardo, Rafael, Bramante, Miguel Ángel… La osadía renacentista la ilustra el papa Julio II cuando, en 1506, decide erigir un edificio que “oscurezca las siete maravillas del mundo”. La construcción de la nueva basílica de San Pedro, templo colosal y único por su riqueza y dimensiones, y encarnación de la Iglesia Católica triunfante, se convierte en el empeño más ambicioso del siglo. XVI. El Renacimiento se divide en dos etapas: Quattrocento (Siglo XV): nace en la próspera y culta Florencia. Cinquecento (Siglo XVI): Roma sustituye a Florencia como principal foco artístico. Durante el Siglo XVI, el Renacimiento se extiende por toda Europa occidental y se regionaliza. CarácterÍSTICAS GENERALES DE LA ARQUITECTURA  Preferencia por Roma.  Aplicación rigurosa de la premisa: “el todo es la suma de los partes”.  Priorización de las formas simples y sintéticas: el arco de medio punto; la bóveda de cañón y la bóveda vaída, que toma sólo lo parte circular de la cúpula, lo cual le permite tener un arranque cuadrado; la ligera cubierta de madera, que ahorra soportes; los novedosos tirantes metálicos que, integrados en la bóveda, eliminan empujes…  Recuperación de los cinco órdenes clásicos. (Dórico, Jónico, Corintio, Compuesto y Toscano)


Simetría y regularidad de los elementos arquitectónicos y unidad del conjunto, muy perceptible en los espacios interiores, donde las líneas de perspectiva guían la mirada del observador y otorgan amplitud y profundidad.  La iglesia. Los renacentistas apuestan por un edificio de planta centralizada (cruz griega o circular, acorde con la imagen clásica del universo; los eclesiásticos, en cambio, prefieren un edificio de planta basilical, que acentúe el eje “entrada-altar”, de acuerdo con sus necesidades litúrgicas. Para alcanzar la síntesis entre el ideal y las exigencias del culto, se fusionan ambas formas: al cuerpo longitudinal se añade una cabecera de planta centralizada presidida por una cúpula.  Aparece también: El palacio urbano, la villa, mansión campestre, y la fortaleza (construcción militar). CarácterÍSTICAS GENERALES DE LA ESCULTURA  Rechazo de la ornamentación escultórica en la arquitectura, ya que a la escultura se la considera independiente de ésta.  Interés por el hombre como individuo; se estudian su cuerpo y su expresividad.  Marcado Naturalismo.  Aplicación de las leyes de la perspectiva, que permiten dotar las figuras de apariencia real.  Predominio de las líneas curvas (retorno a la tradición griega).  Tendencia al monumentalismo.  Retorno de los monumentos ecuestres, práctica desaparecida desde los romanos. CarácterÍSTICAS GENERALES DE LA PINTURA  El ser humano es el tema principal.  Máximo Naturalismo en la representación.  Uso de la perspectiva, que dota de corporeidad las Figuras.  Incorporación de nuevas técnicas e instrumentos: la pintura al óleo, el lienzo como soporte, los esbozos preparatorios, etc.  Utilización del claroscuro, técnica que consiste en definir los contornos de las figuras a través de los contrastes entre las zonas iluminadas y las sombras.  Dominio del dibujo sobre el color.  Uso de esquemas sencillos de formas geométricas.


