Antonio Machado: Vida, Obra y Legado Poético
Antonio Machado se educó en la estética modernista y en el empleo de un lenguaje simple y conmovedor, influenciado por el simbolismo. Su obra Campos de Castilla, por ejemplo, evidencia su profunda preocupación por España, el paso del tiempo, la muerte y la búsqueda de Dios.
Machado fue profesor en el Instituto de Soria, donde se casó con la joven Leonor Izquierdo. La muerte de Leonor en 1912 lo impulsó a trasladarse a Baeza y, posteriormente, a Segovia. En 1927, fue elegido miembro de la Real Academia Española. Por entonces, conoció a Pilar Valderrama, la «Guiomar» de sus últimos poemas amorosos.
Características de la Obra Poética de Antonio Machado
Los rasgos más característicos de la obra poética de Antonio Machado son:
- Influencia romántica y simbolista: Su actitud ante la situación de España y el simbolismo utilizado en sus poesías, especialmente influenciado por Bécquer y Rosalía de Castro. Concebía el paisaje como reflejo del alma.
- Actitud crítica ante el problema de España: Una constante en su obra.
- Uso del simbolismo: Utiliza los símbolos como reflejo personal de su forma de ver la vida. A través de diferentes símbolos y en un tono melancólico, expresa el inexorable paso del tiempo, el inevitable fluir temporal hacia la muerte, unido a los recuerdos del propio poeta. Soria, por ejemplo, se convierte en el eje de muchos de sus poemas, donde la ensalza y evoca.
- Interés por el paisaje: Fundido con reflexiones personales debido a la influencia romántica. Incluye el paisaje castellano y andaluz como exaltación de lo popular. En estas afirmaciones reside la raíz de esa cálida y entrañable humanidad que impregna toda su obra.
- Estilo poético depurado: Su estilo se formó en ciertas direcciones del Modernismo y del Simbolismo francés. Aunque esas huellas no desaparecieron de su poesía, pronto comenzó una labor de depuración estilística que le llevó a alcanzar una sobriedad y una densidad excepcionales. Su lenguaje es sobrio y claro, lo que no implica simpleza ni una interpretación fácil.
Etapas en la Trayectoria Poética de Antonio Machado
En la trayectoria poética de Antonio Machado se establecen tres etapas principales:
Primera Etapa: Soledades (1903) y Soledades, galerías y otros poemas (1907)
Se inicia en 1903 con Soledades. En esta obra, Machado proclama una poesía llena de emociones y sentimientos. El poeta se presenta como un hombre ya maduro que evoca el sentimiento de la juventud perdida y sin amor. En 1907, reelabora este primer libro y lo titula Soledades, galerías y otros poemas.
Segunda Etapa: Campos de Castilla (1912)
Aunque no fue concebido inicialmente como un libro unitario, sino como la recopilación de diversas poesías aparecidas en antologías preparadas por el autor, Campos de Castilla es una obra fundamental. Así se explica la heterogeneidad de materiales y temas que la componen, en la que Machado abandona la línea intimista anterior y se adentra en la geografía castellana y andaluza.
Tercera Etapa: Nuevas canciones (1924)
Machado tardó doce años en publicar su siguiente obra, Nuevas canciones, donde expone sus más profundas inquietudes y reflexiones.
La Generación del 27: Un Segundo Siglo de Oro en la Poesía Española
La Generación del 27 representa un hito en la literatura española, a menudo denominada nuestro «segundo Siglo de Oro». Esta denominación es justa, pues la coincidencia de tantos y tan grandes poetas solo tiene comparación posible con la época clásica de nuestras letras.
En rigor, si aplicamos los criterios establecidos por la crítica para hablar de generación literaria, sería más adecuado referirse al 27 como un «grupo poético» antes que como una «generación». Esta conciencia de grupo nació de los fuertes vínculos amistosos que los unieron —por lo que también se le conoce como la «generación de la amistad»— y de las muchas situaciones y actos que compartieron. De hecho, fueron ellos mismos, y no la crítica, los primeros en hablar de una Generación del 27, incluyendo figuras como Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego.
