Dámaso Alonso, Blas de Otero, Ancia-Blas de Otero y Carmen Laforet

Dámaso Alonso:

Pertenece a la literatura existencial.
Poeta madrileño (1898-1990), profesor, critico, se le ha llamado también poeta a rachas según sus palabras, y a menudo ha sido considerado miembro de la generación del 27.
Su obra fundamentar es Hijos de la ira, con la que inaugura la línea de poesía existencial, un desgarrado grito de queja contra la miseria moral, la injusticia y el odio. Sus versos muestran un lenguaje obsesivo y desgarrado que dirige dramáticas preguntas a Dios sobre la condición humana.
Otros títulos esenciales son Oscura noticia y Hombre y Dios, que siguen esta línea temática, centrada en la condición humana y en lo que Alonso denomina la doble angustia.
En cuando a Hijos de la ira, hace una ruptura total con el medio ambiente poético, existencialismo, despreocupación por la medida de los versos y la rima, conexión con la realidad, tema de la muerte, visión de Dios como violento y justiciero, duda de lo sobrenatural… hay una visión del mundo como algo angustioso y una novedad estética, temática y léxica.
Hijos de la ira se considera la obra mayor de Dámaso Alonso  publicada en 1944. Ha sido considerada por muchos críticos como el inicio de la poesía desarraigada más humana y auténtica.
Su tema principal es el ser humano, inmerso en un mundo lleno de incógnitas, indescifrable, hostil.
En esta obra se da lugar a un lenguaje feo, pero sorprendente e hiriente, que busca producir muchas sensaciones distintas.
Se trata de una crítica social y literaria que huye de la poesía garcilasista (que sigue como modelo a Garcilaso) y deshumanizada, puramente estética, para ir hacia el verso libre capaz de despertar las conciencias.

Blas de Otero:

(1916-1979). Atravesó varias etapas que se reflejan en su trayectoria poética:
– Poesía existencial: búsqueda del sentido de la existencia del hombre, lenguaje dramático y tenso, estrofas clásicas con frecuentes encabalgamientos y cortes abruptos que revelan la pasión con que trata los temas.
– Poesía social: los temas dominantes son la situación de España, función social del poeta y la solidaridad humana. La poesía es lucha por la paz, la justicia y la libertad, una lucha dolorosa pero con fe en un futuro mejor.
– Nuevas formas expresivas: búsqueda de nuevas expresiones poéticas a través del uso de formas métricas más libres y poemas en prosa. Incorpora imágenes insólitas que confieren a los textos cierto hermetismo y recurre a temas que pertenecen a la intimidad del poeta.

Ancia – Blas de Otero

ESTRUCTURA/RITMO: Sonetos: Versos endecasílabos de rima consonante agrupados en dos cuartetos y dos tercetos. Ritmo entrecortado por signos de puntuación que suponen numerosas pausas. El ritmo también viene marcado por palabras que suenan fuerte. También hace uso de los hipérbatos. Búsqueda incesante de la comunicación con el lector para la cual se vale de vocativos o imperativos.
TEMAS: Los temas son todos de corte existencial, metafísicos o a veces religiosos, se busca el diálogo con Dios, pero aparece como un Dios mudo contra el que el hombre se revela por su angustia y dolor. También aparece el tema del amor. Hay palabras con connotaciones que hacen referencia a la guerra y a sus consecuencias. La muerte es otro elemento o tema muy presente en Ancia, el hombre se revela contra la muerte, unas veces huye de ella y otras la afronta. Aparece la referencia al mar (muerte, infinitud).
ESTILO/FIGURAS RETÓRICAS: En Algunos poemas se utiliza la primera y tercera persona, lo cual puede dar una pista sobre la posible división en partes del poema. Blas de Otero busca una poesía comunicativa, fácil de entender por el lector, que le hagan pensar y participar del poema, para ello utiliza una retórica que no complique la expresión, que la haga más sencilla.
aparecen repeticiones y anáforas que hacen hincapié en algunas palabras que el poeta considera vitales para el objetivo y el sentido del poema, metáfora, la sinécdoque, sinestesia, alegoría, metonimia, el oxímoron, el desplazamiento calificativo, la antítesis y la paradoja que a veces conlleva.
También utiliza otros recursos como los juegos de palabras, muy importante, que confieren al poema un tono popular, y las frases hechas. En este sentido utiliza también la paronomasia, muy común e importante en Ancia, puede aparecer también mediante la aliteración o la similicadencia. Juega con la derivación, hace uso de las exclamaciones, las enumeraciones, las interrogaciones retóricas que hacen reflexionar al lector, los paralelismos y las epifonemas.

Carmen Laforet

Nació en 1921. Se casó en Madrid  con el periodista y crítico literario Manuel Cerezales, con quien tuvo cinco hijos.
En 1944  ganó el primer Premio Nadal  con su novela Nada, narración en primera persona de la apertura al mundo de la joven Andrea. Ganó también el Premio Fastenrath de la Real Academia Española  en 1948 y figura entre las obras clave del realismo existencial que dominó el panorama narrativo europeo de los años cuarenta.
En 1952 publica La Isla y los Demonios. La mujer nueva (1955) ganó el Premio Nacional de Literatura de 1956 y el Premio Menorca de Novela de 1955. Siguió La Insolación (1963). Viajó a Estados Unidos invitada en 1965, y sobre su experiencia en aquel país publicó el ensayo Mi primer viaje a USA (1981); allí conoció además al novelista Ramón J. Sender, con el que intercambió una interesante relación epistolar. Casi toda la obra de esta autora gira en torno a un mismo tema central: el del enfrentamiento entre el idealismo juvenil y la mediocridad del entorno.
Carmen Laforet sufría de Alzhéimer y falleció en Madrid el 28 de febrero de 2004.
En febrero de 2007, a modo de conmemoración del tercer aniversario del fallecimiento de la autora, la editorial Menoscuarto publicó por primera vez una recopilación de todos sus relatos cortos, incluidos cinco inéditos, Carta a don Juan.
En 2009 Cristina Cerezales publicó un segundo libro sobre su madre, Música blanca (Destino
Nada
Es una novela escrita en 1944, que ganó el Premio Nadal el 6 de enero de 1945; más tarde, en 1948, obtuvo el Premio Fastenrath de la Real Academia Española. La obra llamó la atención no solamente por la juventud de la escritora, que por aquel entonces tenía 23 años, sino también por la descripción que Laforet hizo de la sociedad de aquella época. Frente a quienes dijeron que la novela era autobiográfica, la autora misma escribió la compilación titulada Novelas (Primera edición de 1957, Barcelona, Editorial Planeta)
Es una novela de carácter existencialista en la que Carmen Laforet refleja el estancamiento y la pobreza en la que se encontraba la España de la posguerra. La escritora supo transmitir con esta obra, escrita con un estilo literario que supuso una renovación en la prosa de la época, la lenta desaparición de la pequeña burguesía tras la Guerra Civil.