La Dictadura de Franco (1939-1975): Pilares Ideológicos, Fases Políticas y Transformación Social

B11–1: Grupos Ideológicos y Apoyos Sociales del Franquismo Inicial

Pilares institucionales de la Dictadura de Franco:

  1. El Ejército

    Principal apoyo del régimen. Participó activamente en el poder, ya que gran parte de los ministros y de los gobernadores civiles eran militares de carrera.

  2. Partido Único (FET y de las JONS)

    Falange Española Tradicionalista y de las JONS tenía como objetivo dotar al régimen de sus bases ideológicas, controlar los medios de comunicación y suministrar parte de los cargos de la administración. Constituyó cuatro organizaciones de masas:

    • El Frente de Juventudes.
    • La Sección Femenina.
    • El Sindicato Español Universitario (SEU).
    • La Central Nacional Sindicalista (CNS).

    A medida que el régimen evolucionó, el partido solo conservó cierto poder en el Consejo Nacional del Movimiento.

  3. Iglesia Católica

    Tuvo un papel destacado en la legitimación del régimen franquista, que se definía como un Estado confesional católico. Gracias a este apoyo, la Iglesia obtuvo financiación pública, el control del sistema educativo y el predominio de los valores y la moral católica en el conjunto de la sociedad española.

    Organizaciones ultracatólicas, como el Opus Dei y la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, obtuvieron poder en el franquismo al incluir a parte de los dirigentes militares y políticos.

  4. Otros Apoyos

    El régimen contó con el respaldo de las Élites económicas y sociales, que recuperaron su poder económico, político y social, y de los pequeños y medianos propietarios agrícolas del norte de España.

B11–2: Etapas de la Evolución del Franquismo (1939-1975)

A continuación, se resumen los rasgos esenciales de las distintas etapas del régimen franquista:

  1. Primera Etapa (1939-1953): Triunfo, Asentamiento y Aislamiento

    Hubo un intento inicial de establecer un Estado totalitario inspirado en el fascismo. La Ley Fundamental del Fuero del Trabajo consideraba que España era un “Estado autoritario y corporativo”.

    Aislamiento Internacional

    La consolidación del régimen estuvo condicionada por la Segunda Guerra Mundial. Aunque España no entró en guerra, envió voluntarios (la División Azul) para combatir junto a las tropas alemanas. Su apoyo a las potencias fascistas la dejó en una situación de aislamiento internacional, sufriendo un boicot entre 1945 y 1947.

    Ante esta situación, el régimen apostó por un cambio de imagen que conllevó la marginación del falangismo, la retirada de simbología fascista y la hegemonía del nacionalcatolicismo.

    Autarquía Económica

    Esta etapa estuvo marcada por un intento de autarquía económica. Se pretendía conseguir la autosuficiencia regulando el comercio exterior y favoreciendo el desarrollo industrial de sectores estratégicos. Las consecuencias fueron la baja productividad, el desabastecimiento, la miseria y el hambre, que dieron lugar al mercado negro.

  2. Segunda Etapa (1953-1965): Apertura y Desarrollismo

    Esta fase comenzó con la firma de acuerdos clave en 1953: los acuerdos con Estados Unidos y el Concordato con la Santa Sede. España fue admitida en organizaciones internacionales como la UNESCO y la ONU (1955).

    En 1957, Franco realizó una remodelación del gobierno. Esta etapa se caracterizó por el desarrollismo y el inmovilismo político, junto con una liberalización de la economía y la atenuación de los rasgos más fascistas del régimen. El resultado fue un proceso de crecimiento económico y modernización social.

    El desarrollo económico se basó en una rápida industrialización y el aumento del sector servicios, impulsado por el crecimiento del turismo. La contribución exterior, coincidiendo con una coyuntura internacional favorable, permitió abastecerse de tecnología avanzada y capitales para financiar inversiones, mientras se abrían amplios mercados para la producción.

    En este periodo, Franco disfrazó su régimen autoritario con el nombre de “democracia orgánica”.

  3. Tercera Etapa (1965-1975): Tecnocracia y Continuidad

    Esta etapa coincidió con gobiernos tecnócratas y reformistas que impulsaron la modernización para favorecer la estabilidad social. Se hizo necesario un impulso legislativo, destacando:

    • La Ley de Prensa.
    • La Ley de Libertad Religiosa.
    • La Ley de Seguridad Social.

    En 1967, la Ley Orgánica del Estado modificó las leyes anteriores y preveía cómo se regiría el país tras la muerte del dictador. Era un intento de acercamiento hacia un Estado constitucional, buscando modernizar el régimen y adecuar la legislación española a los presupuestos del Concilio Vaticano II. Reforzaba el poder vitalicio del dictador e instauraba una monarquía.

    El 22 de julio de 1969, Juan Carlos de Borbón prestó juramento ante las Cortes como heredero de la Corona española.

