Historia de España: de la conquista musulmana a la decadencia de la monarquía hispánica

Al-Ándalus: La conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y Califato de Córdoba.

Tras la proclamación de Rodrigo como rey del reino visigodo los hijos del anterior rey Witiza solicitan ayuda a los musulmanes. Así en el año 711 los musulmanes bajo el mando de Tariq entran en la península venciendo al último rey visigodo en la batalla de Guadalupe y ante la pasividad reinante iniciaron la conquista. Al-Ándalus con capital en Córdoba se convirtió en un emirato dependiente (711-757) regido por un emir dependiente de los califas de Damasco. Una etapa muy inestable, llegándose a nombrarse a 23 emires, donde más tarde en 756, Abd al-Rahman fue proclamado emir de Al-Ándalus derrotando así al poder de los qaysíes. En el 756 Abd-al-Rahman I logró escapar y se proclamó emir del Al-Ándalus, con quien comienza el Emirato Independiente (756-929), un periodo de reorganización y consolidación del poder musulmán en Al-Ándalus. En el 929 se proclama califa Abd-Al –Rahman III con lo que se inicia el Califato de Córdoba (929-1031) dará lugar al periodo de máximo esplendor político, cultural y artístico. El general Al-Mansuf implantó una dictadura de los amiríes que duró hasta 1008 donde se inició una guerra civil. Finalmente, Hisham III fue el último califa en Córdoba y en 1031, se decidió la abolición del califato (fue expulsado) por lo que Al-Ándalus quedó fragmentado en un mosaico de 30 reinos independientes, los reinos taifas.

Al-Ándalus: reino de taifas. Reino Nazarí.

Tras la muerte de Almanzor (1031) el califato entra en crisis produciéndose su desintegración en veintisiete reinos de taifas, siempre enfrentados entre sí por lo que fue aprovechado por los reinos cristianos del norte, que le cobraron tributos o parias a cambio de la paz e intensificaron sus ataques que culminaron con la conquista de Toledo en 1085 dirigido por Alfonso VI. Los almorávides entraron en la península y vencieron a los cristianos en la batalla de Sagrajas (Badajoz, 1086), imponiendo su dominio en al-Ándalus hasta 1145 e implantaron un islam muy estricto, pero acaban siendo desplazados dando aparición en 1145 a las segundas taifas. Los almohades dominaron al-Ándalus (1172) tras su victoria sobre los cristianos en Alarcos (1195) frente a Alfonso VIII de Castilla creando como nueva capital Sevilla. Sin embargo, debido la proclamación de la cruzada se producía la victoria cristiana en Las Navas de Tolosa (Jaén, 1212). De esta manera se crean unos terceros reinos de taifas que desaparecen rápidamente a excepción del Reino nazarí de Granada establecido por Muhammad I (1237-1273) fue una población muy numerosa, su economía era equilibrada, una artesanía diversificada y comercio activo.

Al-Ándalus: economía, sociedad y cultura

Los musulmanes potenciaron la agricultura con la práctica del regadío y cultivos de oriente como el arroz, el algodón o las medicinales; la ganadería retrocedió la porcina, desarrollándose la ovina y equina. Se revitalizó la minería, y la artesanía, propio de una sociedad urbana, destacando la seda nazarí o los cordobaneses, mantuvieron un intenso comercio tanto el interior en el zoco de las ciudades como en el exterior. Una economía donde el estado tenía el monopolio de la acuñación de moneda (dirham y dinar). Con el paso del tiempo la sociedad se fue islamizando, en un primer momento el mundo musulmán lo componía una minoría árabe. Más tarde se unieron los muladíes, debajo de ellos se situaban los mozárabes y los judíos que gozaban de libertad de culto, pero tenían la obligación de pagar un impuesto para profesar su fe. Una sociedad donde también destacan los eslavos de palacio o del ejército. En alÁndalus se desarrollaron grandes avances en ciencias como la astronomía, la medicina, la botánica y las matemáticas. Destacan filósofos como Maimónides y Averroes, en la literatura autores de árabe clásico como Ibn Hazm y dentro del árabe vulgar estilos como el zéjel y la moaxaja. Del campo artístico mención especial merecen la mezquita de Córdoba, la Giralda de Sevilla y la Alhambra de Granada.

