España bajo la Dictadura de Franco: Fundamentos, Evolución y Contexto Internacional

Instauración y Naturaleza del Régimen Franquista

La Guerra Civil de 1936 terminó con la derrota de uno de los bandos y sin negociación. Finalizado el conflicto, se implantó un régimen dictatorial con algunos rasgos fascistas. La imposición de la dictadura se basó en la victoria militar y en una dura represión, eliminando sistemáticamente los elementos republicanos que se habían opuesto al levantamiento.

El franquismo es un modo de ejercer el poder político sin ninguna limitación. Franco ni siquiera tuvo un programa político claro; sabía que no quería un sistema liberal ni democrático, pues consideraba que preparaban el camino hacia el comunismo. A lo largo de los años, ha habido diversas interpretaciones del franquismo. Franco asentó su régimen en dos grupos sociales principales: una oligarquía terrateniente y financiera, que recuperó su hegemonía social, y las clases medias rurales. A partir de los años 60, la evolución social mejoró las condiciones de vida y trajo consigo un mayor consenso social con la dictadura.

Fundamentos Ideológicos del Régimen

Los fundamentos ideológicos del nuevo régimen fueron los siguientes:

  • Concentración del poder político en la figura de Franco, el Caudillo, a quien se exigía una “adhesión inquebrantable”, elemento clave para el mantenimiento del régimen.
  • Anticomunismo, un factor determinante para la cohesión interna y para su posterior aceptación internacional en el contexto de la Guerra Fría.
  • Antiparlamentarismo y antiliberalismo. Franco siempre se mostró contrario a cualquier acción política que implicara una vida parlamentaria dentro de un sistema liberal.
  • Nacionalcatolicismo. La Iglesia Católica fue la gran legitimadora de la dictadura. La moral católica se impuso en la vida pública y privada.
  • Defensa de la unidad de la patria, que implicaba la negativa a conceder cualquier tipo de autonomía a las regiones, con medidas adicionales como la imposición del castellano como única lengua oficial.
  • Tradicionalismo, con la defensa de las raíces históricas, reconocible en su simbología (el escudo, el yugo y las flechas, etc.).
  • Militarismo, que impregnaba la sociedad y otorgaba un lugar de privilegio a los militares con respecto a otros grupos sociales.
  • Rasgos fascistas, que se manifestaron en uniformes, saludos, la exaltación del caudillo como líder y la utilización de la violencia como medio político. Estos rasgos se fueron diluyendo tras la derrota del fascismo y el nazismo en la Segunda Guerra Mundial.

Apoyos Sociales y Estructura Política

La dictadura basó su sistema político en la prohibición de los partidos y en el establecimiento de un partido único, la FET y de las JONS, que vino a denominarse Movimiento Nacional. Este estaba completamente subordinado al caudillo y en él, además de la Falange, se integraron otros grupos menores. Los principales apoyos del régimen fueron:

  • Los militares: Tuvieron un enorme prestigio y fueron el principal instrumento de poder, represión y permanencia de Franco en el poder, aunque siempre estuvieron subordinados a él.
  • Los católicos: A partir de la década de los 50, muchos integrantes de la dictadura procedieron de instituciones religiosas, como el Opus Dei y la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP).
  • Los monárquicos: Entre ellos, los borbónicos aspiraban a colocar como nuevo rey a Don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, pero Franco siempre se negó. A pesar de ello, los monárquicos colaboraron con la dictadura.

Represión y Legislación

Terminada la guerra, a través de la Ley de Responsabilidades Políticas, se detuvo de forma masiva a disidentes políticos. Algunos de ellos fueron ejecutados, mientras que otros obtenían redención de penas con trabajos forzados, como en la construcción del Valle de los Caídos en El Escorial (Madrid). Se les prohibió ejercer profesiones, como maestro o abogado, si se consideraba que la persona estaba relacionada con el pensamiento de izquierdas.

El régimen elaboró las llamadas Leyes Fundamentales para dotarse de una estructura legal, comenzando con el Fuero del Trabajo de 1938, y continuando con otras como la Ley Constitutiva de las Cortes o la Ley de Referéndum Nacional.

Política Exterior: Del Eje a la Guerra Fría

El 7 de abril de 1939, España hizo pública su adhesión al Pacto Antikomintern. En octubre de 1940, se produjo la entrevista entre Franco y Hitler en Hendaya, en la que se debatió la entrada de España en la guerra a cambio de concesiones territoriales como el Marruecos francés y Gibraltar. Sin embargo, España podía ofrecer poco y el acuerdo se limitó al envío de la División Azul, que luchó en el frente ruso al lado de Alemania.

El nuevo Estado tuvo una estructura básica militar hasta 1942. A partir de este año, con la previsible derrota del Eje, Franco emprendió un giro político buscando la conciliación con los Aliados. Desde entonces, el régimen intentó ofrecer una imagen más católica y menos fascista para atraer la atención de las democracias europeas.

En 1946, la ONU votó en contra del ingreso de España. La dictadura era considerada aliada del fascismo, y a esta decisión le siguieron años de aislamiento político. Esta situación cambió cuando España consiguió el reconocimiento estadounidense como país anticomunista. Por eso, en 1951, la ONU, a instancias de EE. UU., recomendó el fin del aislamiento. En 1953 se firmaron los acuerdos bilaterales entre España y EE. UU., que permitieron la instalación de bases militares en Torrejón, Rota, Morón y Zaragoza a cambio de ayuda económica. En este mismo año se firmó el Concordato con la Santa Sede. El fin del aislamiento se reafirmó con la entrada de España en la ONU en 1955 y la visita del presidente estadounidense Eisenhower.

Economía: De la Autarquía al Plan de Estabilización

La posguerra, a partir de 1939, se caracterizó por el racionamiento de los alimentos, la expansión del mercado negro (el estraperlo) y una corrupción generalizada. La solución que ciñó el franquismo a la penuria económica fue la autarquía, es decir, la autosuficiencia económica y la intervención del Estado. Este modelo, aplicado por Mussolini y Hitler, fracasó en España dadas las condiciones del país.

En 1952 se puso fin al racionamiento de alimentos. La ayuda económica estadounidense comenzó a llegar a España desde 1951. En el gobierno de 1957, Franco permitió la entrada de un grupo de tecnócratas, pertenecientes al Opus Dei, que serían los encargados de diseñar el giro a la economía española con el Plan de Estabilización de 1959.

La Oposición Republicana en el Exilio

Una vez terminada la Guerra Civil, en pocos meses estalló la Segunda Guerra Mundial. Esto ponía al Partido Comunista de España y al bando republicano en una posición muy difícil, porque en agosto de 1939 se había firmado el Pacto Germano-Soviético de no agresión. La invasión de la URSS por parte de Alemania en 1941 colocó a los republicanos españoles en una posición más clara para negociar con los Aliados.

Toulouse se convirtió en la capital del exilio. Allí se intentó organizar la oposición para poner fin al régimen de Franco, pero pronto se dieron cuenta de que esta acumulación de partidos tenía poco en común. Solo esperaban que la caída del régimen viniera por la caída de Hitler o Mussolini. A partir de 1951, aunque las instituciones republicanas en el exilio seguían existiendo, dejaron de tener relevancia en el plano internacional.