    La expansión económica estimuló el crecimiento demográfico y desencadenó grandes movimientos migratorios. Además, se asistió a la modernización de los hábitos sociales, como la entrada en la sociedad de consumo y la implantación de nuevos patrones culturales. Sin embargo, el Estado franquista se percibía como una realidad caduca y anacrónica en Europa occidental.

    En el ámbito económico, el “milagro desarrollista” se frenó con la crisis internacional del petróleo de 1973, que afectó a toda la economía.

B11–3: Organización Política del Estado Franquista

La organización política del Estado franquista se fue configurando a lo largo del régimen. Sus rasgos esenciales fueron:

  • Totalitarismo

    El franquismo nació como una dictadura inspirada en el modelo fascista. Se suprimió la Constitución de 1931, se clausuró el Parlamento y se prohibieron los partidos políticos y sindicatos, con la excepción de FET y de las JONS y un único sindicato oficial.

  • Caudillismo

    Aunque España se definía como una monarquía católica, social y representativa, la jefatura del Estado recaía en la figura de Franco, quien ostentaba el título de Caudillo de España. Concentraba todos los poderes fundamentales: Jefe del Estado, del Gobierno, del Partido y Generalísimo de los tres ejércitos. Gozaba de poderes excepcionales para promulgar leyes en casos de urgencia.

  • Concepción Unitaria y Centralista

    Se abolieron los estatutos de autonomía y se incluyó la prohibición del empleo de cualquier lengua no castellana en el ámbito oficial.

Estructuras de Representación y Control

El máximo órgano de representación nacional eran las Cortes Españolas, de carácter corporativo y consultivo. Carecían de poder legislativo, ya que el Gobierno decidía qué proyectos de ley podían pasar a las Cortes. Estaban integradas por procuradores designados por el Jefe de Estado, titulares de cargos de especial relevancia y elegidos cada cuatro años. El sistema político se definía como democracia orgánica.

El segundo órgano de representación nacional era la Organización Sindical Española (OSE), controlada por el Estado, compuesta de forma obligatoria por empresarios, técnicos y obreros, agrupados por sectores de producción.

Leyes Fundamentales

La dictadura franquista pretendió dar una imagen de legalidad con la promulgación de siete leyes de máximo rango (desde 1938 hasta 1967). Estas definían un Estado autoritario y personalista, en el que se penalizaba, incluso con la cárcel, el ejercicio de los más elementales derechos y libertades (como la huelga).

Las Leyes Fundamentales fueron:

  • El Fuero del Trabajo.
  • La Ley Constitutiva de las Cortes.
  • El Fuero de los Españoles.
  • La Ley del Referéndum Nacional.
  • La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado.
  • La Ley de Principios del Movimiento Nacional.
  • La Ley Orgánica del Estado.

Organización Territorial

En el plano territorial, el poder del Gobierno se transmitía mediante la institución de los gobernadores civiles en cada provincia, constituyéndose también un gobernador militar. Se restableció la estructura militar de las capitanías generales. En los ayuntamientos, el poder lo detentaban los alcaldes, que eran elegidos por el gobernador civil.

B11–5: El Franquismo y el Contexto Internacional

Tras concluir la Guerra Civil, se precipitó la Segunda Guerra Mundial. El franquismo se encontraba ligado a uno de los bandos beligerantes debido a la ayuda recibida para la victoria en la guerra civil.

  1. Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

    Al desencadenarse el conflicto mundial, España se declaró neutral, ya que el país no estaba en condiciones de abordar una nueva guerra. Las potencias del Eje presionaron para la intervención. Franco mantuvo entrevistas con Hitler y Mussolini.

    En el gobierno, el ministro de Asuntos Exteriores, Ramón Serrano Suñer, era un gran valedor de la entrada de España en la guerra. En la entrevista con Hitler, Franco planteó una serie de compensaciones a cambio de entrar en el conflicto, pero el precio era demasiado elevado en comparación con las ventajas que podía suponer la entrada de España. Finalmente, no se produjo la intervención, pero España cambió su posición a no beligerante.

    España envió a la URSS una división de voluntarios para combatir junto a los alemanes: la División Azul.

    Desde 1942, se fue fraguando una crisis política dentro del franquismo que concluyó con la destitución de Serrano Suñer. En octubre de 1943, cuando la guerra se volvió desfavorable para las potencias del Eje, España regresó a la neutralidad. La propaganda a favor de Alemania disminuyó, Franco comenzó a distanciarse de sus antiguos aliados y se prohibió definir al nuevo régimen como fascista.

  2. Aislamiento Internacional (1945-1946)

    Finalizada la guerra con la derrota de Alemania e Italia, el régimen franquista se calificó como democracia orgánica y se intentó reforzar una nueva imagen del Estado como esencialmente católico. Se pretendía presentar al exterior una organización política con la apariencia de un Estado de derecho, promulgando varias leyes fundamentales (Fuero de los Españoles, Ley del Referéndum Nacional y Ley de Sucesión).

