Introducción a la Restauración Borbónica
La Restauración es un periodo en la historia de España comprendido entre 1875 y 1923, en el que se produce precisamente la restauración de la monarquía borbónica con Alfonso XII tras la Primera República. Se distinguen dos fases:
- La primera (1875-1898), caracterizada por su estabilidad política y social, gracias en gran parte a la gestión eficaz de políticos pragmáticos como Cánovas y Sagasta.
- La segunda (1898-1923), marcada por la pérdida de las últimas colonias de España en Ultramar, lo que derivaría en una etapa más decadente.
Desarrollo del Régimen
Antecedentes: El Pronunciamiento de 1875
En 1875 se produjo la restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII tras el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto. Este acto desmanteló por completo el sistema republicano. Así, se estableció un gobierno provisional liderado por Antonio Cánovas del Castillo. También fue decisivo el Manifiesto de Sandhurst, firmado por el príncipe Alfonso, por el que el heredero se comprometía a respetar el constitucionalismo, el liberalismo y la religión católica.
Acontecimientos Clave y el Sistema Canovista
Tras el 9 de enero de 1875, una vez eliminada la República, se instaura la monarquía borbónica con el nuevo rey Alfonso XII. Sin embargo, su reinado fue breve tras su fallecimiento en 1885, año en el que daría comienzo la Regencia de María Cristina de Habsburgo.
El Sistema Canovista
Cánovas, de pensamiento conservador, basó su sistema en el bipartidismo y la alternancia en el poder de los dos partidos principales. Cánovas encontró un apoyo total en el jefe de la oposición, Mateo Sagasta. Cánovas fue un hombre práctico en la política, se encargó de dirigir el país y dotarlo de un nuevo marco político de actuación. Su principal intención era garantizar la estabilidad y el reconocimiento internacional de España, aunque en la práctica se produjo un fraude electoral.
Pilares Fundamentales del Ideario de Cánovas
- Monarquía hereditaria y representativa: El pueblo español confiaba en la monarquía como sistema político tradicional, pues el anterior intento de República había sido demasiado inestable. Por esta razón, Cánovas apoyó la vuelta de la dinastía borbónica en la persona de Alfonso XII.
- Bipartidismo: Al finalizar el Sexenio, existían numerosos partidos políticos minoritarios que fueron rechazados y, por tanto, no tuvieron cabida en el Régimen de la Restauración. Se estableció que únicamente pudieran existir dos partidos políticos: el Liberal Progresista (Sagasta) y el Liberal Moderado (Cánovas).
- Bicameralismo: Tomando como modelo el sistema británico, las Cortes se compusieron de dos cámaras distintas: el Congreso y el Senado, cuya función era representar al pueblo español en materia legislativa.
- Unión: Frente a las corrientes de cantonalismo y federalismo de la República, Cánovas defendía la unidad de España tanto legislativa como territorialmente. Por ello, se reprimieron los nacionalismos periféricos, especialmente en Cataluña y el País Vasco.
- Turno pacífico: Ambos partidos se alternarían en el poder de forma pacífica. Tenían las mismas ideas básicas, ya que sus discrepancias eran en aspectos más concretos. Esta alternancia se hacía posible a través de la manipulación de elecciones mediante el caciquismo.
La Constitución de 1876: Bases del Nuevo Régimen
La Constitución comenzó a debatirse en febrero de 1876 y en ella se trataron de recoger los cinco pilares del sistema canovista. Recogía los acuerdos políticos de Cánovas y Sagasta, en la que cada uno podría poner en práctica sus principios ideológicos, pero siempre respetando las bases establecidas. Por tanto, la finalidad de esta Constitución era perdurar en el tiempo independientemente de la ideología del gobierno. Sus bases eran:
- El sistema político era la monarquía hereditaria y parlamentaria, con Alfonso XII como rey de España.
- Existía una separación de poderes, por lo que se establecía la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
- Las Cortes se dividían en dos cuerpos legislativos: el Congreso y el Senado. Esto se conoce como bicameralismo.
