Platón y la Teoría de las Ideas

No hay conocimiento de la realidad sensible.

Platón heredó de Sócrates la convicción de que es posible el conocimiento, entendiendo un conocimiento objetivo y universalmente válido.

Platón acepta la teoría de Heráclito, de que todo cambia o deviene. Según Platón, los objetos sensibles no son los objetos propios del conocimiento ni pueden serlo, porque sólo hay conocimiento de lo que es, de lo estable y lo permanente, y de los objetos sensibles no se puede decir que “son”, sino que devienen. Cuando nos referimos a las cuestiones éticas y buscamos las definiciones, nos damos cuenta de que estas tratan sobre conceptos universales. Por ejemplo, cuando hablamos y pensamos, nos parece que hay algunas cosas que son buenas, justas y bellas, y por tanto tiene que existir el bien, la justicia y la belleza, al margen de las cosas concretas que vemos, sentimos o pensamos.


(3.2) ¿Cómo es posible que todos sepamos en qué consiste la justicia, o una flor o el cuadro perfecto? Platón creía que, por un lado, está el mundo sensible que está compuesto por todas las cosas que vemos y tocamos, lo material, que percibimos con los sentidos y que está formado por cosas particulares que son imperfectas, cambiantes y perecederas. Por otro lado, estaba el mundo inteligible, integrado por las esencias, compuesto por realidades inmateriales que no se pueden captar con los sentidos, sino por la razón. A diferencia de las cosas, las esencias o ideas son universales, perfectas, únicas eternas e inmutables. Este es el mundo al que pertenecen realidades como, por ejemplo, las figuras geométricas perfectas, los números o los conceptos abstractos.


El verdadero conocimiento: la existencia de las ideas.

El conocimiento verdadero tiene que ser de lo que verdaderamente es, lo eterno o inmutable.

Según Platón, además de las cosas, existen ideas universales. Éstas ideas son realidades que existen con independencia de las cosas, que son trascendentes a ellas. Cada idea es única eterna, inmutable e inalterable (como el Ser de Parménides) y solo se captan por la inteligencia; realidades inteligibles, no sensibles, captadas por la razón.

La propuesta platónica que distingue el mundo de las esencias del mundo sensible se llama Teoría de las Ideas o Teoría de las Formas. Esta es una doctrina ontológica o metafísica dualista, puesto que describe cuáles son las realidades que verdaderamente existen y porque distingue el mundo sensible y el mundo inteligible. Se trata de verdades que el alma de todos los hombres poseen de forma INNATA.


Jerarquía de las ideas.

Según Platón, no todas las ideas tienen el mismo valor. Hay ideas subordinadas a otras que dependen de unas superiores y hasta llegar a la cumbre de la pirámide, que es ” La idea de las ideas”, de la cual dependen todas las demás. El bien es lo más importante que además, cumple una función epistemológica: Platón compara el bien con el sol, que es como la luz que nos hace todo visible y comprensible.

Demiurgo: principio de ordenación.

Platón describe al demiurgo (artesano) como aquel que da forma geométrica a la materia caótica, poniendo en orden lo desordenado y tomando como modelo para construir el mundo, el reino inteligible de las ideas. Los griegos creían que el mundo no podía haberse creado de la nada, y platón creía en la eternidad del mundo. Platón también pensaba que el cosmos no siempre había sido igual y que al principio solo existía una materia caótica, imperfecta e informe. Si ahora tenemos un mundo múltiple, diverso y ordenado es porque había un dios (Demiurgo) que fue el que lo modeló todo.

Reminiscencia o recuerdo.

¿ Cómo se llega al conocimiento de las ideas?

Platón decía que el alma existía antes de su unión con el cuerpo, y en ese estado de existencia adquirió el conocimiento de las ideas. El aprender sería un proceso de recordación, de reminiscencia (Anámnesis). La dialéctica se convierte en un proceso de recuerdo, ya que el conocimiento es innato y hay que descubrir la verdad que hemos olvidado.

Antropología.

En la filosofía griega se acepta el hecho de la existencia del alma. La discusión de los griegos en torno al alma, no es sobre su existencia o no, sino la de su naturaleza. 4.1. El hombre es un conjunto de dos realidades distintas. Según Platón, el cuerpo es la cárcel del alma y en este hay enfermedades, pasiones… que impiden buscar la verdad. El hombre tiene que liberarse poco a poco en el cuerpo para contemplar las ideas y el alma es la que tiene primacía sobre el cuerpo y la que lo mueve. Además, Platón establece un dualismo entre alma y cuerpo (antropológico) donde el alma es buena y es capaz de llegar a la verdad, y el cuerpo es el malo e impide llegar a la verdad.

La transmigración de las almas.

Y las almas salen de las manos del demiurgo (Iguales, eternas y atemporales) y cada una se encarna en un cuerpo concreto, sometido a las coordenadas de espacio y tiempo. Metafóricamente, esta es la primera encarnación.

Después de la muerte, el alma está peregrinando durante unos 1000 años, en los que sucesivamente se encarnan en varios cuerpos, eligiendo su destino.

somos nosotros los que elegimos destino, no son los dioses. Ellos no tienen la culpa de que el hombre haya elegido un destino que lo aparte de la verdad. Lo importante es que la razón domine lo irracional, las pasiones, sentimientos y deseos, y que así se pueda, a través de varias reencarnaciones, llegar a la verdad.