El Naturalismo y el Realismo: La Novela en el Siglo XIX
El Movimiento Realista
El realismo es un movimiento artístico y literario que alcanza su plenitud en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. En literatura, su principal forma de expresión es la novela, que busca reflejar fielmente la vida cotidiana y la sociedad contemporánea. Frente al idealismo del romanticismo, el realismo centra su atención en la realidad social, de manera objetiva y rigurosa. Surgió ligado al auge de la burguesía, que se convirtió en el nuevo público lector y también en el tema principal de muchas obras.
Las novelas realistas comparten una serie de rasgos característicos, que se manifiestan tanto en España como en las demás tradiciones literarias europeas:
- Verosimilitud: Las novelas realistas presentan historias que podrían suceder en la vida real. Para que los relatos resulten creíbles, los autores se basan en la observación directa de la sociedad y documentan cuidadosamente los aspectos que quieren mostrar. Así, se alejan completamente de lo fantástico o sobrenatural.
- Contemporaneidad: Los escritores realistas sitúan sus novelas en su propio tiempo y en lugares conocidos por sus lectores. No buscan escaparse al pasado o a mundos lejanos, como hacían los románticos, sino retratar con precisión la sociedad en la que viven, mostrando sus problemas y costumbres.
- Descripción de Ambientes y Personajes: Una característica fundamental es la presencia de largas y detalladas descripciones. Se describe minuciosamente tanto el entorno (ciudades, casas, naturaleza) como el físico y el carácter de los personajes, para construir un retrato completo y realista de la vida cotidiana.
- Personajes Antiheroicos: Los protagonistas son personas normales, a menudo de clase media, que no destacan por cualidades extraordinarias. Se enfrentan a problemas reales, como las limitaciones sociales, la pobreza o la frustración personal. Temas como el matrimonio infeliz o el adulterio son muy comunes, mostrando la insatisfacción y el choque entre deseos personales y normas sociales.
- Intención Crítica: Aunque los autores intentan ser objetivos, sus opiniones y críticas sobre la sociedad burguesa suelen aparecer en las novelas. A veces lo hacen de manera directa, con comentarios del narrador, y otras veces de forma más sutil, mostrando situaciones que revelan injusticias o hipocresías sociales.
Los Inicios del Realismo en España
En España, los problemas sociales impulsaron a muchos escritores a centrar sus novelas en la realidad de su tiempo. Este grupo de narradores, conocido como la generación de 1868, publicó sus obras más importantes a partir de ese momento. Entre ellos destacan autores como Juan Valera, Pedro Antonio de Alarcón, José María de Pereda, Benito Pérez Galdós, Armando Palacio Valdés, Emilia Pardo Bazán y Leopoldo Alas, Clarín.
El Prerrealismo
Antes de la aparición del realismo pleno con La Fontana de Oro (1870) de Pérez Galdós, surgieron en España novelas que prepararon el terreno, influenciadas por el costumbrismo y el folletín (novelas por entregas). Estos géneros introdujeron uno de los elementos esenciales del realismo: el interés por la vida contemporánea.
Frente a este folletín progresista, encontramos a Fernán Caballero (seudónimo de Cecilia Böhl de Faber), quien defendía los valores tradicionales y católicos. En La Gaviota (1849), mezcla relatos populares, refranes y canciones para contar la historia de Marisalada, una joven que sufre desgracias tras abandonar la vida rural y trasladarse a la ciudad.
Juan Valera (1824-1905)
Ocupa un lugar peculiar dentro del realismo, ya que su propósito, más que reflejar la sociedad del momento, es crear relatos con la intención de que muestren cierta belleza en el estilo. Sus obras son amables y de final feliz donde el tema más frecuente es el amor, que siempre vence los obstáculos.
Describe unos escenarios andaluces en los que, a diferencia de las obras realistas, no se retratan los problemas sociales, lo que los acerca más a la prosa costumbrista. Lo que sí vincula la obra de Valera al realismo es el análisis psicológico de sus protagonistas, sobre todo mujeres. Pepita Jiménez (1874).
José María Pereda (1833-1906)
Este escritor representa el realismo conservador que ve en la modernidad una amenaza para los valores más auténticos de la comunidad, conservados en el mundo rural. Cuando este mundo rural se contamina con la modernidad urbana se corrompen o se pierden sus tradicionales usos. Peñas Arriba (1895).
Benito Pérez Galdós
La Obra Narrativa de Benito Pérez Galdós
La obra narrativa de Benito Pérez Galdós, compuesta por numerosas novelas y los Episodios Nacionales, consolidó en España la novela realista. Inspirándose en autores como Dickens, Tolstói, Balzac y Cervantes, adoptó procedimientos como el humor, la ironía y la parodia, impregnando su narrativa de un estilo humorístico y cervantino. Su literatura refleja con precisión la España del último tercio del siglo XIX, retratando acontecimientos como la Revolución de 1868, la Primera República y la Restauración borbónica. Galdós defendía una ideología liberal, confiando en el progreso a través del desarrollo urbano y el fortalecimiento de la clase media, aunque con el tiempo su visión se volvió más crítica y desencantada, mostrando también los defectos de la sociedad burguesa. Se interesó especialmente por las clases medias urbanas, en particular la burguesía madrileña y la burocracia, y retrató personajes mediocres, derrotados y carentes de ideales. En sus novelas se combinan la historia colectiva y los dramas personales, mostrando cómo las circunstancias históricas afectan directamente a los individuos. Sus técnicas narrativas incluyen una voz de narrador-testigo cercana al lector, diálogos que reproducen fielmente el lenguaje popular de la época y la narración de sueños de los personajes, que revelan aspectos profundos de su personalidad.
