El Perspectivismo de Ortega y Gasset: Una Visión Integral de la Realidad

El perspectivismo es, según Ferrater Mora, la primera etapa del pensamiento de Ortega y Gasset. Otros autores, sin embargo, suelen hablar de una etapa previa, el objetivismo (1902-1910), siendo este un período de escasa producción filosófica propia. En todo caso, el perspectivismo es la teoría del conocimiento que busca superar el racionalismo (dogmático) y el relativismo (subjetivista) imperantes a lo largo de la historia de la filosofía.

Crítica a las Corrientes Tradicionales

El Racionalismo: Idealismo y Dogmatismo

El racionalismo, al afirmar que el pensar coincide completamente con el ser, se vio abocado al idealismo. Según esta corriente, defiende que el ser humano es de naturaleza racional y que, mediante sus actividades intelectuales, descubre las esencias universales e inmutables de las cosas, válidas para todos los tiempos y para todas las personas. De este modo, el racionalismo (idealista y dogmático) se olvida de la vida real y concreta.

El Relativismo: Subjetivismo y Escepticismo

El relativismo, por su parte, recalca las diferencias entre los distintos sujetos que conocen y la imposibilidad de conocer la verdad. El ser humano, único sujeto pensante, es siempre singular y concreto. Cada cual posee su verdad, o mejor, cada cual tiene su opinión, sin superar el escepticismo.

Ortega, frente a estas posiciones antagónicas, afirma su teoría perspectivista. Ni idealismo ni realismo; ni racionalismo ni relativismo; ni idealismo ni escepticismo, sino perspectivismo.

Fundamentos del Perspectivismo Orteguiano

El perspectivismo, por tanto, es la teoría orteguiana del conocimiento de la realidad que desarrolla fundamentalmente en su obra El tema de nuestro tiempo. En ella, propone que no hay un solo punto de vista absoluto sobre la realidad, sino que esta está formada por diversas perspectivas complementarias. A la pregunta de qué es la verdad o qué es la realidad, por tanto, habrá que responder que no es ni únicamente objetiva ni totalmente subjetiva, sino una síntesis entre objetividad y subjetividad: la perspectiva que un sujeto tiene de las cosas que le rodean.

La realidad, por una parte, tiene infinitas perspectivas, todas ellas verdaderas y auténticas. El ser humano, por otra parte, conoce desde una determinada situación, desde unas determinadas circunstancias y con una puntual perspectiva: donde está mi pupila (mi entendimiento, mis sentimientos, mis preferencias, etc.) no está la de los demás. El yo es un punto de vista que selecciona las impresiones. Hay tantas perspectivas como individuos (en cada una de ellas entra la vida de cada cual, con la imaginación, la sensibilidad, la razón, los deseos, las circunstancias…). La razón humana debe dominar la circunstancia que su perspectiva le ofrece y así humanizarla: es una razón vital, no opuesta a la vida, sino que se desarrolla a la par de la vida.

El punto de vista individual es el único desde el cual puede conocerse la verdad del mundo. La realidad aparece a cada uno según la perspectiva que tiene. Ocurre como en un paisaje: lo veremos según el lugar en el que nos situemos para contemplarlo. Nadie puede captar el paisaje en su totalidad; las perspectivas, los distintos puntos de vista, son infinitos, todos ellos verídicos y auténticos, pero cada uno contempla la realidad que le ha tocado vivir. Por eso, cada uno tiene la misión de buscar la verdad. Nadie tiene toda la verdad, pero cada cual aplica la razón a la vida, y entonces se van uniendo las distintas visiones particulares en una visión global articuladora. La realidad solo puede ofrecerse en perspectivas individuales, lo cual no las invalida, sino que las hace valiosas, insustituibles y necesarias para la colaboración entre ellas en su integración.

La Verdad en el Perspectivismo

Para Ortega, solo podemos conocer en perspectiva; esto es, solo podemos conocer el modo como una realidad determinada se nos presenta en un momento concreto. Y ello es así porque la perspectiva es uno de los componentes de la realidad; esta se nos presenta en perspectiva. Todas las perspectivas son válidas, excepto una: aquella que tiene la intención de convertirse en la “única perspectiva”. Desde la óptica orteguiana, el gran error del racionalismo fue creer que la razón humana podía adoptar una actitud absolutamente privilegiada en el conocimiento de la realidad y que, por tanto, sería capaz de encontrar la verdad en sí misma. El racionalismo había confiado en descubrir verdades y principios universales y se desentendió totalmente de las condiciones del simple vivir. Pero la filosofía moderna está en crisis: ahora asistimos al comienzo de una nueva etapa de la filosofía en la que se pretende haber superado tanto el realismo antiguo como el idealismo moderno. Ahora el conocimiento y la realidad son como dos caras de la misma moneda. El perspectivismo afecta tanto al sujeto como al objeto.

Para el perspectivismo de Ortega, no existe algo que se pueda conceptualizar como la verdad completa y absoluta. Al contrario, la verdad es algo que hay que ir conquistando cada día, cada persona y cada generación. La verdad es la perspectiva con que cada individuo, cada generación, cada momento histórico, cada cultura, percibe la realidad. No existe la verdad única y absoluta (salvo como la suma de perspectivas). Pretender lograr una verdad absoluta es no haber entendido la historicidad de la razón.

De acuerdo con estas ideas, Ortega nos dice que la verdad es siempre parcial, lo cual no significa que sea relativa, sino que no es completa. Las verdades completas no se pueden alcanzar; las verdades universales y atemporales propuestas por los racionalismos e idealismos son meras ficciones, puesto que la vida humana es siempre concreta (la mía, la tuya, etc.) y el sujeto de conocimiento es siempre un ser humano (razón vital). Por ello, no puede conocerse nada real de modo universal. Únicamente un ser abstracto y utópico podría tener este tipo de conocimientos, válidos para todo tiempo y lugar; pero las personas tienen que conformarse con conocimientos históricos, circunstanciales y perspectivistas.

Conclusión: Tolerancia y Búsqueda de la Verdad

En definitiva, la teoría de Ortega es un ejemplo de tolerancia tanto desde el punto de vista epistemológico como desde el punto de vista ético-social: aceptemos el punto de vista de los demás, su perspectiva, como parte de ese largo camino que es la conquista de la verdad.