Condiciones de trabajo de los obreros industriales y movimientos obreros

Condiciones de trabajo de los obreros industriales

Durante la Revolución Industrial en el siglo XIX, los trabajadores industriales enfrentaron condiciones laborales extremadamente difíciles. Originarios del campo o del ámbito artesanal, no estaban familiarizados con el tipo de trabajo en las fábricas. Las características comunes de estas condiciones reflejaban la explotación del trabajador, ya que los empresarios buscaban maximizar sus beneficios sin considerar el bienestar de los empleados.

Las jornadas laborales eran excesivamente largas, inicialmente desde la salida hasta la puesta del sol y luego prolongadas aún más con la introducción de iluminación artificial. Se trabajaba entre 12 y 16 horas diarias, seis días a la semana, con la posibilidad de trabajar incluso en días festivos sin vacaciones remuneradas. Los salarios eran escasos, obligando a múltiples miembros de una familia, incluyendo mujeres y niños, a trabajar en condiciones similares pero con salarios significativamente inferiores.

La falta de regulación estatal permitía a cada fábrica establecer normas estrictas, con posibles castigos físicos o sanciones económicas por su incumplimiento. El despido no era discrecional, sin indemnización ni beneficios por desempleo. Las condiciones dentro de las fábricas eran insalubres, con altas temperaturas y humedad en la industria textil, y una total falta de seguridad e higiene que resultaba en enfermedades crónicas y frecuentes accidentes, incluso mortales.

Los obreros carecían de cobertura social, asistencia médica gratuita o subvencionada, y de derechos laborales y sindicales, ya que se les prohibía asociarse para defender sus derechos. El trabajo en las fábricas era monótono y mecánico, sin perspectivas de mejora profesional o social. A lo largo del siglo XIX y principios del XX, el movimiento obrero contribuyó a la gradual aparición de legislación laboral, como la Factory Act de 1833 en el Reino Unido, y el reconocimiento de sindicatos, huelgas y manifestaciones, permitiendo a la clase obrera obtener progresivamente mayores derechos.

Ludismo

Forma de protesta, sobre todo de los artesanos textiles y de algunos obreros, basada en la destrucción de máquinas y fábricas ya que los luditas culpaban a las ‘máquinas’ de su despido, de la falta de trabajo, de los bajos salarios y las duras condiciones laborales. Ocurrió en Gran Bretaña en las primeras fases de la revolución industrial. El ludismo fue duramente reprimido por las autoridades británicas y poco a poco se extinguió. El nombre ludismo deriva de un personaje mitificado, un tal capitán Ned Ludd al que se le achacaban las acciones violentas contra los talleres textiles

AIT

Tras la guerra franco-prusiana y la abdicación de Napoleón II, el ejército alemán sitia París durante cuatro meses, tras la rendición de Guillermo I se proclama káiser en el Palacio de Versalles e impone cláusulas de paz a Francia. En 1871 estalló en París un movimiento revolucionario denominado La Comuna de París. Se trató de un levantamiento patriótico contrario a las cláusulas de paz que puso fin a la guerra franco-prusiana. Sin embargo pronto se convirtió en una revolución proletaria. Este movimiento insurreccional gobernó la ciudad de París, instaurando un proyecto político popular socialista autogestionario. La Comuna de París fue finalmente aplastada por el ejército tras una semana de crueles luchas que provocaron miles de muertos, además de una durísima represión con detenciones, deportaciones y fusilamientos. La Comuna de París enfrentó a Marx y Bakunin, Karl Marx pensaba que la Comuna había sido derrotada porque no tuvo un programa ni una dirección unificada. Bakunin valoraba su carácter espontáneo y popular, y pensaba que tendría efectos positivos para los movimientos revolucionarios europeos.

Bismarck

La Europa de Bismarck quería poner unos objetivos de la política del canciller Bismarck, que fueron: Mantener a Francia en un aislamiento diplomático y hacerle pagar la inmensa indemnización de guerra de 5.000 millones de francos tras su derrota en la batalla de Sedán. Se buscaba debilitar a Francia y evitar que pudiese formar la revancha. Mediar en la zona de los Balcanes y el mar Negro, zona en la que se enfrentaban los intereses de los imperios austro-húngaro, ruso y turco. Desarrollar una política de rearme bélico como elemento disuasorio para los posibles enemigos, lo que desencadenó una carrera armamentística con otros países, a este período se le denomina la Paz Armada. La política de Bismarck se basó en el principio de la Realpolitik, realismo político, que antepone los resultados a los principios teóricos y morales de las decisiones, siendo pues, una forma de pragmatismo político.

Guillermo II

El fracaso de la política de alianzas, la ley antisocialista y la ambición por gobernar directamente del nuevo emperador alemán, Guillermo II provocaron la dimisión de Bismarck. Guillermo II deseaba que Alemania continuara siendo hegemónica en Europa, para lo cual intentó debilitar la cada vez mayor alianza económica y militar de Francia y Rusia. Además Guillermo II impulsó la política colonial, intentando conseguir territorios en África central, y áreas e influencia en el Pacífico y en Extremo Oriente para formar un potente imperio colonial alemán. Es la Weltpolitik o política mundial. Todo esto llevó a la formación de bloques antagónicos que acabaron enfrentándose en la Gran Guerra (Primera Guerra Mundial, 1914-1918).