Fundamentos del Racionalismo Cartesiano: De la Duda Metódica a la Res Cogitans

Paralelismos y Rupturas entre Platón y Descartes

A pesar de los veinte siglos que los separan, Platón y Descartes comparten puntos de partida filosóficos esenciales, aunque sus desarrollos conceptuales difieren profundamente:

  • El Innatismo del Conocimiento: Ambos defendían que el conocimiento es innato. Para Platón, esto significa que las ideas son conocidas por el alma desde antes de su unión con el cuerpo. Para Descartes, las ideas verdaderas son connaturales a la razón, y por el mero hecho de usarla, surgen en el entendimiento.

  • El Dualismo Antropológico: Los dos defendían la dualidad del hombre, constituido por dos «mitades»: alma y cuerpo. Para ambos, el alma es el lugar donde «reside» la verdad y el cuerpo es la fuente de nuestros errores. Sin embargo, para Platón el alma es de naturaleza ideal y preexiste a su unión con el cuerpo, mientras que para Descartes, el alma es «pensamiento» o cogito, y no tiene realidad ni existencia separada del cuerpo en el sentido platónico.

  • Inspiración Matemática: Ambos se inspiraron en las matemáticas para construir su filosofía. No obstante, sus bases matemáticas son muy diferentes: la de Platón está inspirada en la matemática mística de los Pitagóricos y la geometría de Euclides, mientras que la de Descartes se basa en el álgebra desarrollado por los matemáticos islámicos medievales, aplicado con éxito a la nueva Ciencia por figuras como el propio Descartes, Newton y Galileo.

  • Idealismo y la Idea: A los dos podríamos calificar de idealistas, dado que reservan a las ideas el más alto grado de veracidad y certeza. Pero la concepción de «idea» es diferente: para Platón, las Ideas o Formas tienen una realidad separada (una existencia real fuera del sujeto, siendo más reales que lo material), mientras que para Descartes son, fundamentalmente, contenido mental que reside en el pensamiento.

  • Racionalismo: Ambos son autores racionalistas porque sostienen que el conocimiento verdadero se alcanza mediante la razón, y no a través de los sentidos. La diferencia radica en que para Platón, el conocimiento es recuerdo (anámnesis), mientras que para Descartes es razonamiento.

  • Diferencias Adicionales: Se destacan diferencias como el uso que hace Descartes de la idea de Dios (el ser perfecto) como garante de la verdad, la afirmación del hombre como el cogito (verdad absolutamente autoevidente), y el tema de la duda metódica. Por otro lado, sobresalen la obsesión platónica por la política o el tono místico y metafórico que usa en sus alegorías, como la de la Caverna.

Motivación Filosófica de Descartes

Descartes es el iniciador de la corriente racionalista, la cual defendía la autosuficiencia de la razón. Esta postura está vinculada a la defensa del innatismo, es decir, la existencia de verdades innatas que son anteriores a la experiencia.

El Ideal Deductivo Matemático

A la defensa de la razón y del innatismo se añade el ideal deductivo matemático y el supuesto de una conexión entre pensamiento y realidad. El racionalismo se caracteriza por su ideal de deducir, a partir de principios innatos, un sistema de verdades que proporcionen información acerca de la realidad. Su ideal era un sistema deductivo de verdades, análogo a un sistema matemático, capaz de aumentar nuestro conocimiento. Esto supone comenzar por definiciones y axiomas, procediendo, mediante demostración ordenada, a la construcción de un sistema de conclusiones cuya verdad es conocida con certeza. La adopción del método de razonamiento matemático como modelo se debe a que era visto como un modelo de claridad, certeza y deducción ordenada, capaz de dotar a la filosofía del estatus de ciencia.

Crítica al Paradigma y Adopción del Mecanicismo

En Descartes encontramos el ideal deductivo-matemático como una crítica al paradigma del aristotelismo ortodoxo y del paradigma renacentista. Frente a esto, Descartes defiende el modelo mecanicista, que tiene sus raíces en el Renacimiento y en figuras como Bacon y Galileo.

Este modelo sostiene que la naturaleza se presenta como un sistema mecánico, articulado por la causa eficiente, en lugar de la causa final. Esto implica una visión matemática del movimiento que presta atención a lo cuantitativo. La crítica parcial al Renacimiento se dirige al modelo experimental, frente al cual Descartes propone el modelo deductivo matemático.

La Unidad de la Razón

En Descartes también encontramos el supuesto de la unidad de la razón, según el cual los distintos saberes son modalidades diversas de una única razón que depende del método para progresar de un modo seguro.

Todo esto nos permite afirmar que la motivación filosófica de Descartes fue el desarrollo de la filosofía como ciencia y la búsqueda racional de la verdad. Él pretendía desarrollar un sistema de proposiciones verdaderas en el que no se diera nada por supuesto que no fuera evidente por sí mismo e indudable.

El Método Cartesiano

La génesis del método de Descartes se rastrea en sus primeras obras, destacando dos por encima de todas: Reglas para la dirección del espíritu (Regulae) y el Discurso del método.

Las Regulae suponen la transformación de la idea de sabiduría universal renacentista en mathesis universalis. En esta obra, siguiendo el modelo de razonamiento deductivo-matemático, se lanza a la búsqueda de una metodología directriz para hallar la sabiduría universal. Posteriormente, en el Discurso del método, las 18 reglas de las Regulae serán traducidas a cuatro preceptos:

  1. No recibir nada por verdadero que no se presente como evidente e indudable.
  2. Dividir cualquier dificultad en las partes necesarias para resolverla mejor.
  3. Conducir el pensamiento de los objetos más simples a los más complejos.
  4. Enumerar las cuestiones de forma que no pueda omitirse ninguna.

