Historia de al-Ándalus y la Península Ibérica

CALIFATO DE CÓRDOBA

Régimen político establecido en al-Ándalus entre los años 929 y 1031. Abderramán III rompió los vínculos con Bagdad y se proclamó Califa, dando origen a la época de mayor esplendor de al-Ándalus, tanto en lo político como en lo económico y cultural. Se creó un estado fuerte, con la corte emplazada en Córdoba (Medina Azahara), caracterizado por una administración centralizada, con las ciudades como núcleos económicos, con una fuerte recaudación de impuestos y con un potente ejército. Su sociedad presentaba una gran variedad de grupos étnicos y religiosos. A principios del siglo XI el Califato entró en crisis, dando paso esta etapa de máximo esplendor de al-Ándalus a la de los reinos de taifas.

REINOS DE TAIFAS

Entidades políticas independientes en las que se dividió al-Ándalus tras la disolución del Califato de Córdoba (1031). El territorio andalusí se dividió en más de veinticinco reinos que gozaron de prosperidad económica y cultural. Sin embargo, la fragmentación política y la debilidad militar les obligó a pagar impuestos (parias) a los reinos cristianos. Los almorávides y almohades los unificaron temporalmente, puesto que, cuando estos pueblos abandonaron la Península, los territorios musulmanes se descompusieron de nuevo en taifas, que se fueron debilitando con el empuje de los reinos cristianos. A partir del siglo XIII sólo se mantuvo independiente el Reino nazarí de Granada, conquistado por los Reyes Católicos en 1492, suponiendo el final de al-Ándalus.

MOZÁRABES

Grupo social minoritario de religión cristiana que vivió en el Estado musulmán de al-Ándalus a partir del año 711. Al contrario que los muladíes, los mozárabes no se convirtieron al islam, conservando su religión, leyes, costumbres y propiedades. Debían pagar un tributo anual y contribuir a la defensa del Estado, vivían en barrios separados y no podían acceder a cargos públicos. Progresivamente se fueron arabizando y las conversiones al islam redujeron su número, desapareciendo del territorio andalusí en el siglo XII por la presión almohade. Su existencia favoreció la integración religiosa y cultural en la Península.

PUEBLOS PRERROMANOS

Conjunto de sociedades indígenas que conformaron tres culturas diferentes en la Península Ibérica en el primer milenio a.C. y que encontraron los romanos en el siglo III a.C. Las tres culturas son: celta, ibérica y celtibérica. Los celtas se localizaban en el centro, oeste y norte de la Península y tenían influencias indoeuropeas. Desarrollaron una economía agropecuaria y se dedicaron a la minería y a la metalurgia. Hablaban un idioma indoeuropeo y no conocían ni la escritura ni la moneda. Los iberos se localizaban en las costas este y sur y tenían influencias fenicias, griegas y cartaginesas. Tenían una economía agraria aunque también practicaban la minería, la metalurgia, la artesanía y el comercio. Hablaban lenguas emparentadas entre sí, desarrollaron la escritura y tenían su moneda. El contacto entre celtas e iberos originó la aparición de los celtíberos, que ocupaban el este de la Meseta y el Sistema Ibérico. Tenían una economía agropecuaria y producían hierro. Hablaban una lengua propia y por influencia ibérica adoptaron su alfabeto y desarrollaron la moneda. Estas tres culturas conforman el sustrato histórico peninsular previo a la romanización.

VASCONES

Pueblo prerromano que habitaba en la actual Navarra y zonas limítrofes del País Vasco, La Rioja y Aragón en el primer milenio a.C. No eran un pueblo homogéneo y los romanos, a su llegada a Navarra (II-I a.C.), distinguieron dos zonas: el saltus vasconum (al norte, en la montaña) y el ager vasconum (al sur, en el llano). Los vascones del saltus practicaban una economía de subsistencia basada en la ganadería y vivían aislados en pequeñas aldeas y cuevas, siendo poco romanizados. Los del ager eran agricultores y vivían en centros urbanos, siendo más permeables a la romanización. A pesar de las influencias exteriores debían de tener cierta conciencia de grupo y rasgos que les daban unidad, como su lengua (vasco o euskera).

ANDELOS

Antigua ciudad romana situada cerca de Mendigorría, en una terraza del río Arga, que alcanzó su esplendor entre los siglos I y II d.C. Desarrollada sobre un asentamiento de la Edad del Hierro, la ciudad tenía una estructura de calles en retícula y se conserva la planta de varias casas con pavimentos y mosaicos. Además contaba con un complejo hidráulico formado por una presa, un depósito regulador y un acueducto para abastecer de agua a la ciudad. Su extensión y la importancia de los restos hallados la convierten en uno de los principales enclaves de la Navarra romana.

LA CONQUISTA ROMANA DE HISPANIA

Proceso histórico desarrollado en la Península Ibérica entre los años 218 y 19 a.C. Supuso el dominio de este territorio por Roma, realizándose la conquista en tres etapas. La primera (218-197 a.C.) se produjo dentro de la Segunda Guerra Púnica entre Cartago y Roma, cuando los romanos desembarcaron en Ampurias para frenar el avance de Aníbal, expulsando a los cartagineses y dominando la costa mediterránea. La segunda etapa (197-133 a.C.) supuso la conquista de la Meseta tras vencer la resistencia de lusitanos (rebelión de Viriato) y celtíberos (asedio de Numancia). En la última etapa (29-19 a.C.) Augusto llevó a cabo las guerras cántabras, sometiendo a cántabros y astures y logrando el dominio total de la Península. Así sus habitantes quedaron integrados en el Imperio romano durante cinco siglos.

ROMANIZACIÓN

Proceso cultural experimentado por los pueblos conquistados por Roma entre los siglos III a.C. y V d.C. Estos pueblos asimilaron los elementos culturales romanos: el latín, el derecho, las instituciones, las costumbres y las creencias religiosas. Fue un proceso lento que en la península Ibérica no afectó por igual a todas las zonas y que se vio favorecido por la integración de los jefes indígenas en la administración, el asentamiento de colonos latinos, la urbanización del territorio, la extensa red de calzadas romanas y la concesión del derecho de ciudadanía romana. Supuso la integración del territorio hispano en el marco cultural romano.

MONARQUÍA VISIGODA

Régimen político establecido en la península Ibérica por los visigodos entre los años 507 y 711 (batalla de Guadalete). Tras la caída del Imperio Romano (476) y la batalla de Vouillé (507) establecieron un reino independiente en la Península con capital en Toledo. Era una monarquía hereditaria en la que el rey gobernaba con apoyo del Aula Regia y de los Concilios de Toledo. Lograron unificar la Península en lo territorial (ss. VI-VII), jurídico (Liber Iudiciorum, s. VII) y religioso (conversión de Recaredo al catolicismo, s. VI). Los visigodos constituyeron en la Península el primer Estado unitario pero los conflictos sucesorios y una crisis generalizada facilitaron la invasión musulmana.