- La cuestión del sufragio se recogió como una formulación flexible. No definió el tipo de sufragio, con lo que pudo ir ampliándose hasta el sufragio universal.
- La cuestión religiosa se solucionó de forma tolerante: el Estado se declara confesional y se consagra la religión católica como la oficial de España.
- No obstante, se permitía la libertad de culto entre los ciudadanos. Se recogía una amplia declaración de derechos individuales, como los de expresión y reunión.
Gestión Política durante la Primera Fase (1875-1898)
Los problemas que afectaron a la primera fase de la Restauración fueron eficazmente gestionados por los gobiernos de Cánovas y Sagasta. Los sucesos que acontecieron durante este periodo se agrupan según:
Política Interior
La primera acción importante de Alfonso XII bajo la dirección de Cánovas fue desplazarse al norte de la península para dirigir la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), que se desarrolló sobre todo en Cataluña, el País Vasco y Navarra. El monarca ofreció una amplia amnistía en la que se proponía olvidar todo el pasado. Ramón Cabrera, uno de los antiguos líderes del carlismo, la aceptó y redactó un manifiesto por el que invitaba a las tropas de su bando a poner fin a la guerra.
Además, surgieron otros problemas que cobrarían mayor importancia en la segunda fase de la alternancia, como fueron el movimiento obrero, los nacionalismos periféricos, el republicanismo o el caciquismo.
Política Exterior
La situación en la que se encontraba España a lo largo del siglo XIX había inducido en las potencias europeas una idea negativa del país. Por ello, durante la Restauración, el gobierno se propuso recuperar el prestigio y reconocimiento internacional. Además, se produjo la insurrección cubana iniciada con el Grito de Yara, que España pacificó mediante el envío del general Martínez Campos, quien hizo frente a los rebeldes. Esto culminó con la Paz de Zanjón de 1878, a través de la cual se les otorgaban a los cubanos los mismos derechos que a los españoles peninsulares.
Consecuencias y el Desastre de 1898
Tras la muerte del rey, Cánovas y Sagasta reafirmaron el denominado Pacto del Pardo, asegurando el funcionamiento del sistema de turno de partidos. Cánovas decidió otorgar el poder al partido liberal y Sagasta presidió el primer gobierno de la Regencia. Sin embargo, al final de la primera fase, el régimen se tambaleaba y todos los pequeños problemas que habían resultado poco conflictivos estallan en grandes problemas a raíz del Desastre del 98, lo que proporciona el inicio de la segunda fase. Muchos de los problemas de este periodo surgen a raíz de esta primera fase de la Restauración:
- El Republicanismo: Únicamente se permitía la existencia de dos partidos políticos, por ello los republicanos se veían ignorados por el régimen. Todo ello dio lugar al descontento de estos partidos políticos.
- Nacionalismo: Como consecuencia de la Unión territorial, algunas regiones como Cataluña o el País Vasco querían recuperar sus propios fueros y privilegios tradicionales.
- El fraude electoral y el caciquismo: Habían dado lugar a un gobierno corrupto derivado de la alternancia pacífica en el poder.
Todos estos problemas que habían sido controlados por Cánovas y Sagasta en la primera fase de la Restauración, estallan como consecuencia de la crisis del 98 que surge a raíz de la Guerra de Cuba:
- España fue derrotada en Cuba tras la intervención del ejército estadounidense. Sin embargo, no causó un desastre a nivel económico, pero para los españoles fue vivido como una especie de humillación moral. La Guerra de Cuba supuso la pérdida total del reconocimiento internacional, que había sido logrado en la primera etapa.
No obstante, no todo fueron consecuencias negativas:
- El desarrollo industrial supuso una época de bonanza económica. En Cataluña, la industria textil; en las Vascongadas, la industria siderúrgica; y en la Comunidad de Valencia, la agropecuaria. Lo que más adelante supondrá el movimiento obrero en España.