De la Dictadura a la Guerra Civil: El Colapso de la Monarquía y la Segunda República Española (1923-1936)

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y el Final del Reinado de Alfonso XIII

En 1923, España se encontraba en una situación de crisis insostenible, que se arrastraba desde 1917. Ante la inestabilidad del sistema parlamentario, el 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado.

El Directorio Militar (1923-1925)

Tras la disolución de las Cortes, se formó un Directorio Militar, con Primo de Rivera como presidente y con el apoyo incondicional del rey Alfonso XIII en todas sus resoluciones.

  • Administración local: Se reorganizaron los ayuntamientos con alcaldes nombrados por el gobierno y se establecieron diputaciones militares con mandos castrenses al frente de los gobiernos civiles.
  • Política centralista: Se llevó a cabo una política centralista con prohibiciones, como la de la bandera catalana, y la limitación del uso del catalán al ámbito privado.
  • Orden público: Se adoptaron severas medidas de orden público, prohibiendo manifestaciones y huelgas.
  • Partido único: Se creó la Unión Patriótica a modo de partido único, cuya única misión era apoyar la dictadura.

El éxito más notable de los primeros años de la dictadura fue acabar con la cuestión de Marruecos (1925).

El Directorio Civil (1925-1930)

Consolidado el régimen y para institucionalizar la dictadura, se sustituyó el Directorio Militar por el Directorio Civil, que incluyó la creación de la Asamblea Nacional Consultiva, compuesta por miembros de la Unión Patriótica y por funcionarios de la administración.

Política Económica y Social

La dictadura impulsó el desarrollo de grandes monopolios estatales, como la Compañía Telefónica Nacional de España, CAMPSA y Tabacalera.

Estas políticas favorecieron el desarrollo industrial y ayudaron a la paz social, eliminando el paro, pero a la larga generaron una enorme deuda pública que heredó la Segunda República, hipotecando muchas de sus actuaciones.

En política social se creó el Consejo Nacional del Trabajo, con comités para mediar entre patronal y trabajadores, y se legisló sobre contratos y subsidios. Primo de Rivera atrajo a líderes sindicales como Francisco Largo Caballero, que formó parte del Consejo Nacional del Trabajo.

Oposición a la Dictadura

La postura colaboracionista de algunos socialistas creó una división en el seno del PSOE y la UGT. En cuanto a los anarquistas:

  • Los partidarios del terrorismo disminuyeron a favor del anarcosindicalismo.
  • La CNT se enfrentó al Directorio.
  • La FAI y el PC (este último declarado ilegal) no tuvieron demasiado protagonismo.

El republicanismo ganó posiciones entre los políticos tradicionales (Miguel Maura y Niceto Alcalá Zamora), entre los nacionalistas, en el ejército y entre obreros, estudiantes e intelectuales. Así, los republicanos, sin esperar a las elecciones, optaron por la conspiración para hacerse con el poder. En agosto de 1930, Lerroux, Azaña y Alcalá Zamora firmaron el Pacto de San Sebastián, estableciendo un comité revolucionario presidido por este último.

La Proclamación de la Segunda República y el Bienio Reformista (1931-1933)

El Fin de la Monarquía

Tras la dimisión del general Berenguer en 1931, Alfonso XIII encargó formar gobierno al almirante Aznar, quien convocó elecciones municipales para el 12 de abril, con el fin de elegir nuevos ayuntamientos que garantizasen la limpieza de los comicios.

Tras las elecciones, aunque la mayoría de los concejales elegidos eran monárquicos, los republicanos habían ganado en todas las capitales de provincia, donde el sufragio era más limpio. Como reconoció Aznar: «el país se había acostado monárquico y se levantó republicano».

Alfonso XIII, aconsejado por el gobierno, dejó el trono. La II República fue proclamada el 14 de abril de 1931.

La Constitución de 1931 y el Gobierno Provisional

Se estableció un gobierno provisional, presidido por Niceto Alcalá Zamora. El ejecutivo se constituía según la mayoría parlamentaria. El Presidente de la República era elegido cada seis años por los diputados.

Declaración de Derechos

La Constitución defendía:

  • La libertad de expresión y de asociación.
  • El derecho al trabajo, la educación y la cultura.
  • La igualdad de los cónyuges en el matrimonio.
  • El matrimonio civil, el divorcio y la equiparación de derechos para los hijos legítimos e ilegítimos.

Se impuso un Estado aconfesional, prohibiendo a las órdenes religiosas dedicarse a la enseñanza. Esta postura desató una oleada anticlerical con ataques al clero y quema de conventos que el gobierno no supo reprimir.

La Constitución fue aprobada en 1931, formándose el primer gobierno constitucional presidido por Manuel Azaña. La presidencia de la República quedó en manos de Alcalá Zamora.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Este primer periodo de la República se denomina Bienio Reformista o social-azañista. Sus principales reformas fueron:

Reforma Agraria

El Instituto de Reforma Agraria solo expropió algunas fincas, a cambio de una indemnización. Pero el Estado no disponía de recursos y solo 10.000 campesinos obtuvieron parcelas. La reforma empeoró el clima social, ya que jornaleros y propietarios perdieron la fe en la República.

