Garcilaso de la Vega: Figura Cumbre de la Lírica Renacentista
Garcilaso de la Vega (Toledo, c. 1501-Niza, 1536) fue la figura fundamental de la lírica amorosa del Renacimiento español. Quedó huérfano de padre y se educó en la corte, donde conoció a su gran amigo, el poeta Juan Boscán. Participó en numerosas batallas al servicio del emperador Carlos I; fue herido en varias ocasiones, recibiendo la herida definitiva durante el asalto a la fortaleza de Muy en Provenza, durante la tercera guerra de Francisco I de Francia contra Carlos I. Fue trasladado a Niza, donde murió.
Influencias y Estilo
Su poesía está marcada por sus estancias en Nápoles, donde descubrió a autores italianos clave del Renacimiento. Le influyó especialmente Ludovico Ariosto, de quien tomó, entre otros, el tema de la locura de amor. En Italia fortaleció su clasicismo y asimiló las nuevas formas métricas y estróficas.
La obra poética de Garcilaso, compuesta principalmente por unos cuarenta sonetos, cinco canciones, una oda en liras, dos elegías y tres églogas, se publicó por primera vez, junto con la de Boscán, en 1543. Su lírica se convirtió en una referencia ineludible para los poetas españoles de generaciones posteriores. Su mayor logro es la perfecta aclimatación y el magistral dominio del verso endecasílabo y de las estrofas italianas (soneto, lira, octava real, tercetos encadenados) a la lengua castellana.
Su estilo se caracteriza por la musicalidad del verso (con un uso sutil de la aliteración) y el empleo del epíteto, que contribuye a crear un mundo idealizado, en consonancia con la estética renacentista. Por otra parte, su poesía produce una vívida sensación del paso del tiempo y se impregna de una profunda melancolía por el transcurso de la vida, lo que él mismo denominó el ‘dolorido sentir’.
Temas Principales
Sus temas son a menudo mitológicos (como en la Canción V, la “Oda a la Flor de Gnido”, que recrea el mito de Anaxárete e Ifis, o las alusiones a Apolo y Dafne en el Soneto XIII). Sus temas preferidos giran en torno a los sentimientos de ausencia, el conflicto entre razón y pasión, el paso del tiempo (tempus fugit) y el canto a una naturaleza idílica (locus amoenus), que a menudo sirve de contraste o confidente a los doloridos sentimientos del poeta.
Lenguaje Poético
Utiliza un lenguaje claro y nítido, conforme a los ideales renacentistas de selección, precisión y naturalidad, buscando un equilibrio entre la lengua culta y la oral. Prefiere palabras usuales, pero cargadas de significado, y busca siempre el equilibrio clásico y la precisión. Su objetivo primordial en la poesía es la comunicación de los sentimientos, por lo que prefiere un tono íntimo, personal y confidencial. Garcilaso pone la primera piedra de una corriente lírica hispánica de interiorización sentimental que encontrará ecos en poetas posteriores como Gustavo Adolfo Bécquer.
San Juan de la Cruz (1542-1591): La Cumbre de la Mística Española
San Juan de la Cruz (Fontiveros, Ávila, 1542 – Úbeda, Jaén, 1591) fue un religioso carmelita descalzo, humanista y uno de los mayores poetas en lengua castellana. Su obra poética, aunque escasa en número, es de una intensidad y belleza extraordinarias, y se reduce fundamentalmente a tres poemas mayores:
- Noche oscura del alma: Poema breve compuesto por ocho liras. Describe simbólicamente, a través de una alegoría amorosa, el proceso de unión del alma con Dios.
- Cántico espiritual: Es su poema más extenso, compuesto por cuarenta liras (en su versión definitiva, el Cántico B). Describe también mediante una alegoría basada en el Cantar de los Cantares bíblico, las tres vías de la experiencia mística: la vía purgativa (el alma se purifica), la vía iluminativa (el alma conoce a Dios) y la vía unitiva (el alma se une a Dios).
- Llama de amor viva: El más breve de los tres, consta de veinticuatro versos distribuidos en seis estrofas (liras). Expresa el gozo exultante del alma ya transformada y abrasada por el amor divino.
Para explicar el denso contenido teológico y simbólico de estos tres poemas, San Juan de la Cruz escribió cuatro importantes tratados en prosa a modo de comentario: Subida del Monte Carmelo, Noche oscura (comentario al poema homónimo), Cántico espiritual (comentario al poema) y Llama de amor viva (comentario al poema). En ellos expone lo esencial de su doctrina mística.