Los primeros núcleos de resistencia. Principales etapas de la reconquista. Modelos de repoblación.

Tras la desaparición del Reino Visigodo, sólo las algunas zonas del norte quedaron libres de la dominación musulmana, se organizó en dos núcleos: el cantábrico y el pirenaico. El cantábrico aparece antes: se trata del reino astur surgió tras la victoria de Pelayo en la batalla de Covadonga (722), convertido más tarde en el reino de León. De este se desprende el condado de Castilla (siglo X). En la zona pirenaica los francos crean el s. IX la Marca Hispánica, que dará nacimiento al reino de Navarra, el condado de Aragón y los Condados Catalanes. La Reconquista comienza en el siglo XI con el fin del Califato y el aumento de la población castellana. Son tres etapas; la primera (VII-X) los reinos cristianos avanzan hasta el Duero; en la segunda avanzan hasta Toledo (XI-1150); y en la tercera surge en la mitad del s.XII tras el derrumbe de los almohades creando así los segundos reinos de taifas llegando hasta el Guadiana. Por último, tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212) los reinos cristianos avanzan sobre los terceros reinos de taifas a excepción del reino Nazarí, conquistado en 1492. La repoblación es el proceso de ocupación y colonización cristiana de las tierras conquistadas en al-Ándalus. En los s. XII y XIII dará lugar a los latifundios mediante las órdenes militares reciben grandes extensiones de tierras.

Los reinos cristianos en la Edad Media: organización política, régimen señorial y sociedad estamental

Los reinos presentaban una estructura política similar, aunque con diferencias basadas en la monarquía, las cortes y los municipios. El origen de las cortes está en la Curia Regia donde los nobles y clérigos asesoraban al rey. El crecimiento de las ciudades hizo ganar poder a los burgueses naciendo las cortes de tres brazos en 1188 en el Reino de León y desde el s. XIII en los otros reinos. La sociedad fue de carácter feudal, rural y con tres estamentos (nobleza, clero y estado llano) marcados por el nacimiento con lazos de vasallaje entre ellos. Los dos primeros estamentos eran privilegiados. Dentro de la nobleza había diversos grados. La alta nobleza terminó por controlar amplios dominios territoriales llamados señoríos jurisdiccionales donde además de controlar las rentas gozaban de poder jurisdiccional. En la baja nobleza destacan los hidalgos. El clero era el otro grupo privilegiado dividiéndolo en clero secular y regular. Socialmente se distinguía el alto clero, proveniente de la nobleza y el bajo clero, más próximo al pueblo. El estado llano era en su mayoría campesinos que tenían una importante dependencia de los señores, aunque también había algunos sectores de campesinos propietarios.

Reino de Navarra al final de la Edad Media

En Castilla se produce un fortalecimiento de la Monarquía. El sistema está basado en: las cortes (formado por tres brazos), un consejo real (carácter consultivo) y la Chancillería Real (órgano supremo de justicia). Destacan los regidores y corregidores (representantes reales de la monarquía). La Corona de Aragón era una unión de reinos (Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón), en la que cada uno conservaba sus instituciones y sus leyes particulares. La debilidad del poder real se manifestó en el pactismo, por el que se respetaban los fueros y los privilegios de esos reinos (privilegio general,1283). Destacan las cortes (órgano de carácter legislativo), diputaciones (un freno a la autoridad real) y la justicia (en manos de la Justicia mayor). En cada reino el rey tenía un lugar teniente o gobernador, el virrey, que era una especie de primer ministro. A nivel local destacan los Concejos. En Navarra el funcionamiento era más parecido al del reino de Aragón donde destaca el rey, las Cortes (velaba por la conservación de los fueros), el Consejo Real (órgano judicial y de asesoramiento real), la Corte mayor (máximo órgano judicial) y la Cámara de Comptos (encargada de las finanzas reales).