Reforma Militar

Pretendía reducir el número de oficiales y garantizar la lealtad al nuevo régimen. Para ello se ofreció a muchos oficiales pasar a la reserva activa con toda la paga. Muchos militares consideraron que se favoreció a los oficiales que defendían a la República e iniciaron una conspiración para derribarla. En 1932, el general Sanjurjo se pronunció en Sevilla; al fracasar, fue detenido y encarcelado.

Se creó la Guardia de Asalto como cuerpo encargado del orden público, con el fin de sustituir al ejército en estas funciones.

Problema Religioso

La acción descontrolada de radicales que quemaron conventos supuso que la Iglesia y los católicos dejaran de apoyar a la República.

El Bienio Conservador y la Revolución de Asturias (1933-1936)

El Bienio Conservador (1933-1935)

Azaña presentó la dimisión y Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones para noviembre de 1933. La disgregación de los partidos de izquierda y la abstención anarquista favoreció la victoria de una coalición de las derechas formada por los Radicales de Lerroux y la CEDA de Gil Robles.

Esta actitud provocó un intento de la izquierda por crear una república de los trabajadores mediante la revolución, que se materializó en la Revolución de octubre de 1934. La revolución fue un fracaso, triunfando solo en Asturias, que durante 15 días fue controlada por los comités obreros y las milicias. La intervención del ejército de Marruecos, con Franco al mando, provocó un sangriento levantamiento.

Cuando la revolución finalizó, el país estaba dividido. La autonomía de Cataluña quedó suspendida. La revolución provocó una fuerte polarización política.

También con carácter minoritario estaba la extrema derecha y la Falange Española, fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera.

A finales de 1935 estallaron escándalos financieros en el entorno de Lerroux, como el Estraperlo, que rompieron la alianza entre los radicales y la CEDA. Alcalá Zamora convocó nuevas elecciones para 1936.

El Triunfo del Frente Popular y el Camino a la Guerra

Con la experiencia de lo ocurrido en las elecciones anteriores, la izquierda comprendió la necesidad de presentarse unida. Se configuró el Frente Popular (FP), que agrupaba a republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas.

Su programa se basaba en una amnistía para los implicados en la Revolución de Octubre y en la extensión de la Reforma Agraria y el Estatuto de Autonomía. En las elecciones de 1936, el FP obtuvo la mayoría.

La derecha obtuvo mayoría en las zonas rurales, mientras que la izquierda ganaba en las grandes ciudades industriales y en las regiones partidarias de la autonomía.

Hasta el alzamiento de julio de 1936, la República estuvo gobernada por Azaña (que sustituyó a Zamora en la presidencia) y Casares Quiroga como jefe del gobierno.

La Guerra Civil: La Sublevación Militar y el Estallido del Conflicto (Julio de 1936)

Orígenes y Pretextos

Los orígenes de la Guerra Civil se encuentran en el deterioro de la convivencia que se produjo a partir del triunfo electoral del Frente Popular. Estos enfrentamientos generaron una escalada de violencia que el gobierno fue incapaz de controlar.

Un grupo de generales monárquicos y conservadores, junto con la Falange, los carlistas, la CEDA y el Bloque Nacional, preparaban desde el triunfo del Frente Popular una conspiración militar. El asesinato de José Calvo Sotelo, el 12 de julio de 1936, fue el pretexto para el inicio de la sublevación.

El alzamiento se inició el día 17 de julio con la sublevación del ejército de Marruecos, dirigido por Franco. Este fue el pretexto para el alzamiento militar dirigido por Mola, Sanjurjo, Franco y Goded, y que contó con el apoyo de la derecha.

El día 17 se sublevó el ejército de Marruecos y se pensó que era algo aislado, por lo que el gobierno no tomó ninguna medida. Pero el día 18 muchas regiones se habían sumado al alzamiento, mientras otras permanecían fieles al gobierno de la República.

El Conflicto en el Contexto Internacional

La intervención extranjera tuvo una gran importancia en el desarrollo de la guerra. La Guerra Civil Española puede ser vista desde dos perspectivas históricas:

  • Considerar la guerra civil como un conflicto marginal con interés secundario para las potencias.
  • Considerarla un prólogo de la Segunda Guerra Mundial, donde se enfrentaron las principales ideologías de la época: fascismo, comunismo y democracia.

La República intentó que la Sociedad de Naciones interviniera contra Italia y Alemania, pero tuvo que esperar más de un año y finalmente no fue aplicada. Francia y Gran Bretaña elaboraron el Pacto de No Intervención, en el que se prohibía la venta de todo tipo de material militar con destino a España.

Ayudas a los Sublevados

Los países que ayudaron a los militares sublevados fueron los de regímenes fascistas o similares:

  • Alemania: Ofreció la ayuda más determinante en el ámbito militar por razones estratégicas, como probar la eficacia de su gran máquina de guerra, con la intervención de la Legión Cóndor de aviación, responsable del bombardeo de Guernica.
  • Italia: Envió tropas y material.

Ayudas a la República

Los únicos países que apoyaron la República fueron la Unión Soviética y México:

  • La Unión Soviética: Inició su ayuda en octubre de 1936 y se mantuvo constante a lo largo de la guerra con aportaciones de hombres, material y logística. Pero su exigencia de pago por adelantado obligó a la República a enviar a la URSS las reservas de oro del Banco de España.
  • México: Envió municiones y fusiles.