 El retrato como reflejo de una individualidad y no como constatación de la condición social del personaje. MANIERISMO Hacia la mitad del Siglo XVI, en un contexto europeo de cambio e inquietud política (crisis de la monarquía) y religiosa (Reforma protestante), surge el Manierismo.
El término proviene de la palabra italiana maniera y, al principio, se refería a los pintores que pintaban ‘a la manera” (es decir, imitando el estilo) de Rafael, Miguel Ángel, Leonardo, etc. Esta tendencia nace y se desarrolla principalmente en Italia entre 1520 y 1620, aproximadamente. Opone a la racionalidad del Renacimiento una emotividad y una sensualidad mucho más intensas, introduciendo efectos exagerados y discordantes que rompen con las proporciones ideales de aquél. ARQUITECTURA MANIERISTA Miguel Ángel, Peruzzi o Vignola comienzan, a mediados del Siglo XVI, a saltarse deliberadamente las normas renacentistas: alteran arbitrariamente la estrecha correlación entre las partes y el conjunto del edificio; manipulan los órdenes clásicos para establecer nuevos ritmos; utilizan la asimetría; introducen impresionantes cambios de escala y de proporciones. El Manierismo participa de corrientes góticas, renacentistas y barrocas. En Italia destacan los arquitectos Palladio y Sansovino. ESCULTURA MANIERISTA La carácterística más significativa de la escultura manierista es el uso de la forma serpentinata (contorsión en forma de ascensión helicoidal). PINTURA MANIERISTA  Posturas forzadas y exagerada longitud de las figuras humanas.  Uso arbitrario del color.  Tratamiento irreal del espacio.  Abigarramiento de imágenes  Complejidad de las composiciones, Ejemplos de ARQUITECTURA Filippo BRUNELLESCHI. Cúpula de Santa María del Fiore (Florencia) (1440) Sobre el crucero de la catedral de Florencia, de estilo gótico iniciada en 1296, se construyó la que sería en su época la mayor y más alta de las cúpulas conocidas. Florencia, durante el quatroccento, fue adquiriendo la grandiosidad y esplendor artístico y mercantil que la ciudad reclamaba. En 1418, se convocó un concurso para adjudicar las obras de la construcción de la cúpula. Se presentaron importantes arquitectos de la época como Ghiberti, pero fue Brunelescchi quien ganó el concurso. ¿Por qué?; porque era el único que en su propuesta, no se utilizaban los armazones de madera curvados que sirven de soporte a los arcos de la cúpula mientras


se construye, (A estos armazones se les llama Cimbra). Los demás concursantes, propónían en sus maquetas versiones de carísimos andamiajes, que debían sustentar la cúpula desde el suelo para poder construirla. La cúpula presenta un aspecto particularmente esbelto gracias a su perfil ojival (apuntado). La cúpula no es por tanto semiesférica, sino que recorre la forma de ocho nervios de mármol blanco de 4 metros de espesor, que ascienden hasta la cúspide. En la parte más alta, sobre un círculo abierto, se levanta una “linterna” también diseñada por Brunelleschi. Las ocho caras que parten de un tambor octogonal, están recubiertas de ladrillos macizos de color rojo. El tambor, está revestido de mármol (blanco, verde y rosado) con una gran ventana circular en cada uno de sus lados. La cúpula está planteada con un doble “cascarón” separado por un espacio vacío, así consiguió compensar la presión que ejerce tanto en el interior como en el exterior. Par construir la cúpula sin necesidad de armazones, Brunelleschi se sirvió de hiladas de ladrillos que iban formando círculos hacia arriba cada vez de menor diámetro. Para sujetar el peso de la cúpula, calculado en 37.000 toneladas, aparte de los nervios y pilares de cada uno de los 8 vértices del octógono, se construyeron también diversas semicúpulas de descarga


León Battista ALBERTI. Palacio Rucellai (Florencia) (1450) Alberti, era un gran admirador de la arquitectura florentina. Sometíó la arquitectura a un proceso de racionalización, considerando que no se puede alterar una parte de una obra sin que el cambio afecte a la totalidad. Escribíó su famoso tratado de arquitectura: “De re-aedificatoria” (1453) que establecería los códigos a seguir en todo el Renacimiento.
Modificó las teorías de Vitrubio (arquitecto e ingeniero de Julio César, del 70 al 15 a.C.) desarrollando un nuevo y coherente sistema de proporciones. Alberti además de arquitecto, era reconocido como conocedor de la física y las matemáticas, hábil dramaturgo, pintor y reconocido organista, brillante conversador y gran atleta. O sea, el ideal del hombre del Renacimiento. La fachada del Palacio Rucellai está construida siguiendo el orden clásico. En el zócalo de la fachada está recorrido por un largo banco de piedra, que actuaba como sala de espera de los clientes que demandaban las ayudas del banquero Rucellai. En la planta baja se levantan pilastras de orden dórico y entre ellas ventanales cuadrados y puertas con dintel horizontal. En el primer y segundo piso las pilastras cambian a los órdenes jónico y corintio, ligeramente modificados. Entre ellas, asoman ventanas enmarcadas en arcos de medio punto y un parteluz en medio. Los pisos están separados por entablamentos de origen clásico. En la parte más alta aparece una cornisa sostenida por “ménsulas”. Este tipo de cornisa, se reproducirá en edificios renacentistas de toda Europa. Los sillares lisos que cierran la fachada son de diferentes tamaños que evitan la monotonía. El patio interior, que ilumina las estancias particulares, está rodeado por un pórtico de columnas corintias. Donato BRAMANTE. San Pietro in Montorio (Roma) (1502) Bramante, ya con 60 años, se trasladó a Roma donde fue contratado junto con Rafael, por el papa Julio II, para urbanizar la nueva Roma. Debía fusionar la antigüedad clásica existente con el carácter de ciudad papal y centro del cristianismo. Realizó distintos edificios religiosos y civiles de estilos plenamente renacentistas. En su juventud, Bramante vivíó en Milán y junto a su amigo Leonardo Da Vinci, impulsó la renovación cultural y artística de la ciudad. Las teorías de Leonardo le influyeron en el Racionalismo a la hora de realizar sus obras, entendíéndolas no como planta y alzado, sino como un conjunto tridimensional donde cada parte de la arquitectura se entiende dentro de la totali-


