El Romanticismo: Pensamiento y Cultura en la Primera Mitad del Siglo XIX
El Romanticismo fue un complejo movimiento cultural que se desarrolló en Europa durante la primera mitad del siglo XIX, marcando una revolución estética e ideológica. Iniciado en Alemania e Inglaterra a finales del siglo XVIII, los románticos protestaron contra los valores impuestos y los problemas político-sociales de la época, haciendo de la libertad su principal estandarte.
Características del Romanticismo:
- Individualismo: El artista expresaba sus emociones con un egocentrismo exacerbado, sintiéndose el centro del mundo y el intermediario entre el arte y la sociedad.
- Culto a la libertad: Se proclamaba el derecho a la libre expresión y la libertad individual frente a las normas sociales. Sin embargo, esta liberación a menudo conllevaba un profundo sentimiento de vacío y soledad, generando desasosiego interior, pesimismo e insatisfacción continua, fenómeno conocido como el “mal del siglo”.
- Rebeldía y contradicciones: El romántico buscaba una felicidad inalcanzable, chocando inevitablemente con la realidad. Esto impulsaba la huida hacia el pasado legendario, países exóticos o la introspección.
- Nacionalismo: En contraposición al universalismo de la Ilustración, el romántico defendía el nacionalismo político, ensalzando las costumbres y valores tradicionales de cada país o región.
Hacia 1850, el Romanticismo concluyó en la mayoría de los países europeos. Tras diversas reacciones contra su concepción del mundo, surgieron nuevos movimientos como el Realismo y el Naturalismo. En España, el Romanticismo fue un fenómeno tardío, apareciendo en la década de 1830. Se introdujo a través del periodismo, el regreso de exiliados liberales tras la muerte de Fernando VII y el estreno de la obra Don Álvaro o la fuerza del sino del Duque de Rivas en 1835.
La Literatura Romántica
Para el romántico, la literatura era una herramienta para transformar la sociedad, plasmando sus ideales y sentimientos personales. Los temas más relevantes incluyeron:
- El pasado histórico nacional o regional: La inspiración se buscaba en la Edad Media, el mundo árabe o en figuras literarias como Don Juan o Don Quijote, propiciando un auge de la novela histórica, los romances y las leyendas.
- Los sentimientos frente a la razón: Se exploraban la melancolía, el anhelo de una felicidad imposible, la fuerza del destino, el individualismo, la rebeldía y, especialmente, el amor, que trascendía fronteras y convenciones sociales, aunque a veces desembocara en desengaño.
- La exaltación del yo y el culto a la libertad: El artista se erigía como héroe, sintiéndose superior al mundo, aislándose y buscando una soledad egocéntrica.
- Los conflictos sociales: El romántico reflejaba las desigualdades, la conciencia nacionalista y las teorías del humanitarismo social, presentando personajes marginados pero libres, como bandoleros, mendigos o víctimas de una sociedad clasista y opresora.
Estética Romántica:
Los autores románticos buscaron una renovación artística basada en el rechazo de las reglas clásicas y la exaltación de la imaginación. Se priorizaba la inspiración y el genio individual, rechazando modelos preestablecidos. El Romanticismo mezcló tonos y estilos, lo trágico y lo cómico, lo solemne y lo popular. Otros elementos renovadores incluyeron:
- Naturaleza como confidente: La naturaleza se convirtió en un reflejo del estado de ánimo del héroe, presentándose salvaje, turbulenta y pesimista, con escenarios como el mar bravío, ruinas, tormentas, cementerios, la noche y ciudades con callejuelas, mesones o catedrales.
- Fantasía: La literatura romántica rompió los límites de la realidad, incorporando misterio y elementos sobrenaturales como personajes de origen desconocido, situaciones límite, milagros, pesadillas y alucinaciones.
- Dramatismo: Una estética basada en la intensidad emocional, con un lenguaje efectista y exagerado, profusión de adjetivos, palabras esdrújulas, signos de interrogación y exclamación, antítesis violentas, comparaciones y metáforas.