Los Reyes Católicos: Unión dinástica e instituciones de gobierno.

Tras la muerte Enrique IV, en Castilla estalló la guerra civil enfrentando a los partidarios de su hija Juana “La Beltraneja” e Isabel. En 1479 finaliza la guerra con la firma del Tratado de Alcacovas-Toledo dando victoria a Isabel. Este mismo año, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón decidieron gobernar conjuntamente sus territorios, fue una unión personal y dinástica pero no institucional, ya que cada reino seguía conservando sus instituciones. Los Reyes Católicos fortalecieron el poder de la Monarquía autoritaria limitando el de la nobleza y creando instrumentos de control como la Santa Hermandad, la Inquisición (ortodoxia religiosa). En Castilla se fortaleció el poder real, las Cortes perdieron importancia y se convocaron muy pocas veces. Se crearon los Consejos, que tenían funciones legislativas y judiciales, estaban integrados por letrados y dependían directamente de la Monarquía, como el Consejo de Castilla o el de Órdenes Militares. En las ciudades se creó la figura del corregidor, un representante del rey con amplios poderes políticos, administrativos y financieros. En Aragón cada reino mantuvo sus instituciones, pero el rey impuso dos nuevas: el virrey o delegado real y el Consejo de Aragón.

El significado de 1492. La guerra de Granada y el descubrimiento de América.

Los Reyes Católicos unieron las fuerzas de Castilla y Aragón y, aprovechando tensiones existentes en el reino nazarí, conquistaron la zona que rodeaba la ciudad de Granada dejándola aislada, la guerra duró diez años y se ganó por vía diplomática, el rey Boabdil firmó las capitulaciones el 2 de enero de 1492, se permitía a los musulmanes permanecer en el reino con su propia religión, leyes y autoridades. El 31 de marzo de 1492 dio lugar a la expulsión de los judíos lo que traería consecuencias tanto económicas como sociales, los sefardíes descendientes de los judíos tuvieron la nacionalidad española en 2015. El descubrimiento de América se debió a Cristóbal Colón que proyectó llegar a la India navegando hacia el Oeste para evitar a los turcos y a los piratas que dominaban la ruta comercial del Mediterráneo oriental. Tras ser rechazado su proyecto por Juan II de Portugal, lo ofreció a los Reyes Católicos que firmaron con él las Capitulaciones de Santa Fe. El 3 de agosto de 1492 Colón inicia su viaje saliendo de Palos llegando el 12 de octubre a Guanahani, que llevo a firma del Tratado de Tordesillas (1494). Realizó tres viajes más explorando muchas islas del Caribe y llegando a las costas de Venezuela y Centroamérica.

El imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Política del interior y conflictos europeos.

Carlos I (1516-1556), llegó a España en 1517 al frente de una gran herencia territorial y en 1519 recibe la corona imperial. La política interior estuvo marcada por la sublevación de las Comunidades de Castilla (1520-1522) el rey hizo concesiones a la nobleza y se aliaron para acabar con la sublevación, tras la batalla de Villalar (1521), los dirigentes Padilla, Bravo y Maldonado fueron decapitados y la rebelión reprimida. Al tiempo estallan las Germanías (1519-1523) en Valencia y Mallorca, fue un movimiento de contenido social, dirigidas por los gremios y campesinos contra los señores feudales. En ambos conflictos la monarquía salió reforzada y los conflictos europeos reflejaron la aspiración de conseguir una monarquía universal-cristiana: – Guerras con Francia (1521-1544). Francisco I aspiraba al dominio italiano, ello desembocaría en cuatro guerras franco-españolas en Italia, confirmando la hegemonía de Carlos I y la incorporación del Milanesado. Tras la batalla de Pavía (1525) el rey francés fue apresado. Los turcos que amenazaban el Mediterráneo Oriental (Viena) y los protestantes que le obligaron a decretar la libertad religiosa en el Imperio alemán (paz de Augsburgo, 1555).