dad. Por eso, en Bramante destaca el carácter unitario de sus edificios conseguido a través de la armónía y las proporciones. El peristilo (conjunto de columnas que rodea el recinto) de San Pietro in Montorio, lo forman 16 columnas de orden toscano levantadas sobre una base escalonada. Estas columnas sujetan el entablamento de orden clásico, consta de arquitrabe, friso y cornisa. El friso está dividido en triglifos y metopas con imágenes relativas a la muerte de San Pedro. En el segundo piso aparece una balaustrada (barandilla), que rodea el edificio y aporta ligereza y transparencia. En el cilindro que forma el segundo piso aparecen alternativamente, ventanas abiertas, ventanas ciegas y nichos en forma de semicúpulas rematadas por una concha. Los “alfeizares” (parte superior de las ventanas) están en perspectiva, de manera que las líneas convergen en el punto de fuga situado en el centro del recinto. El edificio, lo corona una cúpula nervada de media esfera, cuyos nervios confluyen en una linterna rematada por una cruz. La “cella” (espacio cerrado de la planta baja) es circular, con pilastras que sujetan el edificio adosadas a la pared, que dejan un reducido espacio de unos 5 metros de diámetro. Este pequeño edificio, encargado por los Reyes Católicos, se alza sobre una cripta que según la tradición contiene la roca donde fue crucificado el santo. La forma circular, obedece a la tradición neoplatónica, que afirma que a Dios, como “mente cósmica”, le corresponde la forma esférica, la más perfecta. Es por tanto el templo platónico ideal, sus formas remiten a la divinidad y la cúpula simboliza el tránsito entre el mundo terrenal y el celeste. A pesar de sus pequeñas dimensiones se percibe la sensación de monumentalidad, conseguida a base de precisos cálculos matemáticos, geométricos y cuidadas proporciones. Miguel Ángel. San Pedro del Vaticano (Roma) (1545) Aunque Miguel Ángel siempre dijo que la arquitectura no era lo suyo, el papa Paulo III, lo puso al frente de las obras de San Pedro. Miguel Ángel tomó el proyecto inicial de Bramante que partía de una planta de cruz griega, pero reforzó los elementos cons-


