Contextualización de Antonio Buero Vallejo y su obra
Antonio Buero Vallejo nace en Guadalajara y realiza estudios de Bellas Artes, que más tarde abandonó. Se afilia al Partido Comunista y, al finalizar la Guerra Civil, es condenado a 30 años de cárcel, aunque obtiene la libertad condicional seis años después. Sus obras más importantes se escriben en plena dictadura; algunas son censuradas.
A finales de los años 40 se estrena Historia de una escalera, obra que obtiene un gran éxito. Se caracteriza por la complejidad de los espacios escénicos y por la profundización en los caracteres de los personajes. Su estreno coincide con el desarrollo de la poesía y la novela social. En esta obra, Buero Vallejo pudo burlar la censura a través de un teatro cargado de símbolos.
Etapas del teatro de Buero Vallejo
- Etapa realista: Obras cuyo tema central es la realidad contemporánea (ej.: Historia de una escalera).
- Etapa de reflexión histórica: Obras de tema histórico que invitan a reflexionar sobre el presente (ej.: Las Meninas).
- Última etapa o de la inmersión: La acción llega al espectador a través de la visión subjetiva de un personaje que padece alguna limitación física (ej.: La fundación).
Historia de una escalera pertenece al teatro de posguerra.
Resumen y temática central de Historia de una escalera
Es un drama social y existencial, cuyo tema fundamental es la frustración individual y colectiva, plasmada en el fracaso de los personajes por salir de una vida gris y pobre: unos mediante el ascenso social y otros mediante la lucha sindical.
Buero trata, además, el tema de la imposibilidad de las clases humildes para realizar sus ideales de mejora material debido a factores personales (la falta de voluntad) y sociales (las circunstancias que los rodean). La escalera constituye un elemento simbólico que representa estas circunstancias adversas. Junto al tema de la fatalidad, se plantea el de la libertad: cada personaje es responsable del fracaso de sus sueños y proyectos, ya que ha elegido mal.
Estructura externa de la obra
En el primer acto, Fernando le promete a Carmina un futuro mejor lejos de la pobreza, promesa que no logra cumplir. El segundo acto, diez años después, muestra a Fernando casado con Elvira. Carmina asume su soledad junto a su madre.
El tercer acto, veinte años después, presenta nuevos vecinos y el surgimiento de conflictos con los anteriores. En la escena final, se repite la promesa del primer acto, pero esta vez entre los hijos de los personajes originales. Los padres, después de su fracaso, observan en silencio a sus hijos. Pese a la oposición familiar, Fernando (hijo) y Carmina (hija) deciden que su relación amorosa prospere, dejando atrás las disputas de sus padres.
Respecto al espacio, toda la acción ocurre en una casa de vecinos, específicamente en una escalera donde los personajes se encuentran y se reúnen a hablar de sus pensamientos y aspiraciones.
Género dramático
Esta obra debe ser considerada un drama, puesto que su final no es trágico; por lo tanto, pertenece al género dramático.
Personajes y recursos dramáticos
Los personajes de esta obra se presentan de forma sencilla y directa en dos actitudes contrapuestas: Fernando, que pretende ascender socialmente sin voluntad, mediante el matrimonio con Elvira; y Urbano, sindicalista que se solidariza con la clase obrera a la que pertenece. Ambos fracasan en su lucha personal porque representan la frustración de unos seres condenados a desarrollarse en ese espacio humilde y pobre. Treinta años después, la escena se repite entre los hijos. El autor deja el final abierto para que el público reflexione sobre la libertad individual que permite a cada uno elegir su destino. Si sus sentimientos son sinceros, podrán triunfar. El protagonista real es la escalera, testigo mudo de los treinta años transcurridos.
En este fragmento se destacan los siguientes personajes:
- Fernando (hijo): Hijo de Elvira y Fernando. Con este último existen numerosos paralelismos: es apuesto, vago e idealista. Al igual que su padre, utiliza el discurso sobre un futuro mejor. En esta escena se muestra sensible, apasionado y valiente, pues se enfrenta a la negativa de ambas familias y ama a Carmina.
- Carmina (hija): Es hija del matrimonio entre Urbano y Carmina. Posee un carácter muy semejante al de su propia madre. Su amor es correspondido por Fernando.
- Fernando y Carmina (padres): Contemplan desde el silencio de la escalera la escena en que sus hijos se abrazan y se plantean emprender una vida mejor. Ellos, nostálgicamente, entrecruzan sus miradas y recuerdan sus propias vidas.
Recursos estilísticos y dramáticos
- Las acotaciones, algunas poetizadas, no son simples indicaciones para la puesta en escena, sino guías que dirigen al lector o al director de escena sobre cómo debe interpretarse el conflicto. Retratan con agudeza y con evidente subjetividad la interioridad moral de los personajes, su caracterización tanto física como psicológica (ej.: baja tembloroso la escalera, fija su vista, con ansiedad, en la esquina del “casinillo”).
- Los elementos populares y costumbristas (nombres de personajes, profesiones, maneras de expresarse…) se usan como exponentes de unas vidas en estado de privación.
- El lenguaje utilizado en sus diálogos se caracteriza por la tendencia al registro coloquial (familiar) y, en ocasiones, vulgar. Utiliza una expresión sencilla y directa, buscando la comunicación con el público; sin embargo, esta sencillez es fruto de una cuidada selección y elaboración lingüística que a veces se deja entrever en sus diálogos, restándoles naturalidad. Incorpora en escasas ocasiones algunos recursos formales, aunque también resultan habituales en la lengua común: este nido de rencores y de brutalidad (metáfora), mi adorada mujercita (epíteto), entre otros.
- Las intervenciones, especialmente las de Fernando, son más extensas y elaboradas. Las de Carmina, en cambio, son mucho más breves. En ellas destaca la modalidad exclamativa como lógica consecuencia de la tensión dramática (ej.: ¡Fernando! ¡Qué felicidad…! ¡Qué felicidad!). En los diálogos de Fernando hallamos un discurso de gran expresividad, donde destacan el léxico valorativo (ej.: Ellos son viejos y torpes), las modalidades exclamativa y exhortativa (ej.: dime que sí), y las repeticiones de palabras (ej.: Tienes que…, vencer, haré, felicidad).
Conclusión
El autor nos invita a reflexionar con este drama sobre las condiciones de vida de la España de posguerra, dejando el final abierto para que los espectadores decidan sobre el destino de los personajes y el suyo propio.
Relación con el contexto actual y la reflexión final
El autor presenta el devenir de varias familias a través del tiempo. Con la elección de un final abierto, pretende que el receptor reflexione y se implique en el tema que plantea. En esta obra, los personajes creados por Buero se localizan en un espacio y tiempo muy marcados por las consecuencias de la Guerra Civil. Hoy día, la situación ha cambiado en gran medida. Las nuevas formas de vida (modos de relación y comunicación) y la existencia de un mercado de trabajo más abierto permiten alterar parcialmente el determinismo que encontramos en esta obra.
En cualquier caso, solo el trabajo, el esfuerzo y la valía personal pueden ayudarnos en la lucha contra las dificultades que el destino nos imponga, ya sean sociales, económicas, políticas o culturales.