La monarquía Hispánica de Felipe II. Gobierno y administración. Los problemas internos. Guerras y sublevación en Europa.

Felipe II gobernó asesorado por Consejos divididos en dos categorías; lucha por la hegemonía y defensa de su patrimonio territorial; y los conflictos externos. En política interior tuvo que hacer frente a una rebelión de moriscos en las Alpujarras (1568) que tardó dos años en sofocar. Los ejes de su política exterior fueron: la rivalidad contra Francia (victoria de San Quintín, 1557) la lucha contra los turcos (victoria de Lepanto, 1571), países Bajos (sublevación de provincias protestantes del norte-1566); e Inglaterra, apoyaba a los sublevados holandeses y hostigaba el comercio colonial, (Armada Invencible 1588). Desde 1559 no se ausentó de España, fijó la capital en Madrid (1561), se rodeó de consejeros españoles. En el gobierno y administración potenció las instituciones creadas por los Reyes Católicos: los consejos (Estado, territoriales y especializados), secretarios, virreyes y gobernadores, y creó las Juntas. Respetó las instituciones de cada reino; pero no evitó conflictos internos, ya que su política se basada en el poder absoluto y defensa de la ortodoxia católica, lo que les enfrentó a dos rebeliones: moriscos en las Alpujarras (1568- 1570) y en Aragón (1590-1592) En 1580 incorporó Portugal a su Imperio, la muerte del rey don Sebastián, sin herederos, dejó a Felipe como heredero de ese trono

e hizo valer sus derechos dinásticos, con la derrota portuguesa, las Cortes de Tomar (1581) le reconocieron rey.

3.5 Exploración y colonización de América. Consecuencias de los descubrimientos en España, Europa y América. En el s. XVI se realizan nuevas expediciones: Núñez de Balboa (1513) descubrió el océano Pacífico, Magallanes (1519) y Elcano (1522) realizaron la vuelta al mundo. En una primera etapa se incorporaron los grandes imperios americanos: Hernán Cortés conquistó el Imperio Azteca (1519-1521) y Francisco Pizarro el Imperio Inca (1533), obra de Pizarro y Almagro, formando el virreinato del Perú (1542). Posteriormente se incorporaron los territorios de América Central y del Sur, salvo Brasil, y el sur de América del Norte. El descubrimiento y colonización, acarreó consecuencias en España, Europa y América en distintos ámbitos: – Económicas. Intercambio comercial, a través de la Casa de Contratación de Sevilla; llegando nuevos productos (patata, cacao, tabaco) y Castilla suministraba vid, aceite, ganado, trigo. Pero la afluencia de oro y plata hizo aumentar los precios en Castilla; y una inflación en EuropaExplotación indígena. A través de repartimientos (asignación de la población indígena para el trabajo en el campo), encomiendas (sistema de explotación que encomendaba a los colonos la evangelización de los indígenas a cambio de trabajo) y mita (Trabajo forzoso realizado por los indios después de un repartimiento realizado por sorteo), a pesar de la Ley de Burgos (1512) y Leyes Nuevas (1542), y de la defensa de personajes como Fray Bartolomé de las Casas (m. 1566). – Políticas. La monarquía hispana primera potencia mundial, pero endeudada con los banqueros europeos. – Expansión de la cultura europea, en detrimento de la autóctona; surgiendo una mentalidad colonial. 4.2. La nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las reformas. La llegada de los Borbones al Trono español significó la consolidación del absolutismo monárquico de inspiración francesa. El monarca absoluto constituía la encarnación del Estado; le pertenecía el territorio y de él emanaban las instituciones; su poder era ilimitado. Así Felipe V y Fernando VI promulgaron los Decretos de Nueva Planta, por los que la organización político-administrativa de Castilla pasaba a regir también en la Corona de Aragón, que perdía su soberanía, integrándose en un modelo centralista y uniforme, del que solo se exceptúan Navarra y el País Vasco. Se abolieron las tres Cortes de aquella Corona, integrándolas en las de Castilla, que pasan a llamarse Cortes de España. Estas sólo se reúnen a iniciativa del rey, para jurar heredero. También se suprimió el Consejo de Aragón, cuyas funciones fueron asumidas por el de Castilla (Tribunal Supremo). En la Administración central se crearon Secretarías de Estado, órganos unipersonales nombrados por el Rey, y en la regional las intendencias (precedentes de las provincias); tanto los intendentes como los Corregidores locales eran nombrados directamente por el Rey. 