Esta explicación en prosa fue necesaria, ya que sus poemas se inspiran formalmente en tópicos y motivos de la poesía amorosa profana (tanto tradicional como culta renacentista). Es imprescindible conocer la clave simbólica de sus poemas (el amado es Cristo, la amada es el alma, etc.) para entender su profundo sentido religioso y su experiencia mística.
La Novela en el Renacimiento: Tradición y Renovación
Durante el Renacimiento español, los géneros narrativos heredados del Prerrenacimiento y la Edad Media continúan su desarrollo y gozan de popularidad. Entre ellos destacan:
- Novelas de caballerías
- Novela pastoril
- Novela morisca
- Novela sentimental
Sin embargo, junto a esta continuidad, surgen obras que revolucionan el panorama narrativo y sientan las bases de la novela moderna:
- La Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (anónima, 1554)
- El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes, 1605 y 1615)
- Las Novelas ejemplares (Miguel de Cervantes, 1613)
En otro ámbito, se produce un gran número de obras en prosa de temática ascética y mística. Destacan importantes escritores como Fray Luis de Granada (Guía de pecadores, Introducción del Símbolo de la Fe) y Santa Teresa de Jesús (Ávila, 1515-1582). Esta última utiliza un lenguaje aparentemente sencillo y campechano, propio de su Ávila natal, pero que alcanza un estilo de gran profundidad espiritual y fervoroso ardor. Sus obras más importantes son el Libro de su vida (autobiografía espiritual), Camino de perfección y Las Moradas o Castillo interior, donde describe el itinerario del alma en su búsqueda de Dios.
La vida de Lazarillo de Tormes: Origen de la Novela Picaresca
La Vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades es una novela española anónima, escrita en primera persona y con estilo epistolar, cuya primera edición conocida data de 1554 (publicada simultáneamente en Burgos, Alcalá de Henares, Amberes y Medina del Campo). Cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de Tormes, desde su nacimiento y mísera infancia hasta su relativo “asentamiento” en la vida adulta, ya casado.
Es considerada la obra fundacional de la novela picaresca en España y Europa, por presentar rasgos característicos que definirán el género:
- Realismo en la descripción de ambientes y personajes.
- Narración en primera persona (autobiografía ficticia).
- Estructura itinerante: el protagonista sirve a varios amos.
- Origen humilde y afán de ascenso social del protagonista.
- Visión satírica y crítica de la sociedad.
- Ideología moralizante y pesimista.
Se trata de una novela de autoformación (Bildungsroman) con una estructura compleja, presentada como una larga carta que el protagonista adulto dirige a una figura de autoridad referida como ‘Vuestra Merced’, para explicar un “caso” del que se le ha pedido información. Esta obra dará lugar a un subgénero literario específico, la novela picaresca, de carácter predominantemente realista y con una fuerte carga moral y social.
Argumento y Estructura
La novela está dividida en un prólogo y siete tratados de extensión desigual. Cuenta la historia de Lázaro, un niño de origen muy humilde (hijo de un molinero ladrón y una mujer que acaba amancebada con un hombre de color). Un día, su madre lo pone al servicio de un ciego astuto y cruel. Después del ciego, Lázaro servirá a otros amos, entre los que destacan el clérigo avaro de Maqueda y el hidalgo pobre y obsesionado por la honra de Toledo. Las penalidades y el trato que recibe de ellos harán que Lázaro desarrolle un agudo instinto de supervivencia y una visión desencantada del mundo. Pasará por otros amos (un fraile de la Merced, un buldero, un capellán) y finalmente conseguirá el cargo de pregonero en Toledo, gracias al arcipreste de San Salvador, con cuya criada logrará casarse. A pesar de las adversidades y la dudosa moralidad de su situación final (se rumorea que su mujer es amante del arcipreste), Lázaro afirma haber alcanzado la “cumbre de toda buena fortuna”.
Principales Rasgos del Lazarillo de Tormes
- Estructura de falsa autobiografía: Novela narrada en primera persona por el propio Lázaro, quien cuenta su vida desde una perspectiva adulta, con un tono que a menudo combina la amargura con el humor.
- Protagonista pícaro: Lázaro es un antihéroe, de bajo rango social. Su aspiración es sobrevivir y mejorar su condición social, para lo cual recurre a su astucia, el engaño y la adaptación a las circunstancias.
- Determinismo social: Aunque Lázaro intenta mejorar su condición social y aprender de sus experiencias, parece condenado por su origen y las circunstancias a una vida de servidumbre y moralidad ambigua.