Características Definitorias de la Generación del 27
El rasgo más característico y definitorio del 27 es su eclecticismo, la capacidad para conciliar, en su obra, de un modo equilibrado presupuestos estéticos que suelen considerarse polarmente opuestos:
- Equilibrio entre poesía intelectual y sentimental: Lograron un balance entre inteligencia y sentimiento.
- Dominio métrico: Cultivaron y dominaron las formas métricas clásicas, pero también el versículo y el verso libre, presente sobre todo en obras de inspiración surrealista como Poeta en Nueva York de Lorca.
- Fusión de lo culto y lo popular: En la trayectoria de casi todos se alternaron el registro popular y el culto, siendo casos ejemplares de esta fusión Lorca y Alberti.
Fuentes e Influencias Poéticas
En cuanto a las fuentes o influencias que configuraron la poética del 27, cabe destacar:
- La irrupción del Surrealismo con fuerza en la obra de Alberti, Lorca, Aleixandre y Cernuda.
- El innegable magisterio ejercido por Juan Ramón Jiménez.
- El evidente fervor que casi todos profesaron a Bécquer.
Etapas de la Generación del 27
Aunque el texto original no las estructura explícitamente como etapas, se pueden inferir tres momentos clave:
Etapa Inicial: La Consolidación del Grupo
Es la etapa en que los poetas se dan a conocer. Destaca la importancia de la forma ante la expresión de lo humano. En esta etapa, todos los poetas publicaron obras importantes, participaron en actos colectivos y se consolidaron como una nueva generación de poetas.
Etapa de Rehumanización y Compromiso
Aparece el Manifiesto por una poesía sin pureza en la revista «Caballo verde para la poesía», fundada por Pablo Neruda. La rehumanización de la poesía amplía el compromiso de los poetas con la situación de su país. Algunos poetas como Alberti o Prados adoptaron un claro compromiso político; otros, como Lorca o Cernuda, abrazaron la causa republicana y los valores de la izquierda, poniendo su pluma al servicio de la República. Tuvo, asimismo, importancia la presencia en España del poeta chileno Pablo Neruda.
El Fin de la Generación: La Guerra Civil Española
La Guerra Civil Española marcó el fin de la Generación como tal. Cada autor siguió un camino personal y estético, y los lazos que existían entre estos autores se rompieron bruscamente.
Poetas Destacados y Corrientes
Federico García Lorca
Es seguramente el poeta más conocido del grupo. Un genio natural asesinado al estallar la guerra por el mero hecho de ser poeta, homosexual y, por consiguiente, sospechoso y «rojo». Su obra Poeta en Nueva York es un ejemplo clave del influjo surrealista.
Rafael Alberti
Inicia su andadura poética en la misma línea popular que Lorca. Obras como Marinero en tierra, La amante y El alba del alhelí combinan, una vez más, lo culto y lo popular. Su obra Sobre los ángeles es otra cumbre del surrealismo.
Poesía Pura
Se denomina poesía pura a aquella que huye del sentimentalismo, lo anecdótico y lo narrativo. Pedro Salinas es otro de los pilares de la poesía pura, lo cual queda suficientemente demostrado en La voz a ti debida, su libro más conocido.
Surrealismo
Del influjo del Surrealismo nacen algunas de las máximas creaciones del 27, como Poeta en Nueva York de Lorca y Sobre los ángeles de Alberti. Vicente Aleixandre (malagueño de adopción, 1898-1984), Premio Nobel de Literatura en 1977, fue, sin duda, el gran poeta surrealista de la generación, el que mayor influencia acusó de esta vanguardia. Su poesía se caracteriza por la inclusión constante de elementos irracionales y la utilización del versículo y el verso libre.
Miguel Hernández: Vida, Obra y Compromiso
Miguel Hernández, nacido en Orihuela, participó en tertulias literarias encabezadas por su amigo Ramón Sijé, y allí conoció a la que más tarde sería su mujer. En 1934, se trasladó a Madrid, donde su obra alcanzó pronto la máxima admiración. Al estallar la Guerra Civil, se alistó como voluntario del lado de la República. Lamentablemente, el poeta fue encarcelado y murió tuberculoso en la cárcel de Alicante a los 32 años.