3.6 Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de válidos. La crisis de 1640. Los reyes del s. XVII llamados “Austrias menores” por su presunta ineficacia política, delegan las decisiones de gobierno en sus válidos, destacan el duque de Lerma con Felipe III, el conde duque de Olivares con Felipe IV, en la regencia de Mariana de Austria el jesuita Nithard, y con Carlos II Juan José de Austria. Sus decisiones políticas acarrearon conflictos internos: – El duque de Lerma decretó la expulsión de los moriscos (1609-1614), con graves consecuencias económicas. – Olivares planteó una política reformista con proyectos: Un banco estatal (red nacional de erarios); unificación jurídica e institucional: Gran Memorial; y un ejército nacional permanente: Unión de Armas. La oposición a esta política provocó revueltas en Andalucía, Vizcaya y Sicilia; y rebeliones en 1640 en Cataluña y Portugal. La crisis de 1640 se inicia en 1639, cuando los tercios reales enfrentados a Francia, penetran en Cataluña, provocando protestas campesinas. En 1640 estalla una rebelión de campesinos en Barcelona, unidos a los segadores el día del Corpus (Corpus de Sangre), asesinando al virrey. Los catalanes ofrecen el condado de Barcelona a Francia por su ayuda, nombrando un virrey. En 1652 las tropas de Felipe IV ponen fin a la secesión. En 1640 se inicia la rebelión en Portugal. Los nobles cansados de la política española, nombran rey al duque de Braganza (Juan IV). Finalmente, apoyado por Francia e Inglaterra, España acabaría reconociendo su independencia en 1668. 3.7 La guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa. El siglo XVII supuso el fin de la hegemonía española en Europa. La política exterior de Felipe III (1598-1621) estuvo presidida por la pacificación, firma la paz con Inglaterra (1604), la Tregua de los Doce Años con los Países Bajos (1609), y paz con Francia al morir Enrique IV; pero en 1618 estalló la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), entre los príncipes protestantes alemanes y el emperador católico Fernando II, a quien apoyaba la monarquía hispánica. Así este conflicto local se convirtió en europeo, la cuestión religiosa acabó siendo un pretexto, ya que lo que se jugaba era el orden internacional. En el reinado de Felipe IV (1621-1665) expiró la Tregua de los Doce Años, reanudándose la guerra, mientras que Francia entra en la Guerra de los Treinta Años a favor de Suecia y Países Bajos. Por otro lado, la sublevación de Cataluña y Portugal 1640 merma las fuerzas españolas, que son derrotadas por las francesas en Rocroi (1643). La Guerra de los Treinta Años finaliza en 1648 con la firma de la Paz de Westfalia, España reconoce la independencia de Holanda iniciándose la hegemonía francesa en Europa, España firma la Paz de los Pirineos cediendo el Rosellón y la Cerdaña. Finalmente, se forma la liga de los Augsburgo junto a los Habsburgo alemanes, Inglaterra y Holanda, deteniendo el expansionismo francés.  


