El Teatro Español de Posguerra: Evolución y Corrientes (1940-1970)
El teatro de posguerra tardó en renovarse debido a la censura, a los gustos del público burgués y a la desaparición de los grandes dramaturgos de vanguardia.
El Teatro de la Inmediata Posguerra (Década de los Cuarenta)
El Teatro Burgués, Continuista y Convencional
Se trata de un teatro comercial, orientado a la distracción de un público sin demasiadas exigencias. Es un teatro convencional, bien construido y con un diálogo cuidado. Hace una amable crítica de las costumbres de la burguesía y es también un divertido espejo de la realidad. La acción se desarrolla en ambientes de la clase media alta y se basa en:
- Los enredos sentimentales.
- Conflictos entre padres e hijos.
- El humor fácil.
- La moralización intrascendente.
Aparte de Jacinto Benavente, que continuó estrenando obras, cultivan este teatro José Mª Pemán, Joaquín Calvo Sotelo, Alfonso Paso, entre otros.
El Teatro de Humor Renovado
Presenta situaciones ingeniosamente construidas en las que lo inverosímil y hasta lo absurdo se convierten en protagonistas absolutos. Destaca un lenguaje agudo y crítico contra las convenciones burguesas. Abordan temas como la presión social sobre el individuo, las costumbres burguesas o los conflictos individuales existenciales. Los personajes son principalmente de clase media, pero introducen otros como artistas, bohemios, etc. La comedia y la farsa son los géneros preferidos.
Autores destacados: Enrique Jardiel Poncela con Eloísa está debajo de un almendro y Miguel Mihura con Tres sombreros de copa.
El Teatro en el Exilio
Los dramaturgos exiliados siguieron escribiendo en sus países de acogida. Presentan diversidad de tendencias, aunque se acercan a un tema común: España como paraíso perdido.
El Teatro Existencialista y del Realismo Social (Años Cincuenta)
Las inquietudes existenciales que aparecen en esta década se van introduciendo en el teatro. Con el estreno de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo se inicia la renovación. Poco a poco, este existencialismo deriva hacia el teatro social y realista, un teatro de testimonio crítico de las injusticias y desigualdades, la denuncia y la protesta que aborda temas como los conflictos personales y colectivos, la falta de libertad, la marginación y desigualdad social. El género utilizado es el drama. El lenguaje es realista, pero en ocasiones se carga de símbolos e imágenes.
Autores destacados: Además de A. Buero Vallejo, Alfonso Sastre con Escuadra hacia la muerte, La mordaza, La cornada, y Lauro Olmo con La camisa.
Antonio Buero Vallejo: Un Legado Teatral Imprescindible
El teatro de Buero une lo existencial y lo social, ya que se centra en los grandes interrogantes de la condición humana y en los problemas del hombre contemporáneo. Su finalidad es conmover al espectador, hacerle reflexionar y tomar conciencia sobre los conflictos individuales y colectivos. Los temas recurrentes son la denuncia de la injusticia o el inconformismo ante el mundo hostil, el sufrimiento, la búsqueda de la verdad y la lucha por la libertad, la frustración, entre otros.
Sus personajes viven en un eterno interrogante, pero apoyados en la esperanza. Utiliza personajes antagónicos: resignados y rebeldes, conformistas e inconformistas que, a veces, reflejan la ambigüedad del ser humano. Muchos presentan taras físicas o psíquicas que simbolizan las limitaciones del individuo y su soledad.
Utiliza un recurso escénico denominado de efectos de inmersión, que persigue una mayor identificación del público con la historia que se está representando.
Etapas de la Obra de Buero Vallejo
- Primera etapa: Enfoque existencial de los temas, con una técnica teatral realista: Historia de una escalera.
- Segunda etapa: Predominio del enfoque social y ético, con una técnica teatral más compleja: efectos de inmersión, escenarios múltiples y simbolistas. Se inicia con Hoy es fiesta y Las cartas boca abajo. Pertenecen a esta etapa los dramas históricos, en los que se vale del pasado para reflexionar sobre el presente: Un soñador para un pueblo, Las Meninas, El concierto de San Ovidio, El sueño de la razón.
- Tercera etapa: Contenidos sociales y políticos más explícitos, con incorporación de experimentos escénicos. Las obras más significativas son: La doble historia del doctor Valmy (sobre la tortura), Llegada de los dioses, La Fundación, La detonación. En Las trampas del azar ya trata temas como el vacío ideológico, la cultura de la estafa consentida y el conflicto generacional de una época diferente a la que el autor empezó a escribir.