La Poesía Romántica
La poesía fue el género más idóneo para expresar la actitud romántica, distinguiéndose dos vertientes:
- Poesía épica o narrativa: De tono heroico, se inspiraba en la tradición, la historia o la leyenda, rehabilitando el romance.
- Poesía lírica: Expresión emblemática del Romanticismo, donde confluían los conflictos interiores del poeta.
Destacaron José de Espronceda, con poemas narrativos como El estudiante de Salamanca o El diablo mundo, y líricos como La canción del pirata; Gustavo Adolfo Bécquer, cuyas Rimas exploran la poesía y el ser humano a través del amor en sus diversas facetas, caracterizadas por el intimismo, la brevedad y la sencillez; y Rosalía de Castro, quien armonizó la subjetividad lírica y dolorida con la contemplación de la naturaleza y la vida gallega, destacando en castellano En las orillas del Sar.
La Prosa Romántica
En la prosa romántica sobresalieron tres géneros:
- Novela histórica: Ambientada principalmente en la Edad Media.
- Cuadro de costumbres: Descripciones inmovilistas de realidades sociales típicas, de breve extensión, que recreaban temas de actualidad con amenidad y gracia, utilizando un lenguaje popular y expresivo.
- Artículo periodístico: Género nacido del uso del periódico para transmitir ideas de progreso, caracterizado por una prosa llana, directa y un tono didáctico. Destacó Mariano José de Larra, cuyo Romanticismo combativo buscaba transformar la sociedad. Su prosa, llana, clara, directa e irónica, ponía el lenguaje al servicio de una clara intención crítica, abordando artículos de costumbres, crítica política y literaria.
El Teatro Romántico
El drama romántico respondió a las características generales del movimiento en temas, personajes y ambientación. Se caracterizó por el rechazo de las reglas clásicas, la mezcla de elementos trágicos y cómicos, la combinación de prosa y verso, y el triunfo de la sorpresa sobre la verosimilitud. Se rompieron las unidades de tiempo y lugar, varió el número de actos y se emplearon elementos efectistas para intensificar el clima trágico y generar emociones en el espectador, todo ello con un lenguaje retórico y grandilocuente. Los principales autores fueron el Duque de Rivas (Don Álvaro y la fuerza del sino) y José Zorrilla (Don Juan Tenorio).
El Realismo: A Mediados del Siglo XIX
A mediados del siglo XIX, una nueva corriente cultural y literaria, el Realismo, emergió ante el agotamiento del Romanticismo. El Realismo sustituyó la exaltación de la libertad individual por el propósito de explicar y analizar la realidad social. Estuvo relacionado con los conflictos sociales entre la burguesía dominante y la clase obrera en lucha por sus derechos, así como con teorías filosóficas y sociológicas que transformaron la mentalidad y las estructuras sociales (positivismo, marxismo y evolucionismo).
El Realismo nació en Francia con autores como Balzac y Stendhal, quienes publicaron sus primeras novelas realistas hacia 1830. Poco a poco, se extendió y triunfó por toda Europa. En España, se considera que el inicio del Realismo data de 1868, con la Revolución de la Gloriosa.
La Novela Realista
La novela se consolidó como el género más adecuado para observar, representar y explicar la realidad social. Sus características principales son:
- Una postura crítica ante la sociedad, con la intención de denunciar y cambiar las miserias y problemas de la vida cotidiana.
- El desarrollo de asuntos y temas presentes en el entorno contemporáneo, especialmente de la clase media.
- La creación de atmósferas verosímiles y la descripción objetiva de ambientes que reflejen el medio en que viven los personajes.
- La descripción de personajes igualmente verosímiles, convirtiendo la novela en una representación fiel de la vida humana.
En cuanto a las técnicas y formas narrativas empleadas, destacan:
- La observación rigurosa de la realidad.
- La descripción fidedigna del medio y del carácter de los personajes.
- La narración objetiva, generalmente en tercera persona omnisciente.
- La utilización de un lenguaje y estilo austeros que, a la vez, reflejen el habla de los distintos grupos sociales.
