La Poesía Española de Posguerra: Tendencias y Autores Clave (1940-1970)
La poesía española de la primera posguerra estuvo fuertemente condicionada por la situación histórica del país. Durante este periodo, emergieron tres tendencias principales que marcaron el panorama lírico:
1. La Poesía hasta los Años 50: Primeras Corrientes de Posguerra
1.1. La Poesía Arraigada
Esta corriente fue cultivada por un grupo de poetas en los años 40, quienes priorizaban la perfección del verso y la expresión de la belleza sobre la cruda realidad de la posguerra. En su búsqueda de respuestas, estos poetas a menudo desarrollaron una poesía espiritualista, dirigiendo sus quejas y preguntas a Dios. La actividad lírica de esta época se centró fundamentalmente en la colaboración en revistas literarias como:
- Escorial (1940)
- Garcilaso (fundada en 1943 por José García Nieto), que agrupó a los poetas más cercanos al régimen oficial. Estos autores cultivaron una lírica de corte clásico, ofreciendo una visión optimista del hombre y el mundo. Entre ellos destacan: Luis Rosales, Leopoldo Panero y Luis Felipe Vivanco.
1.2. La Poesía Desarraigada
Surgió como una reacción a la poesía “arraigada”. Un hito fundamental fue la publicación de Hijos de la Ira de Dámaso Alonso. La publicación más duradera de esta tendencia fue la revista Espadaña, bajo la dirección de Antonio González de Lama y los poetas Victoriano Crémer y Eugenio de Nora. En sus páginas, los poetas contrarios al régimen aportaron una visión desarraigada de un mundo conflictivo e imperfecto, elevando su voz para expresar sus inquietudes y circunstancias vitales.
1.3. Poesía Espiritual y Poesía Social
La primera poesía de posguerra se caracterizó por un tono individualista. Los poetas alzaban sus ojos a Dios para pedirle explicaciones sobre lo que observaban a su alrededor. Sin embargo, esta tendencia inicial se fue modificando, y a finales de los años cuarenta surgió en España una poesía denominada social, en la que se observa una evolución del “yo” al “nosotros“.
Los dos autores más representativos de este momento son:
- Gabriel Celaya (Cantos Íberos)
- Blas de Otero: Considerado uno de los mejores poetas de la posguerra.
- Primera etapa: Ángel fieramente humano, poesía de tono existencial donde busca a Dios.
- Segunda etapa: Pido la paz y la palabra, poesía social donde se dirige a los otros para expresar sus deseos de paz, libertad y justicia.
La poesía social evitaba los problemas íntimos e individuales para centrarse en lo colectivo. Se rechazaba el esteticismo y la poesía pura: el poeta debía dejar de lado sus problemas personales y comprometerse, tomando partido ante la situación del momento.
1.4. Otros Poetas Relevantes de la Primera Posguerra
Otros poetas importantes que iniciaron su andadura en estos años fueron:
- León Felipe: Aunque de una generación anterior, es una de las voces más auténticas de la poesía española del exilio, mostrando su drama personal y el de España (Español del éxodo y del llanto).
- Juan Gil-Albert: Regresó a España tras el exilio en 1947. Su obra no fue reconocida hasta los años 70. Su poesía posee un gran valor ético y humano. En sus primeras obras, sus versos se cargan de un marcado compromiso (Candente horror (1936)).
- Por estas fechas, también comenzó a escribir José Hierro, uno de los poetas más personales y reconocidos de la segunda mitad del siglo XX.
1.5. El Grupo «Cántico» y el Postismo
En la posguerra también hubo espacio para la poesía pura, representada por un grupo de poetas cordobeses que fundaron en 1947 la revista Cántico. Su nombre procede de la obra del poeta puro por excelencia en nuestra poesía, Jorge Guillén. También se hallaban muy influidos por el intimismo y el refinamiento de Luis Cernuda. Pablo García Baena es el principal representante del grupo «Cántico». El amor es el tema fundamental de su obra (habitualmente, amores prohibidos). El grupo «Cántico» se componía de otros autores cordobeses como Juan Bernier y Ricardo Molina.
El Postismo
La revista Postismo dio nombre al último de todos los «ismos», que se autodefinió como el surrealismo ibérico. El gaditano Carlos Edmundo de Ory fue su fundador, y en él participaron también Eduardo Chicharro y Silvano Sernesi. Este movimiento reivindicaba la libertad creativa y el sentido lúdico del arte. Debido a problemas con la censura, la revista Postismo solo publicó un número.
2. La Generación de los 50: La Poesía de los Años 50 a los 70
A mediados del siglo XX, irrumpió en el panorama literario un nuevo grupo de poetas que se apartó de la poesía social. La crítica los ha denominado “Generación de los 50” o “Segunda Generación de Posguerra”. La poesía de estos autores volvió a preocuparse por el Hombre; se trata de una poesía inconformista y escéptica que se centra en lo cotidiano y recupera el intimismo. En estos poetas, se observa una clara preocupación por la estética.
Nos referimos a poetas como:
- Ángel González: Es uno de los poetas de su generación con mayor espíritu crítico y social, aunque muy ligado a su “yo” en algunos momentos (Áspero mundo).
- Francisco Brines: Utiliza el lenguaje cotidiano de forma elaborada y artística. Sus temas más importantes son el amor y el fluir inevitable del tiempo. Reúne su obra en Ensayo de una despedida: Poesía completa (1960-1997).
- Jaime Gil de Biedma: Su actitud irónica y sarcástica, fruto de una visión desencantada y crítica del mundo, es su principal característica (Compañeros de viaje, Poemas póstumos).
- Claudio Rodríguez: Poeta que ahonda en la visión y emoción del paisaje, así como en el amor, la vida, la solidaridad y el hombre en sí mismo.
Otros poetas dignos de mencionar son José Agustín Goytisolo, José Ángel Valente y Antonio Gamoneda. Es importante destacar la relevancia que adquirió la poesía escrita por mujeres en este periodo, con figuras como Carmen Conde, Concha Zardoya, Gloria Fuertes y Clara Janés.