Hernández es un poeta que, al igual que García Lorca, supo conjugar la fuerza de la inspiración con el arte más riguroso, el arranque popular y las técnicas más sabias. Su creación poética se define por las siguientes constantes presentes en todos sus poemarios: un tono apasionado y una voz fuerte que, en ocasiones, han jugado en su contra, llevando a algunos críticos a minusvalorar su poesía. Sin embargo, de la misma época son otros poemas en los que, junto a experiencias semejantes, se observa a veces un lenguaje más suelto y cordial, preludio de su madurez poética.
Plenitud Poética: El rayo que no cesa
La plenitud poética de Miguel Hernández se alcanzó con un libro iniciado en 1934 y publicado en 1936 con el título definitivo de El rayo que no cesa. En esta obra, el poeta sufre constantemente por la amada; en este y otros sentidos, se puede apreciar la influencia de la lírica cancioneril del siglo XV. Durante mucho tiempo, la interpretación biográfica oficial atribuía este contenido a la relación a distancia entre el joven poeta y su novia del pueblo y futura esposa, Josefina Manresa.
El libro se compone, sobre todo, de sonetos. Pero, aparte de los sonetos, la gran composición del libro es la inolvidable Elegía a Ramón Sijé, escrita en tercetos encadenados, que constituye una de las más impresionantes elegías de la lírica española y, acaso, el más alto poema de amistad que se ha escrito.
Guerra y Cárcel: Poesía Comprometida
Durante la guerra, Miguel Hernández, como otros, sometió su fuerza creadora a fines más inmediatos, poniendo su poesía al servicio de la causa republicana.
La Poesía de la Experiencia: Realismo y Compromiso en la Lírica Contemporánea
La Poesía de la Experiencia surge en los años ochenta a raíz de la publicación de un manifiesto por tres poetas granadinos: Luis García Montero, Álvaro Salvador y Javier Egea. En este manifiesto, se reivindica lo que denominan «la otra sentimentalidad», que aboga por la vuelta a lo cotidiano. El nombre de esta corriente procede del título de una obra del poeta Jaime Gil de Biedma.
A este grupo pertenecen autores como Felipe Benítez Reyes, Carlos Marzal, Jon Juaristi y, de manera destacada, Luis García Montero. La Poesía de la Experiencia parte de situaciones cotidianas y realistas a partir de las cuales transmite emociones con un vocabulario sencillo y escenarios reconocibles.
Rasgos Destacados de la Poesía de la Experiencia
- Lenguaje sencillo: A menudo coloquial, buscando la cercanía con el lector.
- Ironía y humorismo: Un tono irónico teñido de humorismo.
- Ambientes urbanos: La ciudad, bares, hoteles, el ajetreo, los coches, etc., como escenarios recurrentes.
- Temas universales: El amor y la amistad, la nostalgia ante el paso del tiempo y la resignación ante el fracaso vital.
- Presencia del «yo»: El «yo» poético está presente, pero recreado artísticamente a partir de las experiencias personales del poeta. Se puede resumir como «la asimilación de la realidad a través de la subjetividad del autor».
- Historicidad radical: La base de la «otra sentimentalidad» es la radical historicidad: la literatura es un producto del sujeto, y este es el fruto de su historia.
Luis García Montero: Poeta y Ensayista de la Experiencia
Biografía
Luis García Montero nació en Granada en 1958. Realizó su tesis doctoral sobre Rafael Alberti y es Catedrático de Literatura en la Universidad de Granada. Actualmente, es el director del Instituto Cervantes. Sobre su vida se ha realizado un documental, Aunque tú no lo sepas (2017), título de uno de los poemas incluidos en su obra Habitaciones separadas.
Rasgos de las Creaciones de García Montero
- Realismo e historicidad: Apuesta por un realismo basado en la historicidad del sujeto con el propósito de llegar a un nuevo humanismo. Integra al yo en la historia, lo que emparenta su vínculo con la sociedad con los ideales ilustrados.