Trayectoria Novelística
La trayectoria novelística de Benito Pérez Galdós se divide en tres ciclos: las novelas de tesis, las novelas contemporáneas y las novelas espiritualistas. En las novelas de tesis, Galdós aborda el tema de la religión desde una postura anticlerical liberal, denunciando la intolerancia como freno al progreso, como se ve en Doña Perfecta (1876), donde Pepe Rey, representante del progreso urbano, es víctima de la intransigencia de su futura suegra y del clero, acabando asesinado. En La familia de León Roch (1878), Galdós explora los problemas del matrimonio afectados por fanatismos religiosos. En las novelas contemporáneas, iniciadas con La desheredada (1881), refleja la vida madrileña y los conflictos sociales de la época, culminando en Fortunata y Jacinta (1886-1887), donde se traza un amplio retrato social: Juan Santa Cruz, burgués egoísta, mantiene una relación con Fortunata, una mujer humilde, mientras su esposa Jacinta sufre por no poder tener hijos. Al morir, Fortunata entrega su hijo a Jacinta, mostrando la necesidad de la burguesía de renovarse mediante la vitalidad del pueblo llano. En las novelas espiritualistas, como Nazarín (1895) y Misericordia (1897), los protagonistas buscan la perfección moral mediante el sacrificio y la caridad hacia los marginados, alejándose de los intereses materiales. Finalmente, los Episodios Nacionales comprenden una serie de cuarenta y seis novelas que narran la historia de España desde la batalla de Trafalgar (1805) hasta el reinado de Alfonso XII, combinando la épica histórica con una perspectiva liberal y crítica hacia la evolución política y social del país.
Leopoldo Alas, Clarín
Leopoldo Alas, más conocido como Clarín (1852-1901), fue un destacado escritor, crítico literario y periodista español, considerado una de las figuras más importantes del realismo en la literatura europea. Su obra se caracteriza por una profunda crítica social, especialmente hacia la hipocresía de la sociedad burguesa y las instituciones de su tiempo, como la Iglesia. A lo largo de su carrera, Clarín se ganó el reconocimiento por su aguda visión de la realidad y su estilo detallado y riguroso, plasmando con maestría los problemas de la vida cotidiana.
La Regenta (1884-1885) es su obra más famosa y se considera una de las cumbres del realismo español. La novela está ambientada en Vetusta, una ciudad que representa a Oviedo, y narra la vida de Ana Ozores, una mujer joven y bella atrapada en un matrimonio insatisfactorio con Víctor Quintanar, un hombre débil y apagado. Ana se encuentra atrapada en un triángulo amoroso con el sacerdote Fermín de Pas y el seductor Álvaro Mesía. La obra explora la frustración, la represión y el sufrimiento de la protagonista, quien se ve arrastrada a un adulterio con Álvaro, solo para ser abandonada por él y rechazada por Fermín. La crítica social de la novela es feroz, especialmente hacia la sociedad burguesa provinciana, caracterizada por la hipocresía, la envidia y el control moral. También presenta una visión muy crítica de la Iglesia, representada por el personaje de Fermín, quien manipula a Ana para su propio beneficio. Clarín utiliza La Regenta para denunciar las tensiones sociales, la opresión de las mujeres y la corrupción de las instituciones de su tiempo.
El Naturalismo
El naturalismo es una corriente narrativa que surge en Francia hacia 1870, impulsada por Émile Zola. Está relacionado con el realismo, pero introduce una visión determinista de la vida, en la que la herencia biológica y el entorno social condicionan totalmente al individuo. Los escritores naturalistas aplicaban métodos de observación y documentación propios de la ciencia, escribiendo novelas con tono pesimista y personajes de clases humildes, cuya miseria se describe con detalle.
El Naturalismo Español
En España, el naturalismo provocó una fuerte polémica. Se asoció al liberalismo, al anticlericalismo y a ideales igualitarios, mientras que sus detractores, desde posiciones conservadoras, lo tachaban de inmoral y materialista. Aunque hubo autores muy radicales, como Alejandro Sawa y Eduardo López Bago, la mayoría, como Galdós, Clarín y Pardo Bazán, adoptó solo algunos aspectos del naturalismo, suavizando sus planteamientos más extremos.
Emilia Pardo Bazán (1851-1921)
Emilia Pardo Bazán, nacida en A Coruña y perteneciente a la aristocracia gallega, fue una importante novelista y defensora de los derechos de la mujer. En La cuestión palpitante criticó algunos aspectos del naturalismo, como su crudeza y su determinismo, incompatibles con su visión cristiana. Sin embargo, aplicó técnicas naturalistas en su obra, como el uso de un lenguaje más directo y el interés por ambientes marginales. Su díptico Los pazos de Ulloa y La madre naturaleza retrata la decadencia de la pequeña nobleza rural gallega, en un ambiente de brutalidad, ignorancia e instinto. También reflejó el naturalismo en La Tribuna, sobre el ambiente obrero en una fábrica de tabacos, y en Insolación, una novela erótica que causó escándalo en su tiempo.
Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928)
Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928) fue un político, periodista y novelista valenciano, defensor del republicanismo y el anticlericalismo. Escribió novelas ambientadas en su tierra natal, como Arroz y tartana, La barraca y Cañas y barro, donde combina violencia, regionalismo y naturalismo. Más tarde, escribió novelas sobre la Primera Guerra Mundial, como Los cuatro jinetes del Apocalipsis, que alcanzó gran éxito internacional y fue adaptada al cine, convirtiéndolo en una celebridad mundial.