En España, sobresalieron Juan Valera, Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas “Clarín”. Benito Pérez Galdós es considerado la figura cumbre del Realismo español, ofreciendo un testimonio monumental y crítico de la vida y los conflictos de su tiempo. Su obra narrativa se divide en:
- Episodios Nacionales: Un conjunto de 46 novelas históricas que recorren la historia de España en el siglo XIX, desde la batalla de Trafalgar hasta la Restauración, a través de hechos históricos y personajes ficticios.
- Novelas:
- Novelas de tesis (década de 1870): En ellas, Galdós combate el fanatismo y el caciquismo (ej. Doña Perfecta).
- Novelas contemporáneas (década de 1880): Incluyen grandes títulos como Fortunata y Jacinta. Son las “novelas de Madrid”, donde el autor retrata la vida de personas de diversa condición social, sus conflictos, contrastes y sentimientos.
- Novelas espirituales y simbólicas (década de 1890): Se centran en la interioridad de los personajes, los valores morales y los ideales (ej. Misericordia).
Leopoldo Alas “Clarín” defendió una literatura combativa, denunciando la corrupción política, el caciquismo y la superstición. Su obra maestra es La Regenta, cuya trama gira en torno a la caída moral de la protagonista, Ana Ozores, y la falsa moralidad de una sociedad (Vetusta, trasunto de Oviedo) carente de principios éticos.
El Naturalismo
En las últimas décadas del siglo XIX, el Realismo evolucionó hacia el Naturalismo en Francia, cuyo principal exponente fue Émile Zola. Zola concibió el Naturalismo no solo como una corriente literaria, sino como una nueva concepción del ser humano y un método para estudiar su comportamiento, aplicando a la novela las teorías científicas y filosóficas de la segunda mitad del siglo XIX (determinismo social y biológico, experimentalismo y socialismo).
El Naturalismo abordó temas como la miseria humana, la corrupción, el alcoholismo, las enfermedades mentales y hereditarias, y la marginación en todas sus formas. Los ambientes se describían con una técnica impresionista detallada, reflejando el pesimismo de los autores. Se presentaban ambientes sórdidos, tristes y negativos, recogiendo los aspectos más desagradables de la sociedad. En cuanto a las técnicas narrativas, los autores naturalistas llevaron la documentación y la observación, proclamadas por el Realismo, al extremo y con el máximo rigor.
La Novela Naturalista Española
La crítica no es unánime sobre la existencia de escritores naturalistas en España. La opinión más extendida es que, a partir de 1883, con la publicación de La cuestión palpitante por Emilia Pardo Bazán, las obras de Zola ganaron popularidad en España, influyendo en autores como Galdós, “Clarín” y la propia Pardo Bazán.
Emilia Pardo Bazán, intelectual abierta a las corrientes europeas, escribió obras como:
- La Tribuna: Considerada la primera manifestación de la tendencia naturalista en España, donde el proletariado aparece por primera vez en la novela española con sus connotaciones políticas y sociales.
- Los Pazos de Ulloa: Narra el enfrentamiento entre un cacique feudal y las nuevas clases sociales en Galicia.
- La madre naturaleza: Continuación de Los Pazos de Ulloa.
Vicente Blasco Ibáñez se adscribió al Naturalismo principalmente por su tratamiento del enfrentamiento entre clases sociales y la presión del medio sobre los personajes. Destacan sus obras La barraca y Cañas y barro.
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La información sobre estos movimientos literarios me fue proporcionada por mi compañera de trabajo Bea, cuya pareja ganó una competición de atletismo. Ella me facilitó la referencia, aunque no estoy seguro de su utilidad final, pero fue un gesto muy apreciado.
Análisis de oraciones:
- “subordinada adjetiva sustantivada de sujeto.”
- “subordinada relativa con cuyo.”
- “oración coordinada adversativa.”
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“Cogí las llaves, salí de casa. Me dirigí a la parada de bus que está a la vuelta de la esquina. Justo cuando ya me había subido, me acordé de que no había cerrado la llave del gas. Tuve que bajarme y regresar porque no me gusta que quede abierta.”
Análisis de oraciones:
- “oración yuxtapuesta.”
- “oración subordinada relativa.”
- “oración subordinada sustantiva de término.”