Autores de la Generación del 98
José Martínez Ruiz, Azorín
José Martínez Ruiz, Azorín, fue un ensayista y narrador alicantino, responsable de la denominación de la Generación del 98 como grupo de intelectuales con preocupaciones comunes. Su evolución ideológica varió desde el marxismo y el anticlericalismo hasta el conservadurismo y catolicismo de su madurez.
Características
Al igual que otros autores de la Generación del 98, Azorín plasmó en sus textos los temas que fueron objeto de sus preocupaciones filosóficas y políticas, entre los que destacan:
- La necesidad de regeneración de España a partir de valores espirituales y nacionales compartidos, que habría que rescatar del pasado histórico y cultural. A menudo reflexionó sobre personajes clásicos de la literatura española.
- La preocupación por el paso del tiempo, que lo llevó a intentar aportar un atisbo de sensación de eternidad mediante paisajes o conductas que parecen inalterables.
- El enfrentamiento entre la voluntad y la abulia, que paraliza la acción.
- La contemplación del paisaje castellano como representación de la esencia espiritual del país.
Como ocurre con otros autores de esta generación, el protagonista de su relato suele contener elementos autobiográficos y es un individuo que analiza su experiencia vital y detalla sus preocupaciones acerca del sentido de la existencia.
Los demás personajes aparecen para contrastar o modificar las vivencias espirituales del protagonista. En su estilo son muy habituales las descripciones minuciosas y evocadoras, construidas con pinceladas escuetas y un lenguaje claro y sencillo. Sus narraciones tienen un argumento escaso, porque se construyen a partir de una serie de estampas unidas por el análisis de las emociones del protagonista.
Obra
Azorín cultivó una interesante obra narrativa, tanto en novela como en ensayo:
Novela
Antonio Azorín, de donde surge su seudónimo, es el protagonista de sus novelas más destacadas:
- La voluntad (1902): Su protagonista, Antonio Azorín, contempla cómo el paso del tiempo conduce la vida hacia la nada. La experiencia a la que Azorín somete a su personaje paraliza su voluntad a la hora de encontrar el sentido de la vida. Cualquier esfuerzo se demuestra inútil y todo lo que ocurre parece repetirse continuamente.
- Antonio Azorín (1903): Aparecen personajes distintos que confluyen en su visión del mundo. Así, Verdú asume que no es posible encontrar consuelo en las creencias tradicionales, mientras que Sarrió es un alma sin complejidades, entregada al goce de la vida.
Ensayo
José Martínez Ruiz trató diferentes contenidos en su extensa obra ensayística, de la que destacan, por manifestar de forma clara su pensamiento:
- El alma castellana (1900): Muestra una posición escéptica y una actitud contemplativa ante la realidad. En este texto ahonda en la búsqueda de lo que Azorín consideraba el alma española, a través del paisaje castellano y algunos hechos de la historia.
- La ruta de Don Quijote (1905): Fruto de un recorrido por varios pueblos manchegos, en estas crónicas periodísticas Azorín reflexiona, entre otros asuntos, sobre cómo el carácter español, que consideraba austero, impetuoso y heroico, está determinado por la historia y el paisaje. En este paisaje encuentra una sensación de intemporalidad que libera de la angustia por la fugacidad de la existencia.
Miguel de Unamuno
Tanto los ensayos como las novelas de este profesor y escritor, uno de los intelectuales más prestigiosos de su época, recogen sus preocupaciones acerca del problema de España, el paso del tiempo y el sentido de la existencia. Aunque simpatizaba con el marxismo y fue militante socialista, siguió un rumbo existencialista tras una honda crisis espiritual.
Características
Los temas de sus novelas están ligados a las preocupaciones políticas y filosóficas que marcaron a toda la Generación del 98:
- La decadencia de España: En este aspecto es vista como un problema de falta de valores espirituales, que el autor consideraba necesarios para la regeneración del país.
- El tiempo y la muerte: Para Unamuno, la unión de ambos temas confluyó en lo que llamó el sentimiento trágico de la vida, es decir, la angustia que produce la reflexión sobre el paso del tiempo y la amenaza de la muerte como final del alma.
- La vida como agonía: El autor se refería a la sensación producida por la imposibilidad de hallar la paz interior y de dar un sentido a la existencia.
Obra
La obra narrativa de Unamuno destacó tanto en ensayo como en sus peculiares nivolas:
Nivola
Unamuno llama nivolas a sus relatos para distinguirlos de la novela realista. Su estilo destaca por la escasez de descripciones espaciales y temporales, y por la importancia de los diálogos como reflejo de la psicología de los protagonistas. Sus nivolas tienen personajes agonistas que sufren por la incertidumbre entre la existencia de Dios y la muerte como fin de todo. En su obra nivolística destacan Amor y pedagogía, Abel Sánchez y La tía Tula. Además de las siguientes:
- Niebla (1914): Augusto Pérez, su protagonista, es consciente de ser un personaje de ficción e intenta encontrar un sentido a su vida. Su creador, el narrador-escritor, le avisa de que va a morir y él siente la presión de la existencia y del destino inevitable.
- San Manuel Bueno, mártir (1930): La protagoniza un sacerdote rural que ha perdido la fe, pero sigue ejerciendo para mantener el bienestar espiritual de su pueblo.
Ensayo
En su importante obra ensayística destacan títulos como:
- En torno al casticismo (1895): Explora el concepto de intrahistoria (la vida tradicional que sirve de fondo a la historia cambiante y visible) y afirma que existe un espíritu nacional (simbolizado por Castilla) que fue germen de grandeza en el pasado, a pesar de sus defectos y su individualismo. Considera que los intelectuales deben actualizar esta tradición para que sirva como semilla de regeneración.
- Del sentimiento trágico de la vida (1913): Analiza la pugna entre la conciencia de la existencia y el temor de la muerte y el vacío, de donde se pueden generar valores para dar autenticidad a la vida.