3.8. Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus consecuencias. El siglo XVII fue un siglo de crisis en Europa. Los factores fundamentales de la crisis en España fueron: – El descenso demográfico como consecuencia de: grandes epidemias (tres oleadas de peste); la expulsión de los moriscos, que perjudicó sobre todo a Valencia y Aragón; las guerras constantes, y crisis de subsistencias. – La depresión económica. Al descenso demográfico se unió el endeudamiento de la Corona, que agudizó la depresión económica. Así la producción agrícola disminuyó, mientras que la ganadería sedentaria creció frente a la trashumante, perjudicada por la disminución de exportaciones a Flandes. La artesanía castellana entró en recesión. La metalurgia vasca y la industria naval estaban en crisis. Decayó el comercio en América, agudizando el endeudamiento que suponía el mantenimiento del Imperio. Hacia 1680 se inicia una mejoría: aumenta la natalidad, y se recupera lentamente la producción y el comercio. Las consecuencias de la crisis, afectó a todos los grupos de la sociedad estamental del XVII. La nobleza y el clero aumentaron en número, la primera endeudada al disminuir sus rentas y querer mantener su nivel de vida. La burguesía intentaba ennoblecerse; y la situación de los campesinos empeoró, aumentando las revueltas y la emigración a Madrid o a la periferia. En torno a esta sociedad vivían mendigos, pobres y maleantes. El personaje más característico de este período es el pícaro, que en palabras de Bennassar es el alter ego del noble, ya que también vive del trabajo de los demás. 3.9. Crisis y decadencia de la monarquía hispánica: el reinado de Carlos II y el problema sucesorio. A la muerte de Felipe IV, ante la minoría de Carlos II comenzó la Regencia de Mariana de Austria (1665-1675) hasta la mayoría de edad de su hijo. Ya con Carlos II al frente de la corona (1675-1700), la delegación del poder siguió en manos de validos como Juan José de Austria y el duque de Medinaceli. La inestabilidad política fue en aumento, privatizándose muchas funciones, situación aprovechada por la nobleza y la Iglesia. A pesar de la decadencia política, la situación económica y demográfica mejoró las últimas décadas del siglo; ello no evitaría el tener que hacer frente a conflictos como la revuelta de los Barretines en Cataluña (1688- 1689), la Segunda Germanía en Valencia (1693) y el Motín de las Gatos en Madrid (1699). Pero el problema sucesorio fue el más importante. Hacia 1697, se intuía la muerte próxima del rey, y como este no tenía descendencia, se barajaron dos posibles sucesores: Felipe de Borbón, duque de Anjou, buscando el apoyo francés, y Carlos de Austria, de la rama austriaca de los Habsburgo. Carlos II se decantaría por el primero dejándolo como heredero al trono; el temor de algunas potencias a un bloque hispanofrancés, provocó a la muerte del rey, la Guerra de Sucesión Española.


4.3. La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña. El Siglo XVIII fue un período de transición del Antiguo Régimen al mundo contemporáneo; en efecto, el modelo económico (feudalismo), social (clases privilegiadas y no privilegiadas) y político (monarquía absoluta) fue duramente criticado por el movimiento conocido como lustración, que concede prioridad a la razón, el conocimiento científico, el progreso y el derecho a la felicidad… La lustración llega a España tardíamente, con Carlos Ill. En agricultura Jovellanos realiza un “informe sobre la ley agraria, se liberalizó el precio del grano siguiendo las indicaciones de las Sociedades de Amigos del País, y se suprimió la Mesta. En industria se crearon las Reales fábricas (tapices, cristal y porcelana) y se permitieron talleres privados fuera de las restricciones de los gremios. El comercio se libera del monopolio de Cádiz para comerciar con América, lo que hace que incremente Cataluña. Se reformó la Hacienda, creando el Banco de San Carlos, precedente del Banco de España. Causas del despegue económico de Cataluña; 1º: El sistema de mayorazgos, que mantenía la propiedad de la tierra, unida a la limitación del precio de los arrendamientos, generaron capitales que permitieron: 2º: La mejora de las técnicas agrícolas. 3°: El consiguiente desarrollo del comercio, no sólo local. 4°: El desarrollo de la industria textil catalana, y su protección, con prohibición de importaciones de bienes de Asia. 5°: El fin del monopolio del comercio con América, y, por tanto, la entrada del empresariado catalán en dicho comercio. De este modo, la burguesía catalana acumuló los capitales necesarios para abordar la revolución industrial del Siglo XIX. 4.4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El despotismo ilustrado: Carlos III. El pensamiento ilustrado no sólo nutrió de ideas y programas a los economistas del Siglo XVIII que se enfrentaron al Antiguo Régimen, sino que se traduce en una serie de medidas en diversos ámbitos: En lo social puede destacarse el Decreto de 1783 para declarar “honestas” todas las profesiones, que se consideran un mérito para conseguir la hidalguía. Se impone la obligatoriedad de la educación primaria; se reformaron los estudios universitarios (San Isidro, Madrid); se crean las Reales Academias (Historia, Bellas Artes Lengua…), así como las escuelas de artes y oficios. En lo político, tras el modelo absolutista francés de Felipe V y Fernando VI, con Carlos III (que previamente había sido rey de Nápoles) se inicia la etapa conocida como el despotismo ilustrado (todo para el pueblo, pero sin el pueblo), que implicaba el desarrollo del progreso y racionalización ilustrada siempre que no atentaran contra el poder de la monarquía absoluta. Su reinado supuso un notable avance en la instrucción pública, el saneamiento de las ciudades, el desarrollo de actividades productivas, etc.


