El Reinado de Isabel y Fernando: Pilares de la España Moderna

1º Paso. La Unión Dinástica.

La unión de Castilla y Aragón se realizó a través de una unión personal-dinástica (matrimonio entre Isabel y Fernando en 1469, ambos Trastámara). Esta unión se hizo efectiva cuando ambos ejercieron como reyes de sus coronas en 1479.

Al morir Enrique IV, estalló la guerra civil en Castilla. Su hermana, Isabel de Castilla, que contaba con el apoyo de Aragón, y Juana “la Beltraneja”, apoyada por Portugal, se enfrentaron en un conflicto que culminó con la batalla de Toro en 1476 y la Paz de Alcaçovas con Portugal en 1479. Isabel fue reconocida reina de Castilla y Fernando rey de Aragón en 1479.

Características de la Unión Dinástica:

  • No fue una unión territorial: Isabel y Fernando eran reyes al mismo nivel en sus respectivas coronas.
  • No supuso una unión institucional o territorial.
  • No existía el término “Reyes de España”.

Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando, fue el lema que sería la base de la unificación política española.

Se hizo evidente la necesidad de completar la unificación territorial.

2º Paso. Organización del Estado: Creación de una Administración Central.

Los Reyes Católicos continuaron la política de sus antecesores, tendente a acrecentar el poder real a costa de las instituciones y grupos sociales. Los objetivos de la centralización del poder fueron:

  • Articular el poder de la Monarquía de forma que la voluntad de los monarcas llegara a todo el territorio.
  • Contrarrestar el poder de la nobleza y la Iglesia: limitando al máximo el poder de los señores feudales y evitando que pudieran ejercer derechos que eran de la realeza. A cambio de su sumisión política, les garantizaron poder e influencia, lo que se reflejó en las Leyes de Toro (1505).
  • Dotarse de una serie de instituciones y órganos de gobierno eficaces para desarrollar la autoridad Real y el control estatal.

Las instituciones seguían el modelo de Castilla. Sin embargo, la unión dinástica no supuso ni unidad política ni administrativa. Cada corona mantuvo sus propias particularidades:

Corona de Aragón:

  • Mantuvo un carácter soberano.
  • Conservó sus propias instituciones, como las Cortes del Reino de Aragón, las Cortes del Reino de Valencia y la Generalitat de Cataluña.

Corona de Castilla:

El autoritarismo regio supuso un mayor sometimiento de la nobleza y un control más directo de las instituciones de gobierno por los Reyes Católicos. A la cabeza de estas instituciones se encontraba el Consejo de Castilla, el máximo órgano político y administrativo. Destacan también las Cortes del Reino de Castilla, las Audiencias y el Tribunal de la Inquisición, en el que los reyes se basaron para mantener la fe católica y la unidad social, siendo la única institución común en ambas coronas. El orden público estaba en manos de la Santa Hermandad. La administración local estuvo a cargo de los concejos o ayuntamientos, los Corregidores y diversos cargos menores.

3º Paso. La Expansión Territorial Interior: Granada y Navarra.

El objetivo de la expansión fue la consolidación del Estado y la unificación política de la Península. Para ello, los medios fueron la conquista militar y la vía diplomática, estructurándose en las siguientes fases:

  1. Conquista del Reino Nazarí de Granada (por Castilla) entre 1482-1492: Se trató de una cruzada contra los infieles (respaldada por una bula papal de Sixto IV), realizada con los recursos económicos de la monarquía, la Iglesia y la nobleza, que se unieron para este fin. La incorporación del último reducto musulmán fue en 1492, con la firma de las Capitulaciones de Granada, lo que les permitió obtener el título de Reyes Católicos por parte del papa valenciano Alejandro VI.
  2. Rosellón y Cerdaña (Aragón): Recuperación por vía diplomática de territorios que formaban parte de la Corona de Aragón bajo Juan II, padre de Fernando. Se firmó el Tratado de Barcelona en 1493.
  3. Canarias (Castilla, 1500): Se llevó a cabo la ocupación definitiva de las islas (1478-1500), iniciada en el siglo XIV, con el apoyo de comerciantes andaluces interesados económicamente en la ruta atlántica, ante la saturación del Mediterráneo. Buscaban en la costa africana y sus islas azúcar, pesquerías, oro y esclavos. En el Tratado de Alcaçovas (1479), se puso fin a la cuestión atlántica al ver reconocido Portugal su monopolio comercial al sur del cabo Bojador, si bien renunciaba a las Canarias, que quedaban para Castilla.
  4. Anexión de Navarra (1512-1515, Castilla): Exponente de la hegemonía militar y de la política belicista de la Corona Hispánica. En guerra con Francia (Navarra tenía una dinastía francesa), y aprovechando la negativa de Navarra a ser zona de paso de las tropas castellanas, se procedió a su invasión. Navarra estaba sometida además a luchas intestinas entre los partidarios de Castilla (beamonteses) y los de Francia (agramonteses). Se temía que los franceses actuaran primero e invadieran Navarra (al haberse proyectado el matrimonio del heredero navarro con la hija del rey francés). Fernando, regente de su hija Juana I de Castilla, tras la invasión incorporó Navarra a Castilla, aunque reconociéndole un alto grado de autonomía, conservando a través de sus fueros su legislación, moneda, cortes y otras instituciones.
  5. Anexión de Portugal (conjunta): Se buscó la anexión por vía política matrimonial (casaron a dos de sus hijas, Isabel y María, con el heredero y el rey de Portugal, respectivamente). Esta unión culminaría mucho tiempo después con el reconocimiento de Felipe II como rey de Portugal y de la Monarquía Hispánica.