tructivos para construir una cúpula mucho más elevada. Cambió la idea inicial de Bramante de construir una cúpula similar al Panteón de Agripa, por otra similar a la proyectada por Brunelleschi en la catedral de Florencia. La diferencia con esta es que su tambor es circular y no octogonal, y la forma en altura es ovalada y no apuntada. El achatamiento que provoca la forma de ovalo se contrarresta con la linterna superior. Esta obra se caracteriza por su monumentalidad que le confiere el “orden gigante” propio de Miguel Ángel. Los muros de la basílica están reforzados por gigantescas pilastras de orden corintio que acomodan balcones y ventanas. Posteriormente a Miguel Ángel, Maderno y Bernini completaron la fachada y la plaza de San Pedro. Andrea Di Pietro Palladio. Villa Capra. (1553) (Manierismo) El Renacimiento italiano vivíó un retorno a las casas de campo, los ciudadanos acaudalados construyeron residencias de campo para dedicarse a las actividades agrícolas. Palladio comenzó a recibir encargos para construir palacios y mansiones campestres. Comenzó así, el retorno a las villas romanas (lujosas residencias campestres de los romanos ricos), desaparecidas tras la caída del Imperio romano. La obra de Palladio influyó en la arquitectura inglesa del Siglo XVII, en las mansiones del sur de Estados Unidos, y en la arquitectura Neoclásica. Palladio publicó el tratado Quattro llibri dell’architettura, en este libro muestra su severa formación humanística, la fascinación por la simetría y la armónía de las proporciones. Se convirtió en un canon de la arquitectura posterior. Villa Capra, utiliza elementos carácterísticos del templo romano, con cuatro fachadas idénticas hexástilas (seis columnas) de orden jónico con el entablamento y el frontón. ARQUITECTURA RENACENTISTA EN ESPAÑA Estilo Plateresco. A finales del Siglo XV, es cuando llegan a España los primeros aires del Renacimiento. Pero en España, por una parte, no existía una burguésía consolidada y, por otra, Los Reyes Católicos habían adoptado como símbolo artístico de su monarquía el estilo gótico y el mudéjar. El estilo plateresco (1490-1527) se llamó así por el parecido de la decoración de sus fachadas con las minuciosas formas decorativas de los plateros (orfebres que trabajaban objetos realizados en plata). Es un estilo que abre las puertas al Renacimiento adaptándose a los edificios góticos


Fachada de la Universidad de Salamanca. (Principios del Siglo XVI) Está basada en los retablos góticos que caracterizan la arquitectura del reinado de los Reyes Católicos, con un complejo programa iconográfico humanista. Dividida en tres niveles, la pared parece una labor de repujado en plata. La ornamentación aumenta su exuberancia conforme asciende, pasando de temas sencillos en el nivel inferior hasta los más recargados de los pisos superiores. Fachada de la Universidad de Alcalá de Henares. (Mediados del Siglo XVI) Rodrigo Gil de Hontañón, establecíó una retícula con tres registros verticales y tres horizontales. El tercio central establece el eje de simetría, y en cada fila horizontal aparecen los tres órdenes clásicos superpuestos con un frontón de remate. La galería superior, con arcos de medio punto flanqueados por columnas adosadas, está coronada por una balaustrada renacentista y pináculos que prolongan las columnas. Clasicismo Renacentista. Durante el reinado de Carlos V, el arte empezó a decantarse hacia el clasicismo renacentista (1527-1563). Se fueron aparcando los recursos platerescos en favor del purismo clásico que valoraba más la estructura del edificio y no tanto su decoración. Catedral de Granada. (1528) Proyectada como catedral gótica, se convirtió en renacentista con el arquitecto Diego de Siloé, “el gran señor del Renacimiento español”. Carlos V, decidíó situar su mausoleo en esta catedral, por lo que Diego de Siloé realizó cambios del estilo gótico al renacentista, así las cinco naves de la catedral obedecen a las funciones litúrgicas de la iglesia y la cabecera, con la capilla mayor, a la función funeraria del emperador. La capilla mayor, de 22 metros de diámetro, alcanza 45 metros de altura gracias a la cúpula nervada. Su interior se caracteriza por el color dorado que contrata con el blanco. Palacio de Carlos V de Granada. (1526) Carlos V encargó, a Pedro Machuca, la construcción dentro de la Alhambra de un palacio simbol del Imperio y de su impulso renovador. Su planta es un cuadrado con un círculo en su inte-


