Historia de la Guerra Civil Española
Causas y el Alzamiento Militar
La República instaurada en 1931 realizó un amplio programa de reformas, pero no logró consolidarse como alternativa democrática al sistema oligárquico de la Restauración. La victoria de la coalición de izquierdas en 1936 llevó al gobierno del Frente Popular a acelerar las reformas iniciadas en el Bienio, pero se encontró con la oposición de las derechas, dispuestas a impedirlo mediante un golpe militar. Las conspiraciones comenzaron inmediatamente: los generales Mola, Goded, Franco, Fanjul y otros decidieron iniciar la sublevación en Marruecos. El golpe triunfó en menos de media España, pero fracasó en los núcleos industriales y en las principales ciudades. Azaña encargó a Martínez Barrios que iniciara negociaciones con los militares rebeldes, pero estos la rechazaron. La rapidez y la coordinación de los sublevados y la capacidad de las fuerzas populares determinaron el éxito o fracaso en parte de España, lo que dio lugar a una guerra civil que duró unos tres años.
Desarrollo: Etapas del Conflicto
El ejército rebelde llevó la iniciativa estratégica de la guerra.
El Asedio de Madrid (Noviembre 1936 – Marzo 1937)
El primer objetivo era Madrid. Los sublevados esperaron el traslado a la península del Ejército de África, la fuerza mejor entrenada gracias a la prolongada guerra de Marruecos. La flota controlaba el estrecho de Gibraltar. La ayuda alemana e italiana permitió transportar las tropas a la península. Se formaron las columnas que fueron ocupando parte de Andalucía, Extremadura y Toledo y llegaron a las puertas de Madrid a finales de octubre.
En Madrid (noviembre 1936 – marzo 1937) se encontraron con una resistencia inesperada por parte de la población madrileña, a pesar de los bombardeos de la artillería y de la aviación italo-germana. Se combatió palmo a palmo en la Ciudad Universitaria y el Puente de los Franceses. La defensa de Madrid la llevó la Junta de Defensa presidida por el general Miaja. En los meses siguientes, Franco fracasó en sus intentos de cercar la ciudad mediante el corte de las carreteras de la Coruña, de Valencia y Barcelona.
La Campaña del Norte (Abril 1937 – Octubre 1937)
El fracaso de Franco ante Madrid le llevó a emprender la conquista del Norte industrial. Mola había ocupado Guipúzcoa. El bombardeo de Guernica y de otras poblaciones causó gran impacto por ser el primer ataque masivo contra la población civil. Franco derogó el Estatuto Vasco y los conciertos económicos de Vizcaya y Guipúzcoa. Mola murió en un accidente.
Las ofensivas lanzadas por los republicanos para evitar la presión sobre el frente norte sirvieron de poco. La República perdió una zona de recursos industriales y mineros y redujo su espacio y la población.
Las Operaciones en el Levante (Diciembre 1937 – Febrero 1939)
Tras conquistar el Norte, Franco volvió a su idea inicial de tomar Madrid, pero el mando republicano se le adelantó con la ofensiva de Teruel. Franco aprovechó el desgaste de las tropas republicanas para lanzar una ofensiva en la zona y ocupó todo Aragón, llegó al Mediterráneo y partió en dos a España. Los republicanos lanzaron otra ofensiva que fracasó. Con el ejército republicano debilitado, Franco inició en 1938 la campaña de Cataluña.
El Final de la Guerra (Febrero – Marzo 1939)
La caída de Cataluña alertó a los sectores capitulacionistas, partidarios de rendirse a Franco por creer que este iba a ser clemente. Estos sectores se sublevaron en marzo contra el gobierno de Negrín. El Consejo Nacional de Defensa se propuso pactar una rendición negociada, pero Franco solo aceptaba una rendición incondicional. En la última ofensiva, las fuerzas franquistas avanzaron sin encontrar resistencia.