    Las potencias aliadas sometieron al franquismo a una dura condena política. Entre 1945 y 1946, el franquismo quedó aislado. La ONU recomendó a todos los países la retirada de sus embajadores en España; solo permanecieron los de Argentina, Portugal y el Vaticano. El boicot político y económico reforzó el aislamiento de España.

  3. Guerra Fría y Reconocimiento del Régimen

    La situación internacional cambió por completo con la Guerra Fría. El régimen quedó relegado a un segundo plano ante su carácter marcadamente anticomunista y el valor estratégico militar de la península ibérica.

    La ONU revocó en 1950 la resolución de bloqueo contra España y retornaron los embajadores. El régimen de Franco comenzó a ser reconocido internacionalmente:

    • 1953: Firma del Concordato con el Vaticano y suscripción del Tratado de Bases Militares con Estados Unidos.
    • 1955: España fue admitida en la ONU y, desde entonces, pudo integrarse en otras organizaciones internacionales.

    El régimen ofreció tímidas muestras de liberalización, más aparentes que reales, como la Ley de Prensa e Imprenta (que eliminaba la censura previa) o la Ley de Libertad Religiosa. Sin embargo, la promulgación de la Ley Orgánica del Estado confirmó el carácter autoritario del régimen, ya que otorgaba a Franco, como Jefe de Estado vitalicio, un poder omnímodo y prácticamente ilimitado.

    En 1969, Franco decidió nombrar a Juan Carlos como sucesor a título de rey. Se ofrecía la posibilidad del retorno a la monarquía tradicional tras la muerte del dictador, pero en realidad Franco no la restablecía, sino que instauraba una monarquía continuadora, ya que obligaba al sucesor designado por él a jurar fidelidad a las Leyes Fundamentales.

  4. Crisis Final

    Tras el asesinato de Carrero Blanco por ETA, el nuevo presidente, Arias Navarro, parecía augurar una liberalización política del régimen. Sin embargo, la Ley de Asociaciones Políticas resultó ser tan restrictiva que quedó demostrado que, mientras viviera Franco, el régimen sería incapaz de renovarse.

B11–7: Transformaciones Sociales y Demográficas durante el Franquismo

El trasvase del campo a la ciudad fue constante. En la década de los 60, en pleno proceso de desarrollo, adquirió gran magnitud. Los inconvenientes fueron el despoblamiento del campo y el chabolismo en las grandes ciudades, que no estaban preparadas para acoger a tantos inmigrantes.

Cambios en la Estructura Ocupacional

Este movimiento migratorio se reflejó en la estructura ocupacional: el sector primario disminuyó (hasta el 40 %) y aumentó el sector secundario y terciario. España pasó así de ser un país agrario a ser un país industrializado, aunque todavía con notable retraso respecto a Europa.

Hubo una emigración exterior a Europa (Francia, Alemania y Suiza). El modelo español no generaba empleo suficiente para la creciente población activa, mientras que Europa occidental se encontraba en pleno proceso de expansión económica.

Modernización Social y Clases Medias

Hasta los años 50, España continuaba siendo un país atrasado y agrario. Esta situación cambió en los años 60, cuando la estructura social se modernizó, evolucionando hacia una sociedad con predominio numérico de las clases medias urbanas.

El desarrollo económico de los años 60 tuvo consecuencias sociales directas:

  • Aparición de las Clases Medias

    Integradas por obreros cualificados, profesionales liberales y empleados de comercio, banca y de la administración. Esta nueva clase reclamó mayor participación en el mundo laboral y la política.

  • Adopción de Nuevos Hábitos

    La población fue adoptando hábitos propios de la sociedad de consumo: mayor calidad de la alimentación y viviendas, mejoras en la educación de los hogares y aumento de la demanda de automóviles.

Cambios de Mentalidad

Se fueron imponiendo nuevos gustos, modas y costumbres procedentes de Europa, a lo que contribuyó el creciente número de turistas. Los inmigrantes españoles en Europa, cuando regresaban, traían una nueva mentalidad y transmitían su fascinación por el superior nivel de vida europeo.

El resultado fue el surgimiento entre la juventud urbana de una nueva mentalidad opuesta a la conservadora y autoritaria, con un afán de libertad moral, cultural y política que empujaba hacia la democracia.

Impacto de la Crisis de 1973

La crisis internacional del petróleo de 1973 obligó a muchos emigrantes a retornar, lo que provocó el aumento del paro. La inflación de los precios se descontroló y las asociaciones obreras y sindicatos demandaron mejoras laborales y salariales. La conflictividad social iba en aumento.

La muerte de Franco en 1975 dejó al país en una situación de desequilibrio. Los gobiernos llevaron a cabo políticas de incremento del gasto público y potenciaron la demanda interna. Se elevaron los salarios y se llevó a cabo una política monetaria laxa, devaluándose la peseta.