rior (forma novedosa en toda Europa), su simbología enlaza con la idea clásica de divinidad imperial. El patio central, de 30 metros de diámetro está rodeado de columnas de orden dórico toscano y jónico. El patio está adintelado y se separan los pisos mediante un entablamento dividido en un friso con triglifos y metopas. La fachada exterior sigue el orden clásico del patio pero con detalles más complejos e irregulares de estilo manierista. San Lorenzo del Escorial. (1580) Felipe II adoptó el estilo manierista (Renacimiento tardío), El Escorial es el mausoleo que alberga las tumbas de los reyes de la casa de Austria. Juan Bautista de Toledo colaboró con Miguel Ángel en la basílica de San Pedro del Vaticano, fue uno de los introductores del Renacimiento italiano en España. Juan de Herrera siguió con el proyecto de Juan Bautista de Toledo. Por su formación matemática, dio al edificio una estructura más unitaria y simétrica. El estilo manierista impuesto se llamó en honor del arquitecto “estilo herreriano”, se caracteriza por la austeridad decorativa y la geometría. El exterior es austero, sólido y hermético. Cientos de ventanas cuadradas, sin molduras ni cornisas, se suceden por la fachada de granito que incorpora cuatro torres en las esquinas. La cubierta (tejados) son de pizarra negra. Aparecen en las torres y cruceros chapiteles piramidales propios del estilo de los Austrias. Solo la fachada principal rompe con la monotonía del resto de paredes, es un avance de la fachada basilical, presidido por un doble piso de columnas dóricas gigantes rematado por un frontón


En el interior del palacio se encuentra la iglesia, bajo el altar mayor se halla el Panteón de los Reyes, este es el centro neurálgico de toda la construcción. La iglesia, está inspirada en la primera basílica de San Pedro del Vaticano, con planta de cruz griega y una cúpula en medio que sobresale por encima de todo el conjunto. El ábside es cuadrado y está físicamente unido a las dependencias privadas de Felipe II. Antes de llegar a la fachada de la iglesia, se encuentra el patio de los reyes, desde aquí se presencia, en lo alto de la fachada al final de seis grandes columnas dóricas, las imágenes de los 6 reyes de Israel. A la derecha de la iglesia, se sitúa el claustro de los evangelistas, una galería de doble piso inspirado en los patios romanos. El trazado del jardín de este claustro, simboliza el Edén. En el centro, la fuente de los evangelistas muestra el estilo clásico herreriano. Su planta es rectangular, modelo de unidad y simetría. Desde la fachada principal, parte un eje central que se prolonga al patio de los reyes, la iglesia y las estancias privadas de Felipe II. A la izquierda se sitúa el palacio de la corte, el seminario y el colegio universitario. A la derecha el claustro de los evangelistas y el monasterio. Cuando se construyó el Escorial, España era la primera potencia económica y militar del mundo, la monumentalidad del edificio respondía a ese hecho. Además, Felipe II fue un gran valedor de la religiosidad católica del concilio de Trento. ESCULTURA DEL Renacimiento. El David de Donatello. (1445. Cuatrocento. Fundición en bronce. Museo de Florencia) Es una de las esculturas más importantes del primer Renacimiento. Es la primera vez, después de la antigüedad clásica que se crea un desnudo tridimensional de tamaño natural (1,58 metros de altura). Con esta obra, se empieza a liberar a la escultura del marco arquitectónico. Donato di Niccoló, más conocido como Donatello, aprendíó la técnica de la escultura trabajando con Ghiberti en las puertas del baptisterio de Florencia, también trabajó con Brunelleschi a quien acompañó a Roma para conocer los monumentos de la antigüedad clásica. Está considerado como el escultor más influyente del primer Renacimiento. Se independiza de los estereotipos del gótico. Estudia el cuerpo humano a partir de modelos y personas cotidianas que posan para él, como era costumbre en la antigüedad clásica.