- Ideología moralizante y pesimista: La obra, narrada desde una perspectiva final de aparente conformidad pero profundo desengaño, se presenta como un ejemplo de las dificultades de la vida y la corrupción de la sociedad. Critica diversos estamentos sociales, especialmente el clero y la nobleza ociosa.
- Intención satírica y estructura itinerante: A través de los diversos amos y los lugares por los que pasa Lázaro, se ofrece una visión crítica y satírica de la sociedad española del siglo XVI.
- Realismo crudo: Describe con detalle aspectos desagradables de la realidad (hambre, miseria, hipocresía), que se presentan a menudo con un tono de burla, ironía o desengaño.
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha: Culminación de la Narrativa Renacentista y Moderna
Novela escrita por Miguel de Cervantes Saavedra. Su primera parte, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, fue publicada en 1605, y la segunda parte, Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, en 1615. Es considerada la obra cumbre de la literatura española y una de las más importantes de la literatura universal. Marcó un antes y un después en la historia de la novela.
Fue la primera obra que, partiendo de la tradición de los libros de caballerías, la desmitificó y superó mediante un tratamiento burlesco, irónico y profundamente humano. Se puede clasificar como la primera novela moderna por su complejidad estructural, la evolución psicológica de sus personajes, la polifonía de voces y perspectivas, y su reflexividad sobre el propio acto de escribir y leer ficción. Ejerció un influjo decisivo en toda la narrativa europea posterior. Se cree que una posible inspiración para la obra fue El entremés de los romances, cuyo argumento ridiculiza a un labrador que enloquece por leer y creerse los héroes de los romances.
Argumento
Primera Parte (1605)
La novela comienza presentando a Alonso Quijano, un hidalgo pobre de la Mancha que, de tanto leer libros de caballerías, pierde el juicio y decide convertirse él mismo en caballero andante, bajo el nombre de don Quijote de la Mancha. Su propósito es restaurar la justicia en el mundo, ayudar a los desfavorecidos y alcanzar la fama inmortal. Se inventa una dama de quien estar enamorado, Dulcinea del Toboso (que en realidad es una labradora de su pueblo llamada Aldonza Lorenzo). En su primera salida, le suceden diversas aventuras cómicas y desventuradas. Tras ser apaleado, un vecino lo devuelve a su aldea.
En su segunda salida, contrata a un labrador simple y bonachón, Sancho Panza, como su escudero, a quien le promete el gobierno de una ínsula. Juntos vivirán una serie de famosas aventuras (los molinos de viento, los rebaños de ovejas, etc.) en las que Don Quijote, guiado por su idealismo trastornado, interpreta la realidad según los códigos caballerescos, lo que suele acarrearle palizas y desengaños, mientras Sancho aporta una visión más pragmática y popular. Finalmente, el cura y el barbero de su pueblo, con la ayuda de otros personajes, consiguen engañarlo y lo devuelven a casa encerrado en una jaula. A lo largo de esta primera parte, los dos protagonistas, Don Quijote y Sancho, van revelando y matizando sus personalidades a través de sus memorables diálogos. Uno de los grandes logros de Cervantes es la creación de un narrador complejo; utiliza el recurso literario de atribuir la autoría original a un historiador arábigo, Cide Hamete Benengeli, explicando que él encontró el manuscrito y lo hizo traducir al castellano. Otro logro fue incluir, de forma intercalada en la trama principal, diversos modelos de narraciones cortas (novelas pastoriles, sentimentales, moriscas), mostrando su dominio de casi todos los géneros narrativos de su época.
Segunda Parte (1615)
La segunda parte comienza con Don Quijote y Sancho planeando una tercera salida. Un elemento crucial es que ahora los protagonistas son conscientes de que sus aventuras de la primera parte han sido publicadas y son famosas. Esto afecta a cómo son recibidos y cómo se desarrollan los acontecimientos. Unos duques, conocedores de sus andanzas por el libro, los acogen en su palacio con la intención de burlarse de ellos, llegando a conceder a Sancho el gobierno de la prometida “ínsula Barataria”. Sancho, sorprendentemente, demuestra cierta sabiduría en su gobierno, pero acaba renunciando al cargo por las dificultades y las burlas que experimenta. El final de las aventuras de Don Quijote llega con su derrota en la playa de Barcelona ante el Caballero de la Blanca Luna (en realidad, su vecino, el bachiller Sansón Carrasco, disfrazado). Este le impone como penitencia regresar a su pueblo y abandonar las armas durante un año. Al llegar a su aldea, Don Quijote cae enfermo, recupera la cordura, reniega de los libros de caballerías, hace testamento y muere cristianamente. La novela fue recibida en su tiempo principalmente como un libro de entretenimiento y una parodia de los libros de caballerías, intención que el propio autor manifestó en varias ocasiones.