- Poesía cómplice y útil: Busca una poesía cómplice con el lector, útil, que sirva para crear el tejido social.
- Deudor de la tradición: Reconoce su deuda con los poetas de los años 50, los clásicos (como Garcilaso), Machado y la Generación del 27, así como Pablo Neruda.
- Ficcionalización del «yo»: No consiste en exponer directamente la intimidad, sino en mostrar la subjetividad mediatizada por la palabra poética, a menudo mediante el distanciamiento y la ironía. El yo se desdibuja y se convierte en multiplicidad y también en otredad.
- Actividad ensayística paralela: Su actividad ensayística ha ido paralela a su creación poética. Sus ensayos se centran en la Ilustración, el Romanticismo y la reflexión metapoética. En este sentido, es un poeta-profesor que parte de la literatura del pasado transformando los textos en un discurso personal con una voz propia.
- Nostalgia y diálogo intertextual: Muestra nostalgia del pasado y un constante diálogo entre pasado y presente. En sus obras existe una relación continua con la tradición: la imitación de los modelos se basa en el juego intertextual y la ironía en réplica o actualización de los poetas del pasado.
- Función de la poesía: Junto a Antonio Muñoz Molina, en el ensayo ¿Por qué no es útil la literatura?, considera que la poesía es útil porque reconstruye desde un punto de vista estético y siguiendo las convenciones líricas «las experiencias de nuestra realidad, ayudando a comprenderla» (Citado por Laura Scarano).
Obras Destacadas
Concha González-Badia señala una primera etapa con obras como Rimado de ciudad (1983) y Diario cómplice (1987). A partir de Las flores del frío (1991) se inicia una segunda etapa. Las obras más destacadas de este periodo son Habitaciones separadas (1994) y Completamente Viernes (1997).
Ha sido galardonado con diversos premios, incluyendo el Premio Loewe de poesía y el Premio Nacional por Habitaciones separadas (1994), y el Premio Adonais por El jardín extranjero. Sobre su obra poética se han realizado diversas antologías (como Casi cien poemas y La buena compañía).
Además de poeta, es un prolífico ensayista. Entre sus principales títulos ensayísticos destacan: El teatro medieval. Polémica de una inexistencia (1984), Poesía, cuartel de invierno (1987), ¿Por qué no es útil la literatura?, Gigante y extraño. Las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer (2001) y Los dueños del vacío (2006).
Habitaciones separadas (1994)
Publicado en 1994, este libro consolidó el prestigio de Luis García Montero como poeta, obteniendo el Premio Loewe de poesía ese año y el Premio Nacional de Poesía en 1995.
La obra se divide en varias partes encabezadas por un título: la primera es “Las razones del viajero” (introducción), seguida de “En otra edad” (que parte de un verso de la primera), “En otro amor”, “En otro tiempo” y un epílogo.
Es un libro representativo de la Poesía de la Experiencia y de la llamada «otra sentimentalidad» por el propio poeta, que consiste en que la literatura es fruto de un sujeto y este es fruto de su historia. Se muestran acontecimientos cotidianos de la vida del «yo» que le inspiran sentimientos y reflexiones.
Los temas principales del libro son:
- La ficcionalización del «yo».
- La vuelta al pasado como un lugar para entender el presente.
- El escenario urbano (hoteles, aeropuertos, el ajetreo, los bares, los coches).
- La soledad y la libertad del «yo».
- El amor en sus diversas facetas.
- El paso del tiempo.
- La presencia de un marco temporal concreto con alusiones históricas.
En cuanto al estilo, destaca por la sencillez aparente (con una lengua poética cuidada que incluye numerosos recursos retóricos y juegos de conceptos), la presencia de símbolos (la tarde, el frío y la nieve, la luz) y el verso blanco (sin rima), con predominio de endecasílabos, heptasílabos y alejandrinos. En muchos poemas se aprecia una estructura circular y versos que se repiten a modo de estribillo. Predominan los poemas narrativos.