La naturalidad del cuerpo adolescente es fruto de una composición muy estudiada. La pierna derecha soporta el peso del cuerpo, mientras la izquierda descansa sobre la cabeza de Goliat. El ángulo que forma la pierna descansada se contrarresta por el brazo izquierdo apoyado en la cadera. Se recrea la curva “praxiteliana” que imprime movimiento y sensualidad en la anatomía. La espada que sostiene en la mano derecha, con la que acaba de cortar la cabeza de su enemigo, la piedra que guarda en la otra mano y la mirada satisfecha, otorgan un aire de valentía al personaje. Según el relato bíblico. La lucha entre filisteos e israelitas debía resolverse con el duelo de los dos mejores guerreros de ambos bandos. David, un joven pastor de Belén, se ofrecíó para luchar por los israelitas. Consiguió matar a su adversario, el gigante Goliat, lanzándole una piedra con una honda. Después le cortó la cabeza. Este tema sirve para simbolizar la rivalidad entre los duques de Milán y la próspera Florencia. El sombrero de David es el típico de los pastores florentinos, mientras que el yelmo de la cabeza de Goliat hace alusión a los duques de Milán. Otras obras de Donatello son “Los milagros de San Antonio”, “María Magdalena penitente” y “Judith y Holofernes”. Sus últimas obras, se van alejando del clasicismo, potenciando el dramatismo y el Naturalismo cargándolas de una mayor expresividad psicológica. La Piedad. Miguel Ángel Buonarotti. (1499, Cinquecento. Mármol. Basílica de San Pedro. Vaticano.) Representa la síntesis entre el clasicismo y los ideales renacentistas. Con esta obra, Miguel Ángel, se consagró como escultor a sus 23 años. Es un claro ejemplo de lo que Miguel Ángel definía como “el arte de sacar y no de añadir”. En el bloque de mármol se haya la figura, solo hay que descubrirla. Contaba Vasari, que Miguel Ángel con 70 años, “atacaba la piedra con una energía tan fiera que uno esperaba ver como el bloque se rompía en pedazos. Con un mazazo mandaba al aire


pedacitos de piedra…. En un punto marcado con una incisión golpeaba con tal precisión que si hubiera golpeado con más fuerza, habría destruido la piedra entera.” Las dos figuras de la Piedad conforman una pirámide cerrada. La Virgen sentada sostiene a Jesucristo yacente en su regazo. El cuerpo de Cristo está enmarcado dentro del contorno que forma el cuerpo de María, lo que pone de relieve la uníón entre Madre e Hijo. La madre baja la mirada y evita la observación del espectador, el vestido actúa como base de la pirámide. Los increíbles pliegues del ropaje de María dan peso a la figura, pegándola a la tierra, en contraposición con la ligereza de Cristo que solo toca el suelo con el pie derecho. El artista decidíó dar un aspecto juvenil a la Virgen, más adecuada a la pureza. Como el propio artista reconocíó: “La madre tenía que ser joven, más joven que el hijo, para mostrarse eternamente virgen; mientras que el hijo, dotado de nuestra naturaleza humana, debía aparecer como un hombre cualquiera.” La Piedad, es la única obra firmada por Miguel Ángel, sin duda, mostraba su orgullo por el resultado. En la cinta que cruza el torso de la Virgen aparece la inscripción: “Michael Ángelus Bonarotus florentín faciebat”. La escultura se instaló en la iglesia de Santa Petronella, porque allí estaba enterrado el cardenal que la encargó. Más tarde se trasladó a la Basílica de San Pedro del Vaticano. Miguel Ángel, siempre se consideró escultor, según él, fue arquitecto y pintor a la fuerza. Está considerado el genio máximo de la escultura de todos los tiempos. Antes de realizar una obra, Miguel Ángel realizaba dibujos desde distintos puntos de vista de lo que iba a esculpir. Posteriormente realizaba maquetas con arcilla, cera o escayola. Se dirigía a la cantera y elegía el bloque de mármol adecuado. Empezaba a trabajar la piedra por la parte frontal, iba labrando el mármol capa por capa, hasta llegar a las partes más profundas de la figura. Siempre dijo que se trataba de sacar una figura que ya existía dentro de la piedra. Las carácterísticas de su escultura son: la grandiosidad de las figuras, las facciones que reflejan la pasión del personaje, la anatomía dotada de tensión vital y la gestualidad expresiva y dramática conocida como “terribilitá”. Miguel Ángel fue un creador incansable, estuvo activo hasta el último momento de su larga vida. Su principal enemigo era él mismo: nunca se sentía satisfecho con su trabajo, lo que le hacía estar siempre en tensión y de mal humor. Un amigo decía de él: “Das miedo a todo el mundo, incluso al propio Papa”. Esta insatisfacción le llevaba a dejar inacabadas muchas obras, sobre todo las del último periodo de su vida, estas obras se acuñaron con el término: “Non finito”.


