La Restauración Borbónica en España: Claves del Sistema Canovista y su Funcionamiento

Introducción: El Régimen de la Restauración y el Sistema Canovista

El pronunciamiento del general Martínez Campos, en diciembre de 1874, significó la restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII, hijo de Isabel II. El nuevo sistema político fue configurado por Antonio Cánovas del Castillo.

Los Fundamentos de la Restauración Borbónica

Las Bases del Sistema Político

El sistema político de la Restauración tenía un carácter netamente conservador y se asentaba en un parlamento liberal, pero escasamente democrático. Las bases del nuevo sistema quedaron fijadas en la Constitución de 1876, de carácter moderado. La Constitución establecía la soberanía compartida entre las Cortes y la Corona, reconocía a la Corona como uno de los pilares del nuevo régimen y se le otorgaba el derecho de veto, la potestad legislativa compartida con las Cortes y el nombramiento de ministros. Las Cortes se organizaban en dos cámaras: el Congreso de los Diputados y el Senado. Se proclamó la confesionalidad católica del Estado y, en consecuencia, se restableció el presupuesto de culto y clero. Asimismo, contaba con una prolija declaración de derechos. Los pilares básicos sobre los que se apoyaba el sistema canovista eran la Corona, los partidos dinásticos y el ejército. El poder debía ser compartido de forma alternativa entre los dos grandes partidos dinásticos, el Conservador y el Liberal, que renunciaban a los golpes de fuerza como mecanismo para acceder al gobierno.

El Fin de los Conflictos Bélicos

La estabilidad del régimen se vio favorecida por el fin de las guerras carlistas y cubana. La Restauración Borbónica privó a la causa carlista de una buena parte de hipotética legitimidad y algunos personajes del carlismo acabaron reconociendo a Alfonso XII. Además, el esfuerzo militar a lo largo de 1875 hizo posible la reducción de los núcleos carlistas, rindiéndose definitivamente en 1876.

El final de la guerra carlista permitió el envío de nuevas tropas a Cuba, donde en un par de años se puso fin al conflicto bélico como resultado tanto de la actuación de los militares como de la negociación. En 1878 se firmó la Paz de Zanjón, que incluía una amplia amnistía, la abolición de la esclavitud y la promesa de reformas políticas y administrativas por las que Cuba tendría diputados en las Cortes españolas.

La Alternancia en el Poder: Bipartidismo y Caciquismo

Bipartidismo y Turno Pacífico

El sistema político de la Restauración se basaba en la existencia de dos grandes partidos, el Conservador y el Liberal. Ambos partidos defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la consolidación del Estado liberal, unitario y centralista. La extracción social de las fuerzas de ambos partidos era bastante homogénea y se nutría básicamente de las élites económicas y de la clase media acomodada, aunque era mayor el número de terratenientes entre los conservadores y el de profesionales entre los liberales.

El Partido Conservador se organizó alrededor de su líder, Antonio Cánovas del Castillo, y aglutinó a los sectores más conservadores y tradicionales de la sociedad. El Partido Fusionista (Liberal) tenía como principal líder a Práxedes Mateo Sagasta y reunió a antiguos progresistas, unionistas y algunos ex-republicanos moderados.

Los conservadores se mostraban más proclives al inmovilismo político y a la defensa de la Iglesia y del orden social, mientras que los liberales estaban más inclinados a un reformismo de carácter más progresista y laico. Para el ejercicio del gobierno se contemplaba un turno pacífico o alternancia regular en el poder entre las dos opciones dinásticas. Cuando el partido en el gobierno sufría un proceso de desgaste político y perdía la confianza de las Cortes, el monarca llamaba al jefe del partido de la oposición a afrontar el gobierno. Entonces, el nuevo jefe de gabinete convocaba elecciones con el objetivo de constituirse una mayoría parlamentaria suficiente para ejercer el poder de manera más estable. El fraude en los resultados y los mecanismos caciquiles aseguraban que estas elecciones fuesen siempre favorables al gobierno que las convocaba.

La Manipulación Electoral y el Caciquismo

La alternancia en el gobierno fue posible gracias a un sistema electoral corrupto y manipulador que no dudaba en:

  • Comprar votos.
  • Falsificar actas.
  • Ejercer prácticas coercitivas sobre el electorado, valiéndose de la influencia y del poder económico de determinados individuos sobre la sociedad (caciquismo).

El control del proceso electoral se ejercía a partir de dos instituciones: el Ministro de la Gobernación y los caciques locales. Este ministro era, de hecho, quien elaboraba las listas de los candidatos que deberían ser elegidos. Los gobernadores civiles transmitían la lista de los candidatos a alcaldes y caciques, y todo el aparato administrativo se ponía a su servicio para garantizar su elección mediante:

  • Trampas electorales.
  • Adulteración de los resultados electorales.
  • Falsificación del censo.
  • Manipulación de las actas electorales.
  • Compra de votos.
  • Amenazas y coacciones de todo tipo al electorado.

Además del falseamiento electoral, el sistema se sustentaba en el caciquismo. Los caciques eran individuos o familias que controlaban una determinada circunscripción electoral. El caciquismo era más evidente en zonas rurales, gracias al control de los ayuntamientos. Los caciques:

  • Hacían informes y certificados personales.
  • Controlaban el sorteo de las quintas.
  • Proponían el reparto de las contribuciones.
  • Podían resolver o complicar los trámites burocráticos y administrativos.
  • Proporcionaban puestos de trabajo.

Así, los caciques, con sus favores, agradecían la fidelidad electoral y el respeto a sus intereses.

Todas estas prácticas fraudulentas se apoyaban en la abstención de una buena parte de la población, cuya apatía electoral se explicaba tanto por no sentirse representada como por el desencanto de las fuerzas de la oposición en particular en el proceso electoral. En general, la participación electoral no superó el 20% en casi todo el período de la Restauración.

Los Gobiernos del Turno Dinástico

El turno dinástico funcionó con toda regularidad hasta 1898. El Partido Conservador se mantuvo en el gobierno desde 1875 hasta 1881, cuando los liberales accedieron por primera vez al poder. Un gobierno largo que se extendió entre 1885 y 1890, después de la muerte de Alfonso XII. El Pacto del Pardo, que dio paso a un gobierno liberal, permitió asegurar la continuidad del sistema. María Cristina, la viuda de Alfonso XII, se hizo cargo de la regencia hasta 1902, cuando su hijo Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad. Durante este período, se implementó el sufragio universal masculino en las elecciones generales (1890).