Distribución de la vegetación en España

España húmeda:

Zona también conocida como área de vegetación eurosiberiana y predomina en las tierras de las zonas húmedas de la península como Galicia sin llegar al Mediterráneo, es rica en prados que ocupan laderas y fondos de los valles. Su clima predominante es el atlántico u oceánico con temperaturas suaves y precipitaciones abundantes.

Especies:

El bosque característico es el de hoja caduca compuesto por hayas y robles, árboles que se caracterizan por su gran resistencia al frío y heladas. El robledal más típico es el formado por el carballo. El haya aparece a partir de los 500m pero sobre todo de los 1000-1500. Otros tipos de vegetación son sauces, fresnos, alisos que serían el paisaje original y no el modificado por el hombre con castaños, pino, avellanos, etc. Además, la degradación progresiva de los bosques ha dado lugar a landas, helechos, tojos y brezos que también cubren el sotobosque de robledales y hayedos.

Suelos:

Los suelos sobre los que se desarrolla la vegetación se denominan suelos de tierra parda, son profundos, ricos en materia orgánica y con abundante humus. Donde la roca es silícea y las precipitaciones abundantes se desarrolla el tipo suelo podsol, más pobre que el otro y con laderas de pendientes acusadas en las que aparecen los suelos jóvenes y poco profundos llamados rankers, y donde predomina la caliza son suelos rendzina.

España seca o mediterránea:

Su bosque característico está compuesto por árboles de hoja perenne con formaciones vegetales que ocupan los lugares más soleados. Hay dos zonas: Una que se extendería por la mitad oeste con más humedad por la proximidad del Atlántico en la que predominan bosques de robles, encinas y pinos, y otra que ocupa el este peninsular con más sequedad climática y con arbustos propios de suelos áridos.

Especies:

La encina: Forma numerosos bosques adehesados, es el árbol que caracteriza en general la región mediterránea. El alcornoque: Su fruto es la bellota de color pardo-marrón. El pino, olmo, álamo y el chopo son variedades autóctonas.

Degradación del bosque mediterráneo:

Ha dado como resultado dos zonas de matorral característico: Matorral de arbusto y matas propio de la región mediterránea, y otro integrado por arbustos perennifolios sobre terrenos calizos, en áreas de clima mediterráneo.

Vegetación de las Canarias:

Es la macaronésica, tiene una variada flora autóctona entre la que destacan el pino canario, el drago, el matorral de laureles, etc. Estas especies son singulares y se ordenan altitudinalmente siguiendo las variaciones de humedad que proporcionan los vientos alisios.

Vegetación de montaña:

La altitud es de gran importancia como factor modificador del paisaje en relación con las variaciones que establece sobre el clima. Se considera alta montaña a los sectores en los que el paisaje vegetal presenta una relación con los rasgos climáticos determinados por la altitud.

Vegetación natural de ribera:

Su elevado grado de humedad y las características de los suelos que forman los márgenes de los cursos de agua favorecen el desarrollo de los bosques de ribera distribuyéndose las respectivas especies en franjas desde la orilla al exterior en función al grado de humedad del suelo.