1.1. Sociedad y economía en el Paleolítico y Neolítico. La pintura rupestre. La prehistoria peninsular comenzó cuando los primeros pobladores llegaron hace unos 800.000 años, eran nómadas y su supervivencia se basaba en la caza, la pesca y la recolección de frutos. De los tres periodos del paleolítico cabe destacar, en el P. Inferior (800000-150000 a.C.), el yacimiento de Atapuerca (Burgos) con los restos más antiguos de Europa, Homo Antecessor. En el P. Medio (150000-40000 a.C), el neandertal creador de la industria lítica, musteriense. En el P. Superior (40.000-10000 a.C), la llegada del homo sapiens y el yacimiento de Altamira (Cantabria) que es el más importante por sus pinturas rupestres descubiertas por Marcelino Santuola en 1879. Es un arte figurativo en el que destacan los animales. Es naturalista y polícromo. Su significado (Arte por Arte, magia simpática, simbolismo…) sigue siendo discutido por los expertos. En el mesolítico hubo un cambio climático y los pobladores migraron a las costas levantinas. Hacia el 5000 a.C. aparecieron las primeras comunidades neolíticas que atestiguan el paso de nómadas a sedentarios por la práctica de la agricultura y la ganadería. Destaca la cultura de los sepulcros de fosa (Cataluña). En la zona levantina sobresalen las pinturas de Cogull (Lleida), arte levantino, escenas con carácter narrativo. Aparecen figuras humanas que tienden a la esquematización y es monocromático. La aparición de una cultura megalítica en la zona de Almería, el poblado de los Millares, hace pensar en la existencia de una sociedad estratificada. Destaca la cultura talayótica (Baleares). 1.2. Los pueblos prerromanos. Las colonizaciones históricas: fenicios y griegos. Tartessos. Las colonizaciones transcurrieron durante el primer milenio a.C. cuando llegaron los fenicios, griegos y cartagineses debido a intereses en los recursos mineros de la Península. Los fenicios fundaron Gadir (Cádiz) donde se encontraba el oráculo de Hércules-Melkart. Los griegos de Focea fundaron Emporion (Ampurias) y Rhode (Rosas), y los cartagineses fundaron Ebbyssus (Ibiza), Cartago Nova (Cartagena) y Barcino (Barcelona). Estos pueblos introdujeron los esclavos, el alfabeto, la salazón, la triada mediterránea y la moneda. Tartessos fue un reino prerromano que destacó por su actividad minera y metalistería, espadas pistiliformes y tesoros de Aliseda. Las fuentes grecorromanas destacan su riqueza en metales preciosos. Schulten intentó encontrar la capital de su reino, excavando sin éxito en Doñana (Huelva). En la segunda mitad la Península Ibérica queda dividida en dos culturas: los pueblos íberos y los celtas. Los Íberos fueron muy influenciados por los colonizadores reflejándose en la escritura y el uso de la moneda. Aunque tenían una misma cultura no estaban unidos políticamente. En el arte destaca la escultura de la Dama de Elche. Usaban la incineración y eran politeístas. Los celtas llegaron a la Península desde el Centro de Europa. Se instalaron en el Norte, valles del Duero y del Ebro. Dedicados a actividades agroganaderas, tuvieron un gran desarrollo metalúrgico pero no conocían ni la escritura ni la moneda. En el arte destacan los toros de Guisando. Los celtíberos eran los pueblos situados entre los celtas y los íberos.