Innovaciones Narrativas
El Quijote supone un avance trascendental en el arte de narrar:
- Complejidad de los personajes: Don Quijote y Sancho Panza son personajes redondos, que evolucionan a lo largo de la obra (la “quijotización” de Sancho y la “sanchificación” de Don Quijote).
- Perspectivismo: La realidad se presenta desde múltiples puntos de vista (el de Don Quijote, el de Sancho, el de otros personajes, el del narrador, el de Cide Hamete).
- Metaliteratura: La novela reflexiona sobre sí misma, sobre el proceso de creación literaria y sobre la relación entre ficción y realidad. En la segunda parte, los personajes han leído la primera y comentan sobre ella, e incluso sobre una continuación apócrifa (el “Quijote de Avellaneda”).
- Polifonía: Se mezclan diversos niveles de lenguaje y estilos (culto, popular, arcaizante, etc.).
- Humor y trascendencia: La obra combina magistralmente lo cómico con lo serio, la burla con la compasión, ofreciendo una profunda reflexión sobre la condición humana, los ideales y la locura.
La primera parte constituye una ficción de segundo grado (los personajes influyen en los hechos y son conscientes de su papel en una historia). En esta primera parte, los episodios están a veces más laxamente entrelazados. La segunda parte presenta una complejidad narrativa y una cohesión estructural mucho mayores; se trata de una ficción de tercer grado (los personajes son conscientes de ser personajes literarios cuyas aventuras ya han sido leídas). La novela interpreta la realidad desde varios puntos de vista superpuestos, ofreciendo una visión rica, ambigua y profundamente moderna del mundo.
El Teatro Renacentista en España: Entre Tradición y Nuevos Caminos
El teatro español de principios del siglo XVI continúa, en gran medida, las tendencias y formas dramáticas de finales de la Edad Media y el Prerrenacimiento.
Teatro Culto y Religioso
La aportación de los llamados autores humanistas (a menudo vinculados a las universidades) consiste principalmente en adaptaciones de tragedias y comedias clásicas grecolatinas (Plauto, Terencio, Séneca). Estas obras estaban destinadas a un público minoritario y culto, por lo que su impacto social fue reducido. Destacan figuras como Juan del Encina (en su etapa más clasicista) o Hernán Pérez de Oliva.
El teatro de temática religiosa sigue siendo importante, con representaciones de autos sacramentales, misterios y escenas bíblicas como la Pasión de Cristo, la adoración de los Reyes Magos, vidas de santos, etc., a menudo vinculadas a festividades litúrgicas.
Teatro Profano y Popular: Lope de Rueda
En el ámbito del teatro profano y con vocación más popular, destaca la figura de Lope de Rueda (c. 1510-1565). Actor, autor y director de su propia compañía, fue un pionero del teatro comercial en España. Su producción dramática abarca los géneros de la comedia (Eufemia, Armelina, Los engañados, Medora) y, sobre todo, el teatro breve. Sus obras más conocidas y originales son los pasos, pequeñas piezas en prosa de carácter cómico, costumbrista y realista, como Las aceitunas, La tierra de Jauja o El convidado. Estos pasos se representaban habitualmente como entremeses, es decir, entre los actos de obras mayores, o de forma independiente.
En los pasos de Lope de Rueda, la figura del ‘bobo‘ o ‘simple’ (personaje ingenuo y gracioso) anticipa la del ‘gracioso‘ que será fundamental en la comedia barroca de Lope de Vega. Se trata de un género de carácter marcadamente popular porque busca conectar con un público amplio mediante el uso de un lenguaje coloquial, situaciones cotidianas y elementos folclóricos, con los que el espectador se puede identificar. Esto se relaciona con el concepto de ‘decoro‘ dramático: la adecuación del lenguaje y el comportamiento al tipo de personaje y a la situación representada.
El origen del entremés como género breve y cómico independiente, que tanto éxito tendría en el Barroco con autores como Cervantes o Quiñones de Benavente, se encuentra en estos pasos de Lope de Rueda.