El David. Miguel Ángel. (1504. Cinquecento. Mármol. 4,34 metros de alto. Florencia.) Esta estatua colosal, representa a David como un joven atleta, desnudo y musculoso, con la mirada penetrante y fija, esperando a recibir a Goliat. Con la mano izquierda sujeta la honda que lanzará la piedra que tiene en la mano derecha. A la perfección clásica se unen detalles que dan vitalidad y tensión al cuerpo. La cabeza sobredimensionada, empequeñece el cuerpo dando más sensación de juventud. La mirada está expectante y segura. El vigor concentrado en las manos grandes y poderosas… Son recursos de su famosa “terribilitá”, que lo alejan de los cánones clásicos y los adentran en el manierismo, más expresivos. Miguel Ángel evita la frontalidad, al dar un giro a la cabeza que invita al observador a rodear la figura. Una comisión formada por Leonardo Da Vinci y Botticelli decidíó, dado el éxito de la escultura, colocarla en la plaza de la Signoria de Florencia y no en la catedral. Allí se convirtió en el símbolo político de la ciudad de Florencia. El Moisés. Miguel Ángel. (1516. Cinquecento. Mármol. 2,35 metros. Roma.) Unas teorías dicen que el gesto irritado y la mirada fulminante de Moisés se produce un momento antes de que rompa las tablas de la ley, cuando descubre que su pueblo a traicionado a Dios. Otras que es en el momento que Dios profetiza que Moisés no pisará la tierra prometida. El fracaso de Moisés, se compara con el del Papa Julio II, quien a pesar de sus grandes empresas no consiguió unificar los Estados Pontificios. La tensión juvenil del David se ha cambiado aquí por indignación: La ferocidad de la mirada, las grandes manos maltratando su barba, los músculos en tensión… son el resumen de la “terribilitá”. Algunas obras inacabados de Miguel Ángel. Calificadas como “Non Finito” (No acabadas). Se aprecia la técnica escultórica de atacar la piedra frontalmente. “La figura está dentro de la piedra. Solo hay que sacarla


ESCULTURA RENACENTISTA (MANIERISTA) EN ESPAÑA. San Sebastián. Alonso Berruguete. (1527. Manierismo. Talla en madera pintada. Valladolid). Alonso Berruguete era hijo del pintor Pedro Berruguete (1450- 1504), quien fusiónó la pintura hispanoflamenca (Gótico tardío) con el Quattrocento italiano. Fue el primer gran escultor español del Renacimiento. Con 20 años viajó a Florencia a conocer las obras de Donatello y Miguel Ángel. Las posturas forzadas e inestables y el canon alargado, le sitúan en la tendencia manierista. La escultura de San Sebastián formaba parte de un retablo mayor, ahora desmontado en el museo de escultura de Valladolid. La postura de San Sebastián y su difícil posición, contribuyen a evidenciar la angustia del personaje sobre lo que va a acontecer: su inminente ejecución a flechazos. Entierro de Cristo. Juan de Juñí. (1571. Manierismo. Talla en madera policromada) A pesar de ser francés, Juan de Juñí está considerado, con Alonso Berruguete, el otro gran representante de la escuela de Valladolid. Este entierro de Cristo está inspirado en precedentes italianos y franceses. Más adelante, después de 30 años, reelaboró esta misma obra en formato de altorrelieve en la catedral de Segovia. Carlos V dominando el furor. León Leoni. (1551. Manierismo. Fundición en bronce). León Leoni contaba con su propio taller en Milán, se ganó una gran reputación como especialista en estatuas de bronce. Esta obra de Carlos V se inspira en “el genio de la Victoria” de Miguel Ángel. La figura del emperador está desnuda, como la de un César clásico. La armadura puede ser desmontada pieza por pieza. El virtuosismo del artista se aprecia en la perfección de los detalles. Grupo sepulcral de Felipe II y su familia. Pompeyo Leoni. (1600. Manierismo. Fundición en bronce). Pompeyo Leoni se formó en el taller milánés de su padre. Se trasladó a España para dar algunos retoques en esculturas encargadas por la corte. Su obra más destacada son los enterramientos reales de El Escorial. Uno de ellos, este grupo donde aparecen Felipe II con Ana de Austria en primer término, y detrás, Isabel de Valois, María de Portugal y el príncipe Carlos (De trágica historia, acusado de conspirar contra su padre murió de locura a los 23 años). Podemos ver así, el aspecto real de los personajes.