4º Paso. La Política Exterior y el Descubrimiento de América.

La política exterior de los Reyes Católicos sentaría las bases del gran Imperio Hispánico del siglo XVI. En teoría, se trataba de una política común de Aragón y Castilla, pero en la práctica, Castilla se centró más en los intereses del Atlántico y Aragón en el Mediterráneo (por ser su vía natural de expansión e intereses comerciales). Al igual que en la política interior, la hegemonía militar y la diplomacia matrimonial fueron los medios para conseguirlo.

Los Reyes Católicos articularon la política internacional con las siguientes decisiones:

  • El antagonismo abierto con Francia (la otra potencia en Europa), rival de Aragón, aprovechando la superioridad militar de la que disfrutaba la corona conjunta. Este enfrentamiento se concretó en la disputa por el control del Rosellón, Cerdaña y Nápoles (conquistada en 1503 gracias a Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán).
  • Las alianzas con países europeos (Inglaterra, Países Bajos y el Papado, principalmente), para aislar a Francia y minimizar su poder e influencia en Europa. Los medios fueron los embajadores permanentes en las cortes europeas y las alianzas matrimoniales.
  • La invasión de ciudades costeras del Norte de África (Melilla, Orán, Argel: 1497-1505), con el fin de proteger las rutas comerciales marítimas de la piratería berberisca y en el contexto del enfrentamiento contra los turcos (y la defensa de la Cristiandad).
  • La expansión por el Atlántico: el descubrimiento de América (1492). La navegación por el Atlántico perseguía también otro objetivo: la búsqueda de una nueva ruta hacia las Indias. A lo largo del siglo XV, Portugal y Castilla buscaron en el Atlántico las rutas para alcanzar Oriente, Catay y Cipango, lo que llamaban “las Indias”. Por ello, Portugal proyectó, durante la época de Enrique el Navegante, alcanzar las Indias rodeando África. En este contexto, el geógrafo y navegante Cristóbal Colón propuso llegar a las Indias por una ruta alternativa, menos explotada y peligrosa que el Mediterráneo (controlado por los turcos). Su propuesta era llegar a las Indias por Occidente.

Portugal no se interesó por la propuesta. En cambio, los Reyes Católicos, y concretamente la reina Isabel, vieron en la propuesta del navegante la posibilidad de dar salida a Castilla hacia el Atlántico y la del comercio directo con Oriente sin la mediación de las rutas islámicas. Tras firmar un acuerdo con los Reyes (las Capitulaciones de Santa Fe, abril de 1492), en el que se establecían las condiciones y compromisos de ambas partes en la expedición, Colón partió del puerto de Palos de la Frontera con tres naves (la Pinta, la Niña y la Santa María) el 3 de agosto. El 12 de octubre de 1492, la expedición llegó a la isla de Guanahaní, a la que llamaron San Salvador. Más tarde descubrieron Cuba y Santo Domingo. Colón no había llegado a las Indias, sino a un nuevo continente.

  • La pacificación de las relaciones con Portugal, a través de la política matrimonial y una serie de tratados (debido a la rivalidad en la expansión atlántica): el Tratado de Alcaçovas (1479), que otorgó el control africano a Portugal a cambio del control de las Canarias para Castilla, y el Tratado de Tordesillas (1494), que estableció el reparto del Atlántico y las Indias (370 leguas al oeste de Cabo Verde para Portugal).

5º Paso. Uniformidad Religiosa y Reorganización Social.

Objetivo: Combatir a los infieles y propagar la Fe Católica. De ahí que el Papado, a través de Alejandro VI, les concediera en 1494 el título de Reyes Católicos. Esto serviría como excusa política para aumentar el poder de los monarcas y su autoridad. Se llevaría a cabo a través del control de la Iglesia, la Inquisición, la expulsión de los judíos y la conversión forzosa de la población mudéjar de Granada.

Controlar la Iglesia y usar su poder para aumentar el autoritarismo real sería fundamental. Así, se utilizó la religión como instrumento político, como factor de unificación social y política de los reinos. La Iglesia era una institución con un importante poder económico y político (contaba con las Órdenes Militares, un ejército propio, gran cantidad de tierras y el diezmo), lo que suponía un peligro para la implantación de la Monarquía Autoritaria. Por ello, los Reyes Católicos tomaron una serie de medidas para consolidar su autoridad sobre la Iglesia:

  • El establecimiento de regalías (una serie de derechos y atribuciones religiosas que pasaban al Estado, como controlar los cargos religiosos nombrados por el Papa y validar los documentos religiosos).
  • La justificación religiosa de políticas represivas, como la persecución de minorías (judíos y musulmanes) bajo la excusa de la religión para lograr la cohesión social y cultural de los reinos a través de la Inquisición como instrumento político.

La Inquisición era un órgano creado por el Papado en el siglo XIII para perseguir la herejía, la superstición o la brujería. Ahora se convertiría en un tribunal religioso bajo mandato directo de los Reyes Católicos, creándolo en Castilla y difundiéndolo por el resto del territorio como elemento de control, independiente de la Santa Sede (sería un órgano secular). Más allá de sus funciones religiosas (alcanzar la unidad religiosa), se convirtió en un instrumento político y represivo para homogeneizar la sociedad. Esto se manifestó en:

  • La expulsión de los judíos (1492).
  • La conversión forzosa de los mudéjares de Granada a través del cardenal Cisneros y una política agresiva (1499), con bautismos obligatorios que provocaron revueltas y el surgimiento de los moriscos.
  • Esta obligación se extendió más allá de Granada, afectando a los mudéjares de Castilla (1502), a quienes se les prohibió su lengua y costumbres (1518).