Generación del 27: Contexto y Definición
En una situación general de deseo de renovación, en los años veinte surge un grupo de poetas cuya extraordinaria calidad marcará hondamente toda la poesía tanto española como hispanoamericana del siglo XX. A este grupo se le llama “Generación del 27”, un término que ha sido muy debatido.
El nombre designa a un grupo de escritores nacidos en torno a 1900, que en 1927 se unieron para realizar un homenaje a Luis de Góngora en el tercer centenario de su muerte, autor al que profesaban una gran admiración. En ese mismo año aparecieron las revistas más importantes del grupo y se publicaron algunos de los libros más representativos de la nueva poesía. La mayoría de estos escritores, formados en Europa, mantuvieron una estrecha relación personal y literaria.
Etapas e Influencias Clave
Estos poetas equilibraron la novedad con la tradición. A pesar de su apariencia de generación vanguardista y revolucionaria, no vinieron a romper ninguna tradición, sino a continuarla. Se pueden señalar tres grandes etapas en su desarrollo:
1ª Etapa: La Poesía Pura
Juan Ramón Jiménez fue el maestro indiscutible y el ídolo en esta primera época. Les guio por el camino de la “poesía pura”, aquella que elimina del poema toda anécdota humana y toda emoción que no sea estrictamente artística. Su afán de pureza les llevó a desdeñar la poesía sentimental o realista.
Por eso admiraban a Góngora, que se elevaba por encima de lo real y cotidiano. Tanta es la importancia de este autor para el grupo que la fecha que da nombre a la generación es la del tricentenario de su muerte.
El gran instrumento de este arte puro es la metáfora audaz, aprendida de las vanguardias y de Góngora, y llamada así porque tenía que alejarse lo más posible de toda relación lógica entre cosa e imagen. Esta es una de las piezas básicas de esta poesía. Se habló de la deshumanización del arte, tachándolos de “herméticos” y “fríos”. Sin embargo, lo humano ya comenzaba a entrar de la mano de Lorca.
2ª Etapa: Neorromanticismo y Rehumanización (1931 en adelante)
A partir de 1931, la tendencia purista se halló en franco declive, paralelamente a la rápida politización del país. Ya no se pudo mantener la poesía alejada de la vida social y política.
Diferentes situaciones políticas contribuyeron a la desaparición de las posiciones puristas. Además, tuvo una gran influencia Pablo Neruda, quien se identificó con esa rehumanización antipurista de los poetas del 27.
Otra fuerte influencia fue el surrealismo, que aportó el tratamiento de temas como:
- El amor
- Las frustraciones
- Las inquietudes existenciales o sociales
Aunque algunos de los autores no se sentían surrealistas, acabaron contagiándose de sus técnicas. La poesía de Antonio Machado, que no había tenido mucha aceptación en la primera etapa (a la cual tachaban de demasiado sentimentalista), fue cada vez más valorada en la década de los 30.
Juan Ramón Jiménez rompió con la Generación del 27 al considerar los ataques como personales. La generación tomó partido al lado de la República al iniciarse la sublevación militar. Durante la Guerra Civil, lo épico sustituyó a lo lírico y los poetas escribieron romances.
3ª Etapa: La Dispersión y la Posguerra
La Guerra Civil acabó. Lorca murió en 1936. El grupo se dispersó y cada uno siguió su rumbo, aunque ya no abandonarían una poesía profundamente humana.
A los que partieron al exilio les tocó adaptarse a nuevas tierras y realizaron una poesía en la que se reflejó el dolor de la guerra y la añoranza de España. La poesía de los que se quedaron derivó hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales, cuya muestra más intensa es Hijos de ira de Dámaso Alonso.
Características Métricas
Aumentan las formas métricas libres, la asonancia y la pérdida de la rima, a la vez que disminuyen los metros y formas estróficas fijas.
Autores Esenciales de la Generación del 27
Los poetas más famosos o más aceptados por manuales y antologías son:
PEDRO SALINAS
Su obra literaria presenta un triple registro (poesía, prosa y teatro), además de una rica obra crítica. No participó del surrealismo y fue siempre un poeta de base intelectualista. El método utilizado será el diálogo (entre el yo lírico y el tú de las cosas), el cual caracteriza su obra y se fusiona con la vanguardia y la tradición. Sus obras destacadas son: La voz a ti debida y Razón de amor, poesía genuinamente amorosa que se entiende como una poesía de salvación existencial.
JORGE GUILLÉN
Además de su abundante producción en verso, es un excelente crítico literario. Su obra Cántico la publicó en 1928. El libro fue creciendo y reorganizándose en sucesivas ediciones hasta la definitiva de 1950. Este libro representa una treintena de años en varios países, atravesando diferentes circunstancias. Parte de la contemplación de la realidad, que es júbilo, admiración y asombro por la vida, lo que refleja con frecuentes exclamaciones.