Hacia el Teatro Barroco
En la segunda mitad del siglo XVI, se escriben también algunas tragedias que intentan seguir el modelo clásico (aristotélico y senequista), como las de Jerónimo Bermúdez (Nise lastimosa, Nise laureada) o Cristóbal de Virués. Sin embargo, ningún autor de esta corriente logrará un éxito popular duradero. Estas tentativas clasicistas fracasarán ante el arrollador triunfo del nuevo modelo de comedia nacional creado por Lope de Vega a finales del siglo XVI y principios del XVII, que dará lugar al esplendor del teatro barroco español.
La Lírica Barroca: Intensificación y Contraste en la Poesía Española
En España, el Barroco (aproximadamente el siglo XVII) representa, en el ámbito literario, tanto un apogeo y una culminación de las tendencias del Renacimiento como una reacción y superación de sus ideales de equilibrio y serenidad. Se continúan usando los géneros (soneto, canción, romance, etc.) y las formas poéticas heredadas del siglo XVI.
Con el Barroco, la literatura, y en particular la poesía, perdió la serena armonía característica del Renacimiento, haciéndose más artificiosa, ornamental, compleja y marcada por los contrastes violentos. Se busca impresionar o conmover al lector mediante la acumulación de recursos retóricos, la agudeza del ingenio y la expresión de una visión del mundo a menudo desencantada y pesimista, aunque también capaz de alcanzar cotas de gran belleza formal o de profunda reflexión moral y existencial. Por otra parte, los subgéneros poéticos tienden a mezclarse e hibridarse.
Principales Autores y Tendencias
Tradicionalmente, los críticos han distinguido, a grandes rasgos, entre una vertiente más “popular” o accesible de la literatura barroca, representada por figuras como Lope de Vega, y una poesía más culta, elaborada y a veces hermética, encarnada por maestros como Luis de Góngora y Francisco de Quevedo. Sin embargo, esta distinción es a menudo simplificadora, ya que todos ellos cultivaron diversos registros.
- Luis de Góngora y Argote (1561-1627): Máximo exponente del culteranismo. Es autor de obras cumbre de la poesía lírica española como la Fábula de Polifemo y Galatea y las Soledades, además de numerosos sonetos y letrillas de gran perfección formal.
- Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645): Principal representante del conceptismo. Su vasta obra poética abarca desde poemas metafísicos, morales y religiosos de gran hondura (“Miré los muros de la patria mía”) hasta feroces sátiras, poemas burlescos (como su conocido soneto “A una nariz” o el poema Gracias y desgracias del ojo del culo) y amorosos (“Amor constante más allá de la muerte”).
- Lope de Vega Carpio (1562-1635): Conocido como el “Fénix de los Ingenios”, fue un autor prolífico en todos los géneros. En poesía, es maestro tanto del romance de inspiración popular y tradicional como de la poesía culta de influencia petrarquista (Rimas, Rimas sacras, Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé de Burguillos).
Conceptismo vs. Culteranismo
Se ha intentado tradicionalmente contraponer dos estilos o tendencias principales dentro de la lírica barroca, aunque en la práctica muchos poetas participaron de ambos:
- Conceptismo: Asociado principalmente a Quevedo y a Baltasar Gracián (en prosa). Busca la concisión expresiva y la densidad de significado. Se basa en la agudeza, el ingenio, la asociación sorprendente de ideas o conceptos, el juego de palabras, la polisemia, la antítesis y la paradoja. Se dirige más a la inteligencia que a los sentidos, buscando la “agudeza y arte de ingenio”.
- Culteranismo (o gongorismo): Asociado a Góngora, especialmente en su etapa de madurez. Busca la belleza formal y la creación de un universo poético sensorial y deslumbrante. Se caracteriza por el uso de un vocabulario selecto y sonoro, lleno de cultismos léxicos (palabras tomadas directamente del latín o el griego) y sintácticos (hipérbaton extremo), neologismos, y una profusión de metáforas audaces y complejas, alusiones mitológicas y perífrasis. Esto puede llevar a una cierta “oscuridad” o dificultad de comprensión para el lector no iniciado, lo que fue objeto de debate y polémica en su tiempo.
La etapa culterana de Góngora se manifiesta plenamente en sus dos poemas mayores:
- Las Soledades (c. 1613): Poema ambicioso en silvas, que quedó incompleto (solo se escribieron la Soledad Primera y parte de la Segunda). Pretendía ser una alegoría de las cuatro edades o etapas de la vida humana, a través del peregrinaje de un joven náufrago por una naturaleza idealizada y estilizada.