Teatro Renovador y Experimentalista (Hacia los Años Setenta)
Un teatro más exigente y renovador, experimental en las formas y dirigido a un público más minoritario. No es realista; predominan los elementos simbólicos y vanguardistas, lo grotesco y lo imaginativo. Cobran importancia los recursos extraverbales. Se busca un nuevo lenguaje dramático basado en el espectáculo, en la escenografía y en las técnicas audiovisuales. Los temas son la realidad contemporánea, la injusticia social, la pobreza, la soledad y la incomunicación en el mundo moderno. El personaje dramático es más bien un signo, una figura simbólica: el poder, la dictadura, la presión social. El escenario se llena de artilugios que se convierten en una representación del mundo moderno y del progreso.
Autores destacados: Fernando Arrabal, Francisco Nieva, entre otros. Mención especial merecen los grupos de teatro independiente. Entre los más destacados: Los Goliardos, Els Joglars, La Cuadra, Els Comediants, etc.
La Novela Española de Principios del Siglo XX: Corrientes y Autores Clave
A partir de la crisis de fin de siglo, los narradores convierten los conflictos internos y existenciales del ser humano en el tema principal de sus novelas. El mensaje transmitido es de frustración y desesperanza. Las principales corrientes narrativas de principios del siglo XX son:
La Novela de la Generación del 98
Los escritores de la Generación del 98, que vivieron en su juventud el desastre colonial del 98, se muestran preocupados por la realidad española y adoptan ante ella una postura crítica, al tiempo que buscan nuevos medios de expresión literaria. Los más importantes son Miguel de Unamuno, Pío Baroja y Azorín. Todos ellos se alejan del realismo y sienten una misma preocupación por renovar las estructuras narrativas y el estilo, aunque cada autor lo haga de forma más personal.
Los cambios que se produjeron en la novela de la Generación del 98 son:
- Fragmentarismo.
- Pérdida de importancia de la historia.
- La acción es escasa y lenta, salvo en Baroja.
- Novela dialogada.
- Los temas son filosóficos, existenciales y religiosos.
- Estilo basado en la sencillez y la efectividad del mensaje.
En 1902 es un año significativo para este grupo con la publicación de cuatro novelas que suponen un claro ejemplo de esta nueva forma de narrar: La voluntad de Azorín, Camino de perfección de Baroja, Amor y pedagogía de Unamuno y Sonata de otoño de Valle-Inclán.
La Novela Novecentista
En torno a 1914, surgió una generación más intelectual, los novecentistas, caracterizada por su europeísmo y por la preocupación por España, que defiende el ideal de un arte puro. Incorporan temas nuevos, la trama desaparece, se analiza el interior del personaje y se da importancia, sobre todo, a la forma. Entre ellos destacan Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala.
Pío Baroja: El Gran Novelista del 98
Es el gran novelista de la Generación del 98, con unas ideas que se inscriben dentro del pesimismo existencial. Plantea una libertad absoluta y una natural espontaneidad. Defiende la novela abierta, un género invertebrado, multiforme y permeable. El ritmo es dinámico, caracterizado por una acción ininterrumpida, un constante desfile de personajes y escenas dialogadas, múltiples cambios de escenarios, suspensivos y frases breves. Baroja está en contacto directo con la vida social. Su obra es abundante y su novela se agrupa en las siguientes etapas:
- Entre 1900 y 1912: Los personajes de esta época son vitalistas y buscan el sentido de su vida y existencia a partir de la vida misma o de la acción. Se caracterizan por su inadaptación y su enfrentamiento con el mundo. Se nota la filosofía anarquista que plantea la problemática existencial del hombre y la crisis entre lo personal y lo ideológico. Sus obras más significativas de esta etapa son Camino de perfección, La lucha por la vida y El árbol de la ciencia.
- Entre 1913 y 1936: Repiten moldes anteriores. Destaca Memorias de un hombre de acción.
- De 1937 a 1956: Realiza una recopilación de lecturas, opiniones y curiosidades.
Miguel de Unamuno: Conflicto y Existencia en su Obra
Su espíritu polémico, inconformista y contradictorio se refleja en sus obras. Toda su vida fue una lucha entre el deseo de creer y la falta de fe, el “hambre de Dios”. En cuanto a los temas, su obra se estructura en torno a dos ejes temáticos:
- Los conflictos religiosos y existenciales: El ser humano, según él, siente terror a la nada y desea existir eternamente; por ello, necesita un Dios que garantice su perdurabilidad después de la muerte. También aborda el problema de la identidad: Unamuno distingue entre lo que uno es y lo que desea ser.
- El tema de España: La constante preocupación por España, la valoración de Castilla en la combinación de casticismo y europeización, y el interés por la intrahistoria.
En cuanto al estilo, inventó la palabra nivola con el fin de justificar las importantes innovaciones que introdujo para dominar su modelo narrativo y para divulgar su desprecio por la crítica y defender su rebeldía ante el encasillamiento. Su primera obra narrativa fue la novela histórica Paz en la guerra. Su obra muestra, sin duda, la faceta más personal del autor, planteando el conflicto entre razón y fe y el tema de la inmortalidad.