La Novela Española (1939-1974): Tendencias, Autores y Obras Clave
La Guerra Civil y la dictadura posterior supusieron el abandono de las tendencias impulsadas por los novelistas de la Generación del 98 y por los autores del Novecentismo o la Vanguardia. El exilio de algunos autores y la censura limitaron el desarrollo de la novela en la posguerra.
La Década de los Años 40: La Posguerra y sus Corrientes
La década de los años 40 fue la más dura de la posguerra. La narrativa se vio condicionada por el exilio de novelistas y por el llamado «exilio interior», ya que España permaneció aislada del mundo político y cultural de Occidente.
En general, se puede dividir a los novelistas de la década en tres grupos:
- La novela de los vencedores: Obras de exaltación de la victoria y de los valores del nuevo régimen. El propio Franco, bajo el seudónimo de Jaime de Andrade, escribió Raza, donde expresaba sus ideales.
- La novela de los vencidos (el exilio): Escrita por autores exiliados. El tema central es la guerra y el dolor del exilio. Podemos destacar El laberinto mágico de Max Aub.
- La novela existencial: Surge en España, marcada por la dura vida de posguerra. La novela que mejor muestra esta visión de la realidad es La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela.
La Década de los Años 50: La Novela Social y el Objetivismo
En la década de los 50, la novela pretendió ser testimonio crítico de la realidad española y servir de denuncia frente a ella. Destaca La Colmena (1951) de Camilo José Cela. En estos años también surgió la llamada Generación del Medio Siglo.
Con respecto a la técnica narrativa, la novela social frecuentemente optó por el objetivismo. Se presentaba a los personajes sin un narrador que los juzgara. La novela más representativa de esta tendencia es El Jarama (1956) de Rafael Sánchez Ferlosio. También se le dio importancia a los diálogos y al uso de un lenguaje directo y sencillo.
La Década de los Años 60: La Novela Experimental y el Boom Hispanoamericano
En la década de los 60 se produjeron cambios en la sociedad española, como un desarrollo económico y la recuperación de algunas obras de autores exiliados. Fue fundamental la influencia de autores extranjeros y el boom de la novela hispanoamericana, dando lugar a la novela experimental. La obra que abrió esta nueva tendencia fue Tiempo de silencio (1962) de Luis Martín-Santos.
La Década de los Años 70: Continuidad y Fin de la Censura
En los primeros años de la década de los 70 continuó la tendencia renovadora, intensificándose la experimentación formal. Con la muerte de Franco en 1975, desapareció la censura y se recuperó la obra de los exiliados. Los autores recobraron el gusto por la trama y la historia. Un autor que marcó este cambio de tendencia fue Eduardo Mendoza con La verdad sobre el caso Savolta (1975).
Conclusión sobre la Novela Española (1939-1974)
En conclusión, el panorama narrativo de estos años se caracterizó por su riqueza y por ser reflejo de las secuelas de la guerra, los problemas existenciales, entre otros.
El Teatro Español Anterior a 1939: Innovación y Tradición
A finales del siglo XIX, el panorama teatral estaba dominado por el drama realista o melodrama. En las primeras décadas del siglo XX, por la influencia de las tendencias teatrales europeas, se produjeron intentos de renovación teatral, pero estos no contaban ni con el favor del público ni con el de los empresarios. El teatro español del primer tercio del siglo se puede dividir en dos grandes grupos:
Corrientes Teatrales Dominantes
- La comedia burguesa de Jacinto Benavente: Su obra realiza una crítica amable de los ideales burgueses, como sucede en Los intereses creados.
- El teatro en verso: Nació ligado a la estética modernista, pero pronto se centró en temas históricos. Destaca Eduardo Marquina con su obra En Flandes se ha puesto el sol.
- Teatro cómico: Continuó la tradición del sainete, buscando entretenimiento. Sus principales autores son:
- Carlos Arniches y su tragedia grotesca, como La señorita de Trevélez.
- Los hermanos Álvarez Quintero.
- Pedro Muñoz Seca, con el género cómico en «astracán».
El Teatro Innovador y sus Exponentes
El teatro que pretendía innovar, con nuevas técnicas o enfoques ideológicos, no tuvo el favor del público y la mayoría de las obras quedaron sin poder ser representadas. Destacan las aportaciones de Unamuno, Max Aub o Casona. Los máximos exponentes de esta nueva visión del teatro fueron Valle-Inclán y Lorca.
La Revolución Teatral de Valle-Inclán: Los Ciclos del Esperpento
La revolución del teatro de Valle-Inclán se agrupa en tres ciclos:
- El ciclo mítico: Obras ambientadas en una Galicia mítica, como Comedias bárbaras.