GERARDO DIEGO
Ejerció un papel relevante en la poesía de los años veinte. Impulsó la aceptación e hispanización del creacionismo, el redescubrimiento de Góngora y la elaboración de la primera antología conjunta del grupo del 27. Su obra se divide en dos: una “poesía de creación” y una “poesía de expresión”. Y todo ello en moldes estróficos clásicos (romance, décima, soneto). Fue uno de los más brillantes sonetistas del siglo.
DÁMASO ALONSO
Su obra poética se desarrolla, casi en su totalidad, fuera del periodo cronológico de la Generación del 27. Tras su primer libro de 1921, su siguiente libro fue en 1944, año en que publica Hijos de la ira, que reúne poesía de posguerra y poesía del dolor existencial. Destaca también su labor como crítico literario y traductor.
VICENTE ALEIXANDRE
En 1933 escribió La destrucción o el amor. Su poesía presenta un tema central y obsesionante: la solidaridad amorosa del poeta, del hombre con todo lo creado. Es el poeta que cultivó el surrealismo de una manera más extensa. En este libro presenta un surrealismo equilibrado. Tras la Guerra Civil se inició la segunda etapa con Sombra del paraíso; la naturaleza cede su puesto a la historia. Abandona la escritura surrealista. En su última etapa, se centró en una comunicación consigo mismo y tendió a escribir poemas de una cierta longitud.
FEDERICO GARCÍA LORCA
El autor de la Generación del 27 que mayor proyección universal ha tenido, valorado tanto en su faceta de poeta como de dramaturgo. Su lenguaje es poético en el teatro y dramático en su poesía. Recrea tanto la lengua popular como la culta; plasma la pasión, la perfección y los sentimientos más humanos. Toda su obra es expresión de un tema en común: el conflicto entre realidad y deseo. Su creación poética se puede dividir en tres etapas:
- Etapa de estilización de las formas populares y clásicas: Coincide con los inicios de la poesía pura de los autores del 27. Algunas obras son: Libro de poemas (1921), Canciones (1927) y Poema del cante jondo (1931). El Romancero Gitano (1928) fue una obra de gran éxito que fue interpretada erróneamente como poesía folclórica, cuando constituye el culmen de la fusión entre lo popular y una elaboradísima estética culta.
- Etapa de ruptura con la tradición: Deja paso a una estética surrealista presente en Poeta en Nueva York. Cobra presencia lo social.
- Etapa de vuelta a la estética tradicional pero depurada: Regresa a la expresión de emociones personales, escribe poemas de inspiración arábigo-andaluza (Diván del Tamarit), gallega (Seis poemas galegos) y los Sonetos del amor oscuro, expresión de un amor homosexual.
RAFAEL ALBERTI
Sus primeros libros (Marinero en tierra) recogen fórmulas poéticas y estróficas del Siglo de Oro. A esta etapa le sucede una poesía marcada por el vanguardismo en sus diferentes direcciones. El surrealismo está matizado por la influencia andaluza y becqueriana en Sobre los ángeles. A partir de aquí, torna a una poesía política y de compromiso ideológico.
LUIS CERNUDA
Encierra voluntariamente su obra en verso en un solo libro: La realidad y el deseo. Sus temas dominantes serán: la soledad, la añoranza de un mundo habitable, el ansia de belleza perfecta y, sobre todo, el amor. Se divide en dos grandes etapas con el año 1936 como bisagra. Cultivó el surrealismo en su juventud, un surrealismo atenuado. Después, los rasgos surrealistas se sustituyen por el influjo de la lectura de Bécquer y los poetas románticos alemanes e ingleses.
EMILIO PRADOS
Es uno de los autores más olvidados de esta generación, en ocasiones por su propia actitud. Este autor ofrece unos rasgos claramente diferenciados:
- Su primera poesía: Manifiesta una actitud quietista y contemplativa ante el paisaje; también encontramos el amor humano.
- La segunda etapa: Se pone en marcha tras un momento de crisis interior que parece encontrar solución en el compromiso político y social activo.
- La tercera etapa (posguerra): Constituye un ahondamiento en un proceso de misticismo y panteísmo.
MANUEL ALTOLAGUIRRE
En su trayectoria destaca su vocación como impresor. Su poesía posee un fondo neorromántico. Desde este punto de partida es comprensible que el malagueño defina la poesía como “fuente de conocimiento”. Los principales contenidos de su poesía son: la relación poeta-naturaleza, el correlato amor-muerte, el sentimiento de soledad, el paso destructor del tiempo y la herida de la guerra. De entre la poesía de sus compañeros, su poesía es la menos influenciada por modas del momento.