Evolución Política en la Zona Republicana
En la Zona Republicana se mantuvieron, al final, las instituciones representativas y legales. Tan solo en 1939, el Gobierno proclamó el Estado de guerra, que daba más protagonismo al ejército y suponía una relativa suspensión de las garantías constitucionales. El golpe militar desencadenó un proceso de revolución social que chocó contra el objetivo de lograr el triunfo en la contienda. Los gobiernos de la República hicieron frente al caos social y político provocado por el levantamiento militar y la amenaza del ejército de Franco sobre Madrid. Las milicias sindicales y de partido protagonizaron la resistencia armada, sustituyeron a la policía y a los Tribunales y realizaron una dura represión contra los fascistas. Finalmente, iniciaron la revolución social mediante el reparto de tierras de los terratenientes y la colectivización de muchas empresas, en la que destacaron los anarquistas, empeñados en poner en práctica el comunismo libertario.
Azaña nombró jefe de gobierno al líder socialista Largo Caballero. Este formó un gobierno compuesto por todas las fuerzas del Frente Popular que acabó con los desórdenes revolucionarios atizados principalmente por los anarquistas y sustituyó las Milicias por el Ejército Popular de la República. La necesidad de subordinar la revolución al éxito militar produjo un enfrentamiento estratégico: los anarquistas y el POUM defendían la postura “hacer la revolución para ganar la guerra”, mientras el resto de fuerzas ponía el empeño en ganar al fascismo. Este enfrentamiento acabó en mayo de 1937, al fracasar una insurrección poumista-anarquista. Negrín sometió a las milicias y los comités anarquistas y recuperó la autoridad del Estado. En julio de 1938 adoptó una política que plasmó un programa conocido como “Los trece puntos de Negrín“. En febrero de 1939, Azaña presentó su dimisión como Presidente de la República. El coronel Casado consiguió el apoyo de la mayoría del PSOE, la CNT y la UGT y creó el Consejo Nacional de Defensa que se sublevó contra Negrín en la esperanza de alcanzar la paz.
Evolución Política en la Zona Sublevada
Desde el principio de la guerra, los militares impusieron el Estado de guerra: suprimieron la legalidad democrática y se hicieron con el poder. Su proyecto fue poner una Dictadura militar para desmantelar los avances sociales de la República y restablecer el poder de las viejas clases dominantes.
El general Mola contaba con el general Sanjurjo como jefe supremo de una Junta de Defensa Nacional. Al fallecer, pasó a presidirla el general Cabanellas. La Junta implantó el Estado de guerra que aplicó un terror contundente; ello significó el asesinato de miles de republicanos. La represión fue ejercida directamente por la FE y por la Guardia Civil.
En septiembre de 1936, Franco fue nombrado “Generalísimo de todos los Ejércitos”, “Jefe de gobierno del Estado español” y “Caudillo de España”. Creó la Junta Técnica del Estado, un directorio militar presidido por él, que asumía todas las funciones políticas. En 1937, Franco unió las fuerzas de Derechas que habían apoyado el Alzamiento Nacional en un único partido, Falange Española Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. La Iglesia católica apoyó el lanzamiento al que consideró una Cruzada. Esto suponía el enfrentamiento entre dos ideologías.
Franco nombró su primer gobierno en enero de 1938, formado por civiles y militares. Serrano Suñer se encargó de las carteras de Interior, Exteriores y Propaganda y diseñó las líneas fundamentales del nuevo Estado que en su primera etapa fue “totalitario y fascista”. El primer decreto-ley aprobado por el gobierno fue el Fuero del Trabajo, mediante el cual el gobierno franquista estableció duras condiciones laborales, salariales y sindicales para los trabajadores. El segundo fue la Ley de Responsabilidades Políticas, por la cual clarificó el tipo de represión que iba a ejercer en los siguientes años.
El poder que instauró en la zona nacional se basaba en los principios de propiedad, religión y orden. Se eliminaron partidos y sindicatos, se puso una dura censura, se depuraron los cuerpos enseñantes y funcionarios, se quitó la legislación laica de la República…
El final de la guerra, en abril de 1939, abrió una duradera dictadura.