- La Fábula de Polifemo y Galatea (c. 1612): Poema narrativo en octavas reales. Recrea, con un lenguaje de extraordinaria riqueza y sensualidad, un episodio mitológico extraído de Las Metamorfosis de Ovidio: los amores no correspondidos del cíclope Polifemo por la ninfa Galatea, y la trágica historia de Acis, amado de Galatea.
La Narrativa Barroca: Consolidación de la Picaresca y Diversificación de Formas
Durante el Barroco, se mantienen y desarrollan algunos de los géneros novelísticos propios del Renacimiento. Autores como Lope de Vega (con sus Novelas a Marcia Leonarda) y, de manera fundamental, Miguel de Cervantes, realizan la transición entre la prosa renacentista y la barroca. Las obras de Cervantes, especialmente El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605 y 1615) y las Novelas ejemplares (1613), son pilares que influirán profundamente en la narrativa posterior, tanto por su innovación formal como por su riqueza temática y humana.
Auge de la Novela Picaresca
La vida de Lazarillo de Tormes (1554), publicada en pleno Renacimiento, había sentado las bases de la novela picaresca. Este género alcanzará su pleno desarrollo y consolidación en el Barroco. Se considera a Mateo Alemán como el verdadero artífice y consolidador del género con su extensa novela Vida del pícaro Guzmán de Alfarache (Primera parte, 1599; Segunda parte, 1604). Esta obra, conocida como la “atalaya de la vida humana”, estableció el canon del género picaresco (protagonista de baja extracción que narra su vida al servicio de varios amos, visión crítica de la sociedad, intención moralizante) y alcanzó un enorme éxito editorial en toda Europa.
El Buscón de Quevedo
Francisco de Quevedo es autor de la que se considera una de las cumbres de la picaresca por su virtuosismo estilístico y su cruda sátira: Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños (conocida comúnmente como El Buscón). Aunque escrita probablemente entre 1603 y 1608, no fue publicada hasta 1626. La obra, dividida en tres libros, narra la vida de Pablos de Segovia, un personaje de origen infame que intenta por todos los medios (trucos, engaños, apariencia de nobleza) ascender de clase social y medrar, pero fracasa estrepitosamente en todos sus intentos, sufriendo humillaciones y castigos.
Quevedo buscó en El Buscón un intenso efecto de comicidad grotesca a través de la sátira feroz y la caricatura esperpéntica de personajes y situaciones. A diferencia del Guzmán de Alfarache, en El Buscón apenas hay digresiones moralizadoras explícitas por parte del narrador-protagonista, salvo la amarga moraleja que cierra la obra: “porque nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres”. La novela pretende demostrar la imposibilidad del ascenso social para quienes no pertenecen a la nobleza por nacimiento, reflejando una perspectiva profundamente clasista y determinista. Para transmitir esta idea, Quevedo exagera los rasgos negativos de los personajes y de la sociedad, utilizando un estilo brillante y corrosivo, lleno de juegos de ingenio conceptistas y un extraordinario dominio del lenguaje en sus registros más variados, desde el más culto al más vulgar.
Otras Variantes de la Narrativa Picaresca y Costumbrista
El género picaresco, tras el éxito del Guzmán y El Buscón, irá incorporando otras novedades y variantes a lo largo del siglo XVII:
- Picaresca femenina: La protagonista es una mujer, como en la obra de Francisco López de Úbeda, Libro de entretenimiento de la pícara Justina (1605), o en La hija de Celestina (1612) de Alonso Jerónimo de Salas Barbadillo.
- Sátira social desde una perspectiva fantástica: El protagonista no es estrictamente un pícaro, sino un observador satírico de la sociedad, a menudo con elementos fantásticos o alegóricos, como en El diablo cojuelo (1641) de Luis Vélez de Guevara, donde un diablillo muestra a un estudiante los interiores de las casas de Madrid y sus miserias.
- Hibridación con elementos autobiográficos y costumbristas: Se produce una mayor mezcla de realidad y ficción, a veces con elementos autobiográficos más evidentes o un tono más ligero y humorístico, como en Vida y hechos de Estebanillo González, hombre de buen humor, compuesto por él mismo (1646), considerada una de las últimas manifestaciones importantes del género.
Además de la picaresca, en el Barroco se cultivan otras formas narrativas como la novela corta de tipo italiano (influida por Cervantes), la novela bizantina, la pastoril (aunque ya en decadencia) y la prosa satírica y costumbrista.