El Sexenio Democrático (1868-1874)
Introducción
Este periodo marcó la consolidación de un nuevo régimen liberal, opuesto al moderantismo del periodo isabelino. La Revolución Gloriosa inició una etapa de libertades que se plasmó en la Constitución de 1869 y culminó con el intento fallido de establecer la Primera República.
Orígenes y Estallido de la Revolución Gloriosa (1868)
En los últimos años del reinado de Isabel II, varias crisis económicas se unieron, creando una situación política inestable y propiciando el estallido de la Revolución Gloriosa:
- Crisis financiera: La escasa rentabilidad de las inversiones ferroviarias.
- Crisis industrial: El encarecimiento del algodón a causa de la Guerra de Secesión en Estados Unidos.
- Crisis de subsistencia: Provocada por las malas cosechas y el aumento de precios.
A estas crisis se sumó un creciente movimiento político de oposición. El descontento popular era generalizado. En abril de 1865, la represión de la manifestación estudiantil conocida como la Noche de San Daniel, que resultó en 14 muertos, evidenció la brutalidad del régimen. Un acontecimiento decisivo fue la firma del Pacto de Ostende en 1866, donde demócratas y progresistas acordaron destronar a Isabel II.
El desarrollo de la revolución fue el siguiente:
- En septiembre de 1868, el almirante Juan Bautista Topete, apoyado por los generales Juan Prim y Francisco Serrano, inició un pronunciamiento militar en Cádiz al grito de «¡Viva España con honra!», que rápidamente se extendió por todo el país.
- En los días siguientes, Prim organizó Juntas revolucionarias en diversas ciudades.
- Finalmente, las tropas gubernamentales y las de los sublevados se enfrentaron en la Batalla de Alcolea, resultando en la derrota de las primeras y el exilio de la reina Isabel II.
Este triunfo dio paso a la formación de un Gobierno Provisional liderado por Prim y Serrano.
El Gobierno Provisional y la Constitución de 1869
Durante este periodo, se promulgó la Constitución de 1869, una de las más avanzadas de su tiempo, que establecía:
- El sufragio universal masculino.
- Una amplia declaración de derechos y libertades individuales.
- La limitación de los poderes del monarca.
- El refuerzo de la independencia judicial, creando la figura del juez por oposición.
Entre las medidas económicas adoptadas por el Gobierno Provisional para favorecer el desarrollo del país, destacan:
- El establecimiento de la peseta como moneda única.
- La inversión en actividades mineras.
- La implementación de un sistema económico librecambista, a través de la aprobación de la Ley de Bases Arancelarias.
España se encontraba en la paradoja de ser una monarquía sin rey. Esta situación se intentó solucionar provisionalmente con una regencia presidida por Francisco Serrano, mientras que Juan Prim asumió la dirección del gobierno. Finalmente, Prim, como presidente del Consejo de Ministros, propuso y logró la elección de Amadeo I de Saboya como nuevo monarca.
El Reinado de Amadeo I de Saboya (1870-1873)
Amadeo I llegó a España el 30 de diciembre de 1870, pero tres días antes, su principal valedor, el general Prim, había sido asesinado. La ausencia de Prim dejó al nuevo rey sin su principal apoyo político, lo que marcó el inicio de un reinado plagado de problemas. Amadeo fue proclamado rey el 2 de enero de 1871.
El monarca se encontró con una fuerte oposición por parte de diversos sectores:
- Los conservadores, liderados por Antonio Cánovas del Castillo, quienes defendían la restauración de la dinastía borbónica en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II.
- El clero, opuesto a la Constitución de 1869 y a las medidas laicistas.
- Parte de la burguesía, contraria a ciertas medidas sociales como la abolición de la esclavitud en Cuba.
- Los republicanos, que se oponían a la monarquía como forma de gobierno, y los carlistas, quienes iniciaron la Tercera Guerra Carlista (1872-1876) en defensa de su pretendiente.
A esta oposición se sumaron las dificultades internas del Gobierno. Serrano formó el primer gobierno de coalición (unionistas, progresistas y demócratas), pero la división entre los progresistas no tardó en manifestarse. Esta inestabilidad política, con seis gobiernos en apenas dos años, debilitó gravemente a la monarquía. Además, se recrudeció el problema cubano.
Ante la imposibilidad de gobernar, en febrero de 1873, Amadeo de Saboya presentó su renuncia al trono. Inmediatamente, el Senado y el Congreso, reunidos en Asamblea Nacional, proclamaron la Primera República Española.
La Primera República Española (1873-1874)
Aunque Francesc Pi i Margall fue una figura clave en su proclamación, la Primera República nació en un contexto de gran inestabilidad. Su fracaso fue rápido, marcado por los constantes enfrentamientos internos entre las diferentes facciones republicanas (federales y unitarios). Esta inestabilidad se tradujo en la sucesión de cuatro presidentes en los escasos once meses de su existencia (febrero de 1873 – enero de 1874):
- Estanislao Figueras: Primer presidente. Su principal objetivo fue la elaboración de una nueva Constitución, enfrentándose a problemas como el inicio de la Tercera Guerra Carlista y el conflicto en Cuba. A pesar de las dificultades, impulsó medidas democráticas como:
- La abolición de la esclavitud en Puerto Rico.
- La abolición de las quintas (servicio militar obligatorio).
- Una amplia amnistía.
- Francesc Pi i Margall: Segundo presidente. Durante su mandato, persistieron los conflictos de la Guerra de Cuba y la Tercera Guerra Carlista. Además, estalló el fenómeno del cantonalismo, donde algunas ciudades se proclamaron repúblicas independientes. Desbordado por la situación, dimitió.
- Nicolás Salmerón: Tercer presidente. Gobernó por un breve periodo, centrándose en restablecer el orden militar y la autoridad del Estado.
- Emilio Castelar: Cuarto presidente. Su gestión también se centró en la restauración del orden público.
El 4 de enero de 1874, el general Manuel Pavía, apoyado por la Guardia Civil, dio un golpe de Estado que disolvió las Cortes y puso fin a la Primera República.
La Dictadura de Serrano y el Fin del Sexenio Democrático
Tras el golpe de Pavía, el general Francisco Serrano asumió la presidencia del Poder Ejecutivo de la República. Aunque no era monárquico ni republicano convencido, su gobierno fue de carácter autoritario. Serrano logró sofocar el cantonalismo, pero no pudo poner fin a la Tercera Guerra Carlista.
Finalmente, en diciembre de 1874, el general Arsenio Martínez Campos protagonizó un pronunciamiento militar en Sagunto, proclamando a Alfonso XII, hijo de Isabel II, como rey de España. Este golpe de Estado fue el culmen de la estrategia política de Antonio Cánovas del Castillo, quien había preparado el retorno borbónico. Cánovas había logrado que Alfonso XII firmara el Manifiesto de Sandhurst, un documento que presentaba al futuro rey como un monarca constitucional y conciliador, respetuoso con el modelo político liberal.
Conclusión: El Legado del Sexenio y el Inicio de la Restauración
El Sexenio Democrático, a pesar de sus intentos por establecer un régimen liberal y democrático, concluyó con el fracaso de la Primera República y la inestabilidad política. España inició así una nueva etapa histórica: la Restauración Borbónica, con Alfonso XII como monarca, que sentaría las bases de un nuevo sistema político.