Modos de Conocimiento

Para Descartes, estos preceptos van acompañados de la intuición y la deducción, dos modos de conocimiento básicos:

  • La intuición: Es la concepción clara y distinta de un objeto, percibida mediante el entendimiento.
  • La deducción: Es el recorrido mecánico de una serie según una regla fija, y tiene lugar en la memoria.

Modos de Aplicación

Los modos de aplicación de estos conocimientos son el análisis y la síntesis:

  • El análisis: Se identifica con la duda metódica y consiste en ir de lo complejo a lo simple.
  • La síntesis: Consiste en ir de lo simple a lo complejo.

Este método será la fuente de posibilidad del conocimiento. Además, el método de Descartes asigna un papel especial a la filosofía como posibilitadora del conocimiento científico, siendo la disciplina capaz de establecer fundamentos para la ciencia.

La Duda Metódica

Descartes tiene como objetivo buscar y desvelar los fundamentos del conocimiento, eliminando cualquier posible fuente de error o falsedad. Por ello, el primer paso será la puesta en duda de todo aquello que los sentidos y la tradición muestran como real. La duda es teórica, en el sentido de que no debe extenderse a la conducta. De ahí que hablemos de la duda metódica.

Fases de la Duda

La duda metódica se aplica en varias fases:

  • Primer Momento (Sentidos): Se aplica a lo aprendido por medio de los sentidos, encontrando ocasiones en las que estos nos han engañado, siendo fuente de error.
  • Segundo Momento (Realidad y Matemáticas): Se aplica a la realidad misma, mediante el problema de la distinción entre el sueño y la vigilia, e incluso a las proposiciones matemáticas, que parecían ser indudables. Esto lo hace Descartes mediante la hipótesis metafísica de un genio maligno que nos haya constituido de forma que nos engañemos sistemáticamente.

El Descubrimiento del Cogito

Llegado a este punto, Descartes ha puesto en duda todo conocimiento. Pero en dicha situación encuentra aquello que buscaba: la primera verdad indudable. Se da cuenta de que está dudando y de que no puede dudar de que duda; por lo tanto, tiene que existir, si no, no podría dudar. De este modo, la existencia del «yo» se muestra como la condición de posibilidad de toda duda.

Así llega Descartes a que la certeza de la existencia se da cuando se está pensando. Con esto pone el acento en el acto de pensar, lo cual le lleva a formular la proposición de esta primera verdad indudable como: “Pienso, luego existo” (Cogito, ergo sum).

Mecanicismo y Sustancia

Volviendo a la distinción entre sustancias, es preciso tener en cuenta la definición cartesiana de sustancia como aquello que existe de tal manera que no necesita otra cosa para existir (entendida, en sentido estricto, como causa de sí misma, aunque Descartes la aplique a las sustancias finitas de manera análoga).

La Concepción Mecanicista

Descartes tenía una concepción mecanicista de la naturaleza. Se entiende por mecanicismo la «doctrina según la cual toda realidad tiene una estructura comparable a la de una máquina, de modo que puede explicarse a base de modelos de máquinas», es decir, desde una perspectiva cuantitativa. El mundo se concibe como una gran máquina cuyas piezas se mueven en contacto entre sí; la estructura de tal realidad es matemática y la ciencia debe captar dicha estructura. Las matemáticas son el saber por excelencia.

Esta concepción se extiende incluso al cuerpo humano y surge el problema de la comunicación entre sustancias, entre alma y cuerpo (el «problema del puente»). Una tesis llamativa de Descartes para explicar esto es la comunicación de las sustancias por la glándula pineal, en la base del cerebro. Esta tesis le permite salvar el problema de la libertad en un mundo mecanicista, ya que la sustancia pensante (Res Cogitans) está por encima de la sustancia extensa (Res Extensa).

Res Cogitans y la Demostración de Dios

Desde el Cogito, Descartes pasa del análisis a la síntesis, procediendo a deducir de este primer principio otras verdades. Del “pienso, luego existo” pasa a entender al «yo» como una sustancia pensante (Res Cogitans) y se refiere al mundo como sustancia extensa (Res Extensa).

Tipos de Ideas

Centrándose en el «yo» como sustancia pensante, Descartes distingue tres tipos de ideas:

  • Ideas adventicias: Las que vienen del exterior y son adquiridas por el «yo».
  • Ideas facticias: Las que son elaboradas e inventadas por el «yo».
  • Ideas innatas: Las que nacen con el «yo».

Formalmente todas las ideas son iguales, pero no en cuanto a su contenido. Destacan las ideas innatas, entre las que cabe mencionar las de perfección e infinito. Descartes argumenta que estas ideas deben haber sido puestas en el «yo» por un ser perfecto e infinito, ya que la realidad del «yo» es imperfecta y finita, y lo imperfecto o finito no puede producir lo perfecto o infinito. Dicho ser es Dios.

Dios como Garante de la Verdad

De esta forma, Descartes llega a la idea innata de Dios y a la demostración de su existencia. Pero no basta con demostrar la existencia, sino que es preciso demostrar su veracidad, ya que Dios podría engañarnos. Para ello se recurre a su perfección, la cual garantiza que Dios no nos engaña en nuestro acceso al mundo.

Precisamente este punto (la idea innata de Dios y su uso como garante) le ha costado a Descartes la acusación de entrar en un círculo vicioso (el Círculo Cartesiano), ya que incluye como presupuesto de la demostración aquello que quiere demostrar. Además, la propia cuestión del innatismo será atacada posteriormente por el empirismo.