1.3. Conquista y romanización de la Península Ibérica. Principales aportaciones romanas en los ámbitos social, económico y cultural. Los romanos llegaron a la Península debido a su guerra con Cartago durante la Segunda Guerra púnica (218-201 a.C) y se quedaron por la riqueza. La conquista se realizó en tres etapas. En la primera etapa (218-197 a.C.) lograron dominar la costa mediterránea y el sur peninsular. Durante la segunda etapa (153-133 a.C.) se conquistó la Meseta, el oeste y noroeste peninsular y se caracterizó por la resistencia de algunos pueblos como los lusitanos comandados por Viriato que unificó a los celtíberos en contra de los romanos, y Numancia, última ciudad celtíbera conquistada por el Escipión Emiliano. Durante la última etapa (29-19 a.C.), sometieron a los cántabros y astures. En estas guerras el emperador Octavio Augusto estuvo presente. Pueblos como los vascones nunca fueron conquistados por los romanos. Tras la conquista llegó la romanización, proceso en el que la cultura, lengua (latín) y religión del imperio romano es progresivamente adoptada por los habitantes de la península. Fue más intensa en el Mediterráneo Occidental que en el Oriental. En este proceso jugaron un papel fundamental las instituciones romanas, el derecho y la fundación de ciudades como: Emérita Augusta, Corduba, Caesar Augusta, etc. Artísticamente destaca el teatro de Mérida, el acueducto de Segovia y el puente de Alcántara. La gran novedad fue la llegada del cristianismo en el siglo IV. En cuanto a la economía destaca la triada mediterránea y la salsa Garum. Por último, era sociedad desigual basada en la esclavitud. 1.4. El reino visigodo: origen y organización política. Los concilios. En el año 409 los pueblos germanos (suevos, vándalos y alanos) ocupan y devastan Hispania ante la grave crisis que estaba sufriendo todo el Imperio Romano. En 416 los visigodos que firmaron un pacto con Roma, penetraron en Hispania para expulsar a los bárbaros y se asentaron. Fundaron el reino visigodo de Hispania con capital en Toledo (507-711) y Atanagildo como rey. Los bizantinos en el reinado de Justiniano conquistaron el sur de la península, que pasó a ser una provincia bizantina (Spania) con capital en Cartago Spartaria. El rey Leovigildo (568-586) unifica el reino territorialmente. Con el Codex Revisus se unifica socialmente la sociedad. Su hijo Recaredo (586-601), convertido al catolicismo en 587, consigue en el III Concilio de Toledo (589) la unidad religiosa. La Unidad jurídica se logró con el Fuero Juzgo por Recesvinto (653). La monarquía visigoda era electiva. El monarca era elegido por los nobles (primus inter pares). Los monarcas asociaban a sus hijos al trono para que tuvieran más facilidad de ascensión al trono. La nobleza no aceptó al rey elegido por el clan familiar de Witiza y proclamó rey a Rodrigo. Los witizanos pidieron ayuda a los musulmanes que acabaron por conquistar todo el reino (711). Entre las principales instituciones destacaron el Aula Regia, asamblea consultiva para asesorar al rey. Los concilios fueron asambleas con carácter religioso y político, convocados por el rey, para refrendar sus decisiones. Reunía a todos los obispos del reino. Sus decisiones tenían valor de ley.