- La farsa: Con obras como La marquesa Rosalinda.
- El esperpento: Es un intento de representar la realidad española presentando los hechos de una manera exagerada y burlesca. Luces de Bohemia es un ejemplo clave; con este teatro, Valle-Inclán se anticipó a la renovación escénica del teatro mundial.
El Teatro de Federico García Lorca: Frustración y Tragedia
El teatro de García Lorca se caracteriza por una temática de frustración y el conflicto entre la realidad y el deseo, de ahí los destinos trágicos. Dividiremos la evolución del teatro lorquiano en tres momentos:
- Los tanteos (años 20): La zapatera prodigiosa.
- La experiencia vanguardista (años 30): Bajo el influjo del Surrealismo. Además, escribió obras de difícil representación como Así que pasen cinco años.
- La etapa de plenitud: Aquí pertenecen las tragedias y dramas, ambientados en un entorno rural, donde las fuerzas naturales imponen un destino trágico. En esta etapa, observamos también su interés por reflejar la situación de la mujer y su tierra andaluza. En ellas, Lorca mezcla la prosa y el verso, y maneja elementos simbólicos. Sus títulos son: Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba (1936), que supone la culminación de su teatro. El tema central de esta obra es el conflicto de los principios de autoridad y de libertad. Además, aparecen subtemas como la moral tradicional, la presión social sobre el individuo y la condición de la mujer.
Modernismo y Generación del 98: La Crisis de Fin de Siglo en la Literatura Española
Ambos movimientos surgen en el paso del siglo XIX al XX. La burguesía y su pensamiento racional (que desplaza la fe) dominan la sociedad, lo que provoca una crisis existencial. Esta visión de un mundo caótico y deshumanizado produce la llamada «crisis de fin de siglo».
El Modernismo: Revolución Estética y Evasión
La crisis de fin de siglo recibe el nombre de Modernismo y supone una revolución artística y literaria que busca romper con la estética vigente. Se acude a la poesía francesa, de la que toman su ideal del «arte por el arte», así como del Parnasianismo y el Simbolismo.
La respuesta ante la mentalidad burguesa es el anhelo de la belleza en obras literarias, alejándose del utilitarismo y del realismo, lo que lleva a los artistas a refugiarse en concepciones como la bohemia o el «malditismo».
Para ello, el Modernismo implica un intento de evasión del espacio y el tiempo de los autores. También hay un impulso hacia el cosmopolitismo, y las obras se llenan de un fuerte sentido del ritmo y la musicalidad. Unido a ello, cobra importancia lo sensorial. De hecho, el cisne y el color azul serán la expresión misma del Modernismo. Las formas métricas se enriquecen y se emplean alejandrinos, eneasílabos, entre otros.
Rubén Darío: Figura Clave del Modernismo
La figura fundamental del Modernismo es el poeta Rubén Darío. Destacan Azul y Prosas Profanas, que muestran claramente los rasgos del movimiento, y Cantos de vida y esperanza, donde el autor se reencuentra con la realidad.
La Generación del 98: Una Particularización Española del Modernismo
A finales del siglo XIX y principios del XX, el Modernismo influye en España, por lo que surge la llamada Generación del 98, que es una particularización del Modernismo en España. Los géneros preferidos eran la novela, donde irrumpe el subjetivismo, y el ensayo. Se conocía como «Grupo de los Tres» a Pío Baroja, Ramiro de Maeztu y Azorín. Más tarde, Azorín acuñó el término «Generación del 98» para incluir a Unamuno y algunas obras de Antonio Machado y Valle-Inclán.
Autores Destacados de la Generación del 98
- Miguel de Unamuno: Su vida estuvo marcada por crisis religiosas y existenciales. Denominaba a sus novelas «nívolas» para distinguirlas de la novela realista. De ellas destaca Niebla.
- Pío Baroja: Fundamentalmente novelista, buscaba un estilo sencillo y entretenido. Agrupó sus novelas en trilogías, como «La Lucha por la vida».
- Valle-Inclán: Escribió novela, teatro y poesía. Su obra evolucionó desde la estética modernista hasta el esperpento. De sus obras teatrales destaca Luces de Bohemia.
- Antonio Machado: Es sobre todo un poeta, con obras como Soledades.
Conclusión sobre Modernismo y Generación del 98
En definitiva, el Modernismo y la Generación del 98 suponen una de las etapas más brillantes de la literatura hispánica y abren camino a las renovaciones literarias del siglo XX.